JALISCO
Derechos humanos y el poder
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
México, enfrenta una evidente crisis en materia de derechos humanos, en el marco de la conmemoración del día de los Derechos Humanos celebrada cada 10 de diciembre, día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). La Declaración Universal de Derechos Humanos es un escrito histórico que proclama los derechos inalienables de toda persona.
En este sentido, en materia de derechos humanos los ciudadanos de todo el mundo, hoy sabemos y ejercemos los derechos humanos, en razón de convertir nuestro existir en una vida digna y respetuosa de la sociedad y de la convivencia entre las personas, entendemos que somos libres de opinar y expresar, elegir y pertenecer.
Además no debemos ser juzgados o señalados por ninguna cuestión ni de raza, color, sexo, religión, opinión política, idioma, posición económica o cualquier otra condición; el derecho a una vida libre de violencia y discriminación, nos permite merecer una vida digna y en libertad, nadie puede violentar o minimizar los derechos humanos de las personas, hace 74 años que en el mundo la lucha por la dignidad humana, mantiene un enfoque de protección general, procurando la cultura y socialización del respeto a los derechos humanos.
Sin embargo, los derechos humanos de las personas, su visualización, cultura y protección, son una piedra en el camino para los gobiernos, impiden el control de las sociedades, dificultan de sobremanera mantener una imagen de buen gobierno.
Cuando los servidores públicos cometen violaciones a los derechos humanos, su lucha y defensa generan incomodidades a quienes gobiernan y marcan evidentes razonamientos sociales, descubren innegables fallas en la administración pública e insensibilidad de los gobernantes, obstruyen la imposición ideológica y gubernamental, por lo que para la mayoría de los gobiernos activos y con amplio margen de autoritarismo, los derechos humanos siempre serán un obstáculo en el camino al poder público.
Derechos humanos, como el derecho a la información pública que detonan en positivo la transparencia gubernamental y el acceso a la información, generan en su correcta vía gobiernos abiertos y transparentes que prueban la ausencia de opacidad en el manejo de la administración pública y, por lo tanto, es sin duda una herramienta potencial e idónea del combate a la corrupción. Sus institutos garantes deben mantener su labor de trasparentar la información pública y proteger los datos personales, capacitar gobiernos e influir radicalmente en la cultura del derecho humano a saber.
Los derechos humanos en materia electoral, nos permiten ejercer el derecho a saber y a elegir a nuestros gobiernos, de manera transparente seguir cada parte del proceso electoral en los tiempos marcados por la ley, poder intervenir es democracia participativa y es ejercer nuestros derechos humanos a expresarnos, opinar y elegir a quienes les otorgamos poder para administrar nuestro país y estado. La importancia de mantener en una caja de cristal los procesos electorales, implica que el instituto que garantiza los derechos civiles y humanos a la participación democrática y al derecho a saber, sostenga su viabilidad sin ser intervenido por ningún gobierno que pretenda su desarticulación, para controlar un órgano de garantía a la sociedad.
Las instituciones que garantizan la protección de los derechos humanos en el país, están siendo acortadas para restarles poder de ejercicio, evitar la percepción negativa de la sociedad a los gobiernos actuales e impedir sus naturales contra pesos, ya que los tiempos electorales tocan a la puerta y el poder es difícil de abandonar; Sin embargo, ni los institutos electorales, ni de acceso a la información pública y protección de datos personales, ni las Comisiones de los Derechos Humanos deben ser poseídas por interés del poder, visibilizando la defensa y ejercicio de los derechos humanos.
Que los gobiernos le apuesten a la transparencia y a la defensa de los derechos humanos, desde su disposición autocrítica y congruencia política, al final la historia de sus acciones cobrará la factura; A 74 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el Mundo, la congruencia de la dignidad humana debe sostenerse con orgullo y defensa real.
En este contexto y como consejera de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos Jalisco, expreso mi opinión personal y manifiesto no haber sido parte del comité de consejeros que organizó el premio Francisco Tenamaxtli y permitió que un evento de tal envergadura se llevara a cabo en Casa Jalisco. Externo mi total desaprobación y disculpa a todos los colectivos desinvitados y a la sociedad en general.
