OPINIÓN
De timos y aluxes
 
																								
												
												
											Opinión, por Javier X. Hurtado //
El título que abarca el presente texto de opinión, están plasmadas de indignidad por un zapopano de nacimiento, de sangre y crianza sinaloense. De un servidor público profesional, “ciudadano de la ciudad” (dijeran en mi rancho); de un sentimiento de coraje, de enojo por lo “arrabalero”, “naco”, déspota e indigno, que hasta parece burla -seguramente no sólo para su servidor, sino para muchas personas más-, de lo acaecido la semana pasada con los tan mentados “aluxes” y “timos”: Me explico:
Primero que nada contextualicemos ambos conceptos dentro de la algarabía política que se suscitó. El famoso Timo “surgió del cuaderno de apuntes de su creador Rodrigo de la Sierra a través de una serie de garabatos”; y, que, según él, representa al “hombre de todos” con las 15 esculturas “plantadas” sobre el paseo alcalde, mismas que hasta para un ciego que lo palpe son alusivas al Gobernador del Estado de Jalisco en turno.
Por otra parte, los aluxes fueron tema de burla ya que el pasado sábado 25 de febrero, André Manuel López Obrador, público en redes sociales un par de imágenes las cuales acompañaba del texto en el cual mencionaba: “Les comparto dos fotos de nuestra supervisión a las obras del Tren Maya: una, tomada por un ingeniero hace tres días, al parecer de un aluxe; otra, de Diego Prieto de una espléndida escultura prehispánica en Ek Balam. Todo es místico”; y “las raíces culturales en México son los chaneques, el aluxe, los duendes. Yo quisiera que hubiese aluxes. Si no existen, pues habría que inventarlos, porque esos nada más hacen travesuras; lo que no quiero son los otros, los demonios, esos sí no. Pero ya vamos a hablar de eso, porque es interesantísimo ese tema”. Ahora bien, definamos certeramente lo que significan cada uno de los personajes (unos disque artísticos, y otros prehispánicos):
Por lo que toca al Timo, con el cual no sólo se burlan de la ciudadanía al hacer esas “obras de arte” de un hombre obeso, pelón, de huesos gruesos, déspotamente hechas a “imagen y semejanza” de quien mencioné y lo hacen mañosamente para disfrazar los intereses personales de éste personaje, aludiendo al del 481 Aniversario de la Fundación de Guadalajara y el Bicentenario de Jalisco como Estado libre y soberano; ¡no!, no fue suficiente solo eso, sino que hasta para bautizar a esta barbarie con el “nombre” ofenden más aún a la ciudadanía; ya que la RAE (2023), define “timo” como la “Acción y efecto de timar”; y, por su parte, la misma Academia define “timar” como “quitar o hurtar algo con engaño” y “engañar a alguien con promesas y esperanzas”.
En ese caso, hagamos un hemiciclo a los bolardos, ciclovías, repavimentado de lo ya pavimentado (como Enrique Díaz de León), a las tortas ahogadas, al tejuino; que sí representan a Jalisco, porque para allá vamos con estas insolencias.
En lo que se refiere a los aluxes, es “junto con pegado”, pero no lo mismo. AMLO, nuestro Presidente, conocedor de cada uno de los municipios del país, sobre todo del sureste, sin malicia se le hizo fácil compartir esas imágenes; ya que, lo que llamó como “aluxe” (y la algarabía fue porque todo mundo pensó que se refería a Alushe, compañero enano de Tinieblas, famoso en la lucha libre mexicana), viene de la mitología maya que se refiere al “alux” que es un duende que se dedica a hacer travesuras, básicamente.
No nos hagamos bolas, ni brinquemos tanto estando el suelo tan parejo. Señalemos y mofémonos de las barbaries y desproporcionalidades de los gobernantes que ya se creen arte y se mandan a hacer monumentos, no de los gobernantes, sino de lo que enaltece a la mitología prehispánica. Pero, sobre todo, entonces, agreguemos a los tres modelos sobre el comportamiento de los partidos políticos competitivos -léanse gobernantes- que múltiples teóricos del tema han definido como los que: van en busca del voto, los que van en busca del cargo político y los que van en busca de la política.
A esto, le agregaría otros más: los de hacerse eternos brincando un mismo personaje de un municipio a otro, aprovechando un vacío legal; y, los que no les basta dilapidar dinero público en redes sociales personales e institucionales, sin socializar, ni crear ciudadanía, ni participación ciudadana, desaprovechando día con día las grandeza de las herramientas que éstas dan, para publicitarse; y, aunado a ello, se hacen “menumentos”. Esto es neofeudalismo: creerse necesarios, dando migajas al pueblo, sin hacerlos partícipes. Felicidades, vengan más timos hechos por los aluxes de Jalisco.

