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MUNDO

El yuan gana adeptos en América Latina: Un nuevo mundo desdolarizado, el petroyuan a la vista

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Economía Global, por Alberto Gómez-R. // (segunda parte)

El estudio de la historia hace comprender el presente y las proyecciones prospectivas (futuras), por lo que podemos inferir que el poderío de Estados Unidos y su moneda, el dólar, llegarán pronto a su fin, no de un día para otro, pero sí irremediablemente.

Una de las señales de la caída de un imperio dominante, como es el caso de EE.UU. es la implosión social que está viviendo. Como consecuencia de un sistema económico basado en la depredación y el máximo consumo en todos aspectos, puede observarse la depravación de su sociedad hundida en el consumo de todo tipo de drogas, no sólo las químicas o de origen natural, sino las psicológicas, entendiendo que el significado de droga incluye a las actividades o aficiones obsesivas, como a los eventos deportivos, las presentaciones de ”artistas”, como en los eventos masivos en los que la personalidad se funde en una masa que se deja llevar sólo por las emociones; o la enajenación mental del hedonismo o el culto al consumo.

La transmisión por televisión abierta de sucesos catastróficos o criminales –como los cada vez más frecuentes tiroteos y matanzas masivas en escuelas y lugares públicos en EE.UU.- es alimento para la destrucción de las conciencias y la depravación social, que se usa para mantener distraída y aterrorizada a la población, y poder entonces manipularla, como dictan los cánones de la psicología de las masas.

Uno de los pilares para la estabilidad y bienestar del ser humano es el sentimiento de seguridad, y si este no se logra, se cae en un estado de sonambulismo, es decir, que las personas actúan de manera mecánica sin estar realmente despiertos, sobre todo si se vive bajo un estado de terror constante, para lo cual se pueden utilizar los medios masivos de comunicación, el cine, las publicaciones, las redes sociales, la opinión pública manipulada…es por ello que la actual situación de la economía estadounidense está teniendo efectos devastadores en su sociedad.

Por un lado los estadounidenses se están dando cuenta que “sueño americano” con el que crecieron no es más que una fantasía –y que será muy poco probable que alcancen la libertad financiera que les permita vivir felices en su etapa madura- y por el otro lado, que realmente a nadie (gobernantes, clase política, élites económicas) le importa lo que les suceda.

Si fuera posible hacer un análisis comparativo de la subida de la tasa de interés -dictada desde la Reserva Federal (Fed)- y el incremento en el consumo de drogas duras, suicidios o asesinatos, se podría encontrar una correlación positiva, seguramente.

Estos efectos sociales, concatenados al sistema económico y financiero, se acentuarán conforme el dólar vaya perdiendo terreno en el plano internacional como valor de reserva o instrumento de pago para el comercio internacional.

Los tratados y acuerdos comerciales entre potencias emergentes para el intercambio de mercancías utilizando opciones alternas al dólar estadounidense –con China a la cabeza- están minando rápidamente su “valor” como moneda fiat (basado en la confianza).

En América Latina, por ejemplo, Argentina ha acordado con China el pago de sus importaciones en yuanes, tal como lo anunció el ministro de economía, Sergio Massa.

Según detalló Massa, «tras un acuerdo con diferentes empresas», el gobierno reprogramó el instrumento de pago para esas importaciones con origen en China, que «dejan de pesar sobre el flujo de salida» de dólares y «pasan a ser parte del flujo de salida de yuanes».

El acuerdo se firmó en el Palacio de Hacienda en Buenos Aires, con la presencia del embajador chino en Argentina, Zou Xiaoli, y banqueros y empresarios del gigante asiático.

Frente al complejo contexto internacional del 2022 para el sistema económico y financiero mundial, son varios los países que optaron por comenzar un proceso de ‘desdolarización’ y fortalecimiento de sus monedas nacionales u otras alternativas.

En América Latina, Brasil tomó la delantera a principios de este año, cuando inició el camino al promover el uso del yuan para operaciones comerciales con sus principales socios, desafiando el dominio de la divisa estadounidense.

En medio de la disputa entre EE.UU. y China por conquistar mercados en la región, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva avanzó en las negociaciones de intercambio comercial e inversiones con el gigante asiático habilitando pagos directamente en reales brasileños y en yuanes chinos.

Por otro lado, Argentina y Brasil, que comparten y lideran el Mercado Común del Sur (Mercosur), conversan por estos días sobre la posibilidad de crear una moneda común, con el objetivo de «potenciar el comercio y la integración al mundo sin perder» su «soberanía y libertad económica». (actualidad.rt.com)

Mientras EE.UU. continúa azuzando a los países europeos para endurecer las sanciones contra la Federación Rusa, en una maniobra que a su parecer les permitirá continuar dirigiendo la política exterior europea, como lo ha venido haciendo desde hace décadas.

Sin embargo, la sociedad europea cuestiona fuertemente las decisiones de sus políticos que siguen los designios de Washington, y son cada vez más fuertes las críticas de partidos políticos opositores a los actuales gobiernos, recogiendo la inconformidad de sus habitantes en medio de una fuerte crisis económica y social.

La realidad contradice fuertemente a la ficción de los medios de comunicación occidentales, que tratan de convencer a la opinión pública mundial que Ucrania, ayudada por sus “amigos” occidentales tiene posibilidades de ganar la guerra contra Rusia, pero nada más lejano de la realidad… ya incluso hubo filtraciones del Departamento de Defensa estadounidense afirmando que Ucrania no tiene la más remota posibilidad de ganar ese conflicto bélico; y por otra parte, las duras críticas del ala republicana al gobierno del presidente Joe Biden siguen debilitando la posición de los demócratas, con las elecciones primarias a unos meses, y el gobierno federal encharcado entre caer en el default (impago de la deuda), la baja aceptación ciudadana de la actual administración y varios frentes de guerra abiertos, pero que difícilmente podrá salir victorioso de alguno de ellos.

De esos frentes de guerra abiertos por la administración Biden, la guerra económica, tecnológica, y financiera contra China, es la que más rápidamente avanza a favor del gobierno de Xi Jinping. EE.UU. persiste en sus actos de provocación contra el gigante asiático, pero éste a su vez gana terreno con nuevos aliados no sólo en Asia, sino en América Latina, Europa del Este, y África.

La estrategia de China para comercializar con monedas alternas al dólar usando el propio yuan como instrumento de pago, incluyendo el petróleo, pone en jaque al petrodólar y su existencia.

El acercamiento de Arabia Saudita e Irán por conciliación de China, ha abierto aún más la posibilidad al petroyuan, siendo estos dos países importantes miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). China ha incrementado la cuota de compra del hidrocarburo a Arabia Saudita y a Rusia, lo que ha provocado el descontento de Washington ante el fortalecimiento de nuevos bloques económicos.

Al llegarse el momento en que se consolide el comercio de los energéticos utilizando yuanes, rublos o en una canasta de monedas del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), será el fin del dólar, y probablemente EE.UU. sufra una inflación nunca antes vista en su historia, remembrando a la hiperinflación de la República de Weimar (1922-1924).

La hiperinflación en la Alemania de los años 20 se debió principalmente al endeudamiento generado por las indemnizaciones después de haber sido vencida en la Primera Guerra Mundial.

La mayor parte de los pagos de deuda interior y exterior definidos por el Tratado de Versalles, se efectuaron emitiendo dinero sin ningún límite. Los billetes puestos en circulación por el Estado hicieron subir los precios y la moneda sufrió un incremento de su valor nominal sin la menor correspondencia con su poder de compra real. En 1923 se llegaron a emitir billetes con un valor teórico de cientos de millones de marcos.

En EE.UU. la inflación sigue creciendo sin control, y los billones (trillones en inglés) de billetes emitidos durante la pandemia, están generando un tsunami financiero de dimensiones insospechadas, que muy probablemente haga naufragar a la que fuera la potencia dominante durante más de 70 años.

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