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Charros es un conjunto equilibrado; fuerte a la ofensiva y defensiva

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Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //

Si revisamos cada uno de los departamentos y nombres de los jugadores que lo componen, encontraremos por qué en este momento los caporales albiazules están camino a repetir una exitosa campaña que quizá y para beneplácito de su afición logren cerrar con el bicampeonato.

 

Quizá entre lo más destacado que ha podido lograr el conjunto de los Charros de Jalisco en lo que va de la presente temporada 2019-2020 de la Liga Mexicana del Pacífico LMP, y que sin duda le ha permitido estar en la constante pelea de los tres primeros lugares del standing, es consolidar un muy completo roster de peloteros en todas las zonas del campo y que sin importar si ha de prescindir de alguno de los estelares por cualquier motivo, cuenta con los elementos adecuados para cubrir el hueco de manera que no lo resienta el accionar del bien fortalecido equipo con que se cuenta. 

En la receptoría cuenta con uno de los mejores catchers del beisbol mexicano, Gabriel Gutiérrez, acompañado del colmilludo Jesús Alan Espinosa, además del joven José Santiago Chávez, más habiendo recientemente adicionado la presencia de Bruce Maxwell, un pelotero importado a quien se le reconoce también su capacidad como toletero, y que se desempeña bien jugando la primera base, condición que comparte con Alan Espinoza.

Para la cobertura de la primera almohadilla Charros tiene un baluarte en  el cubano Henry Urrutia.

En la segunda base, el escuadrón jalisciense cuenta con uno de los mejores peloteros en esta posición, su capitán José Manuel “Manny” Rodríguez, y además tiene un respaldo importante en los jóvenes peloteros que en esta campaña han lucido bastante, Oziel Flores y Missael Rivera.

En Alberto Carreón, Charros tiene la garantía de un buen utility que cumple labores de soporte sea la segunda almohadilla, las paradas cortas y eventualmente la tercera base y además con un buen manejo con el madero.

Para cubrir los jardines, los Charros también tienen esa gran posibilidad de contar sin mayor problema con los elementos suficientes para suplir cualquier ausencia de los peloteros etiquetados como titulares.

Stephen Cardullo, se ha significado como un gran baluarte desde la temporada anterior y en esta se ha agigantado dejando muestra clara de que esta puede ser su temporada, ya que está además de encendido con el madero bateando en un gran porcentaje de eficacia conectando bastantes bambinazos y con una gran solvencia con el guante.

El espigado Carlos Figueroa, desde el jardín central ha levantado la mano para sobresalir como una de las gratas revelaciones, si bien desde el año pasado dejó ver su calidad, en la presente temporada ha sorprendido con sus desplazamientos ágiles y veloces, con su gran fildeo cubriendo muy bien el terreno del campo, además de estar ya entre los líderes de bateo en la Liga.

Y también destaca la presencia del cubano Dariel Álvarez, quien con gran solvencia se desempeña como guardián en el prado.

En los prados también se encuentra Enrique “La Viborita” Osorio, quien pudiendo considerarse como pelotero de soporte puede incorporarse a jugar cubriendo ausencias sin que el equipo demerite su fortaleza en los jardines.

También en el outfield, está destacando el chamaco Julián Ornelas, quien cubre bien la defensiva de los prados.

En el departamento de bateo, donde Charros por tradición muestra una gran solvencia, tiene en sus filas al actual líder de circuito en bateo, Amadeo Zazueta, el capitán José Manuel “Manny” Rodríguez, el colmilludo Agustín Murillo, el sólido Dariel Álvarez y el también eficaz  Henry Urrutia, además del mencionado Julián Ornelas, sin dejar de considerar a Gabriel Gutiérrez y a Carlos Figueroa.

Además, recientemente la directiva ha sumado la potencia de Jorge “El Chato” Vázquez, quien viene precedido de una gran trayectoria como chocador de pelota y productor de anotaciones con una gran capacidad para conectar batazos largos y de vuelta entera.

La fortaleza de los dirigidos por Roberto Vizcarra no estaría completa sin un sólido staff de pitcheo como el que puede presumir con valiosos lanzadores, aunque es de reconocer que ha tenido que batallar con la lesión de Orlando Lara, uno de sus mejores abridores y que esperamos esté listo en los próximos días para incorporarse totalmente y ocupar su espacio como uno de los ases del rol de abridores.

Otro elemento fundamental en el staff de pitcheo y que ha tenido que estar ausente por lesión es el cubano Elian Leyva, quien en la temporada pasada logró una triple corona al destacarse como campeón en efectividad, en ponches y en victorias.

El brazo más fuerte con una actuación bastante sólida aunque no excepto de algunos contratiempos lo es el zurdo Marco Antonio Tovar quien puede decirse que ha cumplido  con una buena labor en campaña. Le sigue el derecho Octavio Acosta, que ha rendido buenas cuentas no exento también de algunos ligeros sinsabores pero convertido en un soporte importante para Charros.

Dos elementos que han sido de alguna forma instalados en esa responsabilidad sin que haya sido su ubicación inicial dentro del staff de pítcheo de los blanquiazules, son el derecho Manuel Flores, quien en las pasadas campañas ha tenido sus altibajos como incipiente abridor y después colocado como relevista intermedio pero que en esta temporada que ha sido utilizado como aperturista se ha visto bastante bien rindiendo muy buenas cuentas de manera sorprendente. El otro elemento es el relevista Felipe González quien llegó a Charros la temporada pasada para cumplir un papel muy sólido como relevista intermedio y como sólido taponero preparador de cierre en ocasiones siendo un puntal para que Charros obtuviera el campeonato.

De reciente incorporación con los albiazules el importado Austin Bibes-Dirkx, ha lucido bien desde la lomita dándole esa fortaleza que el equipo ha estado requiriendo.

Y en cuanto al esquema de abridores se espera que la incorporación de Lara, si es que resulta sólido en su retorno, venga a revisarse si sigue en la rotación Felipe González o si ese lugar lo ocupa Lara y González para a ocupar el lugar que ordinariamente tiene como un fundamental relevo largo que el equipo amerita. Hay que establecer que se han mantenido como sólidos elementos algunos buenos lanzadores como Linder Castro, Luis Ivan Rodríguez, y el recientemente incorporado Felipe Arredondo, siendo también afortunada la participación del chamaco Luis de Luna, así como del joven tapatío Antonio Alemao Hernández .

Además se mantiene en el roster el también importado Michael Broadway, como preparador de cierre y/o cerrador haciendo esta misma función en conjunto con otro foráneo, Joshua Corrales.

Habrá que esperar también que la reciente incorporación del pitcher Jesús Manuel Chávez, quien vino a Charros en un trueque junto con el infilder Maxwell Leon, proveniente de Algodoneros de Guasave habiéndose remitido a aquella tropa Benjamina en la LMP al toletero Japhet Amador a préstamo por este año sea positivo para Charros y el pitcher Chavez venga a fortalecer el staff de pitcheo.

Para redondear y consolidar el poderoso equipo de lanzadores, ya es  esperado en pocos días el colmilludo y muy carismático Sergio Romo, quien es pretendido por los Atléticos de Oakland y los Padres de San Diego para la próxima temporada de Grandes Ligas.

Sin duda en Charros de Jalisco han logrado consolidar un muy completo roster de peloteros que le permite al escuadrón tener cubiertas las necesidades en todos los departamentos y en ello tiene gran mérito su directiva encabezada por el presidente del Consejo de Administración, Salvador Quirarte, el presidente deportivo, Armando Navarro Peña, el vicepresidente deportivo Roberto Castellón, así como el gerente técnico Raymundo Padilla.

E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com

Twitter: @salvadorcosio1

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Lecciones del diamante: La redención de Urías y Osuna

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Será el El 17 de julio de 2025, cuando el comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, levantará la suspensión impuesta al lanzador sinaloense Julio Urías por violar la política de violencia doméstica de la MLB. Esta decisión abre la puerta para que “El Culichi” pueda ser firmado por cualquier equipo de la Gran Carpa, pero su camino de regreso al estrellato está lejos de ser claro.

Hace apenas unos años, hablábamos de un talento generacional, un pitcher mexicano que lideró la Liga Nacional en victorias (2021) y efectividad (2022), y que se perfilaba para firmar un contrato histórico cercano a los 200 millones de dólares, un hito para un pelotero latinoamericano. Sin embargo, su comportamiento fuera del diamante ha opacado su brillo en el montículo.

Urías, quien fue clave en el título de los Dodgers en 2020, ha demostrado ser un diamante en bruto desde los 16 años, cuando Los Ángeles lo firmó. Su talento es innegable: una recta que roza las 97 millas, un cambio y curva devastadores, y una habilidad para el pickoff que lo hizo destacar desde su debut en 2016. Pero las decisiones personales han sido su talón de Aquiles.

Dos incidentes de violencia doméstica, el primero en 2019 y el segundo en 2023, lo llevaron a ser el primer jugador suspendido dos veces bajo la política de la MLB. El video de 2023, donde se le ve agrediendo a su pareja, fue un golpe duro para su imagen y su carrera. La sanción hasta el Juego de Estrellas de 2025 refleja la gravedad de sus acciones, pero también le da una nueva oportunidad.

¿Qué sigue para Julio Urías?

La pregunta no es solo si un equipo apostará por su brazo, sino si él ha aprendido de sus errores. En 2022, escribí que un contrato de 200 millones estaba al alcance de su mano, pero advertí que su futuro dependía de mantener el enfoque dentro y fuera del campo.

Hoy, esa proyección parece lejana. Equipos como los Yankees o los Mets podrían considerar su talento, pero el riesgo reputacional es alto, como lo demuestra el caso de Trevor Bauer, quien tras una suspensión similar no ha regresado a MLB y ha optado por ligas en Japón y México. Urías, a sus 28 años, aún tiene tiempo para redimirse, pero deberá cumplir con el programa de tratamiento ordenado por la MLB y demostrar un cambio genuino.

En México, especialmente en Culiacán, esperan que “El Culichi” retome el camino. Los Tomateros de Culiacán podrían ser una opción para mantenerse activo si la MLB no le abre las puertas de inmediato. Pero más allá del béisbol, Urías debe sanar como persona. Su historia es un recordatorio de que el talento no basta si no va acompañado de responsabilidad. Ojalá, por el bien del béisbol mexicano y de él mismo, que esta segunda oportunidad no sea la última.

Son dos grandes talentos mexicanos que pareciera haber tropezado con la misma piedra para truncar sus carreras en el mejor beisbol del mundo. Los dos son sinaloenses. En su momento fueron considerados entre los mejores cinco lanzadores de Grandes Ligas, uno como inicialista y el otro como relevista.

Roberto Osuna, con su recta de fuego, ostentaba 39 salvamentos con Toronto en 2017 y parecía destinado a ser el mexicano con más juegos salvados en la historia. Sin embargo, sus errores fuera del campo los llevaron al ostracismo, dejando lecciones cruciales para los jóvenes peloteros que sueñan con brillar en la MLB.

¿Qué salió mal?

Ambos sucumbieron a la presión de un sistema ferozmente competitivo, como señaló el periodista Mario Villagrán: la MLB es una maquinaria que exprime no solo el físico, sino también la mente y el carácter.

Osuna, acusado de agresión a su pareja en 2018, fue suspendido 75 juegos y, tras una lesión en 2020, no volvió a la MLB, encontrando refugio en Japón. Sus actos no solo mancharon su reputación, sino que cerraron puertas que su talento había abierto de par en par.

La lección para las nuevas generaciones es clara: el éxito en la MLB no se mide solo en ponches o salvamentos, sino en la capacidad de administrar la fama, el dinero y las tentaciones. Urías y Osuna, con contratos millonarios en el horizonte, dejaron que decisiones personales los traicionaran.

Como escribí en 2021, cuando Urías alcanzó 20 victorias, el talento debe ir acompañado de madurez. La presión de ser figura pública, como señaló Esteban Loaiza, es inmensa, y los errores se magnifican bajo la lupa de los medios y los aficionados. Los jóvenes como Alejandro Osuna, quien debutó con Texas en 2025, o Isaac Paredes, estrella en ascenso, deben aprender a navegar este entorno.

Primero, la disciplina personal es innegociable. La MLB tiene una política estricta contra la violencia doméstica desde 2015, y casos como los de Urías, el primero en ser suspendido dos veces, muestran que no hay excepciones. Segundo, rodearse de un círculo de apoyo sólido es vital. Urías contó con su padre, Carlos, como guía en sus inicios, pero las malas decisiones lo alejaron de ese respaldo.

Osuna, por su parte, habló de ansiedad en 2017, un tema que los prospectos deben abordar con profesionales para no derrumbarse bajo presión. Tercero, entender que el béisbol mexicano depende de sus embajadores.

Cada error de un pelotero azteca no solo afecta su carrera, sino la percepción de los prospectos mexicanos en la Gran Carpa.

Para los jóvenes que hoy entrenan en Culiacán, Hermosillo o Tijuana, el mensaje es contundente: el talento los llevará a la puerta de la MLB, pero solo la integridad los mantendrá dentro (…) Urías y Osuna son un espejo donde los prospectos deben mirarse: no para imitar sus errores, sino para aprender de ellos.

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Brilla Alejandro Osuna en su debut con Rangers y semana de oro para Muñoz y Paredes

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

En el diamante de las Grandes Ligas, donde los sueños se forjan a golpe de recta y batazo, dos mexicanos han izado la bandera tricolor con una semana para la historia. Del 19 al 25 de mayo de 2025, Andrés Muñoz e Isaac Paredes no solo brillaron; incendiaron el escenario con actuaciones que resuenan desde Seattle hasta Los Mochis y Hermosillo.

Pero, ¿es este fulgor un destello aislado o el amanecer de una nueva era para el béisbol azteca?

Andrés Muñoz, el sinaloense de 26 años, se ha convertido en el guardián implacable de los Marineros de Seattle. Esta semana, sumó su 17º salvamento de la temporada, consolidándose como líder de la MLB en rescates. Con una efectividad de 0.00 en 22.2 entradas y 28 ponches, su recta de 100 millas y slider quirúrgico son un martirio para los bateadores. Contra los Angels el 22 de mayo, cerró la novena con tres outs fulminantes, asegurando una victoria 3-2.

Por su parte, Isaac Paredes, el orgullo del barrio de La Mosca en Hermosillo, de 26 años, desató una tempestad ofensiva con los Astros de Houston. En una semana de ensueño, conectó cuatro jonrones, elevando su total a 11 en la temporada. Con un promedio de .285, 7 dobles, 1 triple y 31 impulsadas, Paredes es el corazón de la alineación texana. Su versatilidad en la tercera base y su ojo clínico para el pitcheo lo confirman como un All-Star en potencia.

El clímax llegó el 24 de mayo, cuando Muñoz y Paredes se enfrentaron en un duelo épico en el T-Mobile Park. Con los Marineros liderando 4-3 en la novena, Paredes enfrentó a Muñoz. Tras una recta de 98 millas, Isaac conectó una línea que Randy Arozarena atrapó, sellando el salvamento de Muñoz. Este choque, con 25,000 gargantas conteniendo el aliento, fue más que un turno al bat; fue un himno al talento mexicano, con Arozarena como testigo de un tridente azteca en el escenario mayor.

Pero no todo es euforia. Mientras Muñoz y Paredes brillan, el béisbol mexicano enfrenta sombras. La Liga Mexicana carece de reflectores, y talentos como Alejandro Kirk, con un jonrón esta semana para los Blue Jays, apenas se mencionan. ¿Por qué celebramos a unos y olvidamos a otros? La falta de apoyo estructural y la dependencia de la MLB para visibilizar a nuestros peloteros son grietas que no podemos ignorar. Muñoz y Paredes, que jugaron juntos en un mundial infantil en 2009, son excepciones forjadas en el sacrificio, no productos de un sistema.

Esta semana, México vibró con sus hazañas. Muñoz, el cerrojo indomable; Paredes, el cañonero incansable. Son más que atletas: son espejos de un país que sueña grande. Pero su brillo nos interpela: ¿cuándo construiremos un béisbol propio que no dependa de las luces de la MLB? Por ahora, celebremos. El diamante es suyo, y el orgullo, nuestro.

EL DEBUT DE ALEJANDRO OSUNA

El pasado domingo 25 de mayo de 2025, Alejandro Osuna, jardinero mexicano de 22 años, debutó en la MLB con los Texas Rangers, venciendo 5-4 a los Chicago White Sox en el Guaranteed Rate Field.

Osuna, prospecto número 7 de los Rangers, fue convocado desde Triple-A Round Rock tras la fractura de Joc Pederson el 24 de mayo. Nacido en Ahome, Sinaloa, y hermano de Roberto Osuna, firmó en 2020 por $125,000. En 2024, fue Jugador del Año de Ligas Menores de los Rangers, bateando .292 con 18 jonrones. En 2025, bateó .283 en Double-A Frisco y .259 en Triple-A, con 9 bases por bolas en 8 juegos.

En su primer turno al bat, Osuna negoció una base por bolas tras un conteo completo de 8 o 9 lanzamientos, demostrando gran disciplina en el plato, luego fue sorprendido intentando robar segunda base. En turnos posteriores, no conectó hit, pero su enfoque en el plato fue destacado como prometedor.

A la defensiva: Osuna brilló con una atrapada espectacular en el jardín izquierdo, calificada como “joya defensiva” por @Liga_Arco y “tremenda” por @MLB_Mexico. Videos compartidos en X mostraron su habilidad para cubrir terreno y hacer jugadas clave, consolidándolo como un defensor versátil.

El debut entusiasmó a México, con Excélsior celebrándolo. Comparado con Alex Verdugo por su contacto y velocidad (34 robos en 2024), Osuna es un “table-setter” para los Rangers (25-28 en la División Oeste). Su rol es incierto, posiblemente alternando en los jardines, pero podría descansar contra zurdos (.594 OPS en 2024). Scouts lo ven como futuro jardinero central si mejora su consistencia.

Junto a Andrés Muñoz (17 salvamentos) e Isaac Paredes (11 jonrones), Osuna resalta el auge mexicano en la MLB.

 

 

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Edwin Díaz se despide como un grande: Charros arrasa a los Dorados y enciende la pasión en el Panamericano

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Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Los Charros de Jalisco han encontrado su ritmo en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y lo demostraron con una contundente barrida ante los Dorados de Chihuahua en el Estadio Panamericano. Bajo la batuta de Benjamín Gil, “El Matador”, el equipo ha transformado su estilo de juego, convirtiéndose en una máquina de espectáculo que combina velocidad, estrategia y garra. Esta serie no solo marcó un punto de inflexión en la temporada, sino que también hizo vibrar a la afición jalisciense, que se rindió ante la entrega de sus caporales.

El fin de semana fue un despliegue de emociones. Charros, que venía de menos a más, consolidó su ascenso con una actuación histórica. Hace apenas unas semanas, el equipo rompió récords al robar 12 bases en un solo juego, superando la marca centenaria de 9 hurtos y demostrando que la velocidad es su nueva carta fuerte. Este ímpetu se trasladó al enfrentamiento contra Chihuahua, donde los albiazules no solo ganaron, sino que humillaron a sus rivales con un juego vibrante y una remontada épica que quedará grabada en la memoria de los aficionados.

El segundo juego de la serie, el sábado por la noche en Zapopan, fue el clímax de la hazaña. Con un marcador adverso de 0-6, los Charros se negaron a rendirse. La afición, al borde de sus asientos, fue testigo de una remontada electrizante que culminó en la novena entrada. Fue entonces cuando el puertorriqueño Edwin Díaz, en su despedida de la temporada con Jalisco tras ser convocado por los Astros de Houston, conectó un batazo decisivo para dejar en el terreno a los Dorados con un apretado 11-10. El hit no solo aseguró la serie, sino que selló una noche mágica para Díaz, quien se fue de 3-3, con dos remolcadas, dos anotadas y un par de bases por bolas, despidiéndose como héroe.

La barrida a Chihuahua no fue solo un triunfo deportivo, sino una declaración de intenciones. Bajo el liderazgo de Gil, los Charros están redefiniendo su identidad: un equipo que combina talento joven, como el de Díaz, con una estrategia agresiva que pone en jaque a cualquier rival. La afición, entregada, respondió con un rugido que retumbó en el Panamericano, recordándonos por qué el beisbol es el deporte rey en Jalisco. Este equipo, que apenas comienza a escribir su historia en la temporada, ya nos hace soñar con la gloria en la LMB.

Mientras Edwin Díaz se prepara para brillar en las Grandes Ligas, los Charros de Jalisco se consolidan como un contendiente serio. La barrida a Dorados es un aviso: este equipo no solo juega, sino que enamora, pelea y, sobre todo, gana. Que siga el espectáculo, porque en Zapopan la pelota está más viva que nunca.

CHARROS LLEGA A MEDIA TABLA

Los Charros están encendiendo la pasión en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), consolidándose como un equipo que, de menos a más, ha encontrado su ritmo bajo la dirección de Benjamín Gil, “El Matador”. Este lunes, los albiazules amanecen en el quinto lugar de la Zona Norte con un récord de 14 victorias y 13 derrotas, a solo 4.5 juegos del líder Sultanes de Monterrey (18-8). Con Acereros (15-11), Tecos (14-11) y Toros (15-12) por encima, los jaliscienses han superado a Algodoneros, posicionándose en la pelea por un codiciado boleto a los playoffs.

El ascenso de Charros no ha sido casual. Los ajustes estratégicos de Gil y la directiva, especialmente en el cuerpo de pitcheo, han dado frutos, transformando a un equipo que ahora combina garra ofensiva con una defensa más sólida. Sin embargo, el pitcheo sigue siendo el talón de Aquiles de los caporales. Tanto los lanzadores inicialistas como el relevo han mostrado altibajos, y la afición espera que las recientes modificaciones permitan al equipo mantener el impulso en esta etapa crucial de la temporada.

La próxima semana será una prueba de fuego en el Estadio Panamericano, cuando Charros reciba a los Sultanes de Monterrey, líderes indiscutibles de la Zona Norte. Este enfrentamiento pondrá a prueba la capacidad de los lanzadores jaliscienses para contener a una ofensiva poderosa que ha dominado la liga. La serie no solo es una oportunidad para medir el progreso de los Charros, sino también para enviar un mensaje claro: los albiazules están listos para competir con los gigantes de la LMB.

La afición, siempre fiel, espera que el Panamericano se convierta en un fortín donde los Charros demuestren que su ascenso no es pasajero. Con el liderazgo de Gil y el apoyo de Zapopan, el equipo tiene todo para dar la sorpresa y acercarse aún más a la postemporada. Que retumbe el estadio, porque los Charros están decididos a seguir escalando en el “deporte rey”.

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