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Keir Starmer, nuevo primer ministro: La derrota del Partido Conservador en el Reino Unido
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
Las recientes elecciones en el Reino Unido marcaron un hito significativo en la política británica con el triunfo del Partido Laborista y la llegada de Keir Starmer como primer ministro. Este cambio de poder pone fin a una era de dominio conservador que se había mantenido desde 2010.
La estrepitosa derrota del Partido Conservador puede atribuirse a una serie de factores que van desde los errores de los últimos primeros ministros hasta la creciente insatisfacción pública con sus políticas.
EL ASCENSO DE KEIR STARMER
Keir Starmer asumió el liderazgo del Partido Laborista en abril de 2020, tras la renuncia de Jeremy Corbyn. Desde entonces, Starmer se ha enfocado en renovar la imagen del partido, distanciándose de la controversia que rodeó a su predecesor y presentándose como una opción viable y moderada para el electorado británico.
PERO, ¿QUIÉN ES KEIR STARMER?
En teoría, Starmer, de 61 años, parece una figura clásica del establishment. Alguna vez fue un destacado abogado de derechos humanos, pero en 2008 se convirtió en director del Ministerio Público (DPP), dirigiendo el Servicio de Fiscalía de la Corona de Inglaterra y Gales, un trabajo de alto perfil por el que fue nombrado caballero, lo que lo convirtió en el primer líder laborista en ingresar al poder con el prefijo Sir a su nombre.
Starmer, sin embargo, -según los estándares de los líderes políticos modernos- tiene orígenes relativamente humildes. Nacido en 1962, Starmer creció en un pequeño pueblo al sur de Londres. Su padre era un fabricante de herramientas que trabajaba en una fábrica, su madre era una enfermera que padecía graves discapacidades físicas, lo que finalmente provocó que le amputaran una pierna.
Si bien Starmer nunca afirmó haber sufrido pobreza, sí habló de las luchas financieras que afectaron a su familia, así como de las dificultades de aprendizaje que frenaron a su hermano menor. Claramente, estas primeras experiencias dieron forma a la política de Starmer. Ha hablado de haber notado que la gente menospreciaba a su padre por trabajar en una fábrica o intimidar a su hermano. Sus padres eran políticos y nombraron a su hijo mayor en honor al primer líder laborista en el Parlamento, Keir Hardie.
«Es el primer líder laborista en una generación que habla de clase y esnobismo», dijo a CNN Tom Baldwin, autor de «Keir Starmer: The Biography». “Esto no lo convierte en un guerrero de clase, sino en alguien que comprende las diferentes capas de orgullo, aspiración y culpa… Siente el dolor de la falta de respeto que experimentó su padre… Habla mucho de su hermana, que ha llevado una vida precaria como cuidadora, no haber ido a la universidad”, añadió Baldwin.
Starmer eligió estudiar derecho en la Universidad de Leeds, antes de completar un posgrado en la Universidad de Oxford. Al principio pensó que tendría una carrera jurídica trabajando para sindicatos, pero a medida que su política evolucionó en consonancia con sus estudios, se interesó cada vez más por los derechos humanos.
Imagen de liderazgo
Starmer, ex director de la Fiscalía del Reino Unido, ha proyectado una imagen de competencia y seriedad. Su enfoque metódico y su habilidad para articular una visión clara para el país resonaron con muchos votantes que buscaban estabilidad tras años de turbulencia política. Según The Guardian, su capacidad para conectar con las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos y su promesa de centrarse en la justicia social y económica han sido factores cruciales en su éxito.
Enfoque en políticas progresistas
El Partido Laborista bajo el liderazgo de Starmer ha promovido políticas progresistas que buscan abordar las desigualdades sociales y económicas. Sus promesas incluyen un aumento del gasto en servicios públicos, inversiones en infraestructuras verdes y una reforma del sistema de salud pública. Estas propuestas, sumadas a su enfoque en la transparencia y la rendición de cuentas, han atraído a un electorado cansado de la austeridad y los escándalos políticos.
La derrota del Partido Conservador
El Partido Conservador, que ha mantenido el poder desde 2010, sufrió una derrota aplastante en estas elecciones. Los errores y fallos de sus últimos primeros ministros, incluidos David Cameron, Theresa May, Boris Johnson y Rishi Sunak, contribuyeron significativamente a este resultado.
David Cameron y el referéndum del Brexit
David Cameron convocó el referéndum del Brexit en 2016, una decisión que tuvo consecuencias políticas y económicas profundas. La campaña del referéndum fue divisiva y, tras la inesperada victoria del «Leave» (“Dejar” a la UE), Cameron renunció, dejando al país sumido en la incertidumbre. Este evento marcó el inicio de una serie de crisis políticas que afectaron gravemente la cohesión interna del Partido Conservador y la estabilidad del país.
Theresa May y las negociaciones del Brexit
Theresa May asumió el cargo de primera ministra con la tarea de implementar el Brexit. Sin embargo, su gestión de las negociaciones con la Unión Europea fue ampliamente criticada. Su incapacidad para unificar a su partido y asegurar un acuerdo de Brexit aceptable resultó en repetidos fracasos en el parlamento y su eventual renuncia en 2019. May dejó un legado de división interna y frustración pública.
Boris Johnson y la gestión de la pandemia
Boris Johnson llegó al poder prometiendo «terminar con el Brexit», lo cual logró al asegurar un acuerdo de salida con la Unión Europea. No obstante, su mandato estuvo marcado por la gestión de la pandemia de COVID-19, que fue ampliamente criticada. Las acusaciones de corrupción, la percepción de incompetencia y los escándalos personales erosionaron su popularidad. The Economist destacó que la falta de una respuesta coherente y efectiva a la pandemia minó la confianza pública en su liderazgo.
Rishi Sunak y la crisis económica
Rishi Sunak, quien se convirtió en primer ministro tras la renuncia de Johnson, heredó un país en crisis económica. Aunque fue inicialmente elogiado por su gestión del paquete de estímulos económicos durante la pandemia como Canciller de Hacienda, su periodo como primer ministro estuvo plagado de desafíos. La inflación, el aumento del costo de vida y la inestabilidad económica generalizada afectaron su capacidad para ganar el apoyo público. Las medidas de austeridad y los recortes en el gasto público fueron vistas como insuficientes para abordar los problemas económicos profundos del país.
Escándalos y corrupción
Los escándalos de corrupción y mala conducta personal que involucraron a varios miembros del Partido Conservador, incluyendo a Boris Johnson, dañaron significativamente la reputación del partido. La percepción de que los conservadores estaban más interesados en sus propios intereses que en los del público erosionó su base de apoyo. Informes de The Guardian y otros medios internacionales resaltaron estos problemas, aumentando la desconfianza hacia el partido.
Fractura interna
El Partido Conservador ha estado marcado por profundas divisiones internas, especialmente en torno al Brexit y la dirección futura del partido. Estas divisiones impidieron una gobernanza efectiva y presentaron una imagen de caos e inestabilidad. La falta de una visión unificada y coherente contribuyó a la percepción de un partido en desorden.
Descontento social y económico
El creciente descontento social y económico jugó un papel crucial en la derrota del Partido Conservador. La austeridad prolongada, los recortes en servicios públicos y el aumento del costo de vida dejaron a muchos votantes frustrados y buscando un cambio. Las políticas conservadoras fueron vistas como insensibles a las necesidades de la población, especialmente en áreas de bajos ingresos y entre las comunidades marginadas.
El futuro bajo Keir Starmer: Recuperación económica
Una de las principales prioridades de Keir Starmer será la recuperación económica. Su administración planea invertir en infraestructuras, educación y salud para estimular el crecimiento económico y crear empleos. La promesa de una transición hacia una economía verde también busca posicionar al Reino Unido como líder en sostenibilidad y energías renovables.
Reforma social
Starmer ha prometido abordar las desigualdades sociales y mejorar los servicios públicos. Esto incluye aumentar el gasto en el Sistema Nacional de Salud (NHS), mejorar el acceso a la educación y proporcionar apoyo a las comunidades más desfavorecidas. Estas reformas buscan reconstruir la confianza en las instituciones públicas y promover una mayor cohesión social.
Relación con la Unión Europea
En el ámbito internacional, Starmer tendrá que gestionar la relación post-Brexit con la Unión Europea. Aunque no se espera que busque una reintegración completa, su administración podría adoptar un enfoque más colaborativo y pragmático, buscando acuerdos que beneficien tanto al Reino Unido como a la UE.
Unidad y liderazgo
Para mantener su mandato, Starmer deberá demostrar un liderazgo fuerte y unificador. Esto implica no solo implementar sus promesas de campaña, sino también mantener la cohesión dentro del Partido Laborista y construir alianzas efectivas en el parlamento.
El triunfo de Keir Starmer y el Partido Laborista en las recientes elecciones del Reino Unido marca el fin de una era de dominio conservador que se extendió desde 2010. La derrota del Partido Conservador se puede atribuir a una serie de factores, incluyendo los errores de sus últimos primeros ministros, los escándalos de corrupción, la división interna y el descontento social y económico.
Starmer enfrenta ahora el desafío de cumplir con sus promesas de recuperación económica, reforma social y reconstrucción de la confianza pública. Su éxito dependerá de su capacidad para implementar políticas efectivas y mantener la unidad tanto dentro de su partido como en el país en general.
Estas elecciones representan un cambio significativo en la política británica y podrían tener implicaciones duraderas tanto para el Reino Unido como para el panorama político global.
