OPINIÓN
La generación de estudiantes que no conocía la escuela
Educación, por Isabel Venegas //
El patio escolar tiene un ambiente raro; el regreso a clases de septiembre 2021 marca una era atípica que se manifiesta en detalles, por ejemplo, en la secundaria los niños están demasiado calmados, la euforia del regreso a clases no se vivió ni de lejos, los niños deambulan en el patio mientras transcurre el receso sin platicar, o quienes lo hacen pareciera que están hablando en secreto.
Los estudiantes están como “perdidos”, extrañados en un ambiente nuevo y desconocido. Uno de los grupos de segundo grado no salió a receso porque no entendió que el timbre era para que tuvieran 20 minutos de descanso. Ninguno de ellos se movió de su asiento, y es que como en este caso no tuvieron la clase anterior, no hubo maestro que les diera la indicación, pero por otro lado, nadie del equipo administrativo y tutorial pensó que a los chicos del edificio de “segundos” les hiciera falta una explicación así.
Sucede que ahora tenemos a dos generaciones de estudiantes de “nuevo ingreso”, los niños de segundo grado no habían pisado la escuela y por lo tanto desconocen toda la dinámica cotidiana. El fenómeno de los niños que por primera vez llegan a las instalaciones escolares se nos podría estar pasando de vista, es decir, atender con equipos de tutoría y prefectura a quienes les hizo falta el tiempo de cada vivencia durante los meses pasados, eso requiere la visión de la entronización a un ambiente escolar que no han vivido.
Tanto en la escuela privada como en la pública, el comportamiento en términos generales es muy similar: los niños de primer grado son nobles, tiernos, divertidos, pero inexpertos; ellos enfrentan la dificultad de vivir un nuevo nivel educativo y tardan en adaptarse entre 5 o 6 meses, un semestre habrá de pasar para que los alumnos se “apropien” del ambiente escolar como parte de su propia dinámica de vida.
Generalmente cuando volvemos de las vacaciones de navidad es cuando los pequeños estudiantes vuelven transformados en unos valientes jóvenes que se quieren volver dueños del plantel, que ya identificaron las diferentes personalidades de sus maestros, que saben los significados e implicaciones del currículum oculto de las escuelas. Inclusive físicamente tienen la transformación más significativa de su proceso evolutivo.
Sin embargo, este proceso se suele afirmar y potencializar cuando los alumnos están en segundo grado. Ese es el momento en que ellos se dan cuenta del poder que tienen sobre sí mismos y de todas las posibilidades con las que pueden afectar a la estructura institucional. Los estudiantes de segundo año son un constante reto a la autoridad, miden sus fuerzas y (si los ambientes de trabajo son positivos) suelen vivir de forma muy divertida, pero a la vez imperativa, ese periodo escolar.
Una vez pasada la euforia de segundo año, los alumnos transitan a tercero para –ahora sí- comenzar a preocuparse por sus notas, por el examen de admisión a la preparatoria, por una carta de buena conducta (que ya ni existe, pero que mentalmente sigue funcionando), la dinámica de tercer grado es distinta, es más disciplinada por la cantidad de factores que influyen en ella.
Desde esta reflexión, entendemos que también los alumnos de tercero prácticamente vivencian lo que los de segundo, amén de los conocimientos que pudieran tener, puesto que según las cifras de la UNICEF en el mundo la tercera parte de los alumnos de educación básica no tuvo acceso a la educación a distancia durante el confinamiento por la pandemia Covid19.
El ciclo escolar 2021-2022 está manifestando un nuevo reto: muchos de nuestros alumnos no conocen la dinámica de maestros por asignatura y no saben de los protocolos estudiantiles que se viven en este nivel. La transición de un nivel educativo a otro toma tiempo, y lo que sucede en la secundaria, también está pasando en el bachillerato o la universidad, con la diferencia de que (se supone) estos últimos ya tienen más herramientas cognitivas, o por lo menos más edad.
Detectar estos fenómenos nos habla de los retos agregados que debemos resolver en poco tiempo; los profesores, administrativos, prefectos, así como padres de familia y tutores, debemos considerar que al haber estado aislados del ambiente escolar, ciertas habilidades para relacionarse se han visto afectadas. Nuestros niños necesitan una gran ayuda y comprensión; no será fácil acompañar a dos generaciones como si fuera una, mientras que al mismo tiempo se deberá ir desdoblando y separando situacionalmente a cada quien.
Los centros escolares buscan las mejores estrategias atendiendo su contexto y realidad, procurando que todos los miembros de la comunidad educativa estén lo más seguros posibles, que los contagios estén controlados y que la salud sea un tema prioritario; sin embargo mucho se ha insistido en que la salud mental también es un tema de alta significancia y debemos observar la ansiedad que nuestros niños enfrentan al volver a la presencialidad, pero para los chicos en cuestión, el problemas es que es un modo presencial que nunca antes habían tenido.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa_venegas@hotmail.com
