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MUNDO

El factor energético impacta economías: Secuelas de la pandemia; triple crisis en el Reino Unido

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Economía Global, Alberto Gómez-R. //

La pandemia del Covid-19 ha aminorado en número de contagios y muertes a nivel global debido a la llamada “inmunidad de rebaño” (también conocida como inmunidad comunitaria) que ocurre cuando una población se hace inmune a una enfermedad.

Ya sea debido a la existencia de una vacuna o por exposición, en la medida en que el porcentaje de personas inmunes va en aumento, la probabilidad de que una persona que es contagiosa se encuentre con e infecte a una persona que no sea inmune, disminuye.

Llega el momento en que las probabilidades de propagación de la enfermedad son tan bajas, que se considera que esa población ha adquirido “inmunidad de rebaño”; y aunque es lejano todavía el considerar como “bajo” el riesgo de contagio y complicaciones -con eventuales fatalidades- buena parte de la población mundial está regresando a una nueva vida “normal”.

Lo que no es “normal” son las graves complicaciones económicas que se están viviendo mundialmente como efectos de la pandemia y de The Great Lockdown (“El Gran Cierre”) de la economía durante tantos meses, algo nunca antes acontecido a la humanidad, por sus características globales.

Comienzan ahora a marcarse diferencias importantes en la recuperación económica en los países del mundo. Las optimistas proyecciones hechas hasta hace unos meses por organismos internacionales como el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se han venido abajo en pocos meses, al aterrizar la nueva realidad post-pandémica (¿?).

La peligrosa divergencia de las perspectivas económicas de los países sigue siendo uno de los principales motivos de preocupación. Se prevé que el producto agregado del grupo de economías avanzadas recupere la trayectoria de la tendencia previa a la pandemia en 2022 y la supere en un 0,9% en 2024. En cambio, se espera que el producto agregado del grupo de economías de mercados emergentes y en desarrollo (excluida China) se mantenga en 2024 un 5,5% por debajo de las previsiones pre pandémicas, lo cual provocaría un fuerte retroceso de los logros en la mejora del nivel de vida”, informó Gita Gopinath, Consejera Económica y Directora del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional.

Hay países cuya anterior proyección de crecimiento era muy alentadora, como la mayoría de los países desarrollados de Occidente, sin embargo esto ha cambiado en mucho por distintos factores consecuencia de la pandemia. Por ejemplo, las nuevas proyecciones de crecimiento de Perspectivas de la economía mundial (julio 2021) ajustadas a las nuevas circunstancias dicen que países desarrollados como España, Alemania, Italia, Reino Unido, Japón, Canadá, Estados Unidos, no alcanzarán las metas proyectadas hace unos meses, sino que su avance continua contrayéndose.

Reino Unido y Estados Unidos son buenos ejemplos a observar de que las cosas no van muy bien y podría hacer sonar las alarmas en muchos otros países; ambas naciones anglosajonas están sufriendo ya un duro embate en sus economías, debido entre otras cosas, al gran cuello de botella en la cadenas de suministro mundial, al cambio climático y a la creciente demanda por bienes derivada de un sentimiento que se acerca al pánico de lo que “pueda suceder”, ante la enorme incertidumbre económico-financiera, y social-política. Estos temas bien vale la pena desglosarlos en minucias para poder comprender qué sucede y lo que pueda acontecer en un mediano futuro.

Una gran cantidad de países, tanto de Europa como de América, comienzan a sentir ya una manifiesta crisis energética, que se agudizará conforme se acerque el invierno, que se prevé sea duro, tanto en bajas temperaturas como en la situación de escasez energética que afrontarán los habitantes de estas naciones.

En el caso del Reino Unido, la quinta economía del mundo, se enfrenta a un invierno difícil. Inéditas filas de autos en gasolineras, el anuncio de que puede que no haya pavo suficiente para navidad y las imágenes de supermercados con anaqueles vacíos, no son precisamente buenas noticias para los británicos. Se podría decir que atraviesan no una, sino una triple crisis. La primera tiene que ver con la pandemia del coronavirus, hasta la primera quincena del 2021 se estaban registrando casi 35 mil casos de covid-19 por día, y aunque ya no haya tantas muertes y hospitalizaciones como en las primeras olas de la pandemia, la proximidad del invierno y la circulación de la variante delta, que es más contagiosa, han vuelto a poner la palabra “restricciones” sobre la mesa.

El gobierno británico ya habla de un plan B que incluye hacer obligatoria la vacunación para ciertos sectores de riesgo o la vuelta al uso de las mascarillas en el transporte público y en las tiendas. Pero lo que ha generado más preocupación desde el punto de vista económico, es el posible retorno al trabajo remoto y la reducción del consumo que esto supone; esto conlleva a la segunda de las crisis, la energética, que ya es palpable en Reino Unido, y que la gente está sintiendo en el bolsillo: uno de los ejemplos más evidentes es el aumento del precio en la electricidad y el gas.

En los últimos meses, más de 15 millones de hogares en el país británico han tenido que pagar cientos de dólares más por las cuentas de energía, y según las predicciones, en los próximos meses muchos más hogares pueden ver incrementos en sus facturas entre 700 y 1000 dólares mensuales. Tan grave es la crisis que la organización no gubernamental National Energy Action predice que millones de hogares en el país se verán en situación de pobreza energética, con el temor de que muchas familias no puedan pagar por su calefacción durante el invierno. (BBC)

Pero…¿Qué hay detrás del incremento del precio de la energía?

A nivel mundial, los precios del gas, el petróleo y el carbón se han disparado a medida que aumenta la demanda por la reapertura de las economías, y en el caso del Reino Unido, los precios mayoristas del gas, uno de los principales motores energéticos del país, casi se han triplicado desde principios del 2021.

No sólo los hogares se han visto afectados, sino también fábricas, plantas de acero, fertilizantes, han tenido que cerrar temporalmente, además de que una docena de compañías de electricidad han quebrado. Todo esto ha contribuido a que la inflación en Reino Unido rompa récords; llegó al 3.2% en agosto de 2021 -el nivel más alto en casi una década- y según los pronósticos del Banco de Inglaterra llegará al 4% en diciembre.

Pero el problema está lejos de ser solamente el costo de la energía, porque la escasez de productos y trabajadores también añade presión a la economía del país, en lo que se constituye como la tercera crisis que enfrentan. Pudiera pensarse que las interminables filas para cargar gasolina se debieran a la falta de combustible, pero en el caso del Reino Unido el problema es otro, en el cual entra el factor del Brexit, la pandemia, y el éxodo de millones de personas de este país en el último año.

Hay gasolina, pero lo que no hay son conductores para transportarla; se calcula que faltan unos 100 mil conductores especializados en Reino Unido y que con los conductores británicos o residentes en este país actualmente no alcanzan a satisfacer la demanda. Muchos de estos profesionales del volante que residían en Reino Unido, con la pandemia decidieron regresar a sus países de origen cuando la movilidad estaba muy restringida y gran parte de la economía cerrada, pero cuando se levantaron las restricciones muchos no regresaron, y una de las razones es el Brexit.

Con la salida de Reino Unido de la Unión Europea, terminó la libre circulación de personas, así que los conductores que antes podían ir y venir sin problemas, ahora tienen que pedir visas de trabajo. Además un aumento de impuestos para conductores en Reino Unido también ha restado interés para trabajar en ese país.

Pero la lista de trabajadores que faltan es extensa: bares, restaurantes y tiendas dicen que les está costando mantener sus negocios abiertos por la falta de personal por un lado, y la falta de suministros por otro. El Consejo Avícola Británico, por ejemplo, asegura que a su sector le afecta la falta de trabajadores y que esto ha puesto a la industria y a su producción bajo presión. De ahí la preocupación por si habrá o no pavo en muchas mesas en esta navidad.

En los supermercados, además de que los precios de los productos han aumentado, también se han comenzado a ver estantes vacíos de mercancía, y tiene que ver con la escasez de conductores de camiones de carga, que no alcanzan para hacer llegar los productos hasta los anaqueles.

Pero esto no es todo: los productores de alimentos advierten que el aumento del precio del gas, llevó a reducción de la producción de fertilizantes y de CO2, insumos vitales para la industria alimenticia, por lo que el suministro de productos como carnes y vegetales se verá impactado.

El gobierno británico ha tomado medidas para lidiar con los varios frentes económicos que tiene abiertos, esto prevé más impuestos y mayores recortes, por lo que de momento se prevé un difícil invierno para los británicos.

La situación que enfrenta Reino Unido no es privativa de ellos nada más, ya que varios de los países desarrollados están padeciendo los efectos de algunos de estos factores, como el indiscriminado aumento de los energéticos, graves problemas en sus cadenas de suministro, y la falta de trabajadores, entre otras cosas. Tal es el caso de Estados Unidos, pero con otros agravantes que se manifiestan en una inflación rampante, mientras su deuda sigue aumentado incesantemente.

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MUNDO

Reunión Putin-Trump en Alaska termina sin avances concretos sobre Ucrania

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Por Redacción Conciencia Pública 

La cumbre en Alaska entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump concluyó tras dos horas y 45 minutos sin acuerdos sobre un alto el fuego en Ucrania ni sobre las sanciones adicionales prometidas por Trump si continuaban las hostilidades.

Ambos líderes calificaron el encuentro como “productivo” y “útil”, pero no ofrecieron detalles sustanciales.

La conferencia de prensa decepcionó a los periodistas, ya que no hubo respuestas a preguntas ni explicaciones sobre la cancelación de la reunión con comitivas y el almuerzo de trabajo, ya que redujeron drásticamente la duración prevista de seis a siete horas.

Según el portavoz de Putin, Dimitri Peskov, el programa cambió, sin aclarar razones.

Aunque ambos hablaron de “progresos”, no especificaron cuáles. Trump mencionó “avances” pero señaló que aún faltan acuerdos en puntos clave, sin entrar en detalles.

Es incierto si ocultan entendimientos para consultar con aliados europeos y Ucrania, o si estos no son relevantes aún.

Putin elogió los esfuerzos de Trump por resolver el conflicto, al que llamó “tragedia y dolor” para el “hermano pueblo ucranio”.

Sin embargo, insistió en eliminar las “causas originarias” del conflicto y abordar las preocupaciones de seguridad de Rusia, reiterando su postura de exigir la capitulación incondicional de Ucrania sin ceder terreno.

La falta de resultados concretos y la brevedad del encuentro dejaron más preguntas que respuestas, reflejando la complejidad de las negociaciones y las posturas inflexibles de ambos líderes.

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MUNDO

Trump y Putin se citan en Alaska: la cumbre que podría redibujar el mapa de Ucrania

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Por Redacción Conciencia Pública 

En un movimiento que ha sorprendido a aliados y adversarios, Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán este viernes 15 de agosto en la base militar Joint Base Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, con el objetivo de buscar un alto el fuego en la guerra de Ucrania.

La cita, que incluirá un encuentro privado, un almuerzo bilateral y una conferencia de prensa conjunta, ha despertado expectativas y temores a partes iguales. El Kremlin ha adelantado que además de la paz, en la mesa estará el “enorme potencial” para la cooperación económica entre ambas potencias.

El punto más delicado de la agenda es la exigencia rusa de que cualquier acuerdo reconozca su control sobre territorios de Ucrania como Donetsk, Lugansk y Crimea. Trump ha dejado entrever la posibilidad de un “intercambio de territorio” como salida negociada, una idea que ha sido rechazada tajantemente por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien advierte que “todo lo que se decida sin Ucrania es una decisión contra la paz”.

La reunión llega en un contexto de desconfianza internacional. Diplomáticos europeos han expresado preocupación de que un pacto apresurado pueda ser visto como una victoria para Putin y debilite la posición de Occidente.

Analistas apuntan que, más allá de Ucrania, Trump podría usar la cumbre para impulsar proyectos conjuntos en energía y recursos naturales, así como para abrir la puerta a nuevas negociaciones sobre armamento nuclear.

El encuentro en Alaska no solo es estratégico por su aislamiento y alta seguridad —en un enclave cercano al estrecho de Bering—, sino también logístico: la ubicación permite vuelos directos desde Rusia y reduce riesgos políticos para Putin, quien enfrenta órdenes de arresto internacionales.

Aun así, la organización ha sido exprés; la alcaldesa de Anchorage confesó haberse enterado por redes sociales, y ante la saturación hotelera se han habilitado dormitorios universitarios para alojar a las delegaciones y periodistas de medios de comunicación de todo el mundo.

Todo apunta a que esta cita podría marcar un antes y un después en el tablero geopolítico. Para Trump, representa una oportunidad de proyectar su imagen como negociador capaz de poner fin a una guerra que lleva más de tres años. Para Putin, podría ser la vía de consolidar su control territorial.

Para el resto del mundo, la incógnita es si de Alaska saldrá un acuerdo que traiga paz… o que reconfigure las reglas del juego internacional a favor de Moscú.

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Medioambiente

“Avalanchas de hielo” aceleran el retroceso de glaciares en Groenlandia y otras regiones del mundo

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– Por Redacción Conciencia Pública

Un hallazgo revela que cada desprendimiento de iceberg desata un efecto en cadena que derrite el hielo más rápido de lo que se pensaba.

En el sur de Groenlandia, cada vez que un bloque de hielo del tamaño de un edificio se desprende de un glaciar y cae al mar, no solo se pierde ese pedazo de hielo: se activa un mecanismo que acelera aún más el retroceso glaciar.

Así lo revela un estudio publicado en la revista Nature, que utilizó tecnología avanzada para escuchar y medir lo que ocurre bajo el agua después de estos gigantescos derrumbes de hielo, conocidos como “calving”. La capa de hielo de la isla ha perdido 5,091 kilómetros cuadrados de superficie entre 1985 y 2022, de acuerdo al estudio de la revista científica.

Los científicos descubrieron que, tras el estruendo del desprendimiento, se forman enormes olas que viajan bajo la superficie —tan altas como un rascacielos— y agitan el agua del fiordo durante horas. Esta agitación lleva agua más cálida desde el fondo hasta la base del glaciar, derritiéndolo desde abajo y debilitándolo para provocar el siguiente colapso. Es un círculo vicioso: cada caída de hielo prepara el terreno para la siguiente.

El hallazgo es importante porque Groenlandia pierde en promedio 279 mil millones de toneladas de hielo al año, y una parte significativa proviene justamente de estos desprendimientos. Si toda su capa de hielo llegara a derretirse, el nivel del mar en todo el planeta subiría unos siete metros, afectando a millones de personas en zonas costeras, incluidas ciudades mexicanas como Veracruz, Mazatlán o Cancún (tanto en el Atlántico como en el Pacífico y todos los océanos).

Para obtener estas mediciones inéditas, un equipo internacional tendió un cable de fibra óptica de 10 kilómetros en el fondo de un fiordo y lo convirtió en un gigantesco “micrófono submarino”. Así pudieron registrar con precisión las vibraciones y movimientos causados por cada desprendimiento, revelando un mecanismo que hasta ahora solo se intuía.

Los expertos advierten que este efecto en cadena deberá incluirse en los modelos que proyectan el aumento del nivel del mar, y también podría servir para desarrollar sistemas de alerta temprana frente a las olas que provocan estos derrumbes, capaces de poner en riesgo a embarcaciones y comunidades cercanas.

Los glaciares de Groenlandia son más susceptibles a los cambios estacionales, es decir, que se expanden en invierno y retroceden en verano, son también los más sensibles al impacto del calentamiento global y han experimentado su retroceso más significativo desde 1985.

La fusión de la vasta capa de hielo de Groenlandia, la segunda más grande del mundo después de la Antártida, se estima que ha contribuido en más del 20% al aumento observado del nivel del mar desde 2002.

Más allá de la ciencia, el estudio es un recordatorio de que el cambio climático no solo derrite el hielo lentamente, sino que también lo empuja a colapsar en episodios dramáticos que aceleran su desaparición. Y, en Groenlandia, cada “avalancha de hielo” es un golpe que acerca un poco más el mar a nuestras puertas.

ALERTA MUNDIAL: ESTO SUCEDE TAMBIÉN EN OTRAS PARTES DEL PLANETA

El desprendimiento de grandes bloques de hielo desde un glaciar hacia el mar o un lago (calving) no es exclusivo de Groenlandia; también ocurre en muchos lugares del planeta donde los glaciares terminan en agua.

Lo que cambia de región a región es la escala, la frecuencia y la fuerza del impacto que tiene en el retroceso glaciar. Te lo detallo por zonas:


1. Antártida (Polo Sur)

  • Aquí el calving es enorme y natural: las plataformas de hielo (ice shelves) se desprenden en grandes tablones de decenas o cientos de kilómetros cuadrados.
  • El cambio climático está acelerando este proceso, porque el agua oceánica más cálida erosiona la base de estas plataformas y las hace colapsar antes de tiempo. Ejemplos recientes: el desprendimiento del iceberg A-76 en 2021 y el colapso de la plataforma Larsen B en 2002.
  • Igual que en Groenlandia, el calving antártico puede desestabilizar glaciares interiores, haciendo que fluyan más rápido hacia el mar.

2. Glaciares de montaña en Alaska, Canadá, Noruega y Svalbard (Ártico y Europa)

  • Muchos de estos glaciares terminan en fiordos y también sufren calving.
  • En lugares como Svalbard, el retroceso se acelera en verano cuando el hielo marino desaparece y el frente glaciar queda expuesto a olas y aguas más cálidas.
  • El mecanismo de “olas internas” que describió el estudio en Groenlandia probablemente también ocurre aquí, aunque con menos documentación directa.

3. Sudamérica (Patagonia, Chile y Argentina)

  • Los glaciares patagónicos que desembocan en lagos, como el Perito Moreno o el Grey, también tienen calving, pero el agua de lagos dulces es menos densa y menos cálida que la del mar, así que la fusión submarina es menor.
  • Aun así, el desprendimiento contribuye al retroceso, sobre todo cuando el nivel del lago es alto y el hielo queda flotando, lo que reduce su estabilidad.

4. Asia (Himalaya, Karakórum, Alaska-Asia y Kamchatka)

  • El calving se da en glaciares que terminan en lagos proglaciares, cada vez más frecuentes por el derretimiento acelerado.
  • Estos desprendimientos pueden generar olas peligrosas (tsunamis en lagos) que amenazan poblaciones aguas abajo.
  • El impacto en el retroceso es importante a nivel local, pero el volumen de hielo involucrado es mucho menor que en Groenlandia o la Antártida.

En resumen:

  • El calving ocurre en todas partes del mundo donde un glaciar termina en agua (mar o lago).
  • El proceso básico (desprendimiento → olas → agitación → posible fusión adicional) es universal, pero el impacto global es mayor en Groenlandia y la Antártida porque ahí la masa de hielo es gigantesca y conecta con océanos profundos y cálidos.
  • En glaciares de montaña, el calving también contribuye al retroceso, aunque su influencia en el aumento del nivel del mar es más limitada.
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