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OPINIÓN

El día de la violencia

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Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //

Es la semana de la conmemoración del día internacional de la mujer, pero ser mujer en México es un riesgo absoluto; las mujeres hemos usado la fecha para exigir protestando, nos reunirnos a levantar la mano ante tanta violencia, acoso, muerte y desapariciones, se ha convertido en una inminente lucha civil sobre los derechos humanos a la vida y a la libertad, actualmente las mujeres enfrentamos la indiferencia social, política y gubernamental.

Sin embargo es una lucha verdadera y justificada contra la cultura machista de patriarcado, los gobiernos omisos, deficientes y corruptos, contra la propia sociedad que muestra una dolorosa apatía ante las mujeres que levantan la voz frente a un país altamente violento, acosador y feminicida.

En este sentido, habrá que entender que las protestas feministas que se manifiestan este año, tienen fundamento social y humano, es la mayor alerta de una gran problemática de seguridad pública y falta de acceso a la justicia que no nos permite transitar, socializar y vivir de manera segura en ninguna parte de nuestro país, tienen las autoridades una deuda en materia de desapariciones y feminicidios que parece no importarles a los gobiernos, quizás por las mismas razones por las que no atienden los temas de pobreza, combate a la delincuencia organizada y un sinfín de realidades que no abordan ni neutralizan porque no son parte de la política simulada que se ejerce en México, omisa, comprometida y completamente falsa, aquí solo importa el poder que se adquiere al llegar a un cargo público, lo que éticamente es lo correcto no está en sus agendas.

La lucha de miles de mujeres feministas es legítima, congruente y fundada, sabemos perfectamente que el fenómeno de extrema violencia y muerte que se vive actualmente en México, lo generan diversos factores sociales, culturales y gubernamentales.

Es un problema que de origen resulta social y proviene de la educación machista que se profesa en miles de hogares, también es producto sin duda de la gran cantidad de personas que viven en sociedad pero con trastornos psicológicos, son psicópatas y sociópatas sin capacidad de empatía, mismos que se vuelven altamente peligrosos para nuestras mujeres como jefes, parejas, amigos, padres, tíos, conocidos y vecinos.

Al final debemos incorporar las causas que provocan la ira y exigencia de los movimientos feministas a nuestros gobiernos que son complemente omisos en crear políticas públicas objetivas y efectivas en todas las directrices que involucran la violencia contra la mujer, además tenemos que tolerar la ineficiencia en la que caen cuando una mujer o niña desaparece, muere, es golpeada psicológica o físicamente, ratificándonos la falta de mecanismos para prevenir y combatir la violencia contra la mujer, consumando la problemática al dejarnos sin justicia para las familias y sin nuestras desaparecidas.

¡Qué ardan la ciudad! La búsqueda en Jalisco de nuestras desaparecidas y de la justicia pendiente de feminicidas prófugos, es una deuda inexcusable no justificada y es la razón del grito de cientos de mujeres que exigen este ocho de marzo a los gobiernos y poderes públicos hagan lo que deben por obligación, garantizando el acceso a la justicia y la seguridad dentro del irrestricto derecho a la vida libre de violencia, no hay más ¡nos faltan mujeres y niñas! no han regresado a casa, no hay más ¡nos falta justicia!, la rabia de saber que el asesino de una mujer no está pagando su atroz crimen, nos lleva a levantar la mano para decirle al gobierno ¡basta y ocúpate!. Nos representan y obtuvieron un deber innegable con la sociedad, es parte de la justicia social señalar a los gobiernos que convierten una problemática social, en una lucha al ignorarla y minimizarla es su mínima consecuencia.

Ni una desaparecida más, ningún feminicida prófugo, ningún acosador o violador en cargos públicos, alto a la violencia de género laboral y política, basta de educar a hombres y mujeres dentro de un sistema cultural en el que la mujer tiene menos valor y es servil al sexo masculino, alto rotundo al acoso de mujeres y niñas, debemos parar la negligencia social, la simulación política y gubernamental, vivimos en una sociedad cruel e inhumana, por consecuencia violenta en la que todos los días tenemos que enfrentar una situación relacionada con la violencia contra la mujer, es una lucha social que debe ser atendida por todos porque la búsqueda de la justicia y la vida con dignidad no puede ser un acto discutible, lo es que no encontremos a nuestras desaparecidas y que no se logre la justicia para nuestras muertas, al igual que las grandes resistencias civiles en el mundo, está ya no puede desestimarse, carga el valor de miles de mujeres llenas de dolor e ira que no encuentran la paz del alma perdieron una amada, tienen derecho de agruparse y levantarse para hacer templar el país.

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