OPINIÓN
El lenguaje de la radio en el siglo XXI
 
																								
												
												
											Horizonte Cultural, por Alfonso Javier Collignon Orozco //
Nos encontramos en una vorágine y multiplicación de medios de comunicación; desde la prensa, las revistas, la radio, la televisión y el cine; más el internet con su infinidad de productos.
Los textos, lineamientos y manuales éticos son siempre perfectibles. El deseo de un medio de comunicación público o privado es que su utilidad y valor se prueben a la luz o a la sombra de las decisiones y los dilemas del trabajo cotidiano.
En este siglo XXI los medios de comunicación han dejado de buscar los mejores representantes en cada una de las diferentes áreas; esto por la falta de ética, profesionalismo, maximización de competencia y problemas económicos, lo que conlleva a que una misma persona cubra diferentes áreas, sin ser especialista en ellas, porque dicha especialización requiere además de una mayor paga, un compromiso para con la audiencia que lo lee, lo escucha o ve; pues esta ausencia de especialización va aunado a la falta de exigir la corroboración de la información, su veracidad, temporalidad, contenidos, etc., por cualquier medio y en la radio no es la excepción.
Hoy en día la radio tanto abierta, como la de internet, ha sufrido el descuido del lenguaje, así como se ha descuidado sobremanera los contenidos, no importando el género de los programas, sin importar que en lugar de locutores, ‘tengan presentadores’.
Por otro lado, la falta de profesionalismo y auto crítica, nos ha llevado a que muchos presentadores y algunos locutores, se copien o inventen dichos y palabrejas de moda según ellos, pero que denigran la profesión de la comunicación, y con ello dejamos de aportar de manera positiva a la sociedad, para aportar sólo desinformación, por lo cual así no contribuimos a la construcción de mejores expresiones y mejor lenguaje.
Esto viene acompañado de casi nulo contenido que aporte realmente a una mejora en los radioescuchas, por ejemplo, en los programas musicales, ya no se habla de la trayectoria del músico, sus logros, su aportación a la música si la hay, se limitan a lo mínimo, a los chismes de éste, claro, entendemos que muchas veces son provocados por el propio artista, pero uno como exponente de los medios de comunicación, tendríamos que ser más profesional y aportar, más no destruir.
En la radio (cualquiera de sus formatos), es muy decepcionante, escuchar a los presentadores o locutores, «básicos»: carentes de cultura, con un lenguaje muy pobre, pese a que muchos de ellos son egresados de una licenciatura en comunicación o algo similar y, a pesar de ello, carecen de lo más básico que es el lenguaje, en el sentido estricto del manejo adecuado de él, lo que nos lleva a concluir que: el paso por una universidad no te asegura un bagaje cultural.
En las entrevistas (de cualquier tipo y para cualquier medio de comunicación) es primordial tener por lo menos nociones de lo que vas a platicar con tu entrevistado. Es común que el entrevistador (reportero, conductor, etc.) no tenga la menor idea del tema del que se va a tratar y en ocasiones únicamente dicen «hábleme de», «deme su opinión», etc.
Otro ejemplo es cuando escuchas una entrevista radiofónica, a un escritor de su último libro, el entrevistador difícilmente leyó el libro y se limita a leer la 4ta de forros, lo que no da la perspectiva que le podemos dar al radioescucha, por ejemplo, porque la participación de algún personaje menor, que importancia para el escritor está la problemática mundial puesta en su libro, porque escogió ese hilo conductor en su novela, que tanto le llevó aprender los trucos literarios para la retención del lector en su libro, qué demonios de su vida está expiando en su libro, dentro del libro cuanto es vivencia personal, colectiva o fantasía… en fin existen una gran gama de temas que salen de un libro, para hacer una buena entrevista, sin dar el final ni exponer demasiado el libro, sino haciendo más interesante su lectura.
Por eso el reto de la radio en este siglo XXI es, el retomar el lenguaje y los contenidos, para que sea un ejemplo a las nuevas generaciones, les proporcione herramientas, conocimientos y entretenimiento de calidad con contenido.

 
    
Soledad Lanas
23 de noviembre de 2021 at 13:55
Soledad
Soledad Lanas
23 de noviembre de 2021 at 14:58
Un artículo excelente con un tema que debió tocarse hace mucho
Me alegro que tu pluma haya sido porque lo has hecho sin desperdicio, comparto tu parecer plenamente
Felicito poder leerte aquí y bueno en otros canales tu pluma es un verdadero aporte y tu labor periodística cultural ni se diga