JALISCO
Gira de trabajo de Claudia Sheinbaum por Jalisco
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
La primera visita de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a Jalisco, este inicio de año y a pocos meses de haber llegado a la presidencia de México, resulta sumamente importante. La mandataria viene a nuestra entidad federativa para realizar su primera gira oficial de trabajo, lo cual augura anuncios importantes y beneficios significativos para Jalisco.
En medio de la polarización política entre Morena y Movimiento Ciudadano, lo que verdaderamente debe importarnos es cómo se beneficiará el Estado con esta nueva administración federal y cómo el gobernador Pablo Lemus Navarro logrará conectar las necesidades de Jalisco con los recursos y programas federales. Lo demás es secundario.
En Jalisco, sí necesitamos la inversión de ambos gobiernos para las líneas de tren ligero, las carreteras federales, las vías ferroviarias y, por supuesto, la ampliación de las vías aéreas. Esta coordinación que se mostró entre la presidenta y el gobernador deja una muy buena impresión política, dado que los anuncios realizados, de concretarse, proyectan mejoras significativas en la infraestructura y no se limitan a discursos vacíos rodeados de confrontación política y especulaciones, como ocurrió con los anteriores gobiernos en Jalisco y la federación.
En este sentido, habrá que recordar y reconocer que la forma de hacer política varía con la personalidad de quien ostenta el poder. Por lo que, en esta gira de trabajo, la presidenta mostró una gran capacidad de liderazgo y coordinación. A pesar de que Jalisco es la entidad federativa en donde la presidenta tiene un bajo nivel de aprobación, hace sentido que se declarara privada la reunión entre ambos. Esto se debe a que en Jalisco no hubiera existido una convocatoria que le permitiera, como en otros estados, darse un baño de pueblo. Además, Morena en Jalisco nació dividido y así sigue creciendo.
Esta gira de trabajo entre el Poder Ejecutivo federal y el estatal es la primera muestra del clima que podrían mantener los mandatarios durante los siguientes seis años. De ser así, entre gestos de aprobación y disposición para plantear proyectos de beneficio para Jalisco, sumando el apoyo y la cooperación por entender las necesidades, en plena armonía política y sin protagonismos absurdos, podría ser el indicador de que este sexenio habrá un ambiente diferente y más tranquilo entre estos dos mandatarios, lo cual, sin duda, y de mantenerse, será sumamente beneficioso para Jalisco.
Que de este ambiente de cordialidad y cooperación surjan grandes proyectos y se atiendan los asuntos que se han dejado de lado por la confrontación política y los jaloneos mediáticos entre los anteriores gobiernos. Es importante aprovechar la actitud propositiva del gobernador Pablo Lemus Navarro y la institucionalidad de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para avanzar en temas públicos que deben ser abordados con extrema coordinación, como la seguridad pública.
Este es un tema sumamente delicado en el país y debe ser tratado con realismo, sin invisibilizar el problema del desbordamiento del crimen organizado en Jalisco y en todo el país. Esta problemática debe ser de alta relevancia para los gobernadores y la presidenta, pues al final de cuentas, de nada sirve la infraestructura y los avances tecnológicos si no podemos vivir y transitar con seguridad en las entidades federativas.
El entendimiento político en la administración pública resulta sumamente necesario para alcanzar los objetivos comunes. La política no debería tratarse de exhibir egos ni de acumular admiradores; en México, ha sido un instrumento para crear grupos de poder que se encierran en sus propios intereses, dejando de lado a los sectores vulnerables y obstaculizando la prosperidad. Estas élites generan corrupción y alimentan egos de personalidades narcisistas, ávidas de admiración. Los nuevos gobiernos deben entender que la admiración de la sociedad no se consigue con el caos ni la confrontación, sino con acciones concretas que beneficien a la sociedad y que demuestren, además de capacidad política, un profundo entendimiento de las necesidades sociales, así como una genuina voluntad y vocación de servicio.
Esperemos que este primer encuentro marque el inicio de una relación basada en la paz y la cordialidad, y que los gobernantes demuestren que su capacidad y compromiso traerán una política pública distinta y más orientada hacia el bienestar social.
