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OPINIÓN

El colapso de la vialidad

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Mujeres y Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Un grave problema que vive la metrópoli es en su vialidad. Prácticamente la ciudad está colapsada. El caos se ha acentuado más en estos últimos meses para el sufrimiento de quienes tenemos la necesidad de movilizarnos por diversos puntos de la ZMG.

Dicen los que saben que hay demasiados autos en la Metrópoli, son cerca de cuatro millones, lo cual es cierto, pero cómo dejar el auto si el transporte es tan deficiente.

Los últimos gobiernos han estimulado el uso de la bicicleta, lo que me parece muy bien que se estimule la movilidad no motorizada, como lo han hecho otras ciudades del mundo, pero los resultados no son positivos.

Dicen las y los defensores de estas medidas -entre ellas está mi esposa y mis hijas- que hay que bajarse del auto y que estas acciones de crear ciclo vías se verán sus resultados a largo plazo y que seguramente mis ojos no lo alcanzarán a ver.

Puede ser, pero mientras sufro, como sufren millones de personas lo que es una vialidad que va de mal en peor, nos ahoga cada, vez más lenta, tornándose desesperante.

La consecuencia es grandes pérdidas horas hombre y una mayor contaminación en la ciudad. Si acumulamos el tiempo que perdemos por una mala vialidad, se traducen en horas, días y meses de nuestras vidas de tiempo perdido.

La contaminación genera enfermedades respiratorias que se agudizan en este mes de diciembre, contaminación que va en aumento con una vialidad colapsada como la que sufrimos.

Cada quien puede contar sus historias cotidianas en su transitar por la ciudad. En mi caso personal, suelo utilizar con mayor frecuencia dos vías para moverme por la ciudad, la de Guadalupe-Niños Héroes y Av. Patria en la zona poniente.

Hace algunas semanas a la Glorieta de Arcos le quitaron un carril dentro de la estrategia de mejorar la vialidad de la ciudad -por citar un ejemplo- para estimular el uso de la bicicleta, sin embargo las consecuencias que ello ha generado es que se hacen más largos los embotellamientos, no únicamente en las horas pico, sino también ya en otros horarios del día. Para lograr cruzar la Glorieta los arcos de poniente a oriente -desde tres o cuatro cuadras- he contabilizado entre 4 y 6 minutos, si es que no hay de por medio algún accidente.

Para ir al estadio de béisbol y poder disfrutar los partidos de los Charros tengo normalmente dos opciones de trayecto: por Av. Patria y cruzar la colonia Altamira por Avenida Romanos para luego seguir por Juan Pablo II-Laureles; si salgo a las 18 horas, el tiempo para llegar pueden ser cerca de 60 minutos, pero si salgo a las 18:30, el tiempo de traslado en este mes de diciembre ha sido hasta de 90 minutos. El Periférico de ida mejor ni lo uso…

¿CÓMO ORDENAR EL CAOS?

Tenemos muchos vehículos y un transporte muy deficiente, aunado a la ausencia de la autoridad de Vialidad que hace algunas semanas se hizo presente con su voracidad al lanzarse a la casa de automovilistas que usan porta placas para aplicarles multas hasta de 12 y 13 mil pesos en un afán recaudatorio de nuestras autoridades.

Con gusto me bajaría del auto si tuviéramos un mejor transporte. No niego que se han hecho esfuerzos por cambiar esta situación. La solución de fondo sin duda es la apuesta al Tren Ligero y Macrobús, sin embargo, vamos ya muy atrasados.

Creo que durante los gobiernos del PAN se perdió la oportunidad de mejorar el transporte público ya que en los sexenios que encabezaron Alberto Cárdenas y Francisco Ramírez Acuña, no se avanzó en las Líneas del Tren ligero y con Emilio González se construyó el Macrobús que circula por toda la Calzada Independencia de Miravalle a Huentitán.

Con Aristóteles la gran apuesta fue en materia de Tren Ligero al construirse la accidentada Línea 3 del Tren Ligero con una longitud de 21 kilómetros, un gran esfuerzo sin duda -haiga sido como haiga sido diría el filósofo de Michoacán-, pero en su operación no se nota mejoría en la vialidad de la ciudad. No niego su enorme utilidad.

PERIBÚS Y LÍNEA 4

En el gobierno de Enrique Alfaro hay también un importante esfuerzo por mejorar el transporte público con el Peribús (no me gusta el nombre de Mi Macroperiférico) que ayudará a cientos de miles de personas a movilizarse con mayor rapidez, pero que generará grandes cuellos de botella en esos 40 kilómetros de periférico, con lo cual la contaminación se acentuará. Es el daño colateral que trae como consecuencia.

El año lo cerramos con una buena noticia, el anuncio que hizo el presidente municipal de Tlajomulco, Salvador Zamora Zamora de que se construirá la Línea 4 del Tren Ligero Guadalajara-Tlajomulco, que es la principal apuesta del gobernador Alfaro; el costo de la obra se ajusta a la baja de 13 mil a 10 mil millones, o sea 3 mil menos. Se anunció que el financiamiento será con la participación de la iniciativa privada, 3 mil millones de Banobras -¿préstamo al gobierno de Jalisco?- y 2 mil millones que aportará el Gobierno de Jalisco.

Así están las cosas, por lo pronto, mientras se hacen estas obras que aún le cuelga tiempo, armémonos de paciencia, toda vez que la solución al problema -si es que llega- es de varios años.

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