OPINIÓN
El fortalecimiento de la democracia: El reto, la participación ciudadana
Opinión no pedida, por Armando Morquecho Camacho //
En más de una ocasión en este espacio he hecho referencia de la importancia que tiene el contenido del Artículo 3, fracción segunda, inciso a) de la Constitución de nuestro país, el cual, señala que el criterio que orientará a la educación, además de basarse en los resultados del progreso científico y en la constante lucha para erradicar la ignorancia y sus efectos, será democrático.
A su vez, el artículo en cuestión también establece que ese criterio democrático que regirá la vida educativa de México no solamente se debe de entender como una estructura jurídica y un régimen político, sino también como un sistema de vida fundando en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.
Sin lugar a duda, el hecho de que nuestra constitución califique de una manera tan clara y precisa a la democracia como un sistema de vida nos deja a nosotros como ciudadanos mucho para reflexionar sobre la vida política de México y sobre la importancia de nuestra participación en ella, y si esto lo analizamos a la luz de los resultados electorales que nos arrojaron las elecciones más grandes e importantes en la historia del país, tenemos aún más que reflexionar.
Como ya todos saben, el pasado domingo se llevó a cabo un proceso electoral más en la vida política de nuestro país y de nuestro estado, en este proceso, se disputaron 15 gubernaturas, 923 presidencias municipales, 14,222 regidurías, y otros cargos más.
Pero, aunque nada me gustaría más que analizar como tal los resultados y al mismo tiempo, hablar de los perdedores y de los ganadores, el día de hoy considero que debemos aprovechar este espacio para hablar de algo que supera por completo a los ganadores y perdedores: la participación ciudadana y los retos que están por venir.
No sé ustedes, pero más allá de los resultados, a su servidor, lo que más le generó motivación y optimismo de las elecciones celebradas el domingo pasado, fue la cantidad de personas que con responsabilidad y total apego a las medidas sanitarias se dieron a la tarea de salir a cumplir con su deber cívico.
Aunque si es algo digno de admirar y es algo digno de reconocer a la ciudadanía, creo que tampoco podemos sentirnos sorprendidos, creo a que diferencia del 2018, en esta ocasión la mayoría de los candidatos y de los partidos se tomaron en serio hablar de la importancia del voto, y aunque hay mucho que criticar de la estrategia, muchos se esforzaron por usar las redes sociales como medios masivos de capacitación electoral para toda la ciudadanía.
En TikTok, el INE se dio a la tarea de explicar a los votantes más jóvenes no solo cómo tachar la boleta, sino también, les explicó cómo funcionan electoralmente los votos que decidimos darle a partidos que van en coalición.
Por su parte, en Twitter y Facebook, pudimos observar no solo información sobre el famoso voto útil, sino también que pudimos encontrar información verdaderamente útil para ubicar de manera precisa casillas, lo cual, estoy seguro, sacó de apuros a muchas personas, especialmente, a aquellos que estaban frente a su primera elección.
Pero esto es solo a grandes rasgos, y como lo comenté anteriormente, el día de hoy, más que profundizar en esos aspectos, quiero compartirles mi reflexión acerca de la participación ciudadana.
Sí, es alentador el hecho de que tantos ciudadanos se comprometieran con las causas políticas de México, pero ciertamente, la tarea no terminó el domingo a las 18:00 horas, al contrario, el domingo fue solamente el comienzo de una serie de responsabilidades que devienen de la selección de nuestros representantes en los espacios más importantes de la vida pública de México.
Por ello, frente a un contexto político tan polarizado y violento, creo que hoy más que nunca es importante que entendamos tanto nosotros, los ciudadanos, como los partidos políticos de gobierno y de oposición, en su papel de representantes, que la ciudadanía y la democracia no son conceptos o ideales que únicamente debemos poner en práctica cada 3 años en las urnas cuando queremos castigar a algún político o partido, la democracia y la ciudadanía se practican todos los días, incluso, hasta en los festivos.
Es así, que independientemente de quién ganó o quién perdió, todos debemos poner un granito de arena para que estos tan importantes ejercicios de participación ciudadana y democracia no solo se fortalezcan, sino que se repliquen en todos los aspectos de nuestras vidas, abriéndole camino así a una verdadera cultura democrática y participativa.
Asimismo, si queremos comprometernos realmente con la cultura democrática y cívica, creo que todos, sin excepción alguna debemos comenzar a desprendernos por completo de las filias y las fobias, ya que estos dos factores probablemente deterioran más de lo que creemos nuestros sistemas políticos, toda vez que a través de ellos, nace la peligrosa cultura del voto de castigo que orilla a la ciudadanía a tomar decisiones basadas en impulsos y emociones negativas, alejándose por completo de la racionalidad.
Aunado a esto, debemos entender que criticar a una administración y ser observadores constantes de su actuar es una condición obligatoria tanto de los valores cívicos, participativos y políticos, como de nuestro compromiso con los ideales democráticos que sostienen nuestro país, pero para lograr esto debemos dar un paso adelante y entender que esta condición de observancia y cuestionamiento no puede ni debe estar sujeta jamás a nuestras simpatías políticas.
México enfrenta un momento político bastante complejo y sí, probablemente haya mucho que cuestionar de las elecciones del domingo, ciertamente podemos pasar horas hablando acerca de si la gente votó o no por la mejor opción o si votaron o no dominados por el odio y el miedo, pero creo que por lo menos un momento en debemos olvidarnos de lo negativo para poder observar la luz al final del túnel.
El domingo pasado a la gente le importó el proceso electoral y millones de mexicanos salieron a votar convencidos de que su voto cuenta y que éste, puede definir el rumbo de México, así que no permitan que les digan lo contrario: el domingo, en cuanto a participación ciudadana, dimos un gran paso dándole al proceso electoral la seriedad que se merece.
Ahora sigue esforzarnos por demostrar que la democracia y la participación ciudadana se hacen todos los días: se hacen de lunes a domingo desde los ayuntamientos y sus cabildos, desde el Congreso del Estado y de la Unión, se hace desde Casa Jalisco y Palacio Nacional, se hace desde los partidos políticos y se hace desde las calles.
