OPINIÓN
El fracaso de la política en Jalisco

Los Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
Me queda claro que el mundo, México y Jalisco viven una situación extraordinaria por el tema de la pandemia de COVID19 y que obliga al gobierno y a todo mundo a hacer replanteamientos en nuestra forma de actuar, de convivir y en especial en cuanto a nuestra actividad económica, ya que las medidas de aislamiento a todos nos ha pegado, a unos más o menos que a otros.
En cuanto a nuestros gobernantes, su responsabilidad es tomar las mejores decisiones, en este caso, lo prioritario es salvaguardar la salud de la colectividad.
Obvio que para lograrlo se requieren recursos, presupuesto, dinero y la salud debe ser la prioridad, lo cual obliga a que nuestros gobernantes procedan a hacer ajustes en el gasto que manejan ya que lo que era importante en octubre o noviembre de 2019, desde marzo esto cambió y requiere reorientar el presupuesto.
El Gobierno de Jalisco que encabeza el ingeniero Enrique Alfaro se adelantó a lo que veía venir con la epidemia y tomó una serie de medidas, permitiendo que la curva en Jalisco se aplane, que los casos de contagio se presenten a menor velocidad que otras regiones del país, por lo cual tuvo la necesidad de hacer uso de recursos para poder instrumentar las medidas que consideró que eran necesarias.
Sin embargo, es la forma como ha manejado los recursos lo que se le critica. Prefirió la opacidad por la transparencia y rendición de cuentas. Primero hizo uso de un crédito de corto plazo para cubrir necesidades y apoyar a micros y pequeños negocios con un préstamo quirografario de 1000 millones de pesos, después pidió otros 600 millones de pesos, y después más.
Al parecer abrió un hoyo en las finanzas estatales, dicen los que saben que traen en el baile 5 mil millones de pesos, lo que lo llevó a pedir un nuevo crédito de 6,200 millones de pesos que desconocemos cuál será su destino, porque la información que tenemos es difusa, poco clara, que habla de la forma desaseada como éste crédito fue aprobado, como un cheque en blanco, que se puede gastar como se quiera, haciéndose modificaciones al presupuesto que pareciera un soberano desorden, sin ton ni son y que fue aprobado a ojos cerrados por la aplanadora que significa la alianza entre MC y el PAN.
El tener que comprar votos y fracturar partidos para sacar adelante una votación quedará registrado en la historia política de Jalisco como un capítulo vergonzante. Dicen que la política es el arte de comer sapos, tragar culebras y al mismo tiempo sonreír, pues fue prácticamente lo que obligaron a hacer al diputado Ricardo Rodríguez, presidente de la Comisión de Hacienda y Presupuesto, a quien le tocó defender la deuda y el dictamen.
EL DESASEO
En mi vida como periodista jamás había visto tamaño desaseo en el otorgamiento de un crédito y en las facultades que se otorga al ejecutivo. El objetivo de todo esto fue darle recursos al Gobernador. Y en esta trama participaron una diversidad de actores que se le acomodaron para hacer lo que éste quisiera: Por un lado, una Comisión de Reactivación Económica de Jalisco, formada por los dirigentes de las cúpulas empresariales entregadas completamente al gobierno estatal, con los sindicatos, academia y una tercera parte de burócratas del Estado. El vocero de esta mesa es el ex presidente de Coparmex, Mauro Garza Marín, nombrado secretario técnico y que le correspondió legitimar el préstamo y seguramente dentro de ese juego de complicidades entre políticos y empresarios, será recompensado por el poder político al que le sirve con alguna candidatura importante, al tiempo veremos el porqué de ese entusiasmo que le imprimió este dirigente patronal que se ha postrado ante el poder. Ojalá nos equivoquemos, pero hay un olor raro que nos llega.
Otro espacio del desaseo político se dio en la cooptación de votos para lograr la mayoría calificada en el Congreso del Estado. Y allí se metieron hasta la cocina, convenciendo a la diputada de Morena, Patricia Meza, no sólo de dar su anuencia al crédito, sino hasta cambiarse de camiseta. Si bien dos de los tres votos de Grupo Universidad rechazaron el crédito, cómo convencieron al diputado perredista Gerardo Quirino Velázquez de quemarse apoyando la deuda, ¿fue un acuerdo previo entre las partes para proteger la imagen de la Universidad de Guadalajara, deslindándose públicamente de quedar marcado de ser cómplice de esta deuda histórica que impone Enrique Alfaro con la complicidad de los legisladores del PAN?
La zanahoria del presupuesto estatal para los ayuntamientos fue utilizada al decirles a los alcaldes opositores -los pocos que quedan- que presionaran a sus diputados para que dieran el voto favorable, para así asegurarles que estuvieran en el programa de obra pública e infraestructura del Gobierno del Estado. Fue una coacción total.
De igual forma se vio también la operación de la maquinaria del poder, llevando a los medios de comunicación a plegarse para apoyar al crédito, como lo muestran las portadas de varios medios que callaron o minimizaron el tema, con una muy buena operación. Varios espacios de los pocos periodistas críticos que quedamos también se están cerrando, lo cual muestra el talante autoritario de un gobierno que viene por todo, una señal ominosa y que lamentablemente las empresas ceden a cambio de conservar la pauta publicitaria que reciben del Gobierno del Estado.
Hemos presenciado un espectáculo de la política completamente alejado del discurso y narrativa que los adlátares de Movimiento Ciudadano que ventilan en el Congreso de la Unión, criticándole al Presidente López Obrador la forma autoritaria de ejercer el poder, cuando aquí en Jalisco es una copia de ese autoritarismo que impone su fuerza, sin mediar argumentos, ‘porque soy el poder y porque lo puedo imponer’.
Así es como se está haciendo la política en Jalisco. Pareciera que el reloj no sólo se detuvo, sino que se atrasó 40 años en la historia. ¡Qué pena!
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
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