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OPINIÓN

El poder no quiere ser acotado: El debate sobre el CPS va más allá de cuánto ganan

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Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //

Es difícil la posición del Comité de Participación Social (CPS) del Sistema Estatal Anticorrupción del Estado de Jalisco, hoy bajo asedio.

Pero empecemos con ¿qué es eso del CPS? Y usemos para ello la descripción que da su propia página en la red: “Es el canal de interacción entre la sociedad civil y las instituciones de Gobierno para aquellos asuntos relativos a la estrategia anticorrupción en el estado de Jalisco. Tiene la responsabilidad de vigilar el funcionamiento de todo el Sistema en el estado, de proponer políticas públicas, metodologías e indicadores de evaluación contra la corrupción, y de generar mecanismos para que la sociedad participe en su prevención y denuncia”.

En español esto quiere decir que es un grupo de expertos que trabajando al interior del poder en turno y teóricamente de cara a la sociedad. Trabajan en proyectos y negociaciones no sólo para acotar al poder en turno (Que nunca quiere ser acotado), sino también a los poderes que vendrán para evitar que se cometan actos de corrupción y para ello tienen que mejorar los procesos, ajustar los mecanismos en una ruta que dificulte, complique y entrampe cada vez más los posibles actos de corrupción, que van desde la contratación de un compadre hasta el robo en despoblado de los recursos públicos. Suena complicadísimo pero básicamente es amarrar las manos del poder cada vez más y el problema es que hay que hacer eso de la mano del poder, con acuerdos. Es un trabajo muy difícil.

Es cierto que hasta ahora no podamos decir que se ha logrado el objetivo o al menos que se ha hecho una lucha ejemplar desde el CPS para que Jalisco sea ejemplo de lucha contra la corrupción y transparencia, pero endilgarle esta corrupción al CPS es equivocar las causas y ahí está la trampa en el discurso del poder. No debemos confundir al CPS con el poder en turno y debemos preguntarnos ¿Por qué la bancada de MC busca desarmar, desaparecer, dinamitar al CPS? ¿A poco vamos a creer que lo hacen por nosotros? Evidentemente hay gato encerrado.

¿A qué me refiero?

Pues no fueron los expertos del CPS los que solicitaron una deuda de 6 mil 200 millones de pesos supuestamente para paliar los efectos del Covid ni decidieron que se pagara el 140% de interés sobre esa deuda, ni mandaron golpear y secuestrar estudiantes con agentes de Fiscalía en camionetas de banquetes, ni aprobaron (Antes todo lo contrario) la elección de los Consejeros de la Judicatura que fue un ejemplo de desparpajado y vulgar uso de poder para imponer cuotas y cuates en espacios que son para otra cosa.

El CPS se ha opuesto, ha usado su voz si quieren de manera mesurada y aún así están pagando el pato de manejar una tibia independencia con la amenaza de ser destruidos, obliterados. Y si ante una independencia mesurada, cuidadosa que se activa en momentos donde no se puede justificar tanto abuso del poder se responde con una iniciativa destructora y vengativa para mantener las cuotas de la sociedad civil en el aplauso, entre los cuates y ajeno a las críticas, imagínense el servilismo que se busca desde el poder y el riesgo que es alzar la voz. Esto no lo podemos permitir, aunque el CPS sea todo lo perfectible que queramos.

Ese es el quid y hay que centrarnos en las razones de fondo y no en los discursos oficiales que siempre están envenenados. Claro que está el sueldo nada despreciable de más o menos 68 mil pesos mensuales libres de polvo y paja que se les garantiza a los miembros del CPS por cinco años y eso es criticable en un país donde a cada rato nos encontramos anuncios que buscan empleados con dos post doctorados, SNI 3, manejo de paquetes de diseño, Autocad, que hablen alemán, francés, mandarín y griego antiguo, con conocimientos avanzados programación web y soldadura ofreciendo tres mil pesos al mes. Entiendo que ofenda y que el sueldo es parte del debate pero la trampa del poder es decir que el sueldo es el debate y no, para nada. 

El asunto está en otra parte. No veo a los diputados ofendidos por su propio sueldo y prestaciones superiores a los del CPS o haciendo algo para reducir el cada vez más obeso cuerpo de aviadores del Congreso. No les molesta gastar, les molesta que les peguen y que existan organismos autónomos.

¿Es necesario garantizar que puedan ganarse la vida de manera honrosa y con seguridad laboral los integrantes del CPS? Sí. ¿Por qué? Porque su trabajo incluye enfrentar a un poder donde no hay correlación de fuerzas y que puede destruirlos si quiere y que es particularmente intolerante a la crítica y la entiende como disidencia, traición y filibustería. ¿Quién va a abrir la boca si le cuesta el escarnio público, que le ventilen su vida privada y ataquen a su familia y lo dejen sin trabajo y defenestrado públicamente? Pos nadie. 

Entonces hay que corregir muchas cosas en el CPS pero no reducirlo a la nada como hacen con todas las causas diciendo que tienen fines políticos o que defienden su sueldo o que en algo andaban y ya. El argumento contra el CPS es ad hominem y ahí no está el asunto. Hay que fortalecerlo, democratizarlo, ampliarlo y darle más poder para que produzca mejores resultados. Hay que elegir los consejeros con mecanismos en los que no participe el poder.

Los habitantes de Tala se quejan de que les van a poner un tiradero de basura en su comunidad, a metros de la presa de la Vega, de los chorros de Tala y el Bosque de la Primavera y sus preocupaciones son desestimadas por el poder cuya respuesta es que se trata de intereses políticos movidos por grupos oscuros.

El poder descalifica a quien se atreve a alzar la voz contra las imposiciones del poder, los negocios a su amparo y la corrupción que hay detrás de muchas de las decisiones y no podemos confiar en el discurso oficial que siempre trae cartas bajo la manga, ni sobre este asunto ni sobre el CPS.

Podemos decir que el CPS tiene todos los defectos que se nos puedan ocurrir y en muchas cosas, en muchas de nuestras críticas tendremos razón, pero eso no quiere decir que hay que dinamitarlo sino fortalecerlo, darlo a conocer, exigirle, dialogar con sus miembros, amplificar sus acciones y demandar más eficiencia.

Atacar al CPS hablando de sus onerosos sueldos desde una cámara cuyos diputados ganan lo mismo más dietas, viáticos, canonjías, asesores y varias otras compensaciones que no tienen los miembros del CPS es un poco contradictorio pero funcional.

Es que ganan mucho y no hacen nada y están defendiendo su sueldo” es un argumento de oro puro para deslegitimarlos y patearlos dejando en su lugar a un grupo de meritorios incapaces de levantar la mano.

Pero en materia de democracia y combate a la corrupción es un error y eso sí un buen pretexto. No nos vayamos con la finta.4

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