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OPINIÓN

La democracia y la ley de compensación: ¿Acaso somos un pueblo de traidores?

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Serendipity, por Benjamín Mora Gómez //

Se afirma que toda acción, pensamiento o energía que reúnas se te devolverá, sin importar que sean buenas o malas. A esto se le conoce como ley del karma o de la compensación que muchos expertos o investigadores la han vinculado con la ley de la causalidad universal. En otras palabras, llanas y comunes, cosechas lo que siembras.

Durante la semana que terminó, hemos sido testigos del endurecimiento político y la increpación social más radical no vista en México por años. A la discrepancia ideológica, económica y social, desde el propio presidente López Obrador hasta su base partidaria, se le juzga como de traición a la patria; tal guerra brota del temor presidencial, propio de un ser inseguro y de baja autoestima que se refugia en un egocentrismo y narcisismo patológicos… peligrosamente patológicos. Nuevamente, AMLO se dice: “L’État, c’est moi”.

La derrota del presidente en su iniciativa de reforma eléctrica le ha herido profundamente. Su proyecto de transformación pareciera acabarse al inicio de su cuarto año de gobierno; eso, sin duda le cala, le duele, le frustra; su lugar en la historia podría quedar manchado. Ya no estará al lado de Hidalgo, Juárez, Madero y Cárdenas.

El presidente nos ha mostrado que no es un demócrata pues no entiende ni acepta que, en nuestra democracia, todos somos cocreadores la vida pública, así como del destino y futuro de México. ¡Todos, incluidos quienes discrepamos de su decir y hacer! López Obrador se resiste a entender que México no es un mal resultado de un pasado que a él le toca corregir desde su Cuarta Transformación; es, por el contrario, el resultado maravilloso de millones de historias personales que se suman en una nación y patria que es referente mundial y líder global.

En la democracia, los talentos, destrezas, capacidades, habilidades, fortalezas, experiencias y visiones propias deben sumarse a las de los demás. La derrota del presidente es la consecuencia (o el efecto) de sus acciones de tres años fallidos de gobierno, voluntarias y conscientes, y del encono en contra de la oposición, de las opiniones diferentes a las suyas y de las otras opciones de nación. Él, y nadie más, es el único responsable de su derrota. Ordenó no quitar ni una coma a su iniciativa eléctrica y le quitaron todo: palabras y puntuaciones. La derrota de López Obrador no se la infringió la oposición (PAN, PRI, PRD y MC); él la hizo posible. Él trazó el camino y unió a quienes le difieren.

Tras su toma de protesta, se dijo, equivocadamente, que, si le iba bien al presidente le iría bien a México. Nada más equivocado. A México le iría según fuese de responsable el presidente en su trato a los demás y del compromiso y asertividad en sus obras.

En el inicio de su gobierno, López Obrador tuvo a Movimiento Ciudadano de su parte y lo perdió. El Revolucionario Institucional le apoyó en iniciativas como la Guardia Nacional que sería ciudadana, pero el presidente la militarizó y puso a reprimir migrantes extranjeros que buscaban refugio en EEUU. Abusó de sus grandes ideas –ideotas-: Desde el inicio, atacó a la sociedad civil buscando su extinción; eliminó las estancias infantiles de Sedesol; ordenó desaparecer los refugios para las mujeres violentadas; quitó el Seguro Popular, creando un bodrio que ahora elimina; negó medicamentos a niños con cáncer y otras enfermedades de muerte; se quedó con los recursos del Fondem y otros fondos; ignoró a los millones de seres que habitan las metrópolis al eliminar su fondo para obras y servicios; echó a la basura un aeropuerto de clase mundial y se encaprichó por otro del que ni él se atreve a viajar; militarizó todo lo que era ciudadano y formó alianzas con los hijos del Chapo Guzmán. Todo ello le hizo perder la mayoría legislativa en la elección intermedia de su mandato. López Obrador es incapaz de admitir que algo ha hecho mal y que mucho mal ha hecho. Su soberbia lo enferma emocionalmente; cree que toma las mejores decisiones y que jamás se equivoca. López Obrador me recuerda a Hitler en la película La Caída cuando dice: “No capitularé jamás, antes me daría un tiro en la cabeza”, perdiendo la visión de la realidad. Ante la derrota, la reacción de los partidarios de la 4T es semejante a cuando, la esposa de Hitler, Eva Braun, le escribe: “Nuestra concepción de la realidad se desmorona, y con ella ‘toda las cosas buenas y bellas que he conocido’. En el mundo que surgirá tras el Nacional Socialismo no merecerá la pena vivir”.

La vida tiene un hilo conductor que une al pasado, presente y futuro. Los cuatrotenienses viven contradicciones cuasi patológicas. Les preocupa perder su visa norteamericana por declararse pro rusos y amigos de Putin, pero odian al american way of life y las cesiones convenidas en el tratado comercial con Canadá y Estados Unidos que él mismo firmó.

¡El presidente se equipará a sí mismo con la patria! Es atrevido y soberbio al acusar de traidores a la patria a quienes le destruyeron su iniciativa eléctrica. Nada más falso. A él nadie, en la oposición, lo estafó emocionalmente. Desde siempre se le dijo: ¡No votaremos a favor la iniciativa del señor presidente! Ante ello, llamó a los diputados priistas a rebelarse y apoyarle; los invitó, sí, a traicionar sus acuerdos al interior de su instituto político de cara a sus compañeros militantes y los ciudadanos que votaron por ellos en la elección intermedia. Solo uno le hizo caso a cambio de una embajada para su papá. Hubo, sí, un traidor en el priismo. El presidente debe entender que no hay traición en una relación inexistente. Él y solo él se ha empeñado en destruir cualquier diálogo con quienes no coincide con él.

Toda relación humana parte de la confianza; sin embargo, el presidente no confía ni en su propia gente, en sus capacidades, en sus experiencias, en sus inteligencias sociales, en su interpretación de México; por ello les manda no cambiar ni una coma a lo que les ordena. El presidente no confía, solapa, porque en su 4T toda impureza del pasado y presente se obvia y oculta; las perdona si eres cuatroteista. Lo sucedido desde el PAN, PRI, PRD y MC nos habla de la complejidad de la política y de diplomacia, de los sistemas de creencias e ideologías, de la cognición de los actores políticos, de la estructura de las relaciones de poder, de los fines o motivos de los mil México contenidos en el gran México y de las circunstancias que día a día se viven y cambian. Lo sucedido nos habla de la real politik y quien no la entienda, que mejor se dedique a otra cosa porque va a sufrir desengaños.

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JALISCO

¿Quién responde por el SIAPA?

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) está en el ojo del huracán. La Comisión de Hacienda del Congreso de Jalisco, presidida por la diputada Gabriela Cárdenas, aprobó un aumento del 9.65% a la tarifa del agua, una decisión que ha encendido las alarmas en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

¿Cómo justificar un incremento cuando se desconoce la realidad de las finanzas del SIAPA? ¿De qué tamaño es la cartera vencida? Hay versiones de que esta llega a los 11 mil millones de pesos. Ha trascendido que 7 mil millones de ese monto han prescrito o están por prescribir. ¿Cómo se pretende cubrir su pasivo?

La ciudadanía merece respuestas claras. El SIAPA, creado hace más de cuatro décadas para servir a los ayuntamientos metropolitanos, atraviesa su peor crisis: un servicio deficiente, agua de pésima calidad y una gestión administrativa desastrosa.

Reportes periodísticos revelan que el organismo apenas recauda el 66.91% de lo facturado, lo que evidencia una ineficiencia estructural en la cobranza y sugiere privilegios indebidos en cuentas de empresas o instituciones, como ha denunciado el Observatorio Ciudadano de la Gestión Integral del Agua.

Ante este panorama, llama la atención la postura de los alcaldes metropolitanos. Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan, ha sido el único en alzar la voz contra este aumento, calificándolo de injustificado.

Pero, ¿dónde está Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara? Su silencio es ensordecedor. ¿Por qué un tema que afecta a millones de tapatíos no figura en su agenda? ¿Y qué hay del compromiso de rendición de cuentas prometido por el gobernador Pablo Lemus? La opacidad del SIAPA, ¿es un preludio de lo que vendrá con la desaparición del Instituto de Transparencia (ITEI)?

Un aumento sin fundamento

El incremento tarifario del 9.65% carece de sustento, sin un diagnóstico claro de la situación financiera y administrativa del SIAPA. La ciudadanía desconoce cómo se manejan los recursos de un organismo que, según trascendidos, está al borde de la bancarrota técnica.

Antes de avalar cualquier aumento, los alcaldes metropolitanos y los legisladores deberían exigir una auditoría exhaustiva que revele el grado de ineficiencia, identifique posibles irregularidades y proponga soluciones de fondo.

El servicio del SIAPA es un agravio cotidiano para miles de familias. En colonias del sur y oriente de Guadalajara, el suministro es intermitente o inexistente, y las quejas por agua turbia, de mal olor o color “tamarindo” son constantes, como han señalado regidores de oposición y ciudadanos indignados. ¿Es aceptable cargar a los usuarios con un aumento cuando el organismo no garantiza un servicio digno?

Exigencia de transparencia y un plan de rescate

El director del SIAPA, Antonio Juárez, debe comparecer ante el Congreso del Estado y presentar un diagnóstico integral que detalle el estado real del organismo, incluyendo los números reales que reflejen la situación financiera y administrativa en que se encuentra.

No basta con promesas vagas: se necesita un plan de rescate y reingeniería con metas claras, indicadores de desempeño y estrategias de corto, mediano y largo plazo. Este plan debe priorizar la optimización administrativa, la mejora del servicio en zonas marginadas y una cobranza eficiente que no castigue a los usuarios cumplidos.

El dictamen de la Comisión de Hacienda propone medidas como brigadas territoriales, programas de captación de agua pluvial y campañas de concientización. Son pasos en la dirección correcta, pero insuficientes si no se acompañan de una reestructuración profunda. La ciudadanía debe ser parte de la solución, pero también debe exigir que los recursos se inviertan en infraestructura y calidad del servicio, no en paliativos que encubran la ineficiencia.

Juegos políticos y traición a la confianza ciudadana

La aprobación del aumento, respaldada por la bancada mayoritaria (Movimiento Ciudadano, Hagamos, Partido Verde y PAN), contrasta con la oposición de Morena, PRI, Futuro y un diputado sin partido. Esta decisión huele más a intereses políticos que a un compromiso con los 5 millones de habitantes de la ZMG que dependen del SIAPA.

Recordemos que propuestas previas, como la de Morena en el Ayuntamiento de Guadalajara para frenar incrementos tarifarios, han sido ignoradas, evidenciando una falta de voluntad para enfrentar la crisis hídrica de manera integral.

La ciudadanía organizada tiene un papel crucial. Debe exigir rendición de cuentas y presionar a los legisladores para que no aprueben incrementos hasta que el SIAPA demuestre mejoras concretas. Antes de cargar el costo a los usuarios, es imperativo abatir la cartera vencida, sancionar la corrupción y garantizar que cada peso se traduzca en agua limpia y accesible para todos.

Aprobar un aumento en estas condiciones es fallarle a los ciudadanos que confiaron su voto a quienes prometieron proteger sus intereses. El SIAPA no puede seguir siendo un símbolo de opacidad e ineficiencia. Es hora de que los responsables, desde los alcaldes hasta los legisladores, asuman su deber y rescaten a este organismo vital para Jalisco.

El agua no es un lujo: es un derecho.

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MUNDO

Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?

La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.

La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?

Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.

La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.

En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.

Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.

La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.

El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.

Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.

Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como

@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.

La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.

Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.

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NACIONALES

Alfonso Romo y las acusaciones del Departamento del Tesoro

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

En medio de la polarización política que atraviesa México y la creciente tensión en las relaciones con Estados Unidos, las acusaciones del Departamento del Tesoro de ese país contra tres instituciones financieras mexicanas —Vector Casa de Bolsa, CIBanco e Intercam— por presunto lavado de dinero vinculado a cárteles del narcotráfico deben tomarse con cautela.

Estas acusaciones, que han generado un fuerte impacto en la opinión pública, señalan particularmente a Vector Casa de Bolsa, asociada al empresario regiomontano Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de la Presidencia durante la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Las acusaciones y su trasfondo político

El Departamento del Tesoro, a través de su Unidad de Inteligencia Financiera (FinCEN), acusa a Vector de facilitar operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo entre 2013 y 2021. Según las autoridades estadounidenses, una «mula financiera» habría lavado 2 millones de dólares para el Cártel de Sinaloa, y se habrían realizado pagos por más de 1 millón de dólares a empresas chinas proveedoras de precursores químicos para la producción de fentanilo entre 2018 y 2023.

Por su parte, CIBanco e Intercam son señalados por supuestos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), incluyendo reuniones entre ejecutivos de Intercam y presuntos miembros de esta organización criminal.

Sin embargo, las acusaciones carecen de claridad y evidencia pública contundente, lo que sugiere un trasfondo político. Alfonso Romo, quien fungió como enlace entre el gobierno de AMLO y el sector empresarial, abandonó la administración en 2020 debido a diferencias ideológicas.

Este contexto alimenta la percepción de que las acusaciones podrían estar motivadas por intereses políticos, especialmente en el marco de la política antidrogas de la administración de Donald Trump, que ha clasificado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

La respuesta del gobierno mexicano

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reaccionó con prontitud, exigiendo al Departamento del Tesoro pruebas concretas de las acusaciones. Hasta el momento de redacción de este artículo, no se ha hecho pública ninguna evidencia sólida.

La SHCP argumenta que las transacciones señaladas forman parte del comercio bilateral con China, que asciende a 139 mil millones de dólares anuales, y que las irregularidades detectadas son de carácter administrativo, no delictivo.

Por su parte, Vector Casa de Bolsa ha negado categóricamente las acusaciones, destacando sus 50 años de trayectoria y su cumplimiento con los estándares normativos. La institución asegura que las operaciones cuestionadas son legítimas y están respaldadas por el Instituto para el Depósito de Valores (Indeval). Cabe destacar que Alfonso Romo no ha sido imputado directamente, pero su cercanía con AMLO amplifica el impacto político de estas acusaciones.

Politización y presión internacional

No es la primera vez que el gobierno mexicano enfrenta señalamientos de este tipo. En el pasado, la DEA ha insinuado vínculos entre narcotraficantes y la campaña presidencial de AMLO en 2006, acusaciones que nunca prosperaron por falta de pruebas. En el contexto actual, la narrativa de la administración Trump parece buscar presionar al sistema financiero mexicano para que asuma mayores responsabilidades en la lucha contra el lavado de dinero.

Esta estrategia se ve reforzada por la percepción en algunos sectores de México de que Trump representa una alternativa frente a la hegemonía de Morena, en un escenario donde la oposición carece de peso político significativo.

Implicaciones y desafíos

El caso pone de manifiesto los desafíos del sistema financiero mexicano para blindarse contra el lavado de dinero. La sociedad civil demanda mayor transparencia y colaboración internacional para investigar posibles nexos entre políticos, empresarios y el crimen organizado, siguiendo la pista del dinero.

Sin embargo, para desentrañar esta compleja red, es indispensable que tanto el gobierno estadounidense como el mexicano actúen con claridad. La FinCEN debe presentar pruebas sólidas, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) deben realizar investigaciones exhaustivas para esclarecer los señalamientos.

Conclusión

Las acusaciones contra Vector, CIBanco e Intercam, y la mención de Alfonso Romo, han avivado el debate público en un entorno de polarización y tensiones diplomáticas. Sin pruebas concretas, estas acusaciones corren el riesgo de percibirse como un instrumento político más que como un esfuerzo genuino por combatir el crimen organizado.

México y Estados Unidos enfrentan el reto conjunto de fortalecer la cooperación en materia de inteligencia financiera, pero esta debe basarse en hechos verificables y no en especulaciones que alimenten la desconfianza. Mientras no se presenten pruebas contundentes, el caso seguirá siendo un capítulo más en los complejos juegos del poder.

 

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