Deportes
El VAR no fue la solución: El arbitraje, amo y señor del futbol mexicano

Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //
Primeramente, debemos establecer la personalidad de los señores nazarenos con esa aura de grandeza y prepotencia con la que se manejan siempre, sintiéndose los “plus ultra” del universo. Los salarios que perciben los árbitros en Primera División por encuentro o partido son de 40 mil pesos, los asistentes 25 mil pesos cada uno y el 4.º árbitro con 10 mil pesos y un sueldo fijo mensual de 27 mil pesos.
Se dice que el llamado “Gato” Ortiz (pedante y odioso, por cierto) obtuvo la cantidad de 150 mil pesos en la final pasada entre Cruz Azul y América en el Torneo Clausura 2024, con una actuación desastrosa, marcando un penal que no fue a favor del América (qué raro, ¿verdad?).
El susodicho VAR no sirve de nada. En el audio de ese encuentro determinó que no existió falta que el aferrado árbitro en cuestión marcó de inmediato; el VAR lo reconoció, fue a las pantallas a revisar, dejando la decisión a su criterio; por supuesto, ratificó su dicho.
Se supone que el VAR, conformado por árbitros también, tienen la última palabra e incluso con la diadema le indican al árbitro una revisión exhaustiva de varias tomas en las cámaras, tienen mejores herramientas tecnológicas para analizar con justicia sus determinaciones, lo dan a conocer al silbante, esperando brevemente e incluso ni siquiera acuden a las pantallas exprofeso para revisar que se encuentran en cancha en una pequeña cabina, subordinándose la decisión de ellos.
Ahora bien, se habla mucho de la multipropiedad que inició el América primero que nadie con su hermano consanguíneo el Necaxa de los ex electricistas que adquirieron y manejaron a su antojo por mucho tiempo.
Al paso de los años se deslindaron de su franquicia necaxista, no por otra cuestión que la económica exclusivamente, que ni los propios familiares acudían a sus encuentros y decidieron por asuntos financieros deshacerse de ellos, teniendo un episodio positivo en el que conjuntaron un equipazo, se supone con “desechos” del América, que el hermano menor salió “respondón” y obtuvieron 3 campeonatos de Liga.
Tiempo después aparece el equipo Pachuca vegetando por décadas en Segunda División hasta lograr su ascenso a la primera y mantenerse incluso como protagonista y animador frecuente obteniendo varios campeonatos de Liga, y el único en obtener como equipo mexicano un torneo sudamericano en su brillante etapa en Primera División
El Grupo Pachuca se expande y compra al equipo León, manteniendo su franquicia en Guanajuato, “Donde la vida no vale nada”, que obtiene como su hermano mayor sendos campeonatos de ligas con Jesús Martínez al frente, su hijo lo nombra presidente y después aparece un hermano y se reparten el pastel (entre los dos equipos).
Ahora bien, por qué menciono esta cuestión del tema arbitral lo de la multipropiedad, la respuesta tiene que ver con la justicia deportiva que debe prevalecer siempre con la frase célebre del Varón Pierre de Coubertin en las olimpiadas “Lo importante no es triunfar sino competir”.
Para los ambiciosos desmedidos, no tiene razón de ser esta frase que habla del espíritu de la competitividad en aras de una formación de sana convivencia a través del deporte, que él mismo nos une como hermanos universales, en una paz y concordia sin distingo de razas y colores, siendo uno mismo el globo terráqueo y sus habitantes.
Quien tiene más peso específico y ventajas en este fútbol nuestro, la multipropiedad o las televisoras dueños de equipos que transmiten sus encuentros en el que tienen la manipulación tendencias y simpatías gracias a los comentaristas que son en realidad la “mafia del poder”, que ya no sutilmente sino de manera descarada crean afición con la difusión y promoción de sus equipos, que engañan, mienten y manipulan a su antojo.
Los miles de millones de dólares invertidos por los dueños de equipos no pueden estar a manos de un arbitraje comprado, que favorece a los grandes equipos que invierten cada temporada, que uno en especial tiene las preferencias y simpatías que los que conocen del fútbol saben a quién me refiero.
La crisis del arbitraje es desde siempre, puesto que no existe la justicia deportiva ni mucho menos la ética y el profesionalismo entre el cuerpo arbitral del máximo circuito en este país.
Públicamente, se dio a conocer a equipos como el “Alebrijes” en la Liga de Expansión con audios y vídeos, pactando resultados para favorecer apuestas (directivos), que, por otro lado, también sucede en las mejores familias (Italia, España, Alemania, entre muchos).
El arbitraje mexicano de inicio está viciado desde siempre con personajes al frente de la Comisión de Arbitraje recordando al exfutbolista el “Gansito” Aarón Padilla como Presidente de árbitros un tiempo, como actualmente sucede 2025 con el exfutbolista Juan Manuel Herrero que los nombra la FMF, que también sabemos quién controla el futbol mexicano y los derechos de transmisión de la selección nacional.
El actuar de los árbitros se inclina casi siempre por el anfitrión que recibe a sus equipos contrincantes de visita y los favorece, confabulados por los comentaristas televisivos, maquillando sus apreciaciones.
Los equipos importantes, por supuesto, llevan ventaja siendo elogiados con exageración; los árbitros se “cuadran” en alguna decisión polémica y los rodean varios jugadores para presionar y amedrentar sus decisiones (América, UANL, Monterrey, Toluca, entre otros).
Existen jugadores que “pesan” para los árbitros y se imponen, como el caso del francés André Pierre Gignac, que los censura, insulta y amedrenta, o el pandillero jugador que hace honor a sus tatuajes, el español Sergio Ramos, que “descuenta” adversarios en los forcejeos en el área cuando va al ataque, partido tras partido, que los árbitros cobardes ni siquiera lo amonestan.
Lo más increíble y para Ripley que varios tienen gafete internacional, que al parecer sacan sus nominaciones en una bolsa de papitas o frituras.
El perfil de los árbitros marca mayormente en el trabajo de gimnasio, que algunos hasta “fortachones” se ven, dejando de aplicar el reglamento que por cierto sus criterios son dispares calificando de diferente manera una misma jugada, algunos en expulsión para los equipos débiles o inferiores, ya que los equipos importantes les tienen demasiado respeto, notándose su parcialidad.
El jugar fútbol profesional o semiprofesional es ventaja para quien lo hace lo mismo que ser comentarista o analista deportivo, los árbitros son sin excepción personajes que nunca practicaron nada a excepción del “bebeleche”, canicas, trompo o yoyo.
El VAR es un verdadero fraude, teniendo personajes del mismo cuerpo arbitral que se manejan con un lenguaje soez y corriente gracias a los audios que se han difundido públicamente y demuestran su pobreza y limitación de mentes limitadas.
Hugo Sánchez tiene toda la razón al comentar como analista (ESPN) y excepcional exfutbolista y entrenador que los personajes del VAR deben tener un mínimo de dos exfutbolistas para entender en esencia pura, las circunstancias naturales de determinadas faltas, algunas accidentales y otras con alevosía y ventaja, así como la línea que la ponen a conveniencia para “justificar” una decisión polémica, y máxime si intervienen los comentaristas serviles y manipuladores para influir en determinada jugada, en este caso un fuera de lugar o penal.
Él “valemadrismo” del mexicano común hace la diferencia donde abundan personajes sin criterio y conocimiento de causa que, por supuesto no tienen la racionalidad que las circunstancias exigen en un deporte de alto rendimiento y requiere personajes decentes, honestos que no tengan preferencias y simpatías por algún color escudo o “nómina clandestina”, que nuble su juicio e incida en manipulaciones y falacias ante los telespectadores.
A través de la innovación del llamado VAR este órgano auxiliar toma decisiones directas que transmite al árbitro central para dictaminar una jugada de gol, expulsión, fuera de lugar, etc., y el árbitro está obligado a atender sin objeción.
La FMF, órgano jurisdiccional de la Liga MX y la propia FIFA no son garantes de justicia, sino todo lo contrario, envueltos en corrupción desde siempre a conveniencia de las potencias futbolísticas sumisas y entreguistas, no son nada democráticos, repiten sedes mundialistas y tienen más agremiados junto al movimiento olímpico que la misma ONU.
Por último, la hipocresía del América, su prepotencia y arrogancia, despidieron a Leo Beenhakker y ahora lo homenajean ante su deceso. Cuando lo sacaron del equipo fue por capricho de la familia Azcárraga (del “Güero” Burillo), por no acatar una decisión administrativa.
E-mail: etrememodelos@hotmail.com
Deportes
Completa Sudamérica sus cupos para el Mundial; Bolivia va al repechaje

– Por Diego Morales Heredia
En una jornada dramática de la última fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, Bolivia derrotó 1-0 a Brasil en El Alto, resultado que, combinado con la derrota de Venezuela en casa ante Colombia, le permitió asegurar su lugar en el repechaje intercontinental rumbo a la Copa del Mundo 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.
El gol del triunfo boliviano llegó de los pies de Miguelito por la vía penal, desatando la euforia en el Estadio Municipal de El Alto y manteniendo vivas las esperanzas de volver a un Mundial por primera vez desde 1994.
El repechaje se jugará en la Fecha FIFA de marzo y tendrá como sedes Guadalajara y Monterrey. Participarán seis selecciones: Bolivia y Nueva Caledonia ya tienen su lugar, mientras que se espera la definición de una selección africana, una asiática y dos de la Concacaf. Solo dos de ellas obtendrán el ansiado boleto a la justa mundialista.
Con este resultado, Conmebol completa sus seis boletos directos: la vigente campeona del mundo Argentina, además de Ecuador, Colombia, Uruguay, Brasil y Paraguay, que regresa a la Copa del Mundo tras 15 años de ausencia.
Bolivia, por su parte, se aferrará a su última oportunidad para volver a la máxima cita del fútbol.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 806: Segundo piso en López Mateos: ¿Solución rápida o error costoso?
Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ
Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.
LAS CINCO PRINCIPALES:
Segundo piso en López Mateos: ¿Solución rápida o error costoso?
Colomos III: La batalla por el patrimonio ecológico de Jalisco
Convención Estatal de MC: Asume Mirza Flores dirigencia estatal del partido naranja
Primer informe de labores legislativas de Claudia Salas: «La gente quiere resultados, no pleitos»
Deportes
Fenómeno permanente: La violencia creciente en el futbol mexicano

– Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza
Mucho se habla y se dice del tema de la violencia en los estadios de nuestro país, pero nadie hace algo contundente para no solo controlar, sino erradicar este fenómeno, que es un lastre que cada vez crece más cuando la solución no solo es de los dueños de equipos, sino de la autoridad gubernamental, que debe tener mayor injerencia y severidad en cuanto a la mala conducta de los aficionados, que los propios jugadores propician; también la violencia.
Los municipios tienen el control y la obligación de brindar seguridad a todos los actores en un encuentro de fútbol; el inspector autoridad debe ejercer su función aplicando el reglamento de buen gobierno no solo en la afición, sino en los jugadores mismos, cuerpo técnico dentro y fuera de la cancha, fundamentalmente esta última con pseudoaficionados de “barristas” enajenados que hacen lo que quieren y son violentos en extremo.
En un país machista como el nuestro, donde los ánimos se exasperan paulatinamente en un encuentro en el que el factor número uno es la venta y el consumo indiscriminado de las cervezas, los aficionados, como se diría en el Viejo Oeste, sacan sus revólveres para querer pelear envalentonados con el alcohol ingerido; todos se hacen los occisos (gobierno, directivos, cuerpo técnico, prensa, jugadores y afición).
Ahora bien, resulta increíble que la autoridad prácticamente acabe con la industria tabacalera, en las propias cajetillas de cigarros advierten que es nocivo para la salud, prohibiendo su publicidad en las tiendas de abarrotes principalmente, los tienen escondidos cuando las bebidas embriagantes difunden y promocionan al máximo en una hipocresía de las autoridades que rayan en lo absurdo con un comportamiento patético.
Resulta incongruente que el deporte de las patadas sea manejado con los pies, literal, cuando debería ser la mente, con un razonamiento congruente, prevaleciendo la educación y la moral, así como los principios y buenas costumbres.
Imagínese usted, amable lector, que las bebidas embriagantes las anuncian en las camisetas de los jugadores. Independientemente de la brutalidad publicitaria que se maneja alrededor del deporte en general, el mensaje no solo es para nuestra juventud, sino para todos (niños, jóvenes y adultos). Hay una complacencia y aceptación absurda e increíble.
Las tomas que hacen en la TV al público, vemos a los jóvenes con tremendos envases de litro, indistintamente el sexo por igual, que incluso dándose cuenta de que las ponen en cámara, presumen levantando el brazo con la bebida de manera eufórica.
Como siempre sucede, las personas de mayor posición económica son privilegiadas y no se juntan con “la chusma” cómodamente en sus palcos y plateas; ahí sí se puede disfrutar el fútbol en familia, lo que resulta un riesgo hacerlo en las graderías y zonas populares, que un padre de familia responsable jamás arriesgaría a los suyos de manera peligrosa. El lenguaje “folklórico” y florido está a la orden del día, envueltos todos en esa violencia verbal, y qué decir del grito homofóbico en el que hasta los niños participan.
Yo me pregunto, qué autoridad educada con moral y principios prohibiría la venta de cerveza en los estadios, cuando esta industria malamente sostiene el fútbol y otras disciplinas.
¿Por qué no hacen lo mismo que la industria tabacalera con mensajes contra el consumo del cigarro que impone el gobierno, cuando en este país las adicciones son número uno con las bebidas embriagantes? En los llamados “anexos”, los jóvenes, son principalmente alcohólicos a temprana edad y después el consumo de drogas y estupefacientes. Dentro de los espectáculos populares, en el cine y sus salas de proyección no tienen bebidas embriagantes y se disfruta amenamente en familia.
El tenis es completamente diferente como espectáculo; su público es refinado y educado, con un silencio absoluto en el juego, donde todos los aficionados participan de buena manera y disfrutan con premios económicos para los tenistas millonarios, con aforos ciertamente reducidos que no sobrepasan, como máximo, los 5 mil espectadores; incluso hay encuentros de más de 4 horas y todos lo disfrutan.
De la farándula en espectáculos, el ambiente es tenso y peligroso con los “narcocorridos” y las bebidas embriagantes en palenques en las ferias a lo largo y ancho del país. Su público es temerario, está prácticamente “encima” de los artistas de manera estrecha e incluso, como se dice, se meten al ruedo con botella de licor en mano y se abrazan con sus artistas; las damas llevan mano e incluso beben con el artista.
Los involucrados en el futbol, principalmente los comentaristas televisivos, se rasgan las vestiduras, “no entienden” qué propicia la violencia en los estadios; lo saben perfectamente: es la venta indiscriminada de cervezas. Los menores de edad (18) se embriagan fácilmente, creando consumistas de por vida para enriquecer a los empresarios cerveceros que dominan el mercado con jugosas ganancias millonarias en un vicio de impunidad en aras del consumo inagotable que cada vez más tiene bebedores en potencia, que ahora los jovencitos y demás son también clientes consumistas a la par de los hombres (equidad de género malentendida).
Cuántos futbolistas a lo largo de la historia en este país son los principales protagonistas de la violencia, con señas obscenas y ademanes hacia la tribuna, provocando a los aficionados e insultándolos principalmente a la progenitora, como lo hacen los argentinos manual y verbalmente: “La concha de tu madre que te parió”, señalando con sus manos sus genitales, y no solo argentinos, todo tipo de sudamericanos. Y con sus ademanes inapropiados, los entrenadores que también se meten con el público; son inadmisibles.
Dónde está, me pregunto, la autoridad (inspector municipal) gubernamental para sancionar no solo a los jugadores, sino al cuerpo técnico que se mete con la afición. Recordamos al finado Tomás Boy, que hacía ademanes a la tribuna de manera soez y vulgar; incluso en el Estadio Jalisco se subió a las gradas para golpear a un aficionado sin recibir sanción alguna dirigiendo al Atlas.
Cuauhtémoc Blanco en aquel “festejo” de levantar el pie como perro para festejar un gol; en ese momento debieron expulsarlo por burlarse del rival. Tiempo después, el propio Henry Martin (“original”) del todopoderoso América, nuevamente copió mientras el árbitro ni se inmutó. Esa actitud que reglamentariamente es conducta inapropiada, exaspera no solo al rival, sino al “hincha” recalcitrante que solo busca un pretexto para la camorra.
Los “hinchas” argentinos son violentos en extremo; recordamos un encuentro de la Copa Libertadores que el técnico de Boca Juniors escupió en la cara al “Bofo” Bautista al señalarle con la mano cuatro dedos, que fueron los goles que “Chivas” de Guadalajara le metió al equipo argentino en el Estadio Jalisco y los eliminó.
Definitivamente, no existe peor barbarie en el mundo de las broncas descomunales, como la de los pseudofanáticos de “Gallos Blancos” de Querétaro, que en vídeo se ve cómo golpeaban en la cabeza a varios aficionados del Atlas. Por supuesto existieron muertos con la complicidad y cobardía del otrora góber precioso, Alfaro, quien dejó a la Fiscalía de Querétaro que encarcelara aficionados tapatíos que fueron a esa ciudad, quienes fueron los agredidos. Para colmo de la barbarie, a un joven estudiante le truncaron la vida, traumando a su madre viuda. El hijo era su sostén y la mantenía, la dejaron abandonada a su suerte.
“La montoneada” de los aficionados criminales queretanos era de diez a uno, masacrándolos a los atlistas hasta dejarlos inconscientes, no puede ser que el saldo fuera blanco, solo heridos, ¡pamplinas!
La violencia en los estadios de fútbol tiene que parar. Todos piden una credencialización individual, revisar a los aficionados, cuando la realidad es que las bebidas embriagantes se deben prohibir, quitando las cantinas más grandes del mundo.
Finalmente, debemos establecer que la violencia es permanente, con una susceptibilidad a flor de piel, y que los conatos de bronca entre todos deben terminar (jugadores, técnicos, árbitros, redes sociales, prensa, “barristas” y afición misma).
E-mail: etrememodelos@hotmail.com