MUNDO
China, un riesgo para nuestra forma de vida: Rishi Sunak, pimer ministro de Gran Bretaña
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
En una extraña declaración del primer ministro de Inglaterra, Rishi Sunak, el pasado jueves, la casa de los comunes en ese país europeo entró en un debate sobre el riesgo que representa China para su seguridad nacional.
El primer ministro de Inglaterra es hijo de padre y madre que inmigraron a Inglaterra de La India en los años sesenta. Él nació en 1980 y en el 2015 fue electo a la Casa de los Comunes, equivalente al Congreso de la Unión, de ahí en adelante ha ido creciendo en fuerza al interior de su partido (el partido conservador), y el año pasado logró alcanzar el liderazgo del mismo que al tener la mayoría de dicha Cámara, le da la silla de primer ministro inglés, como en su momento lo fue Margaret Thatcher.
Es interesante que en ese país aún llamado racista, el primer ministro y el alcalde de Londres entre otros, electos por partidos políticos totalmente opuestos, sean ambos hijos de inmigrantes de La India.
“Estoy debidamente enterado del riesgo particular que China representa para nuestra forma de vida” dijo el primer ministro inglés al conocer los escandalosos resultados de un estudio realizado por las fuerzas de inteligencia de su país, mismo que se dio a conocer la semana pasada ante el parlamento de ese país.
Según el informe de inteligencia británicos, los operativos del Partido Comunista Chino han estado investigando cómo invertir en candidatos viables para tener de su lado a una parte importante de integrantes del parlamento y de altos oficiales del gobierno de dicho país.
Algunos integrantes del parlamento más extremos o cautos, depende de qué posición tenga usted, ha pedido designar oficialmente a China como un peligro, pero el primer ministro se ha resistido y se ha limitado a decir que tomarán las medidas necesarias para evitar que la influencia se convierta en interferencia.
Como lo hemos escrito antes en este espacio, desde hace años China ha venido desarrollando esa exitosa estrategia de compra de conciencias o de cercanía estratégica en varios países del mundo incluido México. China no es la primera potencia ni la última que hará algo así. Lo que es poco común es que las actuales potencias sean tan vulnerables. Estos tipos de análisis y riesgos se han hecho públicos y supuestamente han afectado a todos los países occidentales del G7 desde Canadá y EUA hasta Italia y Francia.
Mientras los políticos y juniors occidentales van de compras a los malls del mundo, los operativos o espías del Partido Comunista Chino (CCP) van de compras a los partidos políticos y congresos de los países que desean gobernar o de menos manejar.
A inicios de la semana pasada en Londres se dio a conocer sobre el arresto de dos funcionarios empleados en el Parlamento Inglés por estar presuntamente trabajando como espías del gobierno de China. Según el informe de inteligencia británica, China tiene “…el tamaño, la ambición y la capacidad para penetrar de manera exitosa cualquier sector de la economía inglesa, siendo particularmente exitoso en penetrar el mundo académico y de los medios de comunicación y electrónicos para suprimir cualquier crítica a su sistema (…) Han operado como cazadores de talento para aliar a personas en posiciones clave del gobierno, del ejército, de la industria, de la academia, de las artes y en general de la sociedad…”
El gobierno apuntó que está aumentando el presupuesto para poder prevenir estas acciones, incluyendo duplicar la capacitación para que el personal de las agencias de inteligencia hable mandarín. Es decir que lo que en años los empresarios y analistas de los asuntos exteriores hemos recomendado aprender ese idioma, los gobiernos como el británico apenas están despertando a lo importante que es poder entender a la gente en su idioma natal.
En las tecnologías modernas y en la inversión internacional China está tratando de dominar los mercados de la energía renovable pero no solo la solar o la eólica sino la nuclear que a la fecha es la más rentable y menos contaminante salvo en el caso de accidentes, para lo que se está trabajando en plantas con sistemas que ya no dependan en el agua pesada sino en minerales líquidos que al bajar la temperatura se solidifiquen y así eviten que la contaminación se escurra como sucede con el agua.
En respuesta a los múltiples señalamientos de espionaje, Reino Unido ha logrado cambiar o modernizar su ley anti espionaje que databa de 1911, allá en la era de la Primera Guerra Mundial cuando los enemigos eran los alemanes y los espías robaban secretos en papel. Ahora el MI6, el equivalente a la CIA, ha modernizado sus armas legales. Los ingleses esperan que no sea demasiado tarde. En China la agencia encargada del espionaje está bajo el llamado Departamento de Seguridad del Estado que ,como la CIA de los EUA, tienen empresas privadas a través de las cuales pueden operar con mayor libertad y sin el escrutinio directo de las reglas que aplican a los países o a los gobiernos, así los sobornos se llaman donaciones y los actos de espionaje se llaman investigación académica, turismo, inversión extranjera, comercio o relaciones públicas.
Como usted podrá imaginar el primer ministro de Inglaterra debe estar en una interesante situación no solo política sino personal. Sus padres emigraron al Reino Unido para estar en la capital del imperio allá por los años 60, cuando la India acababa de recobrar su independencia, así como lo hicieron los padres del muy admirado Fredy Mercury, y ahora cuando La India enfrenta problemas territoriales con China, él como líder del Reino Unido, casa adoptiva de sus padres, también enfrenta a China como un riesgo para Reino Unido. En Occidente como en India hay una parte de políticos pro China y otros pro nacionales, como en su momento hubo pro Occidente en Asia, África y Oriente.
Mientras tanto la NASA, agencia espacial de los EUA declaró que hay muchos equipos no identificados con alta tecnología volando por el mundo, aunque “no se cree que sean de extraterrestres”. Pero si esas tecnologías ultramodernas no son de otro mundo, entonces son secretos de alguien y esas tecnologías son las que ahora se usan para espiar desde el espacio y desde nuestros equipos electrónicos. Pero la mejor forma de influencia como siempre es el dinero.
En los países con altos niveles de corrupción pública o disfrazada, la infiltración china es fácil. Mientras el país del dragón entra a los más altos niveles de gobierno de los países occidentales con la única restricción que representa el lenguaje, las potencias occidentales están en pleitos internos por la sexualidad, las libertades, la democracia, las formas de energía renovable y en escándalos de corrupción o de abuso de poder como los que envuelven a los dos punteros de las encuestas para presidente de EUA. Por un lado, Trump con muchos juicios en su contra por cuestionar y no aceptar los resultados de la elección del 2020 y por otro lado Biden con señalamientos de presuntos actos de corrupción y con su hijo Hunter recientemente sujeto a juicio allá en el país de las barras y las estrellas.
Usted puede decir que la economía de China está pasando por momentos de desaceleración, pero la verdad es que el mundo está por las mismas y las políticas de control político y social de China le permiten poder evitar los problemas de occidente. Por ejemplo las huelgas masivas que enfrentan las plantas automotrices de Ford, Chevrolet y Chrysler en Detroit, Michigan por la falta de crecimiento de los salarios en comparación con la inflación de ese país y claro, la idea de que los autos eléctricos necesitan menos trabajadores para ser construidos, dejando las ganancias en manos de los fabricantes de materiales para baterías del que China es el número uno.
Tal vez ya sea tarde para occidente y solo estemos esperando a que se acabe el partido con un marcador abultado en contra de los países con libertades como la libre expresión, la libre determinación del voto o la libre empresa, que se dejaron vencer por estar en la frivolidad, como sucedió en el pasado con otras potencias. Para China el poder es para ejercerse de forma central y si uno puede comprar una voluntad eso es barato. La preferencia a las industrias nacionales de las que el gobierno es socio en muchos casos en contra de las empresas extranjeras, es otra forma en la que China da un respaldo a su economía que es la gran fábrica del mundo y pronto la potencia de energía nuclear de punta, tanto en su país como en otras naciones, incluidas Inglaterra, Arabia Saudita y otros países en los que China le apuesta a ser el gran proveedor de plantas nucleares y con las plantas nucleares o eléctricas, tendrán el acceso a la red de energía que a su vez da acceso a toda la red de comunicaciones y de infraestructura, áreas mediante las cuales supuestamente ha realizado actos de espionaje en EUA.
Entre más amigos exportadores o importadores tengo, más me doy cuenta de que los tratos con China son las 24 horas del día literalmente. Más tarda uno en enviar un mensaje que en recibir la respuesta, incluso con la terrible diferencia de horas entre Asia y México.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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