MUNDO
Disminuye el capital de la clase media en EEUU: La recuperación económica estadounidense, factores de alto riesgo
Economía Global, por Alberto Gómez R. //
El entorno mundial en el que la clase media sigue disminuyendo aceleradamente a nivel global, en los Estados Unidos –cuna del modelo ideal de la clase media occidental- los efectos económico-financieros de la pandemia del Covid-19 han disminuido las posibilidades de crecimiento y subsistencia de este nivel socioeconómico, antes predominante.
La participación del patrimonio neto total en los percentiles 50 a 90 de riqueza ha disminuido constantemente en las últimas tres décadas.
Los datos de los Bancos de la Reserva Federal muestran que la clase media poseía el 36% de la riqueza de Estados Unidos en los años 90 y hasta el 2003. Desde entonces, ha caído al 28% a partir del primer trimestre de 2021, una caída de más del 8% para convertirlo en la proporción más baja de riqueza registrada por la clase media. Por otro lado, el 1% superior aumentó el 9% en su participación en la riqueza desde los años 90. El 1% superior poseía sólo el 23,1% de los Estados Unidos en 1990. Ahora controlan el 32,1% de toda la riqueza del país. (US Board of Governors of the Federal Reserve System)
Una explicación podría ser que los muy ricos mantienen su riqueza en acciones u otros activos duros como propiedades que responden mejor a la inflación.
En cambio, la clase media gana la mayor parte de su riqueza a través de ingresos que tienden a ser rígidos con salarios que no aumentan en términos reales desde los años setenta, pues no se adecuan a los niveles de inflación ni a la pérdida de valor del dólar, lo que impacta en el poder adquisitivo.
Esto quiere decir que la clase socioeconómica media estadounidense se está encogiendo, mientras que la clase alta ahora es poseedora de mayor cantidad de riqueza.
Durante las recesiones económicas, los bonos, acciones u otros activos, tienden a responder automáticamente y de inmediato a las nuevas situaciones, esto en beneficio de quienes los poseen, al contrario de los sueldos, que les toma mucho más tiempo adaptarse.
Otra de las razones de la divergencia es que la clase media está excluida de participar en algunas de las mayores ganancias posibles: la inversión en nuevas empresas o emprendimientos (startups).
Por ejemplo, La Ley de Valores de 1933 prohíbe a cualquier persona que gane menos de 100.000 dólares al año financiar a personas como Mark Zuckerberg cuando inició Facebook en 2004.
Facebook alcanzó brevemente un billón de dólares en capitalización de mercado, con él como parte de toda una industria tecnológica que comenzó como pequeñas empresas emergentes y ahora su valor es de más de 10 billones de dólares tan solo de las cinco más grandes, o aproximadamente la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos.
Esa es una gran cantidad de riqueza creada principalmente después del auge y la caída de las puntocom a finales de los 90 y principios de los 2000.
También es una fiebre del oro en la que la clase media no podría participar a menos que fueran emprendedores, porque no pudieron financiar las miles de startups tecnológicas que ahora dominan el mundo hasta después de que salieron a bolsa.
En las recientes semanas, las acciones estadounidenses cayeron y los rendimientos de los bonos subieron el han subido debido a que los inversores retrocedieron ante otro informe de inflación y las ganancias de algunos grandes bancos.
Las operaciones en bolsa (S&P 500, NASDAQ) se han comportado de manera volátil, al mismo tiempo que los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron. (wsj.com)
En contraposición a la turbulencia en crecimiento en los mercados financieros, la reapertura total de las actividades económicas en Estados Unidos a mediados de julio pasado, y habiendo recibido al menos una dosis de vacunación el 57,7% de sus pobladores, y el 49.8% están completamente vacunados (actualizado al 31 de julio) acorde al informe de Mayo Clinic, ha provocado que la demanda de los consumidores haya superado en gran medida la capacidad de las empresas para contratar personal.
El desmedido aumento en la demanda de bienes de consumo principalmente, ha propiciado un importante incremento en la oferta de empleos en los meses recientes. En junio de 2021 se crearon 850.000 empleos en Estados Unidos, una cifra mayor a la esperada por los analistas y que da señales de una sólida recuperación económica. Y, aunque al mercado laboral le quedan 6,8 millones de empleos por recuperar, junio tocó récord en número de vacantes.
El informe del Departamento de Trabajo correspondiente a junio de 2021 reveló que la tasa de desempleo en el país subió apenas una décima frente al mes anterior hasta el 5,9%. Sin embargo, el crecimiento de los empleos generados ofrece un panorama de recuperación.
Como una paradoja en un país que perdió más de 50 millones de puestos de trabajo durante la pandemia, los empleadores de la Unión Americana se han visto en apuros para contratar personal, en lo que políticos, empresas y algunos economistas han atribuido a las mayores prestaciones por desempleo, incluido un cheque semanal de 300 dólares entregado por el Gobierno.
Con los estímulos fiscales a las empresas, así como los apoyos económicos del gobierno federal a los ciudadanos estadounidenses durante ya más de un año -que les han servido para solventar sus gastos primordialmente, pero también como una base de ahorro o para pequeñas inversiones- se ha despertado en estos beneficiarios la conciencia sobre su situación laboral y la satisfacción que les representa.
Las vacantes de empleo disponibles en los Estados Unidos marcaron un nuevo techo histórico en mayo pasado, al alcanzar los 9,21 millones, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Vacantes y Rotación Laboral (JOLTS por sus siglas en inglés), publicada en la primera quincena de julio en Washington por el Departamento de Trabajo.
Las vacantes están muy por encima de las contrataciones, lo que apunta a un desajuste laboral, dice el informe.
Debido a la urgencia de aumentar la plantilla de trabajadores, muchas empresas han comenzado a aumentar los salarios y a ofrecer incentivos como bonificaciones de contratación para atraer solicitantes y cubrir los puestos vacantes.
El número de personas que abandonaron voluntariamente sus trabajos disminuyó a 3,6 millones en mayo.
Al mismo tiempo, las cifras destacan un elevado número de estadounidenses que renuncian a sus trabajos para buscar nuevas oportunidades. Ya sea que busquen horarios más flexibles, un aumento de salario o la capacidad de trabajar de forma remota, la cantidad de renuncias sugiere que los trabajadores confían en su capacidad para encontrar otro empleo, así como iniciar pequeños emprendimientos.
La pandemia del Covid-19 continúa transformando la vida humana en todos los ámbitos, y desde la perspectiva económica, pueden estar gestándose profundos cambios generados desde un despertar de la conciencia, en la que se busca no sólo la satisfacción de las necesidades básicas o materiales, sino un cambio positivamente radical: la búsqueda de la FELICIDAD.
