MUNDO
El caso del magnate Michael Bloomberg: El poder de la riqueza en las elecciones de EUA

Por Jorge López Portillo Basave //
En los 90´s el economista Mauricio Gudiño Coronado, presentaba tesis titulada “El poder de la riqueza” y pronosticaba que por el poder económico las empresas sustituirían a las nacionalidades, es decir usted no sería de tal o cual país sino de tal o cual empresa.
Si algo define a las elecciones de todo el mundo es el uso de dinero para difundir ideas o motivar a los electores en un sentido o en otro. En EUA no existe un organismo como el INE mexicano, los topes de campaña aplican únicamente para las donaciones individuales que uno puede aportar a un candidato, pero no existe límite a lo que un candidato puede recibir o gastar, tampoco hay límite al dinero propio que uno pueda invertir en su propia campaña.
Si de dinero se trata, es imposible dejar de lado al precandidato más adinerado en la historia de EUA y tal vez en la historia de la humanidad, quien está gastando como si no hubiese otra forma de ganar. Me refiero Mike Bloomberg quien tiene una riqueza estimada en $60 mil millones de dólares.
Del 2008 al 2019 Bloomberg “invirtió” en causas del Partido Demócrata $6 mil millones de dólares –muchos de estos recursos fueron deducidos de impuestos-, y en unos meses, su precampaña lleva gastados más de $800 millones de dólares de los cuales casi $600 se han ido en anuncios de televisión con temas de “tutifruti”, desde videos en los que Obama lo reconoce –a pesar de que inicialmente Mike no lo apoyó en la campaña del 2008-, hasta los que descalifican a su rival Bernie Sanders por ser socialista “Pro Castro” y aprovechando el tema del momento ataca a Trump por el manejo de la crisis del Corona Virus.
Bloomberg tiene sus debilidades en su falta de carisma durante entrevistas y debates, en sus acuerdos con más de 40 mujeres para que no hicieran públicos supuestos hechos incómodos ocurridos durante muchos años de su vida empresarial, por decir que China no es una dictadura y que su pueblo está contento con ese tipo de gobierno, por sus comentarios supuestamente racistas sobre latinos y negros a quienes señaló como los causantes de la mayoría de los delitos durante el tiempo en el que él fue alcalde de NY, por su frialdad al sugerir que si alguien tiene edad avanzada y se descubre que tiene cáncer, lo que mejor se debe hacer es mandarlo a su casa a gozar lo que le quede de vida.
EL coordinador de Campaña de Bloomberg dice que “gastarán lo que sea necesario”, como lo hace en sus eventos pagando la comida a los asistentes, como ya lo hizo en el 2018 para que los demócratas recuperasen el control de la Cámara de Representantes o como lo ha hecho en muchos procesos electorales locales, para ganar el control de los congresos estatales.
Mike no es el pre candidato puntero, ni siquiera es el segundo sino el tercero o cuarto, según encuestas nacionales, pero puede esperar a que los demás precandidatos se queden sin dinero y llegar a la Convención Demócrata dividida en Milwaukee, enfrentando a Bernie Sanders quien supuestamente no lograría la mayoría en la primera votación interna – 1991 votos- y en la segunda enfrentaría a una oposición interna del “status quo” que daría su apoyo a Mike el ‘Gran Padrino’ que, además, es amigo de Hillary, de China y no quiere ser socialista como Sanders sino sólo ganar.
Presume que los $6 mil millones de dólares que Mike ha gastado en iniciativas del Partido Demócrata le garantizan una estructura para poder ganarle a Trump.
Pero el 20% de los demócratas dicen que no apoyarían a Mike por ser un arribista que fue alcalde por el Partido Republicano e incluso cambió las reglas –con apoyos económicos y mucha publicidad- para poder ser electo en 3 periodos consecutivos, lo que es extremadamente inusual –fue alcalde por 12 años-.
BLOOMBERG Y LAS RIFAS PRESIDENCIALES
Los candidatos y los presidentes dicen muchas cosas que suenan extravagantes, Trump dijo que no usaría el avión presidencial porque el suyo era mejor, AMLO dijo que no usaría el avión presidencial ni los Pinos por ostentosos, ahora Bloomberg dice que rifará estancias en la Casa Blanca… “algo así como Air band B” porque “todos los americanos deben tener la oportunidad de dormir en la alcoba Lincoln” ¡Aunque usted, no lo crea! Si usted tiene cuates allá pues pídales que lo metan a la rifa y ya con el avión presidencial mexicano, hacemos programa de todo incluido… ¿será?
Sea lo que sea, Bloomberg es empresario muy exitoso multimillonario que creó un imperio mediático y logró gobernar la ciudad que “nunca duerme” y mantener su popularidad… hasta hoy.
“EL NUEVO SOCIALISMO”
Con sus casi ocho décadas Bernie Sanders y sin ser militante de ningún partido, ha sido el líder popular del Partido Demócrata desde 2016, año en el que cuestionablemente perdió la contienda vs Hillary Clinton.
Sanders ha logrado entusiasmar a una gran parte de la juventud en los EUA por sus propuestas de educación gratuita, cobertura médica universal gratuita, eliminación del uso de combustibles fósiles y aumento forzado al salario mínimo nacional a $15 dólares por hora.
Sanders ha ganado el voto popular de casi todas las elecciones del Partido Demócrata que se han realizado hasta hoy con excepción de Carolina de Sur en donde la mayoría de afroamericanos siempre apoyaron a Biden. Pero incluso ahí y gracias a su popularidad con jóvenes de todos los sectores sociales y orígenes raciales, Berni logró mejorar sus números con respecto a la elección del 2016.
Mañana martes, veremos si amplía sus victorias o se es opacado por los millones de Bloomberg, por la nostalgia de Obama que Biden representa o por la oratoria y carisma de Pete.
Sanders ha hecho comentarios favorables con respecto a Cuba, a Rusia, a Venezuela y a otros sistemas socialistas lo que podría causarle un dolor de cabeza a los candidatos demócratas que juegan sus puestos en el Senado y en la Cámara baja con electores menos liberales.
Sanders propuso como “oportunidad” de empleo para los jóvenes latinos y afroamericanos, ser los nuevos empresarios de la mariguana –así lo dijo aunque usted no lo crea-. Esa declaración sería ¿reconocimiento o racismo? Los críticos de Sanders lo acusan de ser un “socialista” que viaja en avión privado y tiene tres casas.
Sanders es alguien que no debe ser subestimado y que mantiene su línea discursiva aunque lo presionen, lo que merece mucho respeto. Pero al hablar del “nuevo socialismo”, declara que nacionalizará la industria eléctrica y otros energéticos en EUA, eliminará los seguros privados y obligará a las empresas a tener a los trabajadores –sindicatos- en sus Consejos de Administración, algo así como el Partido Comunista Chino en la nueva era del Presidente Xi.
¿JOE BIDEN FUE ARRESTADO EN SUDÁFRICA?
A pesar de su victoria en Carolina del Sur, Joe Biden, vicepresidente con Obama por 8 años, está casi sin dinero para seguir adelante, con errores que van desde el nombre de las ciudades en las que se presenta o decir que fue arrestado por tratar de ver a Nelson Mandela –lo que luego corrigió diciendo que le negaron el paso a verlo en prisión-, hasta confundir el cargo al que aspira –hace unos días dijo que era candidato a senador en lugar de a presidente-, y carga con la sombra de sus familiares que hicieron negocios multimillonarios con China y Ucrania; pero se niega a tirar la toalla esperando tener un gran marzo en las zonas con minorías que supuestamente son su fortaleza.
EL DIERO FLUYE HACIA PETE
Los patrocinios a favor del joven Pete vana la alza. El alcalde ha sido revelación entre los precandidatos demócratas y se mantiene con presencia tratando de ser quien unifique al supuesto centro del partido, al ser menos extremo que Sanders, más moderno que Biden y ser -como él lo dice- “un verdadero militante demócrata a diferencia de Bloomberg o de Sanders quienes sólo dividirían al partido, entregando a elección a Trump y la Cámara y el Senado a los republicanos”.
MARZO y “EL SUPER MARTES”
Mañana se definen 14 estados que representan más del 30% de los delgados para la Convención Nacional Demócrata, entre ellos California y Texas y para el final de marzo habrán transcurrido 32 elecciones estatales y estarían asignados más del 50% de los delegados, lo que indica que podríamos saber quién es el precandidato a vencer internamente y tal vez hasta el candidato final que enfrentara Trump. Marzo definirá si habrá pleito o no en la Convención Demócrata 2020.
LOS ESTADOS UNIDOS DE BLOOMBERG LTD
El “status quo” del Partido Demócrata está presionando para evitar que Sanders obtenga el número de delegados suficientes para ser candidato, pero que al mismo tiempo sus seguidores no sientan que se le robó la candidatura. Está difícil, ya parece el PRI.
Personajes de la talla de Obama y Clinton estarían en dicho “esfuerzo coordinado” –así como en el 2016-, para que en la convención de verano se de una primera votación dividida y en la segunda votación con el uso de delegados supernumerarios –es decir los dueños del partido- le den la campaña a un candidato “cuate” como Bloomberg a Warren -por aquello del #Me Too-, o a Biden –si sobrevive marzo- y tal vez a Pete por su juventud y aquello del poder Gay en el Partido Demócrata..
Se dice que Michel Obama o Hillary podrían ser las candidatas a vicepresidente para amarrar el trato de cualquiera de los arriba mencionados en contra de Bernie. En especial debemos recordar que 20% de demócratas no apoyarían a Sanders sobre Trump lo que repetiría el fenómeno del 2016 en donde una parte importante de los “Bernie Lovers” dejó a Hillary y se fue con Trump.
Si a Bloomberg le dan la candidatura con el apoyo de los dirigentes del Partido Demócrata, sin hacer campaña por tierra y habiéndose saltado los primeros meses, se podría concluir que los años de campaña anticipada en los que “motivó” –compró- a cientos de políticos municipales dieron fruto y podría ser el primer paso evidente hacia el mundo post nacional del que Mauricio Gudiño hablaba, en donde las empresas serán los países del mañana.
Como dato curioso, de ganar la presidencia de EUA, Sanders o Bloomberg serían los primeros presidentes de religión judía.
Agradezco a usted que hace el favor de leerme y a este medio que me da la oportunidad de llegar hasta su persona.
Dios nos bendiga, que es lo mejor que uno puede desear.
CARTÓN POLÍTICO
El muro de los dolores
MUNDO
El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.
Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.
Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.
A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.
Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.
La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.
Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.
Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.
Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.
Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.
El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.
El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.
George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).
Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.
La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.
Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.
Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.
Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.
El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.
También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.
Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.
La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.
Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.
Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca.
MUNDO
¿El Waterloo de Trump?

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.
Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.
China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.
La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.
Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.
La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.
A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.
En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.
Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.
Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.
La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.
Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.
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