JALISCO
Corrupción e impunidad sobre ruedas
Opinión, por Ramiro Escoto Ratkovich //
Sigo creyendo que la Policía Vial es un invento que sólo justifica la existencia de una dependencia para dar movilidad a la ciudad, así como atender incidencias que se susciten en calles y avenidas, pero en esta administración el Gobernador Enrique Alfaro, decidió sacarla de la Secretaría de Movilidad para adherirla a la Secretaría de Seguridad, generando en la corporación facultades de una autoridad con más margen de operación, siendo auxiliar en las labores mismas de una policía adicional a la municipal y a la estatal.
Hoy la verdad no entiendo para qué poner elementos sobre avenidas y cruceros que sólo portan uniforme, se colocan en las esquinas, sin folieras ni arma, y sólo con un silbato y sus manos “acelerando” el paso de vehículos; las patrullas pasan de largo en los accidentes y en operativos especiales, los elementos sólo se mantienen dentro de sus unidades o junto a ellas atendiendo el celular.
Este viernes, sobre la Av. Américas a un costado de Punto Sao Paulo, dos grúas mantenían en su plataforma a 4 vehículos último modelo, de gama alta, junto a ellas una patrulla de la Jalisco Vial, haciendo tiempo a esperar a quien reclamara dichos autos para comenzar el operativo de “recaudación”, de otra manera, en el caso de que estuvieran estacionados en línea amarilla, el procedimiento es claro, se levantan y se llevan al corralón, pero es más que obvio que en este y otros casos, la colusión entre el grullero y el agente se hace jugoso sobre todo en estos puntos donde es muy común que la infracción se cometa y se pongan las condiciones para la corrupción.
Nadie hace nada porque la multa, el corralón y los gastos de arrastre por supuesto son mayores al arreglo que se pueda suscitar en el lugar, y entonces al aceptar que se cometió una infracción el o la oficial pondera entre el costo, trámite y tiempo en una especie de enmienda que sea redituable para ambas partes.
En Ciudad Bugambilas pasa algo similar, un día de la noche a la mañana en las inmediaciones de la plaza comercial del mismo nombre aparecieron pintados de amarillo los machuelos que circundan el estacionamiento (malo y caro) todos los días. Quienes van al templo o deciden sin estorbar colocarse junto a la banqueta se encuentran con operativos de la Jalisco Vial que son acompañados por grúas, mismas que esperan a la entrada del fraccionamiento para “arreglar” el inconveniente al permiso de las unidades de esta corporación cuyo argumento se basa en una infracción a la Ley de Vialidad, sin embargo, a unos metros de la entrada a este fraccionamiento se encuentra una gasolinera, sobre López Mateos, la misma que tiene el servicio de entrada sobre la misma avenida, generando la obstrucción de hasta dos carriles y generando no sólo caos vial sino una zona de riesgo por lo que representa maniobrar para continuar el camino.
En este aspecto los agentes que atienden en Bugambilias dicen desconocer este tema y sólo declaran que son enviados a levantar infracciones a los mal estacionados, es decir, les llama alguien y en “obediencia” ellos hacen como que infraccionan a algunos para luego conseguir con los infractores un arreglo.
En Periférico igual, la misma historia, vehículos que circulan a exceso de velocidad con placas foráneas o motociclistas en exclusivo del macrobus, con toda impunidad y sin que exista de verdad el ejercicio de la autoridad conferida, y ya ni expresamos lo que ocurrió con el llamado tráiler que golpeó a varios vehículos sobre esta misma vía y donde en un video se observaba una unidad de la Jalisco Vial sin inmutarse.
Ya es por demás decir que si los mencionas se ofenden pues ellos dicen que dejaron a tras el ser “agentes” para convertirse en “Policías”, pero en realidad muchos de ellos sin verdaderos corruptos sobre ruedas y con la impunidad que les da el ejercicio de una placa que fue entregada a nombre de una sociedad que, por cierto, no han entendido que son sus jefes y de sus impuestos les pagan.
