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OPINIÓN

Historia y déjà vu

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Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //

Tercera oleada de la pandemia por Covid-2019 impacta el país, los semáforos de las entidades federativas empiezan a cambiar, situando a Jalisco en semáforo naranja, lo que implica que las actividades comerciales, de servicios y atención ciudadana sufran de nueva cuenta un reajuste en las medidas sanitarias y los aforos de los lugares o el cierre de aquellos que por su naturaleza implican un alto riesgo de contagio, así la sociedad jalisciense vuelve a las restricciones totales y parciales de nueva cuenta para salvaguardar la vida y la salud de las personas.

Las campañas de vacunación no alcanzaron a cubrir para evitar un impacto con la llegada de una variante del Covid-19 de contagio masivo como lo es Delta, entre la lentitud en la distribución de las vacunas y su aplicación, la sociedad anti vacuna existente y aquellos otros que siguen sin creer en la presencia del SARS-CoV-2 en el mundo, actualmente atravesamos el tercer brote pandémico mundial; en México después del periodo electoral intermedio, un país sumergido en la politiquería mediática de flamantes gobiernos izquierdistas, con luchas sociales al tope en materia de derechos humanos, inseguridad y violencia de género, la economía resquebrajada después de casi año y medio de pandemia, estamos sin duda en crisis y en medio de una auténtica pandemia.

El país vive un episodio digno de documentar y comparar con épocas donde civilizaciones grandiosas antiguas pasaron por los peores gobernantes, hambrunas, muertes, esclavismo, imperialismo y pandemias que aquejaban en medio de civilizaciones muy poderosas pero al final algunas sumergidas en los peores de los males y sucumbieron en los contagios masivos de enfermedades contagiosas, terminaron desapareciendo para dar surgimiento a las nuevas generaciones, incluso a la religión, gobiernos novedosos, intentos primerizos en democracia, avances industriales, ciencia y tecnología, en realidad no estamos tan alejados de esas historias, nuestro tiempo no es próspero ni aun con una civilización científicamente avanzada, estamos en una crisis de credibilidad e intolerancia generalizada, resistencia a los gobiernos y enfermedad pandémica, nos deberíamos permitir considerar de lo particular a lo general, la época democrática liberal que transitamos y sus antecedentes.

En este contexto, habremos de razonar que la humanidad históricamente ha vivido pandemias y endemias desde tiempos antes de Cristo, mismas que en algunos y no pocos casos ocasionaron las caídas de grandes imperios y civilizaciones vigorosas que se consumieron según los registros históricos por enfermedades y padecimientos contagiosos o virales arrasando con regiones y hasta con ejércitos en batalla; incluso la llegada de los españoles a territorio americano originó un sinfín de nuevas y nunca vistas enfermedades que terminaron por disminuir considerablemente la población, no fue hasta el siglo XIX periodo en el que surgen los antídotos para combatir pestes y pandemias que arremetían a la sociedad que con tecnología y ciencia bajo esa época post moderna, produjo que se pudiera tener un control específico en el surgimiento de virus que pudieran acabar con grandes cantidades de población, sin embargo el tiempo llegó y el resurgimiento de las pandemias nos alcanzó en un tiempo en el que el ser humano juzgaba tener bajo total y completo control a la humanidad.

Son tiempos cíclicos de reflexión, todo se relaciona y la historia se repite, la pregunta es: ¿Somos actualmente una civilización moderna y científicamente actualizada, tecnológicamente superior e informada?, para lograr vivir en paz y sabiamente o en realidad somos los mismos seres humanos, a los que ni siglos de historia nos logran enseñar absolutamente nada y así vivimos increíblemente una pandemia en una era tecnológica y adelantada científicamente, conviviendo con quiEn no cree en las vacunas, ni en las pandemias, pero toleran la corrupción y la impunidad, los malos gobiernos bajo justificaciones políticas, quizás sea un simple e histórico déjà vu.

Nos toca ser responsables de nuestra salud y la de quienes están a nuestro cargo, así como las decisiones personales y la afectación que provocan en nuestro entorno familiar y social, porque en realidad atravesamos un tiempo transitorio importante en la humanidad, dependerá de la altura de esta civilización, si la vivimos con dignidad y sabiduría, logrando deducir que el ser humano cíclicamente repite los mismos errores históricos.

Vacúnese, crea en la ciencia y la tecnología, divulgue la ética en la sociedad y la política, defienda los derechos humanos y la democracia, sobre todo declárese en contra de todo tipo de corrupción, quizás no nos salve una vacuna, pero sí el sentido común.

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