CULTURA
Formador de talentos: Don Rogelio Becerra, de los grandes personajes del futbol mexicano

Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //
“Ni están todos los que son… ni son todos los que están”.
Como siempre sucede en toda actividad existente, los héroes anónimos que no lo son tanto, son ignorados y poco valorados por todos, son quienes colaboran en gran medida para el éxito de algunos equipos profesionales de fútbol.
El desconocimiento de causa es factor para que surjan las especulaciones, los dimes y diretes en cuanto a producción de jugadores se refiere, conformados por su gran mayoría en los clubes profesionales, que es normal principalmente en las organizaciones de mayor arraigo y jerarquía iniciados por los grandes de nuestro balompié mexicano, Guadalajara, América, Cruz Azul, UNAM.
En los últimos tiempos Pachuca levanta la mano como el más productivo y triunfador en el tema de los llamados canteranos de las fuerzas básicas de equipos de la Liga MX. Los rojinegros del Atlas son los más productivos en la historia de manera generacional, dedicados a producir jugadores no por convicción sino por mercantilismo y negocio productivo para los bolsillos de sus directivos desde siempre, que por otro lado es entendible para la industria del fútbol mexicano.
Don Rogelio Becerra (QEPD), surgido como entrenador en el antiguo Atlas Paradero, alguien del Ayuntamiento de Tlaquepaque adquirió el inmueble que gente ignorante del deporte (Miguel Castro) revendió ese activo de complejo deportivo al CODE Jalisco como propietario absoluto y definitivo actualmente.
Lo mismo sucedió en el municipio de Guadalajara, en el poniente que absorbió territorialmente a Tlaquepaque ganando terrenos poco a poco, que antiguamente en el Monumento a la Bandera iniciaba el municipio alfarero, después hasta el club en cuestión y finalmente la Pila Seca, que inicia el territorio de los devotos San Pedro Tlaquepaque, terminando actualmente en simplemente Tlaquepaque.
Don Rogelio, en Atlas Paradero era entrenador de reservas “B”, la antesala del profesionalismo, con ese “don” de hacedor y forjador de jóvenes promesas, que hacía firmar a directivos como profesionales a los jugadores, dejando el crédito del debut a otros entrenadores del trabajo realizado por nuestro personaje en cuestión.
Recientemente mencionamos en ediciones pasadas, el trabajo de fuerzas básicas de los clubes profesionales y la importancia de estos, que el trabajo de Don Rogelio tiene mayor mérito al hacerlo fuera de los clubes tradicionales (Guadalajara, Atlas, Nacional, Oro), en esta bella perla tapatía capital del Estado de Jalisco.
La inquietud de Don Rogelio en su trabajo de forjador de jugadores lo realizó por su cuenta, enviándole al equipo Toluca de primera división dos o tres jugadores (Eduardo Ramos, Aurelio Hernández, Javier “Hijin” Cárdenas), que llamaron la atención de un “señorón” en el finado empresario propietario de los “Choriceros” del Toluca, concesionario de la Cervecería Modelo, Don Nemesio Diez, con enorme visión crearon ambos la Escuela de Fútbol Toluca en Guadalajara, con un éxito rotundo de cerca de un centenar de jugadores que debutaron con Toluca hechos y forjados por Don Rogelio, rentando instalaciones del antiguo Club de Ferrocarrilero en esta capital tapatía de un trabajo profesional, serio responsable con un equipo interdisciplinario con su hijo al frente el Dr. Becerra Jr. y otros personajes en una labor de décadas produciendo repito jugadores de corte de selección nacional.
Por cierto, fueron la base de algunos campeonatos de primera división del Toluca con jugadores surgidos en Guadalajara, Jalisco.
Para nadie es un secreto que la materia prima natural se produce en Jalisco para el mundo, prácticamente desde la transición de la “modernidad” a mediados de los años 40´s de la Liga Mayor Profesional de Fútbol, a la actual Primera División del Fútbol Mexicano, que los equipos tapatíos figuraban en los primeros lugares de la tabla general.
(Guadalajara, Atlas, Oro), por muchos años antes del despertar de los equipos “chilangos” América, Necaxa, Atlante, UNAM, que fueron “nuestros hijos” por décadas, que dice el adagio “Para que la cuña apriete…tiene que ser del mismo palo”.
De inmediato los clubes “chilangos”, voltearon hacia nuestro Estado de Jalisco, básicamente en la metrópoli tapatía, con el Cruz Azul que dirigió el finado profesor Rubén Maturano, viviendo en esta ciudad con escuelas de fútbol, que también tenían y tienen algunas sus escuelas incluyendo al todopoderoso América, Atlante, Tampico Madero, entre muchos más, desconociendo actualmente cuantos subsisten.
La ciudad de Guadalajara por ende es la más conocedora de todo el país sin discusión en el que todos los municipios (la mayoría) tienen todos primera división amateur, unos en la FEMEXFUT y otros en la Asociación de la Calzada, que, en algunos pueblitos de municipios jaliscienses, el fútbol por la tarde en canchas con pocas tribunas, algunos incluso alrededor del alambrado, pagando boleto por ver a su equipo favorito creando los regionalismos arraigados con un nivel óptimo de competición.
No es lo mismo un entrenador que descubre luminarias, caso de Cuauhtémoc Blanco, y los llevan a clubes profesionales, que tener la atingencia necesaria y el conocimiento profundo que nadie con todo respeto en el país, forjan decenas de jugadores como nuestro excepcional DON ROGELIO BECERRA escrito con mayúsculas, por mayúsculo, valga la redundancia fue su trabajo en pro del fútbol nacional.
Muy diferente a otros personajes que se apoyaban en clubes como los también excepcionales, Diego Mercado y Alfonso Portugal en selección amateur mexicana, lo mismo que José Luis “El Güero” Real y Efraín Flores tapatíos ambos en Atlas y Guadalajara.
La ciudad de Guadalajara llegó a tener 5 equipos de primera división con los tradicionales Guadalajara, Atlas, Nacional y Oro y los más contemporáneos después UDG, UAG y Jalisco, este último tiene todavía su membresía en el Estadio Jalisco con Guadalajara y Atlas en Clubes Unidos de Jalisco.
Es una tristeza la desaparición de las universidades en el fútbol de primera división que si bien la UDG fue llamado por el finado Ángel Fernández, “El equipo que nació grande”, con 2 subcampeonatos consecutivos con el brasileño José Gomes Nogueira y después el mexicano Ignacio “Gallo” Jáuregui, la UAG a diferencia de los “Leones Negros” sí probaron las mieles de los campeones de primera división con Víctor Manuel Vucetich y el Ing. Juan José Leaño como presidente, ex también de la FEMEXFUT, sin olvidarnos de nuestro finado amigo Félix Flores Gómez, un presidente de 10 que realizó la transformación de los melenudos, que tristemente subsisten en la “Liga de Expansión” actualmente.
Esta situación que describimos tiene que ver directamente con el entorno del fútbol en la exigencia de la afición tapatía la más conocedora del país, así como el nivel de futbolistas entrenadores incluidos los comentaristas cronistas y demás. Es por ello que reviste mayor trascendencia lo logrado por Don Rogelio en una ciudad altamente calificada en todos sentidos, que el fútbol como disciplina deportiva supera por mucho a todas las existentes.
Por supuesto todas son importantes individuales y colectivas que no es casualidad el predominio de las olimpiadas infantiles y juveniles que Jalisco domina en las últimas décadas como número uno indiscutible.
Don Rogelio Becerra merece estar en el Salón de la Fama Internacional en Pachuca, Hidalgo, que la ciudad de Guadalajara también está comprometido en homenajearlo por su enorme aportación al deporte de las patadas en pro del fútbol mexicano, por cierto, Toluca llegó a tener en torneos 10 jugadores tapatíos y solo un extranjero Juan Carlos Paz (uruguayo), del 11 titular con infinidad de jugadores que sería imposible mencionar a todos.
Los héroes deportivos son también entrenadores que tienen el merecimiento de ser considerados únicos por las condiciones excepcionales mostradas, que debemos reconocer y honrar. Enhorabuena para personajes que merecen un lugar preponderante en los anales de la historia futbolística como un ejemplo para todos que debemos reconocer su calidad humana y deportiva.
E-mail: etrememodelos@hotmail.com
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ
Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.
LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
CULTURA
Premios Ariel, la magia del cine mexicano: Jalisco es epicentro del evento

– Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
Los Premios Ariel, máximo reconocimiento de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) se entregarán el 20 de septiembre. Por tercer año consecutivo, Jalisco ha sido la sede de los Premios Ariel, en esta ocasión se celebran en Puerto Vallarta.
La AMACC impulsa una política de itinerancia para que los Ariel dejen de celebrarse exclusivamente en la Ciudad de México, buscando y fortalecer la conexión entre la industria cinematográfica nacional y los diversos estados. Jalisco ha mostrado una receptividad notable a esta política, ofreciendo no solo capacidad logística e infraestructura adecuada, sino también apoyo institucional y económico.
A través de la Secretaría de Turismo y FILMA Jalisco, el estado ha otorgado incentivos para atraer producciones, políticas públicas de cine y recursos concretos para la realización de la ceremonia, como los más de 10 millones de pesos destinados a la producción del evento 2025. Además, la elección de Puerto Vallarta como sede se vincula con un interés estratégico por consolidar un polo cinematográfico dentro del estado.
Con apoyos como el “cash rebate”, la comisión de filmaciones y la existencia de festivales de cine consolidados como el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), demuestra que puede ofrecer garantías logísticas y técnicas para eventos de gran magnitud, al mismo tiempo que refuerza su visibilidad cultural y turística.
El gobierno del estado ha buscado que los Ariel sirvan también como plataforma de promoción turística, vinculando cine, cultura y visitantes; la cobertura mediática que genera el evento, junto con los atractivos turísticos de Puerto Vallarta, amplifica la proyección del estado en el ámbito nacional e internacional.
Esta política contempla además la diversificación dentro del propio territorio jalisciense: si bien los premios se han celebrado en Guadalajara y ahora en Puerto Vallarta, la intención es rotar la sede dentro del estado en futuras ediciones, mostrando así la variedad de escenarios y consolidando a Jalisco como un punto neurálgico del cine mexicano contemporáneo.
Entre las películas nominadas, Pedro Páramo de Rodrigo Prieto se consolidó como una de las favoritas, obteniendo 17 nominaciones. La ópera prima de Prieto es una adaptación de la emblemática novela de Juan Rulfo que fusiona el realismo mágico con una estética cinematográfica contemporánea, aprovechando la experiencia del director como director de fotografía.
Su propuesta visual busca capturar la atmósfera surrealista de la obra literaria, y cada encuadre, cada composición lumínica, remite a la memoria de un México lleno de fantasmas y ecos del pasado. Prieto logra, con sorprendente soltura para un debut en la dirección, trasladar la intensidad emocional y la ambigüedad de los personajes a la pantalla, mostrando un cine que dialoga tanto con la tradición literaria como con el lenguaje cinematográfico moderno.
La Cocina, dirigida por Alonso Ruizpalacios, también acaparó la atención de la crítica y del público, con 15 nominaciones en diversas categorías. Ruizpalacios, conocido por su capacidad de mezclar humor, crítica social y frescura narrativa, invita a explorar las dinámicas de poder y género en un contexto culinario, donde la cocina se convierte en un microcosmos de tensiones, aspiraciones y secretos.
La dirección de Ruizpalacios se distingue por su ritmo ágil, su atención al detalle y la manera en que los personajes se despliegan en un espacio aparentemente cotidiano, transformando lo familiar en un escenario de reflexión sobre la sociedad contemporánea mexicana.
Sujo, codirigida por Fernanda Valadez y Astrid Rondero, recibió 13 nominaciones y ofrece una mirada íntima y profunda a la búsqueda de identidad de una joven que enfrenta los retos de la migración y la pertenencia. Valadez y Rondero despliegan un estilo cinematográfico sensible, que combina la narrativa íntima con un fuerte compromiso social.
La película se mueve entre el drama personal y la denuncia de condiciones sociales, logrando un equilibrio entre emoción y reflexión, mientras invita al espectador a contemplar los dilemas humanos y la construcción de la identidad frente a contextos adversos.
Corina, de Úrsula Barba Hopfner, con 9 nominaciones, centra su historia en las complejidades de las relaciones humanas y la búsqueda de la verdad en la interacción entre sus personajes. Hopfner demuestra un manejo refinado de la introspección dramática y una capacidad notable para capturar la esencia de cada individuo, explorando cómo los deseos, miedos y secretos moldean las decisiones y la convivencia. Su dirección, delicada y precisa, pone en primer plano la psicología de los personajes y transforma la narrativa en un examen de la condición humana contemporánea.
Finalmente, Un actor malo, que obtuvo 5 nominaciones, se destaca por su reflexión sobre la identidad, la percepción pública y los conflictos entre la vida personal y la fama. La película combina elementos de comedia y drama con un estilo original y arriesgado, mostrando cómo la construcción de la imagen propia y la exposición ante los demás pueden convertirse en territorio de exploración artística y social. Su dirección, creativa y audaz, logra mantener la tensión entre humor, ironía y crítica, permitiendo al espectador identificarse con los dilemas del protagonista y reflexionar sobre el espectáculo de la vida pública.
El conjunto de estas películas refleja la diversidad y riqueza del cine mexicano contemporáneo. Cada una de ellas ofrece una perspectiva única sobre temas universales como la identidad, el poder, la migración y las relaciones humanas, evidenciando la capacidad del cine nacional para dialogar con su contexto histórico y social. La crítica y la audiencia han reconocido que, más allá de la técnica y la narrativa, estas producciones invitan a la reflexión y al cuestionamiento, ofreciendo miradas que son tanto íntimas como colectivas, particulares y universales.
Los nominados a los Premios Ariel ponen de manifiesto la evolución y el dinamismo de la industria mexicana. Las películas y sus directores son la muestra de que el cine mexicano continúa siendo un espacio de innovación, reflexión y expresión artística que resuena dentro y fuera del país, consolidando su relevancia en el panorama global.
CULTURA
México celebra el Día Nacional del Charro: tradición, deporte y orgullo patrio

– Por Redacción Conciencia Pública
Cada 14 de septiembre México rinde homenaje a una de sus tradiciones más representativas: la charrería.
El Día Nacional del Charro fue instaurado en 1934 como una manera de reconocer al charro como figura central de la identidad mexicana y al mismo tiempo consolidar este deporte ecuestre como una práctica cultural de enorme arraigo.
Esta celebración se vive en todo el país, desde los lienzos charros hasta las plazas públicas, con un ambiente que enlaza historia, destreza y orgullo patrio.
En redes sociales, la fecha adquiere una fuerza particular. Hashtags como #DíaDelCharro y #DíaNacionalDelCharro agrupan miles de publicaciones en X, Facebook, TikTok e Instagram.
Usuarios comparten fotos de trajes bordados, sombreros de ala ancha, montas de caballos y suertes espectaculares como manganas, coleaderos o el paso de la muerte.
También abundan los mensajes de autoridades, artistas y asociaciones que felicitan a los charros y escaramuzas, exaltando el valor de mantener vivas las costumbres.
La Federación Mexicana de Charrería y la Asociación Nacional de Charros son protagonistas en la promoción de actividades conmemorativas.
Desde sus cuentas oficiales en internet se difunden la agenda de charreadas, congresos y campeonatos que se desarrollan en distintos estados del país.
Las escaramuzas, grupos femeninos que ejecutan rutinas a caballo con precisión y estética, se han vuelto además un símbolo de inclusión y disciplina dentro de esta disciplina reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2016.
En municipios y capitales estatales (Guadalajara no es la excepción), el Día del Charro se acompaña de desfiles, exhibiciones y actos solemnes. No faltarán hoy los honores a la bandera ni los espectáculos ecuestres que refuerzan el vínculo entre tradición y mexicanidad.
La fecha, además, se sitúa estratégicamente en la antesala de las Fiestas Patrias, lo que le otorga un carácter doblemente simbólico: recordar el legado charro y enmarcar la conmemoración de la Independencia.
En la esfera digital, las publicaciones destacan tanto la herencia familiar como la profesionalización del deporte.
Muchos jóvenes charros y escaramuzas utilizan hoy en día redes TikTok e Instagram para mostrar rutinas, vestimentas y entrenamientos, contribuyendo a que nuevas generaciones se acerquen a la charrería.
Esa combinación entre tradición e innovación ha hecho que la conversación en línea sea particularmente activa, alcanzando públicos que van más allá de los asistentes habituales a los lienzos.
Así, el Día Nacional del Charro se mantiene como una de las celebraciones más singulares del calendario mexicano: una fusión de historia, arte ecuestre y pasión comunitaria.
La charrería no solo sigue viva, sino que se adapta a los tiempos modernos sin perder su esencia.
En cada suerte, en cada traje de gala y en cada caballo brioso, resuena el eco de una tradición que México reconoce como suya y que proyecta al mundo como parte de su identidad.