CULTURA
La crisis de Chivas: Termina la magia del rey midas

Futbol, por Esteban Trelles //
Cualquier adjetivo que se diga para establecer la pésima campaña del equipo más importante y querido de México resultaría insuficiente para todos los millones de aficionados que tiene el “Rebaño”.
La afición de Chivas en su ciudad capital de Jalisco es la más exigente y conocedora del país, que no admite medianías que cuando el equipo anda mal lo refleja en la tribuna con su inasistencia, que por supuesto la pandemia tiene los estadios vacíos con justa razón por medidas sanitarias (adecuadas).
Si a ello le agregamos un junior indolente, irresponsable y neófito del futbol que con todo respeto a la memoria de su finado padre Jorge Vergara, su hijo Amaury heredó los genes del desconocimiento de causa futbolístico en un negocio no solo en el aspecto financiero sino personajes que entiendan la esencia de lo que es y representa Chivas a sus seguidores en el país y fuera de sus fronteras.
Mucho se dice del amor a la camiseta, los colores, el escudo que solo lo sienten los canteranos formados en el propio club, que es una realidad.
Amaury Vergara cineasta por cierto, de no grandes logros en su especialidad, es el responsable directo y único del fracaso Chivas, que al igual que su padre se “desasesora” de vividores (José Luis Higareda) en el caso del referido el capitalino Ricardo Peláez con el ADN americanista de lo que es y representa el equipo de la televisora en cuanto a soberbia, arrogancia, prepotente, engreído y lo peor, cínico, para querer defender lo indefendible de su fracaso como Director Deportivo y responsable de la inversión de 50 millones de dólares en “refuerzos”, que tras la caída del clásico nacional dio la cara argumentando que él no está por dinero. Calidad los jugadores la tienen pero la demuestran a cuenta gotas, que algunos les queda grande la camiseta y en nombre (Chivas), que su indolencia les permite exhibirse en reuniones privadas bailando e ingiriendo bebidas alcohólicas, con un cerebro de hormiga puesto que son tan ignorantes y cínicos que graban sus aventuras y las muestran al mundo en redes sociales.
Perder un clásico nacional sin meter las manos que en este caso sin meter la pierna es inaceptable cuando los comentarios previos de sus jugadores (Antonio “El Pollo” Briseño), son inadecuados sin humildad y respeto al rival cuando este referido defensa central es un auténtico “troncazo”, muy limitado técnicamente, jugando siempre al filo de la navaja, con fuerza desmedida que no es jugador para “Chivas”, al igual que el llamado “tiba” Gilberto Sepúlveda, donde el menos malo es Hiram Mier que en varios juegos cometió errores garrafales que costaron goles y la derrota consecuente, Antonio Rodríguez es más arquero que Raúl Gudiño, los laterales Ponce y Mayorga ofenden bien y defienden mal, “El Chapito” Jesús Sánchez es entregado y cumplidor, “El Chicote” Cristian Calderón buen jugador que gravita en el campo, Fernando Beltrán excelente quitando balones y abasteciendo a su delantera, (poco juega), su capitán Jesús Molina pese a su cuna americanista es el más regular y pundonoroso, “conejito” Isaác Brizuela incansable con excelente conducción de balón con vergüenza profesional, Vucetich lo desperdicia como lateral cuando es de condiciones ofensivas, medio y delantero, el tridente titular de selección nacional sub-23, Uriel Antuna, JJ Macías y Alexis Vega deben ser titulares siempre, sin inventos del técnico.
Dejamos para el final la decepción para el estratega llamado “Rey Midas”, Víctor Manuel Vucetich que a pesar de su jerarquía no ha podido posicionar a Chivas como un gran equipo que lo es, que la temporada pasada elimino al odiado rival América en liguilla donde tenían un orden y personalidad el equipo, que lamentablemente este 2021 está perdido, con un JJ en la banca o sacándolo cuando inicia a pesar de ser su mejor hombre de gol.
Existen personajes identificados con el club como José Luis Real, Alberto Coyote, Ramoncito Morales, Chepo de la Torre, Fernando “Sheriff” Quirarte, Hugo Sánchez como mediático personaje y sus blasones, bicampeón mexicano con Pumas que le daría un plus al equipo, Daniel “El Travieso” Guzmán y Alfonso Sosa (UDG), entre otros posibles técnicos.
Para terminar su dueño Amaury Vergara reclama a la afición que no compra sus camisetas y no hay recursos (increíble).
En este torneo tan singular mexicano no dudamos el equipo califique a liguilla, pero como alguien diría ¡No se lo merecen!.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
Si prefiere descargar el PDF en lugar de leer online: CLICK AQUÍ
Lectores en teléfono celular: Para una mejor lectura online, girar a la posición horizontal.
LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
CULTURA
Premios Ariel, la magia del cine mexicano: Jalisco es epicentro del evento

– Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
Los Premios Ariel, máximo reconocimiento de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) se entregarán el 20 de septiembre. Por tercer año consecutivo, Jalisco ha sido la sede de los Premios Ariel, en esta ocasión se celebran en Puerto Vallarta.
La AMACC impulsa una política de itinerancia para que los Ariel dejen de celebrarse exclusivamente en la Ciudad de México, buscando y fortalecer la conexión entre la industria cinematográfica nacional y los diversos estados. Jalisco ha mostrado una receptividad notable a esta política, ofreciendo no solo capacidad logística e infraestructura adecuada, sino también apoyo institucional y económico.
A través de la Secretaría de Turismo y FILMA Jalisco, el estado ha otorgado incentivos para atraer producciones, políticas públicas de cine y recursos concretos para la realización de la ceremonia, como los más de 10 millones de pesos destinados a la producción del evento 2025. Además, la elección de Puerto Vallarta como sede se vincula con un interés estratégico por consolidar un polo cinematográfico dentro del estado.
Con apoyos como el “cash rebate”, la comisión de filmaciones y la existencia de festivales de cine consolidados como el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), demuestra que puede ofrecer garantías logísticas y técnicas para eventos de gran magnitud, al mismo tiempo que refuerza su visibilidad cultural y turística.
El gobierno del estado ha buscado que los Ariel sirvan también como plataforma de promoción turística, vinculando cine, cultura y visitantes; la cobertura mediática que genera el evento, junto con los atractivos turísticos de Puerto Vallarta, amplifica la proyección del estado en el ámbito nacional e internacional.
Esta política contempla además la diversificación dentro del propio territorio jalisciense: si bien los premios se han celebrado en Guadalajara y ahora en Puerto Vallarta, la intención es rotar la sede dentro del estado en futuras ediciones, mostrando así la variedad de escenarios y consolidando a Jalisco como un punto neurálgico del cine mexicano contemporáneo.
Entre las películas nominadas, Pedro Páramo de Rodrigo Prieto se consolidó como una de las favoritas, obteniendo 17 nominaciones. La ópera prima de Prieto es una adaptación de la emblemática novela de Juan Rulfo que fusiona el realismo mágico con una estética cinematográfica contemporánea, aprovechando la experiencia del director como director de fotografía.
Su propuesta visual busca capturar la atmósfera surrealista de la obra literaria, y cada encuadre, cada composición lumínica, remite a la memoria de un México lleno de fantasmas y ecos del pasado. Prieto logra, con sorprendente soltura para un debut en la dirección, trasladar la intensidad emocional y la ambigüedad de los personajes a la pantalla, mostrando un cine que dialoga tanto con la tradición literaria como con el lenguaje cinematográfico moderno.
La Cocina, dirigida por Alonso Ruizpalacios, también acaparó la atención de la crítica y del público, con 15 nominaciones en diversas categorías. Ruizpalacios, conocido por su capacidad de mezclar humor, crítica social y frescura narrativa, invita a explorar las dinámicas de poder y género en un contexto culinario, donde la cocina se convierte en un microcosmos de tensiones, aspiraciones y secretos.
La dirección de Ruizpalacios se distingue por su ritmo ágil, su atención al detalle y la manera en que los personajes se despliegan en un espacio aparentemente cotidiano, transformando lo familiar en un escenario de reflexión sobre la sociedad contemporánea mexicana.
Sujo, codirigida por Fernanda Valadez y Astrid Rondero, recibió 13 nominaciones y ofrece una mirada íntima y profunda a la búsqueda de identidad de una joven que enfrenta los retos de la migración y la pertenencia. Valadez y Rondero despliegan un estilo cinematográfico sensible, que combina la narrativa íntima con un fuerte compromiso social.
La película se mueve entre el drama personal y la denuncia de condiciones sociales, logrando un equilibrio entre emoción y reflexión, mientras invita al espectador a contemplar los dilemas humanos y la construcción de la identidad frente a contextos adversos.
Corina, de Úrsula Barba Hopfner, con 9 nominaciones, centra su historia en las complejidades de las relaciones humanas y la búsqueda de la verdad en la interacción entre sus personajes. Hopfner demuestra un manejo refinado de la introspección dramática y una capacidad notable para capturar la esencia de cada individuo, explorando cómo los deseos, miedos y secretos moldean las decisiones y la convivencia. Su dirección, delicada y precisa, pone en primer plano la psicología de los personajes y transforma la narrativa en un examen de la condición humana contemporánea.
Finalmente, Un actor malo, que obtuvo 5 nominaciones, se destaca por su reflexión sobre la identidad, la percepción pública y los conflictos entre la vida personal y la fama. La película combina elementos de comedia y drama con un estilo original y arriesgado, mostrando cómo la construcción de la imagen propia y la exposición ante los demás pueden convertirse en territorio de exploración artística y social. Su dirección, creativa y audaz, logra mantener la tensión entre humor, ironía y crítica, permitiendo al espectador identificarse con los dilemas del protagonista y reflexionar sobre el espectáculo de la vida pública.
El conjunto de estas películas refleja la diversidad y riqueza del cine mexicano contemporáneo. Cada una de ellas ofrece una perspectiva única sobre temas universales como la identidad, el poder, la migración y las relaciones humanas, evidenciando la capacidad del cine nacional para dialogar con su contexto histórico y social. La crítica y la audiencia han reconocido que, más allá de la técnica y la narrativa, estas producciones invitan a la reflexión y al cuestionamiento, ofreciendo miradas que son tanto íntimas como colectivas, particulares y universales.
Los nominados a los Premios Ariel ponen de manifiesto la evolución y el dinamismo de la industria mexicana. Las películas y sus directores son la muestra de que el cine mexicano continúa siendo un espacio de innovación, reflexión y expresión artística que resuena dentro y fuera del país, consolidando su relevancia en el panorama global.
CULTURA
México celebra el Día Nacional del Charro: tradición, deporte y orgullo patrio

– Por Redacción Conciencia Pública
Cada 14 de septiembre México rinde homenaje a una de sus tradiciones más representativas: la charrería.
El Día Nacional del Charro fue instaurado en 1934 como una manera de reconocer al charro como figura central de la identidad mexicana y al mismo tiempo consolidar este deporte ecuestre como una práctica cultural de enorme arraigo.
Esta celebración se vive en todo el país, desde los lienzos charros hasta las plazas públicas, con un ambiente que enlaza historia, destreza y orgullo patrio.
En redes sociales, la fecha adquiere una fuerza particular. Hashtags como #DíaDelCharro y #DíaNacionalDelCharro agrupan miles de publicaciones en X, Facebook, TikTok e Instagram.
Usuarios comparten fotos de trajes bordados, sombreros de ala ancha, montas de caballos y suertes espectaculares como manganas, coleaderos o el paso de la muerte.
También abundan los mensajes de autoridades, artistas y asociaciones que felicitan a los charros y escaramuzas, exaltando el valor de mantener vivas las costumbres.
La Federación Mexicana de Charrería y la Asociación Nacional de Charros son protagonistas en la promoción de actividades conmemorativas.
Desde sus cuentas oficiales en internet se difunden la agenda de charreadas, congresos y campeonatos que se desarrollan en distintos estados del país.
Las escaramuzas, grupos femeninos que ejecutan rutinas a caballo con precisión y estética, se han vuelto además un símbolo de inclusión y disciplina dentro de esta disciplina reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2016.
En municipios y capitales estatales (Guadalajara no es la excepción), el Día del Charro se acompaña de desfiles, exhibiciones y actos solemnes. No faltarán hoy los honores a la bandera ni los espectáculos ecuestres que refuerzan el vínculo entre tradición y mexicanidad.
La fecha, además, se sitúa estratégicamente en la antesala de las Fiestas Patrias, lo que le otorga un carácter doblemente simbólico: recordar el legado charro y enmarcar la conmemoración de la Independencia.
En la esfera digital, las publicaciones destacan tanto la herencia familiar como la profesionalización del deporte.
Muchos jóvenes charros y escaramuzas utilizan hoy en día redes TikTok e Instagram para mostrar rutinas, vestimentas y entrenamientos, contribuyendo a que nuevas generaciones se acerquen a la charrería.
Esa combinación entre tradición e innovación ha hecho que la conversación en línea sea particularmente activa, alcanzando públicos que van más allá de los asistentes habituales a los lienzos.
Así, el Día Nacional del Charro se mantiene como una de las celebraciones más singulares del calendario mexicano: una fusión de historia, arte ecuestre y pasión comunitaria.
La charrería no solo sigue viva, sino que se adapta a los tiempos modernos sin perder su esencia.
En cada suerte, en cada traje de gala y en cada caballo brioso, resuena el eco de una tradición que México reconoce como suya y que proyecta al mundo como parte de su identidad.