MUNDO
Crecimiento económico mundial en el 2020: China, el único país que crecerá

Opinión, por Alberto Gómez //
La pandemia del Covid-19 ha propiciado un giro de 180 grados para el crecimiento económico mundial, en una aspiral descendente.
El “Gran Cierre” (The Great Lockdown) como se conoce ya al fenómeno económico generado por la pandemia del coronavirus, no sólo desaceleró el crecimiento económico mundial, sino que provocó una recesión económica global, con la consecuente pérdida de millones de empleos y quiebra de negocios de todos tamaños; desde modestos establecimientos como pequeños hoteles y restaurantes, hasta instituciones financieras que se tambalean ante las carteras vencidas y los enormes pasivos (deudas) que, en otros tiempos, son adquiridos para la capitalización -dirigida al crecimiento, por ejemplo- y flujos de efectivo para la operación diaria de sus servicios.
Antes del inicio de la pandemia, la proyección para 2020 del crecimiento económico global en términos del Producto Interno Bruto (PBI), parecía bastante alentadora a pesar de los conflictos comerciales entre algunas potencias como Estados Unidos y China, metidos en una abierta lucha entre ambas naciones por la hegemonía económica mundial.
El impresionante crecimiento económico sostenido del dragón asiático (China) de los últimos 30 años ha sido puesto a la más dura prueba hasta el momento, con la pandemia del Covid-19. El desarrollo de su economía ha sido impresionante: en sólo 30 años, China pasó de tener un 73.5% de su población en la pobreza, a menos del 2% en 2019 (Oficina Nacional de Estadística); para 2018, los jóvenes chinos (millenials) tiene el doble de probabilidades de tener casa propia en comparación con sus similares estadounidenses.
China había crecido a una tasa anual promedio de 7.8 de 2009 al 2019, el mayor crecimiento económico a nivel mundial a pesar de las difíciles situaciones político-económicas que se han sucedido en este período, como la crisis financiera del 2008, cuando explotó la burbuja inmobiliaria de las hipotecas subprime en Estados Unidos, que ocasionó un grave deterioro en la economía mundial, con excepción a China. En cambio para los estadounidenses significó una gran contracción de su economía, a partir de la cual comenzó a perder su hegemonía como potencia económica.
El crecimiento económico global promedio para 2020 es sobre valores negativos, ya que el 99% de los países presentan decrecimiento en sus economías, causado por la pandemia del coronavirus, ahora en su segunda ola de contagios y nuevos cierres de negocios y confinamientos obligatorios en un creciente número de países, principalmente europeos.
En Inglaterra, tan sólo durante el pasado fin de semana, se previó la pérdida de 200 mil empleos del sector de la hospitalidad (restaurantes, hoteles, bares) en Londres, con los cierres a negocios y restricciones de horarios como medidas para evitar un mayor número de contagios en este rebrote del coronavirus en la capital británica, cuyo número de habitantes asciende a más de 9 millones; este sector representa un ingreso de 120 mil millones de libras anuales.
En Alemania, se han alcanzado nuevos records de contagios del coronavirus; tan sólo en un día, se registraron 11 mil nuevos casos, lo que ha obligado al gobierno a implementar medidas de emergencia, y a restringir la libre convivencia de las personas, así como al cierre parcial de negocios en algunas regiones del país germano, lo que agravará la ya delicada situación económica.
En España, a pesar de las esperanzadoras declaraciones de su presidente, Pedro Sánchez, en torno al rápido inicio de recuperación económica a partir del tercer trimestre del 2020, la realidad es muy distinta, mientras se imponen nuevas restricciones para convivencia social y para la apertura de negocios. En Madrid, por ejemplo, toda actividad económica deberá permanecer cerrada de las 12 de la medianoche, hasta las 6 de la mañana del día siguiente.
En general, la proyección de crecimiento económico será negativo para la zona euro, con un -10.2; para las economías más avanzadas será del -8.0, y para las economías emergentes y en desarrollo sobre un -3.0, según el informe más reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) –aún sin considerar la segunda ola de contagios del coronavirus-.
China será la única economía avanzada con proyecciones positivas en 2020, con un crecimiento estimado de 1.9, el más alto a nivel mundial.
Para América Latina y el Caribe, los pronósticos para 2020 han mejorado a comparación de los que se tuvo a mediados de año. Sin embargo se anuncian recesiones para los países más afectados por los casos de Covid-19; el FMI informa que este año casi 90 millones de personas caerán en la indigencia.
El pronóstico para México ha mejorado, de un -10.5 pasó a -9.0 para 2020, nada mal considerando que es una economía emergente y a pesar de ser uno de los países con mayor número de casos de coronavirus.
(*) Alberto Gómez es Consultor en economía, finanzas y FinTech. Analista en geopolítica negocios.
MUNDO
La Reserva Federal de Estados Unidos baja la tasa de interés: impacto directo en México

– Por Redacción Conciencia Pública
La Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) decidió este martes bajar su tasa de interés en un cuarto de punto, dejándola en 4.00 a 4.25%. En palabras simples: el dinero en Estados Unidos será más barato para bancos, empresas y consumidores. Y cuando eso pasa en la mayor economía del mundo, el efecto se siente en todo el planeta.
¿Por qué lo hicieron? Porque la economía estadounidense se está enfriando: se generan menos empleos y el consumo pierde fuerza. Con tasas más bajas, la Fed quiere darle un empujón al crecimiento, hacer que pedir prestado sea más barato y que la gente gaste e invierta más.
¿Y a México cómo le pega? Directo. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, así que si su economía respira, la mexicana también. Una recuperación allá significa más compras de autos, electrónicos y alimentos de México, lo que da oxígeno a nuestras exportaciones.
En el terreno financiero también hay movimiento. Cuando las tasas bajan en Estados Unidos, muchos inversionistas voltean a ver a países como México para buscar mejores rendimientos. Eso puede traer más dólares al país y fortalecer al peso, aunque un peso demasiado fuerte también complica a los exportadores.
Otro punto clave: la deuda en dólares. Tanto el gobierno como varias empresas mexicanas tienen compromisos en esa moneda. Si las tasas en Estados Unidos bajan, el costo de pagar esa deuda también se reduce, lo que significa un respiro en sus finanzas.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas. Si llegan capitales especulativos en exceso, el tipo de cambio puede volverse inestable. Y si el dólar se debilita demasiado, algunos insumos importados podrían encarecerse, lo que se traduciría en presión inflacionaria aquí en México.
En resumen: la decisión de la Fed es una buena noticia para México solo en el corto plazo. Habrá más aire para exportaciones, para las finanzas y para el peso. Pero el Banco de México (Banxico) tendrá que jugar con cuidado sus cartas para que este respiro no se convierta después en un dolor de cabeza.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.