MUNDO
El caso del magnate Michael Bloomberg: El poder de la riqueza en las elecciones de EUA
Por Jorge López Portillo Basave //
En los 90´s el economista Mauricio Gudiño Coronado, presentaba tesis titulada “El poder de la riqueza” y pronosticaba que por el poder económico las empresas sustituirían a las nacionalidades, es decir usted no sería de tal o cual país sino de tal o cual empresa.
Si algo define a las elecciones de todo el mundo es el uso de dinero para difundir ideas o motivar a los electores en un sentido o en otro. En EUA no existe un organismo como el INE mexicano, los topes de campaña aplican únicamente para las donaciones individuales que uno puede aportar a un candidato, pero no existe límite a lo que un candidato puede recibir o gastar, tampoco hay límite al dinero propio que uno pueda invertir en su propia campaña.
Si de dinero se trata, es imposible dejar de lado al precandidato más adinerado en la historia de EUA y tal vez en la historia de la humanidad, quien está gastando como si no hubiese otra forma de ganar. Me refiero Mike Bloomberg quien tiene una riqueza estimada en $60 mil millones de dólares.
Del 2008 al 2019 Bloomberg “invirtió” en causas del Partido Demócrata $6 mil millones de dólares –muchos de estos recursos fueron deducidos de impuestos-, y en unos meses, su precampaña lleva gastados más de $800 millones de dólares de los cuales casi $600 se han ido en anuncios de televisión con temas de “tutifruti”, desde videos en los que Obama lo reconoce –a pesar de que inicialmente Mike no lo apoyó en la campaña del 2008-, hasta los que descalifican a su rival Bernie Sanders por ser socialista “Pro Castro” y aprovechando el tema del momento ataca a Trump por el manejo de la crisis del Corona Virus.
Bloomberg tiene sus debilidades en su falta de carisma durante entrevistas y debates, en sus acuerdos con más de 40 mujeres para que no hicieran públicos supuestos hechos incómodos ocurridos durante muchos años de su vida empresarial, por decir que China no es una dictadura y que su pueblo está contento con ese tipo de gobierno, por sus comentarios supuestamente racistas sobre latinos y negros a quienes señaló como los causantes de la mayoría de los delitos durante el tiempo en el que él fue alcalde de NY, por su frialdad al sugerir que si alguien tiene edad avanzada y se descubre que tiene cáncer, lo que mejor se debe hacer es mandarlo a su casa a gozar lo que le quede de vida.
EL coordinador de Campaña de Bloomberg dice que “gastarán lo que sea necesario”, como lo hace en sus eventos pagando la comida a los asistentes, como ya lo hizo en el 2018 para que los demócratas recuperasen el control de la Cámara de Representantes o como lo ha hecho en muchos procesos electorales locales, para ganar el control de los congresos estatales.
Mike no es el pre candidato puntero, ni siquiera es el segundo sino el tercero o cuarto, según encuestas nacionales, pero puede esperar a que los demás precandidatos se queden sin dinero y llegar a la Convención Demócrata dividida en Milwaukee, enfrentando a Bernie Sanders quien supuestamente no lograría la mayoría en la primera votación interna – 1991 votos- y en la segunda enfrentaría a una oposición interna del “status quo” que daría su apoyo a Mike el ‘Gran Padrino’ que, además, es amigo de Hillary, de China y no quiere ser socialista como Sanders sino sólo ganar.
Presume que los $6 mil millones de dólares que Mike ha gastado en iniciativas del Partido Demócrata le garantizan una estructura para poder ganarle a Trump.
Pero el 20% de los demócratas dicen que no apoyarían a Mike por ser un arribista que fue alcalde por el Partido Republicano e incluso cambió las reglas –con apoyos económicos y mucha publicidad- para poder ser electo en 3 periodos consecutivos, lo que es extremadamente inusual –fue alcalde por 12 años-.
BLOOMBERG Y LAS RIFAS PRESIDENCIALES
Los candidatos y los presidentes dicen muchas cosas que suenan extravagantes, Trump dijo que no usaría el avión presidencial porque el suyo era mejor, AMLO dijo que no usaría el avión presidencial ni los Pinos por ostentosos, ahora Bloomberg dice que rifará estancias en la Casa Blanca… “algo así como Air band B” porque “todos los americanos deben tener la oportunidad de dormir en la alcoba Lincoln” ¡Aunque usted, no lo crea! Si usted tiene cuates allá pues pídales que lo metan a la rifa y ya con el avión presidencial mexicano, hacemos programa de todo incluido… ¿será?
Sea lo que sea, Bloomberg es empresario muy exitoso multimillonario que creó un imperio mediático y logró gobernar la ciudad que “nunca duerme” y mantener su popularidad… hasta hoy.
“EL NUEVO SOCIALISMO”
Con sus casi ocho décadas Bernie Sanders y sin ser militante de ningún partido, ha sido el líder popular del Partido Demócrata desde 2016, año en el que cuestionablemente perdió la contienda vs Hillary Clinton.
Sanders ha logrado entusiasmar a una gran parte de la juventud en los EUA por sus propuestas de educación gratuita, cobertura médica universal gratuita, eliminación del uso de combustibles fósiles y aumento forzado al salario mínimo nacional a $15 dólares por hora.
Sanders ha ganado el voto popular de casi todas las elecciones del Partido Demócrata que se han realizado hasta hoy con excepción de Carolina de Sur en donde la mayoría de afroamericanos siempre apoyaron a Biden. Pero incluso ahí y gracias a su popularidad con jóvenes de todos los sectores sociales y orígenes raciales, Berni logró mejorar sus números con respecto a la elección del 2016.
Mañana martes, veremos si amplía sus victorias o se es opacado por los millones de Bloomberg, por la nostalgia de Obama que Biden representa o por la oratoria y carisma de Pete.
Sanders ha hecho comentarios favorables con respecto a Cuba, a Rusia, a Venezuela y a otros sistemas socialistas lo que podría causarle un dolor de cabeza a los candidatos demócratas que juegan sus puestos en el Senado y en la Cámara baja con electores menos liberales.
Sanders propuso como “oportunidad” de empleo para los jóvenes latinos y afroamericanos, ser los nuevos empresarios de la mariguana –así lo dijo aunque usted no lo crea-. Esa declaración sería ¿reconocimiento o racismo? Los críticos de Sanders lo acusan de ser un “socialista” que viaja en avión privado y tiene tres casas.
Sanders es alguien que no debe ser subestimado y que mantiene su línea discursiva aunque lo presionen, lo que merece mucho respeto. Pero al hablar del “nuevo socialismo”, declara que nacionalizará la industria eléctrica y otros energéticos en EUA, eliminará los seguros privados y obligará a las empresas a tener a los trabajadores –sindicatos- en sus Consejos de Administración, algo así como el Partido Comunista Chino en la nueva era del Presidente Xi.
¿JOE BIDEN FUE ARRESTADO EN SUDÁFRICA?
A pesar de su victoria en Carolina del Sur, Joe Biden, vicepresidente con Obama por 8 años, está casi sin dinero para seguir adelante, con errores que van desde el nombre de las ciudades en las que se presenta o decir que fue arrestado por tratar de ver a Nelson Mandela –lo que luego corrigió diciendo que le negaron el paso a verlo en prisión-, hasta confundir el cargo al que aspira –hace unos días dijo que era candidato a senador en lugar de a presidente-, y carga con la sombra de sus familiares que hicieron negocios multimillonarios con China y Ucrania; pero se niega a tirar la toalla esperando tener un gran marzo en las zonas con minorías que supuestamente son su fortaleza.
EL DIERO FLUYE HACIA PETE
Los patrocinios a favor del joven Pete vana la alza. El alcalde ha sido revelación entre los precandidatos demócratas y se mantiene con presencia tratando de ser quien unifique al supuesto centro del partido, al ser menos extremo que Sanders, más moderno que Biden y ser -como él lo dice- “un verdadero militante demócrata a diferencia de Bloomberg o de Sanders quienes sólo dividirían al partido, entregando a elección a Trump y la Cámara y el Senado a los republicanos”.
MARZO y “EL SUPER MARTES”
Mañana se definen 14 estados que representan más del 30% de los delgados para la Convención Nacional Demócrata, entre ellos California y Texas y para el final de marzo habrán transcurrido 32 elecciones estatales y estarían asignados más del 50% de los delegados, lo que indica que podríamos saber quién es el precandidato a vencer internamente y tal vez hasta el candidato final que enfrentara Trump. Marzo definirá si habrá pleito o no en la Convención Demócrata 2020.
LOS ESTADOS UNIDOS DE BLOOMBERG LTD
El “status quo” del Partido Demócrata está presionando para evitar que Sanders obtenga el número de delegados suficientes para ser candidato, pero que al mismo tiempo sus seguidores no sientan que se le robó la candidatura. Está difícil, ya parece el PRI.
Personajes de la talla de Obama y Clinton estarían en dicho “esfuerzo coordinado” –así como en el 2016-, para que en la convención de verano se de una primera votación dividida y en la segunda votación con el uso de delegados supernumerarios –es decir los dueños del partido- le den la campaña a un candidato “cuate” como Bloomberg a Warren -por aquello del #Me Too-, o a Biden –si sobrevive marzo- y tal vez a Pete por su juventud y aquello del poder Gay en el Partido Demócrata..
Se dice que Michel Obama o Hillary podrían ser las candidatas a vicepresidente para amarrar el trato de cualquiera de los arriba mencionados en contra de Bernie. En especial debemos recordar que 20% de demócratas no apoyarían a Sanders sobre Trump lo que repetiría el fenómeno del 2016 en donde una parte importante de los “Bernie Lovers” dejó a Hillary y se fue con Trump.
Si a Bloomberg le dan la candidatura con el apoyo de los dirigentes del Partido Demócrata, sin hacer campaña por tierra y habiéndose saltado los primeros meses, se podría concluir que los años de campaña anticipada en los que “motivó” –compró- a cientos de políticos municipales dieron fruto y podría ser el primer paso evidente hacia el mundo post nacional del que Mauricio Gudiño hablaba, en donde las empresas serán los países del mañana.
Como dato curioso, de ganar la presidencia de EUA, Sanders o Bloomberg serían los primeros presidentes de religión judía.
Agradezco a usted que hace el favor de leerme y a este medio que me da la oportunidad de llegar hasta su persona.
Dios nos bendiga, que es lo mejor que uno puede desear.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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