MUNDO
El endeudamiento de EEUU, una amenaza a la economía global: Podría gobierno incumplir pagos
Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
En el marco de una situación política internacional muy complicada, en la que cada día crece la amenaza de una conflagración nuclear a raíz de la intervención de los miembros de la OTAN en la guerra de Rusia con Ucrania, la economía mundial se mueve en direcciones opuestas a las anteriormente vigentes.
Estados Unidos está a punto de cometer default (incumplimiento de las obligaciones de pago) de su deuda soberana, que asciende a más de 31,5 billones de dólares –y aumentando- con un déficit presupuestal del gobierno federal por más de 1,4 billones.
La deuda soberana de Estados Unidos es superior al 120% de su PIB (Producto Interno Bruto), lo que significa que se adeuda más de lo que genera en riqueza.
Estados Unidos es el segundo país más endeudado del mundo, sólo superado por Japón, cuya deuda pública es del 260% de su PIB.
La economía de Estados Unidos, la más grande del mundo y debido a ello su influencia mundial, representa una grave amenaza para la endeble economía global si cae en default, ya que se vendría un efecto en cascada, afectando primeramente a las naciones cuyas economías están dolarizadas.
Estados Unidos se enfrenta a un incumplimiento en algún momento de este verano o principios del otoño si el Congreso no eleva o suspende el techo de la deuda, advirtió el miércoles 22 de febrero un grupo de expertos de Washington. La proyección del Bipartisan Policy Center es la última estimación de cuándo el gobierno podría quedarse sin efectivo para pagar sus cuentas.
La nación, que toma prestadas sumas enormes para ayudar a pagar todo, desde salarios militares hasta beneficios del Seguro Social, alcanzó su límite de endeudamiento de $31,4 billones el 19 de enero. Desde entonces, el Departamento del Tesoro ha estado empleando lo que se conoce como medidas extraordinarias para garantizar que los el gobierno tiene suficiente para pagar lo que debe, incluidos los pagos a los tenedores de bonos.
“Anticipamos que esas medidas de emergencia, así como el efectivo que el Tesoro tiene disponible, muy probablemente se agotarán en algún momento durante el verano o principios del otoño”, dijo Shai Akabas, director de política económica del centro, durante una sesión informativa.
Hace un par de semanas, la Oficina de Presupuesto del Congreso no partidista proyectó que la capacidad del departamento para evitar que Estados Unidos incumpla el pago de su deuda podría agotarse entre julio y septiembre. Esa estimación fue un poco más favorable que lo que sugirió la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, cuando le dijo al Congreso en enero pasado que la capacidad de su departamento para seguir financiando las obligaciones del país podría agotarse en junio.
El día en que Estados Unidos se quede sin efectivo, conocido como la “fecha X”, depende en gran medida de cuánto recaude el Departamento del Tesoro en ingresos fiscales de 2022, dijo el Bipartisan Policy Center. El grupo advirtió que el momento podría ser «demasiado cercano para estar cómodo» dados los caprichos en torno a los recibos de impuestos.(nytimes.com)
El asunto de elevar el techo de la deuda -que el Congreso permita que se eleve más el nivel de endeudamiento- se ha convertido en un punto de lucha entre los dos grandes partidos estadounidenses, sobre todo cuando estos momentos se han presentado de cara a elecciones presidenciales, como lo es actualmente, que se tendrá que tomar esa decisión prácticamente a un año de las presidenciales del 2024.
Desde 1960, el techo de la deuda estadounidense se ha aumentado unas 78 veces. Nunca antes el Gobierno federal ha incumplido su pago. Sin embargo, en casi todos los casos, se presentan varios meses de tensiones políticas entre el partido gobernante y la oposición. Unas rivalidades que responden a que el bando que no tiene el control de la Casa Blanca pretende ejercer presión sobre el gasto que el Gobierno hace sobre el país y procura ajustar el cinturón para que sea reducido.
El tema de la deuda está presente desde finales del 2022 en casi todos los escenarios políticos de Estados Unidos por la grave amenaza que representa el default y sus consecuencias, en medio de un entorno sumamente polarizado, en el que además la economía sufre una fuerte “desaceleración”, aunado a la crispación social por la alta inflación, y la polémica “ayuda” de miles de millones de dólares que el gobierno de Washington está destinando a Ucrania, para mantener activo ese conflicto bélico, el gran negocio de quienes pusieron al decrépito Joe Biden en la presidencia.
El 7 y 15 de febrero, Biden arremetió contra los republicanos y aseguró que los legisladores querían “tomar como rehén la economía del país” y que estaban “jugando a la política” sobre el tema del techo de deuda porque aumentarlo era algo que debían “hacer por ley”.
En su cuenta de Twitter, el presidente norteamericano publicó: «Algunos republicanos de la Cámara de Representantes quieren mantener nuestra economía como rehén». Y agregó: «Es irresponsable, Estados Unidos no ha dejado de pagar su deuda en más de 200 años. Lo dejé claro: No voy a negociar sobre si nuestra nación incumple”.
El presidente Joe Biden puso el drama del techo de la deuda al frente y al centro en su discurso sobre el Estado de la Unión para que todo el mundo lo viera, y el mundo estaba mirando. La administración Biden está buscando un aumento «limpio» en el límite de la deuda, uno sin disposiciones adicionales, mientras que un subconjunto pequeño, ruidoso y sorprendentemente influyente de los republicanos de la Cámara parece dispuesto a arriesgarse a incumplir la deuda nacional de EE. UU. para forzar grandes recortes de gastos, aún sin especificar. Esto podría ser solo fanfarronería política (lo hemos visto antes), pero parece que esta vez es diferente.
La aparente voluntad de algunos políticos extremistas de la Cámara de apostar con una suspensión de pagos de EE. UU., lo que agitaría los mercados y debilitaría la credibilidad del mercado del dólar y del Tesoro, es simplemente imprudente. Desde fuera de los Estados Unidos, esta medida parece una gran irresponsabilidad en un momento en que los Estados Unidos defienden que el liderazgo mundial exige una administración responsable.
Los políticos estadounidenses deben evitar esa apuesta para mostrarle al mundo que Estados Unidos es un administrador digno. Los aliados de Estados Unidos están siguiendo de cerca el debate sobre el techo de la deuda. Los competidores y adversarios están observando aún más de cerca.
Era importante que el presidente dejara en claro en la Cámara que no todos los republicanos comparten puntos de vista tan extremos, y que debería haber un camino para trabajar con el presidente de la Cámara Kevin McCarthy (republicano por el estado de California). (cfr.org)
Por demás interesantes y complicados los tiempos en que se pone sobre la palestra nuevamente la ampliación del techo de deuda del otrora país más poderoso del mundo, posicionado ofensiva y defensivamente por la partición del poder hegemónico en un nuevo mundo multipolar, con el ascenso de sus dos principales rivales, Rusia y China, así como la conformación de nuevos bloques económicos que están cambiando la geopolítica mundial.
(…continuará…)
