CULTURA
El debate en torno al negocio del futbol: El cártel del gol
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
La semana pasada, durante una de las famosas mañaneras del Presidente Andrés Manuel López Obrador se hizo un anuncio bastante controversial que involucra al futbol, a la Liga MX y a los directivos más influyentes del medio deportivo.
El anuncio fue tan revelador, que éste generó unos cuantos días de debate en redes sociales a los que le entraron tanto fanáticos de este deporte, como a aquellos que no son fanáticos, y que incluso, tienen cierto nivel de rechazo hacia su práctica debido a que, según su dicho, no le ha dado nada a México, a diferencia de otras disciplinas que aunque sí lo han hecho y sin contar con la inversión millonaria que tiene el futbol.
La dichosa noticia, fue titulada igual que esta columna: ‘’El cártel del gol’’, y palabras más, palabras menos, lo que las autoridades hicieron fue descubrir el agua tibia, ya que aunque el anuncio fue polémico, la verdad es que este no se dijo nada que no sepamos ya.
¿En qué consiste el cártel del gol?
El cártel del gol se refiere a una mafia dentro del futbol mexicano que surgió en torno al negocio que implica la compra y venta de jugadores a cambio de sumas de dinero exorbitantes.
Según las investigaciones, esta supuesta red de corrupción dentro del futbol de nuestro país está involucrada en diferentes casos de ‘’irregularidades’’ en las que los equipos buscan jugadores en el extranjero a un precio económico para traerlos al futbol mexicano, explotar su talento, para así, en un corto o mediano plazo, poder venderlo a un precio que puede llegar a ser hasta un 100% mayor del que costaron originalmente, transacciones que según la investigación no son declaradas ante el SAT.
Aunado a esto, a esta terrorífica red de corrupción, también se suman los casos de algunos entrenadores que cobran dinero a los padres de los jugadores para debutarlos en la Primera División.
Pero esto no termina aquí, ya que la investigación no solamente explica cómo funciona este gran cartel, sino que también da los nombres de algunos involucrados, entre los que destacan personajes como El Piojo Herrera, El Turco Mohamed, Gustavo Matosas, y también, directivos de alta gama como Chucho Martínez quien ha sido el pilar fundamental del proyecto deportivo de Grupo Pachuca que se ha caracterizado por el fortalecimiento y proyección de sus fuerzas básicas produciendo jugadores como Hirving Lozano, Erick Gutiérrez, y Kevin Alvarez, entre otros.
Sin lugar a dudas, esta noticia debe hacernos reflexionar bastante, sobre todo en el contexto de la peor Selección Mexicana en un mundial, pero también, sobre todo en un contexto social, donde tanto en lo público, como en lo privado, se priorizan los intereses particulares, antes que el bienestar colectivo, situaciones que por un lado, han propiciado el estancamiento económico, social y cultural de nuestro país, y que por el otro lado, a su vez, ha propiciado un estancamiento en el desarrollo deportivo en distintas disciplinas, siendo una de las principales el futbol, que actualmente, se encuentra atrapado en una zona de confort que con el paso de los años ha propiciado que México le abra camino a otras naciones y ligas que han potencializado al máximo su desarrollo, tal es el caso de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, equipos que hace no mucho tiempo, México a nivel selección y a nivel clubes, podían derrotar sin mayor preocupación, pero que hoy en día podrían complicarnos la existencia durante 90 minutos.
Ahora, si bien es cierto que esto nos debe invitar a la reflexión, también es muy cierto que esta reflexión debe de ser muy fría, ya que cuando se trata de un deporte tan importante a nivel mundial como lo es el futbol, debemos de dejar el romanticismo a un lado, para darle entrada a un debate pragmático, ya que uno de los principales problemas del futbol moderno es que este comienza a analizarse con ojos puristas que pecan de populistas, ya que ahora resulta que a muchos aficionados y analistas, incluyendo a personajes como David Faitelson (que ha vivido durante años de este deporte) les aterra la idea de que el futbol sea un negocio que mueve miles de millones de dólares.
Sin embargo, todos esos puristas del futbol, deben entender una serie de cosas simples:
Primero, el futbol sí es un negocio, uno tan grande mueve a millones de personas alrededor del mundo cuyas expectativas deben satisfacerse, para lo cual, los equipos o bien, los miembros del cártel del gol, necesitan contar todo el año con los mejores 11 futbolistas en la cancha, quienes a su vez, requieren de las mejores instalaciones deportivas para entrenar y mejorar su rendimiento físico, esto, con la finalidad, de poder cumplir cabalmente con lo que miles de millones de aficionados esperan de ellos y de los equipos.
Segundo, ese negocio controlado por una mafia, genera una enorme cantidad de empleos, y aunque no lo crea, cada semana, reactiva la economía local en la que participa, desde la señora que renta su cochera en las inmediaciones del estadio o el señor que vende papas, tacos y dulces afuera del estadio, hasta los guardias de seguridad y personal de logística que requieren los clubes para poder mantener el orden dentro y fuera del estadio.
Tercer, el futbol siempre ha sido un negocio, desde las épocas de Cabinho y las de Hugo Sánchez, hasta el día de hoy, y muy probablemente, nunca dejará de serlo, ya que para el gusto o disgusto de muchos, los jugadores importados que se venden a ‘’sobreprecio’’, los derechos televisivos de las ‘’mafias’’ y la venta de boletos con precios elevados, son justamente algunos de los factores que mantiene este vivo a este negocio que involucra a miles de personas.
Pero no me mal entiendan, si de estas polémicas investigaciones es posible configurar la comisión de algunos delitos, como la evasión de impuestos, desvío de recursos públicos o hasta lavado de dinero, es necesario ir en contra de los involucrados con todo el peso de la ley, pero con el resto del debate que radica entre si el futbol debe o no debe de ser un negocio, insisto, seamos pragmáticos, ya que para potenciar el desarrollo y crecimiento de nuestro futbol, la pregunta no es: ¿cómo hacemos para que ya no sea un negocio? sino: ¿cómo hacemos para que este negocio por fin traiga resultados?
Recuerden, el Real Madrid no se mantiene con el dinero del bolsillo de Florentino Pérez, el Manchester United no paga por el mantenimiento de Old Trafford con altruismo y el proyecto deportivo de la Selección Francesa no fue una política pública, todo fue parte de un gran negocio pensado desde la ambición de alcanzar la grandeza deportiva, y vaya que la han alcanzado.
