El Gobierno de Jalisco ante el magnicidio de Aristóteles Sandoval

Opinión, por Daniel Emilio Pacheco //

Pasaron ya los homenajes al exgobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, quién fue asesinado la madrugada del viernes en un restaurante de Puerto Vallarta, Jalisco.

La operación de medios desde la oficina de Comunicación y la jefatura de gabinete del Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, fue impecable, se «motivó» a los medios de comunicación afines a solo destacar los homenajes que recibiría el exdiputado, expresidente municipal y exgobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval; pidiendo se evitara el uso de las palabras: asesinato, magnicidio, ejecución; la palabra más usada para referirse a la muerte de Sandoval Díaz fue «fallecimiento», según los estrategias de la comunicación política del Gobierno del Estado, para no manchar la memoria del difunto.

Sin embargo, lo cierto es que a quien más beneficia ese tipo de manejo, es a la actual administración del Gobierno de Jalisco.

La ejecución de un exgobernador del Estado, en el más importante destino turístico de Jalisco, a casi un mes de otra balacera que dejó como resultado, primero de desaparición forzada y luego la muerte del empresario Felipe Tomé, en plena zona de alto turismo, lo único que deja muy claro, es que, en Puerto Vallarta la autoridad no tiene control de nada.

Los hechos delictivos pueden pasar en plena vía pública, disparar decenas de tiros, utilizar comandos motorizados, limpiar las evidencias, escapar sin ser molestados por la avenida principal de la ciudad, y ver llegar patrullas mucho tiempo después de que los causantes escaparon, con víctima a bordo o sin ella. Siempre, habrá un vídeo que alguien tranquilamente grabará y distribuirá, a diferencia de las inservibles cámaras del municipio.

Dos cosas deben preocupar a quienes ahora están al frente del Gobierno de Jalisco:

Primero.- En Jalisco ya se asesinó al exgobernador que recién había dejado el cargo, hace apenas dos años, por tanto, cualquier funcionario público podría ser víctima durante o después de su ejercicio gubernamental, ya se traspasó ese límite. Lo peor, este magnicidio no tendrá responsables, no hay evidencias que puedan inculpar a los responsables.

Segundo.- Ya no pueden echarle la culpa al pasado, para justificar su ineficiencia en el presente.

Es el momento para que el liderazgo de Enrique Alfaro de resultados o se haga a un lado, el asesinato de su amigo, Aristóteles Sandoval, es durante su administración, en uno de los municipios que Movimiento Ciudadano presume poder ganar en el 2021, con la Fiscalía del Estado que dijo estaba infiltrada, y cuyo Fiscal reconoció públicamente no hay pruebas de lo sucedido en el caso Sandoval Díaz.

Queda claro que, lo sucedido en el asesinato del exgobernador, no es un desafío al Estado Mexicano, es un hecho propiciado por el desgobierno en materia de seguridad y procuración de justicia en su administración señor Gobernador, Enrique Alfaro.

En Twitter @DEPACHECOS