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OPINIÓN

Dar la cara y escuchar a la gente

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Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Samuel García y Mariana Rodríguez, nunca han sido personajes de mi devoción y los tengo conceptualizados como un par de frívolos, que ganaron una elección impulsados por una estrategia de marketing político, sin tener mayor mérito.

Muchos defectos le podremos señalar a Samuel, muchos y que hoy en la crisis en que está envuelto su gobierno tras la desaparición, muerte y localización de su cuerpo de la jovencita Debanhi Escobar, estos se han acentuado, sin embargo, me llama la atención el hecho de que hayan dado la cara y aguantar los reclamos, gritos y acusaciones lastimosas de los familiares de desaparecidos, sin huir o ignorar a la gente.

Me llama la atención porque hemos visto a otros políticos que en igualdad de circunstancias sus reacciones han sido distintas; unos se exasperan, no tienen el aplomo ni la serenidad para aguantar los reclamos y prefieren dar la espalda y dejar con la palabra en la boca a estas personas que viven el dolor por el hijo, el esposo, el padre, el hermano o el amigo desaparecido y que lo buscan y lo buscan sin encontrarlos, además de no tener respuesta de las autoridades que les cierran las puertas o los tienen horas y días en espera sin querer atenderlos.

El problema de las personas desaparecidas es una crisis nacional, pero más acentuadas en algunas regiones, como es el caso lamentablemente de Jalisco, lo cual no ha sido valorado en su justa dimensión por nuestros gobernantes, como lo advertimos en las cifras que dan y que tratan de convencernos en forma machacona de que estamos bien, de que son ataques e inventos de aquellos que quieren que le vaya mal a Jalisco.

Sin embargo, como bien escribió el caricaturista regio Paco Calderón, se requiera aplomo para salir, para oír, escuchar y aguantar vara, que es un primer paso fundamental para un buen gobierno, precisamente por la soberbia que distingue a los que llegan a esos niveles y les gana la soberbia, que se sienten superiores a los demás y poco o nulo valor dan a sus opiniones, porque no aceptan que cometen errores y así no puede haber correcciones.

En redes se han hecho virales esos videos en los que Samuel y Mariana con cara apesadumbrada escuchan las quejas y reclamos de los familiares de desaparecidos que les dicen :

¡Desde tu posición privilegiada no conocen el miedo, no sabes lo que es el miedo, todos tenemos miedo cuando van nuestros hijos a la escuela, ya no tenemos esa seguridad, cuando van a la tienda, no tenemos esa seguridad, nosotros no tenemos cuerpos de seguridad, tenemos que trasladarnos en Metro o en camión, los mismos policías nos han asaltado, nos han robado!”.

A nuestros hijos, hijas, quién se los llevó, ni una sola llamada hemos tenido, y nadie nos ha podido decir nada, y nos movemos a que nos sigan y seguimos buscando, entonces no están haciendo nada, no están haciendo nada!”, le gritaba una mujer a Samuel y Mariana, mientras otros gritos en coro exigían “¡Fuera Aldo, fuera Aldo! -Aldo Fasci, Secretario de Seguridad del Estado-.

Otros le decían: “¡Si fuera su familia, ya hubiera aparecido, si fuera Mariana la hubieras encontrado!”.

Samuel les respondería con Mariana a su derecha con voz de preocupación: “Hoy quisiera comprometerme aquí frente a ustedes de los casos que me están comentando, quiero ser muy sincero que teníamos una comisión de búsqueda muy austera que tenía ocho personas, a raíz de este problema público que tenemos el lunes pasado de todos lados recortamos para asignar 50 millones de pesos que yo se que no es nada, pero vamos a cuadruplicar el personal sobre todo la capacidad del Estado y la comisión de búsqueda.

LAS LECCIONES

En el caso de la desaparición y búsqueda de Debanhi hay diversos puntos sobre las que debemos de reflexionar sobre la desaparición de personas, especialmente la desaparición de mujeres. Se estima que a nivel nacional son ya 100 mil las personas desaparecidas en los últimos 15 años. Es una enorme crisis humanitaria que vive el país.

En el caso de la desaparición y búsqueda de Debanhi que armó un gran movimiento no sólo mediático sino social en Monterrey que ha impactado la conciencia nacional, se encontraron los cuerpos sin vida de cinco mujeres que, como la inmensa mayoría de casos registrados, pasan desapercibidas, sólo sus familiares las buscan, mientras las autoridades se hacen de oídos sordos.

¿No tienen valor esas cinco mujeres que perdieron la vida, sabrá Dios por qué razones y quiénes perpetraron esos crímenes? Esto se llama impunidad y es algo que ya se hizo como norma y “no es noticia”, que desaparezcan personas sin que pase nada, como si se tratara de que desaparecieran vacas.

Se advierte de la misma forma cómo las fiscalías manipulan las investigaciones -investigaciones cuando lo hacen por la presión social-. En este caso de Debanhi que se convirtió en un suceso de resonancia no solo nacional sino internacional, se salió con la ocurrencia de que murió por caer por accidente en la cisterna de un hotel cuando caminaba por la noche, pero se había ocultado la existencia de un video en la que la jovencita había sido acosada y atacada por un taxista que la quería obligar a tener relaciones sexuales, por lo que se bajó del vehículo, tratando de huir.

Esos hechos que la Fiscalía presuntamente trató de ocultar y/o minimizar al descubrirse vinieron a exacerbar la indignación social, por las mentiras y el engaño que se pretendió fabricar para tratar así de poner un alto a la crisis que vivía y vive el gobernador Samuel García.

Aquí publicaba la meticulosa periodista Elsa Martha Gutiérrez: “En Jalisco, son 53 mujeres asesinadas en 109 días. La última hallada en carretera de Lagos de Moreno-Encarnación de Díaz. Sin embargo, hay otro caso que no se ha hecho público por decisión de la familia. El presunto responsable es un hombre con poder político y económico”.

El más reciente fue el de la jovencita Quimberly Aceves Franco que se había denunciado y apareció sin vida esta semana.

Es un desastre humanitario en el que estamos inmersos y lo más aterrador es que nadie está a salvo en esta crisis también de seguridad que vivimos, sin que se vea luz al fondo del túnel, porque tanto a nivel nacional como estatal, simplemente administran el problema y nos machacan que vamos bien, cuando la realidad es distinta.

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