MUNDO
CNN: Debcale de la megacadena de noticias; pierde 90% de audiencia
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En 12 meses la mega cadena de noticias pierde el 90% de sus espectadores. Su padre se lo había advertido pero no escuchó. El millonario Ted Turner, quien el primero de junio de 1980 fundó la primera cadena de noticias con contenido nacional e internacional que transmitía en vivo las 24 horas al día durante los siete días de la semana, ya había venido advirtiendo desde el 2018 que CNN se estaba enfocando mucho en política nacional de un solo bando, arriesgando su credibilidad y lo repitió en el 2021 en otra entrevista similar en la que platicaba de su ex empresa… “El canal se está recargando demasiado en la política y debiera variar su contenido”.
El jueves pasado Jeff Zucker, presidente de CNN dejó su cargo en medio de varios escándalos que aún están siendo expuestos.
Desde el 81, CNN cambió radicalmente la noción de que las noticias en un horario fijo y predeterminado. En ese entonces las otras cadenas de televisión abierta de los EEUU -ABC, CBS y NBC-, tenían noticieros nacionales por la noche antecedidos de los noticieros locales.
Ted Turner hijo del modesto empresario dueño de tabloides y anuncios espectaculares, heredó a su padre y compró un edificio casi en ruinas en el centro de Atlanta y a sus 41 años de edad emprendió la aventura de crear un modelo de negocio nunca antes visto que sería imitado por el resto del planeta. Transmisión de contenidos noticiosos en tiempo real. Incluso en la era de las redes sociales la idea de tener la información noticiosa u operacional lo más rápido posible es el objetivo de la mayoría de las plataformas.
En sus inicios “Cable News Network” o CNN, era ridiculizado por muchos como el “Chicken Noodle Network”. A pesar de eso, Turner siguió invirtiendo en EEUU y comprando edificios en el mundo, desde donde podría nutrir su información con contenido fresco las 24 horas del día. Tal vez el primer empresario realmente global.
El Network fue creciendo en popularidad, fue el medio que transmitió en directo La Guerra del Golfo y otros muchos eventos de toda índole como la explosión del Transbordador Challenger en 1986, los misiles que caían en Beirut en 1984, la masacre de Tiananmen en China en 1989, las persecuciones en vehículos en los freeways de EEUU y desastres naturales como tornados, inundaciones o terremotos de un lado al otro del planeta.
CNN fue el referente de noticias en tiempo real con poca edición de opinión, dejando el análisis a mesas plurales y la reflexión a sus telespectadores. La política de la cadena era esa, dejar claro lo que era noticia.
En 1996 dos cadenas más se sumaron a la competencia, una de izquierda como lo es MSNBC y otra de derecha como lo es FOX News. Lo anterior parece haber orillado a CNN a querer mantener su pedazo del pastel de la televisión por cable, aumentando su contenido lo que llevó a la contratación de Zuker en el 2013 quien quiso convertir a la empres el instrumento político de noticieros tipo reality shows.
La era de Jeff Zucker en CNN parece haber creado un fenómeno de opinión que vio su cúspide en el 2020-2021 cuando la cadena fue el brazo noticioso más importante de la campaña presidencial de Joe Biden para derrotar a Trump. A pesar de que los efectos se vieron hasta el 2022, como lo dijo su ex dueño Ted Turner, las señales estaban ahí y parece que nadie quiso atenderlas.
CNN ¿THE MOST TRUSTED NAME IN NEWS?
La realidad en la vida cotidiana de los norteamericanos, contrastó con las opiniones de los conductores y del ahora ex presidente de CNN Jeff Zucker, la apuesta por la libertad de opinión durante la cobertura noticiosa, poco a poco se convirtió en una campaña pro izquierda que ha tenido impacto internacional pasando de ser la cadena de noticias a una cadena de formación de opinión. ¿Cómo se llegó a ese punto?
Jeff Zucker venía de ser el presidente y director general de la NBC-Universal donde inició con un modesto cargo allá por el año de 1986 investigando información para las Olimpiadas de 1988 en Seúl.
La estrella de Zucker iluminó su camino llevándolo a la cima de dicha corporación en el 2005 después de haber casi doblado los ingresos de la división de entretenimiento de dicho conglomerado mediático 2000-2005, con programas de reality TV y series políticas, policiacas y celebridades. Sufrió su primer eclipse cuando al ser promovido a presidente de toda la NBC-Universal -2007-2010-, la audiencia cayó del primer lugar de televisión al cuarto. En el 2011 Comcast compró la NBC-Universal y le despidió.
En defensa de Jeff, parece haber sido muy bueno para la televisión de entretenimiento, incluso creando shows como The Apprentice con Donald Trump y The Law and Order. Pero parece que estaba más interesado en hacer noticias que en investigarlas y reportarlas. Al menos eso parece ser la constante que le llevó a que en NBC y en CNN lograse bajar los raitings por crisis de confianza.
En el 2013 la Empresa Warner Media, parte de AT&T dijo “…la experiencia de Jeff no tiene comparación por su frescura y éxito, él ha demostrado su habilidad para dirigir múltiples líneas de negocios…” y le designó como presidente del Corporativo CNN.
Jeff Zucker dirigió 24 empresas del corporativo CNN, desde los noticieros locales e internacionales en cada región del mundo y programas de contenido relacionado con las empresas del grupo, pero parece que su talón de Aquiles fue el querer ser un padrino político detrás del trono y jugar el destino de un canal que no era suyo a la suerte de un partido o un gobierno.
Como lo advirtió Ted Turner, Zucker mezcló demasiado la línea editorial del canal con los políticos, de hecho la vicepresidenta de relaciones públicas y mercadotecnia de CNN, Allison Gollust fue traída del grupo del gobernador de Nueva York, el ahora quemado Andrew Cuomo, quien fue su directora de comunicaciones; Jeff también designó a Chris Cuomo, hermano de Andrew, como conductor estelar del noticiero nocturno de CNN del 2013 al 2021; Chris también fue despedido hace unos meses en medio de los escándalos sexuales de su hermano gobernador y algunos propios.
Se dice que la salida de Zucker fue por no haber informado sobre una relación sentimental con Allison Gollust, la misma ex empleada de Cuomo. Pero todo parece indicar que ese fue el pretexto para no reconocer la verdad más vergonzosa. CNN le apostó a una narrativa política en EEUU que parece haber cambiado repentinamente y que expuso que muchas de las noticias del canal, eran en realidad líneas de propaganda que fueron evidenciadas en los últimos seis meses del 2021 dejando al canal con una crisis de confiabilidad y contenido.
Del 2016 al 2020, Jeff logró explotar y fomentar el amplio sentimiento anti Trump en EEUU y el mundo, pero en el 2021 no logró adaptarse a la nueva realidad de la Casa Blanca. Del 2020 al 2021 CNN gozó los mejores ratings en la historia de la empresa, años en los que Estados Unidos enfrentó dos grandes problemas reales, el Covid19 y las protestas por la muerte de George Floyd. En esos dos años CNN echó toda la carne al asador para consolidar su poder sobre el poder, incluso proponiendo que se sacara del aire a los competidores con corte conservador como Fox y otras. Había un público atento a las elecciones en las que Trump y Biden se disputaban la Casa Blanca.
En la campaña y año post electoral, los medios tomaron su favoritos, Fox con los Republicanos y MSNBC con los Demócratas y obviamente el odio entre Zucker y Trump dio una postura natural a la gran cadena, quien desde el 2016 había iniciado su alianza con el Partido Demócrata. Por ejemplo, en ese año la presidenta del Partido Demócrata recibió de CNN las preguntas secretas previas al debate entre Hillary y Bernie Sanders para ayudarla a estar preparada.
Esto se hizo público en el 2017, en ese momento no afectó tanto la imagen de la cadena, pero en el 2021 los problemas se hicieron tantos y tan públicos que para enero del 2022 los espectadores de la cadena cambiaron a otras fuentes informativas increíblemente incluso se fueron a Fox News.
En el 2021 sobraron los ejemplos de que la línea editorial que mandataba Jeff al interior de CNN era poco sostenible, en verano se dijo que la inflación en EEUU era transitoria y que solo afectaba a los ricos, algo así como decir que a los fifís.
Para final de año, todos los sectores de la sociedad se quejaban de los incrementos a los energéticos, alimentos y a casi todos los artículos de primera necesidad. En 2020 Chris Cuomo y la propia vicepresidente de CNN buscaban cómo desacreditar a las mujeres que estaban denunciando al gobernador Cuomo por abuso sexual.
En 2021 el gobernador renunció precisamente por esas denuncias. A pesar de los saqueos del 2020, CNN dijo que las protestas por la muerte de George Floyd eran pacíficas y que se debería apoyar a los movimientos para desmantelar a las policías municipales de Estados Unidos, mofándose de los que alertaban por el aumento de inseguridad pública.
Para finales del 2021, la mayoría de las grandes ciudades de Estados Unidos sufrían importantes aumentos en homicidios, robos, saqueos, violaciones y otros delitos.
En el 2019 la cadena dedicó más de 100 entrevistas alabando al abogado Michael Avenatti, quien llevaba una demanda en contra de Trump, incluso decía que podría ser candidato a presidente de EEUU. En 2020-2022 Avennatti fue condenado por fraude a sus clientes y por extorsión a la empresa Nike.
Durante 2021 CNN apoyaba al sindicato de maestros de EEUU en continuar los encierros por el Covid19. Para enero del 2022 el 70% de los americanos se oponían a dichos encierros. En el 2021 se dieron a conocer varios escándalos sobre presunta pedofilia y abuso sexual relacionados con directivos del canal.
Finalmente, en el 2020 la gente decía que el país estaba mejor que antes y que los principales problemas eran Covid19 y el racismo, para enero del 2022 más del 80% de los americanos dicen que el principal problema es la inflación que es la más alta desde los 70´s y el segundo la inseguridad, ambos temas que CNN decidió ignorar por 12 meses para proteger la línea editorial de Jeff Zucker.
EL FUTURO DE CNN
La sociedad CNN-AT&T podría estar por terminar, ya lo habíamos comentado hace algunos meses y esto podría ser la antesala para la venta de CNN a un nuevo personaje como al dueño de Amazon quien podría estar interesado en el poder de la cadena.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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