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MUNDO

Ironías de la vida de AMLO y Biden: ¿Capitalistas, mixtos o socialistas?

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Como era de esperarse, la reunión de nuestro Presidente con el de los EEUU fue ampliamente cubierta por nuestros medios y casi ignorada por los medios del país de Biden. Ni siquiera hubo rueda de prensa conjunta.

La cumbre fue convocada de última hora con unos cuantos días de anticipación. Se da en medio de una semana difícil para el Presidente Biden quien enfrenta una serie de problemas nacionales especialmente una inflación acelerada –la más alta de los últimos 31 años-, que está afectando la popularidad del recientemente electo mandatario, quien bajó de un 60% de popularidad a inicios del 2021 a un 44% el jueves pasado.

EUA LE RECLAMA A MÉXICO

A la llegada del Presidente de México se le reclamó su postura por la reforma energética, pero al mismo tiempo a EUA le reclamaba Canadá la cancelación de los permisos para la tubería que llevaría gas de ese país a Texas, lo que afectó empleos e inversiones en el país de la hoja de maple. Correctamente en México se critica la persecución de los periodistas pero en EUA se catea un medio digital por tener copia del diario presuntamente robado a la hija mayor de edad del Presidente y por último se nos critica por la falta de resultados en la guerra contra las drogas, pero en varios Estados de ese país se legalizan las drogas y en algunas ciudades como Portland OR, se legalizan todas las drogas, todas, todas.

EUA está en riesgo de perder el liderazgo Político-Económico-Militar mundial y eso les recordó AMLO. ¿Qué será de nosotros si el Tío Sam pase a ser una “estrella fría”? y si el vecino se convierte en estatista ¿será que nosotros regresaremos a esos tiempos?

Una parte importante del electorado y de los apoyos políticos de Biden provienen de personajes cuya ideología es pro socialista como ellos lo admiten públicamente.

Saule Omarova, candidata del Presidente Norteamericano a la importante y poderosísima posición de jefa de la Oficina de Control de Moneda y Cambios (OCC), que supervisa a todos los bancos de los EUA hizo su tesis en la Universidad de Moscú con un trabajo pro marxista que le permitió conseguir la beca Lenin en la extinta URSS. Omarova es soviética de nacimiento. La ahora maestra en finanzas por la Universidad de Cornell quedó atrapada sin país cuando la URSS colapsó y ella estaba estudiando en NY desde donde aplicó a la ciudadanía de EUA.

Sus críticos alegan que no ha renunciado a sus ideas comunistas ni expresado desagrado por ese sistema económico. Lo cierto es que ella ha declarado que el régimen político comunista destrozó a su familia, pero también ha dicho que en ese régimen las mujeres ganaban lo mismo que los hombres y dicho sea de paso no parece haber renunciado a las ideas del capital de Marx al que alabó en sus años de universitaria.

Estando o no de acuerdo con sus cátedras, la candidata es una persona ampliamente reconocida en el medio financiero de los EUA y ha escrito decenas de ensayos y opiniones en casi todos los temas de supervisión bancaria por lo que no se puede dudar de su conocimiento del tema, sino solo estar en contra o a favor de sus ideas y remedios que incluyen la creación de un sistema bancario que desde el banco central permita a los particulares la apertura de cuentas bancarias, es decir lo que se conoce como banca de primer piso como Wells Fargo o Bank of América en ese país.

La semana pasada escribí sobre los comentarios de Omarova sobre las empresas petroleras a las que dijo había que quebrar para poder atacar el problema del cambio climático, obviamente al ser entrevistada en el Senado de los EUA se retrajo y dijo que lo que quería decir era que había que ayudarlas para adaptarse y a tener una transición. Es decir que ya le salió lo política a la Saule o que mintió el jueves en el Senado de ese país ante la comisión que le está evaluando para que el pleno de la Cámara Alta ponga su nombre a votación. En ese país las posiciones altas del Tesoro de EUA y de la FED son puestas a votación en el Senado a propuesta del Presidente como sucede en nuestro país.

Estaremos por saber si sus ideas se aplican y si estas ayudan o perjudican a la población menos pudiente.

EL MALESTAR DE LOS BANQUEROS

La asociación de banqueros de EUA que agrupa a más de mil agremiados desde grandes bancos hasta pequeños bancos locales ha manifestado su preocupación por las declaraciones de la candidata. En especial porque las mismas infieren un control bancario directo por parte del gobierno al estilo del Partido Comunista en China quien hace un par de años cambió la legislación mercantil para que las empresas tuviesen en cada Consejo de Administración a un representante del Partido Comunista Chino.

Al estilo estatista la Señora Omarova ha propuesto que el gobierno tenga un asiento en los Consejos de Administración de los bancos y por si fuese poco ha llamado a los bancos una “industria de quinientos años de assholes”. No en vano los banqueros están preocupados.

En otro ensayo la maestra Omarova dijo que los bancos particulares debían depositar todos sus recursos en el Banco Central, es decir que el 100% de los ahorros privados deberían estar en manos del banco del gobierno.

La Señora y sus aliados han dicho que los ataques a su persona se dan porque ella es mujer y por ser una minoría (a pesar de que es blanca). Pero creo que los ataques son parte del proceso político normal en especial si uno ha sido un catedrático tan controversial. ¿Usted qué opina?

Omarova fue arrestada y procesada por robo a una tienda departamental cuando era joven ya en los EUA -1995-, tuvo la suerte de que su juicio fue desechado por una ley de “primera ofensa” que permitía a los fiscales el no continuar con el ejercicio de la acción penal para personas que habiendo delinquido fuesen “primerizos”.

OMAROVA JUSTIFICA POSTURAS

Al ser cuestionada sobre su idea de ordenar a los bancos de transferir sus recursos a la FED, dijo que era una medida para proteger a los pequeños bancos y a la economía ante el crecimiento de las cripto monedas y de la digitalización de la moneda, algunos bancos, especialmente los pequeños, podrían estar perdiendo capacidad para respaldar los ahorros de los particulares por lo que el ceder esta responsabilidad a la banca del Estado protegería el ahorro. Algo similar a la razón del ex Presidente José López-Portillo para evitar la fuga de capitales y la quiebra del sistema financiero. ¿Será?

Pero mientras AMLO y Trudeau visitan al Tío Joe, la Cámara de EUA aprobó un segundo paquete de asistencialismo social, esta vez llamado BBB que está encaminado a complementar con $1.8 millones de millones de dólares los otros $1.2 millones de millones que se autorizaron hace apenas dos semanas. Estos dos paquetes con sus otros accesorios sumarán más de $5 millones de millones en gasto del gobierno de los EUA en menos de 24 meses. Esto acarrea una devaluación del dólar, un aumento de la deuda de ese país y claro inflación, pero si las medidas de la Señora Omarova se aplican, los recursos de los particulares pasarán a manos de la FED quien los guardará y esa medida podría evitar la quiebra de la moneda de los EUA. Tal vez esta medida y su candidatura sean un seguro para evitar una tragedia monetaria. Falta ver si aplica esa medida y si de aplicarse entra en vigor y si de entrar en vigor causa los efectos deseados de respaldo a la capacidad y solvencia crediticia del Gobierno Federal de los EUA. Pero también podría pasar que la medida espante a los ahorradores y estos busquen refugio en otros medios, mercancías o países.

¿Qué pasará?

OTRAS COSAS EXTRAÑAS

El gobierno de EUA está tratando de encontrar quién es el culpable de que los combustibles hayan aumentado 61% en un año y que el gas haya aumentado en más de un 100%. Por lo tanto, ha ordenado una investigación en contra de las empresas particulares para ver si el aumento de precios es por actos de manipulación y no por la libre fluctuación del mercado. ¿Persecución, distracción o justicia? Será que allá también el presidente puede usar su poder para moderar las críticas por sus políticas en contra de los energéticos de origen fósil o será que está usando su poder para defender a los ciudadanos de la tiranía de la IP glotona y clasista.

Otra medida que se estará aprobando en los EUA es la creación de 87 mil nuevas plazas para auditores del IRS el equivalente al SAT en México. Con lo anterior se programarán un millón doscientas mil de nuevas auditorías anuales con lo que pretenden perseguir a los evasores de todos tamaños, desde los $20 mil dólares anuales y desde operaciones bancarias que superen los $600 dólares por día. Nuestros políticos que se van de shopping deben andar con cuidado, no sea que les caiga el IRS cuando el SAT se descuide. Para poner esto en perspectiva el año pasado el IRS emitió setecientas setenta mil auditorias, de cumplirse la meta el 2022 sería el año con más auditorias en la historia de dicho país.

¿AMLO EL PRO EMPRESARIO?

Llegó AMLO a recordar a EUA que si no hace algo caerá debajo de Asia y tal vez debajo de Europa por lo que deben trabajar en conjunto, la pregunta es: Si Biden estará de acuerdo en crecer la capacidad de producción de la zona T-MEC o si se resignará a ver cómo China en sociedad con las más grandes empresas del mundo rematan al Tío Sam quien ha ido cediendo su capacidad de producción a favor del gigante asiático desde hace décadas y eso queramos o no afecta a México de forma directa por los migrantes y de manera indirecta por la dependencia comercial que tenemos con los EUA.

El mensaje del Presidente AMLO con respecto al comercio exterior y China fue una postura que no se esperaban en Washington. Dicho sea de paso, hizo lo que Trudeau no ha podido resumir en su larga relación con Biden.

En fechas recientes la Casa Blanca ha hablado de cancelar otro oleoducto que está en operación de Canadá a Pensilvania, lo que sería un golpe más en contra de la relación bilateral Estados Unidos-Canadá.

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El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?

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Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //

La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.

Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.

Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.

En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.

El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.

La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.

El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.

E-mail: samcg2002@gmail.com

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Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto

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Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //

Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.

Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.

Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.

Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.

El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.

La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.

En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.

Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.

Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.

Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.

Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.

Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.

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En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales

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Actualidad, por Alberto Gómez R. //

En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.

La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.

LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN

La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.

Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.

El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.

DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA

El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.

La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.

En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.

FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN

La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.

Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.

La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.

RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES

Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.

Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.

El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.

El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.

EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE

El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.

El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.

En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.

El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.

Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.

Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.

El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.

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