OPINIÓN
El concepto equivocado del éxito: «Estudiar para ser alguien en la vida»

Educación, por Isabel Venegas //
Todos lo sabemos, la educación tendrá un severo impacto por muchísimas razones, nuestros niños más pequeños, los adolescentes y hasta los jóvenes universitarios, están teniendo una serie de dificultades que se pueden sortear si se tienen ciertos recursos. Los instrumentos tecnológicos, el desarrollo cognitivo, la capacidad de autogestión y el apoyo del entorno social, son componentes que solo cierto porcentaje de la población reúne; sin embargo a pesar de todo, muchos estudiantes y padres de familia hacen lo mejor que pueden con lo que tienen.
Reconocer que ante una crisis la pérdida es inevitable, hace que los procesos de duelo y separación se realicen de manera más rápida y resiliente, y se pueda así comenzar a trabajar sobre la planeación para retomar el control de la vida. Para los habitantes de las zonas afectadas por el huracán Eta en Tabasco y Veracruz, en donde las inundaciones llegaron a superar incluso los tres o cuatro metros de altura, la pérdida es inmensa; ellos saben que deberán reconstruir la mayoría de las cosas, que no hay forma de recuperar fotografías, el mueble de la abuela, o la carpeta tejida que recordaba una festividad especial. Pensar que se tendrá que afrontar ese proceso no resta lo doloroso que pueda ser, pero obliga a mirar hacia adelante, a valorar lo que queda, a priorizar la vida y a construir nuevos canales de ayuda, en donde la solidaridad de los vecinos, el acopio de ayuda de lugares más menos lejanos, y los apoyos gubernamentales de todos los niveles, harán que pronto se pueda volver a la “normalidad”.
Lo mismo sucede tras el coronavirus, una pandemia que para nuestro país no da avisos de que pueda terminar pronto. Diversos factores siguen complicando la reducción de los contagios, y entre que son peras o manzanas, vamos a cerrar el año 2020 con las escuelas cerradas. Si ya hemos venido reflexionando sobre lo que nuestros niños pierden al estar confinados al dejar de relacionarse con sus compañeros y accediendo (en su mayoría) a formas precarias de la educación a distancia, justo será que ahora preguntemos ¿Para qué queremos que nuestros niños y jóvenes estudien? Cada que yo lanzo esa pregunta a los jóvenes estudiantes de preparatoria o licenciatura sus repuestas son: “Porque quiero ser alguien en la vida”, “Quiero tener un mejor futuro”, “Quiero tener éxito” o “Porque quiero ser mejor persona”.
EL CONCEPTO DEL ÉXITO HOY
¿Estudiar para ser alguien en la vida? Eso significa que quienes no tienen estudios no son “alguien”, son nada, es más, todas esas frases se vinculan de manera inconsciente pero perversa: si yo tengo estudios, no solo tengo la forma de acreditar que soy alguien, alguien superior, importante y de valor, … soy mejor persona. Un problema subyace cuando en ese tipo de argumentaciones el éxito se concibe como tener mucho dinero.
El éxito que debiera ser entendido como la realización plena e integral de la persona, no tendría por qué estar correlacionado con cierta cantidad o calidad de pertenencias; para colmo, no encuentra una correspondencia con la realidad al momento en que nuestros jóvenes egresados de la facultad no consiguen el empleo que les da para pagar un auto de lujo, el gimnasio y el antro de moda o el departamento con todas las amenidades posibles ¡Quiero tener un mejor futuro! –dicen-, cuando lo más valioso que tenemos es el presente, el momento en el que podemos hacernos cargo de nuestra realidad.
Grandes investigadores de la línea de la formación profesional en diferentes campos de desarrollo, abordan los fenómenos en los que los jóvenes estudiantes se enfrentan al momento de invertir su tiempo, su esfuerzo y su capacidad para estudiar. Este tipo de reflexiones se debieran plantear desde que son adolescentes, y hoy ante la pandemia incluso los padres de familia deben meditar sobre las razones por las que están haciendo que sus hijos vivan la experiencia de la escuela a distancia, con todos los costes que ya hemos ido poniendo sobre la mesa.
Pensar que un título será el seguro para tener un mejor futuro y una vida cómoda, en un mercado golpeado por una pandemia, donde la caída de la creación de empleos ha sido mundial y la reactivación económica tomará mucho tiempo para volver a ser un tanto estable, obliga a ver a la educación desde otra óptica; esta es la oportunidad de ver a la escuela como el instrumento para desarrollar todas las habilidades posibles, formarse como un ser en plenitud, descubrir el enorme potencial de cada uno de los estudiantes, incluso de los mismos profesores y directivos que como parte de la misma familia, debieran experimentar un crecimiento interior y comunitario. Dejar de pensar en el vínculo único y exclusivo del éxito profesional con la posesión de bienes materiales o de espacios de poder, serán elementos que ayuden a concebir a las escuelas como verdaderas herramientas de transformación.
Esta semana escuchaba una conferencia de la dra. Lupita Moreno Boyardo (todo un referente en la línea de formación profesional), en la que hablaba sobre las razones que puede tener una persona para estudiar un doctorado: conseguir un mejor empleo, incrementar sus habilidades para la investigación, por presiones institucionales, etc.; cualquiera de ellas válida. A final de cuentas, el criterio por el que el aprendizaje se mantiene en un continuo presente no deja de ser legítimo para quien probablemente, ha construido toda su vida con esas bases.
Lo importante es que, ante un punto de quiebre en nuestras vidas, nos demos la oportunidad de pensar de manera diferente. En el caso de las escuelas, hoy no solo debemos observarlas desde su operatividad pedagógica, sino por la misión y visión que debieran compartir por lo menos los que conforman cada institución; hacer la reflexión interior para plantear un diseño de vida mucho más libre, creativo, menos atado a un estereotipo de consumo esclavizante, aunque sin dejar de lado la materialización de los sueños y utopías de cada quien.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa_venegas@hotmail.com
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo