OPINIÓN
La Unión Europea y sus intereses con las farmacéuticas
Bioética, por Omar Becerra Partida //
Primeramente tendríamos que definir que es el Bioderecho para nuestros lectores según el doctor Carlos María Romeo Casabona, investigador y catedrático de la universidad de Deusto en Bilbao España, es: La expresión española de Bioderecho ha sido tomada del término inglés Viola, que viene utilizándose en la literatura norteamericana desde comienzos de los años ochenta de la pasada centuria, y se ha consolidado también en otros idiomas: Baudrit, Brecht, Bioxidito, Biodireito, el Bioderecho debería reservarse para el conjunto de materias jurídicas relacionadas con todos los seres vivos en general, abarcando toda la materia viva presente en el planeta, es decir, animales y plantas, y en particular el ser humano, sus ecosistemas y su evolución. En relación con el ser humano, dada su especificidad y especial trascendencia jurídica, se puede acotar específicamente como Derecho biomédico.
Al abarcar el conjunto de los seres vivos y su entorno, el Bioderecho se ocupa, en primer lugar, del sector propio del Derecho biomédico, que vincula su objeto de estudio al ser humano. Asimismo, forma parte de aquél la salvaguarda y la protección del equilibrio de los sistemas naturales, la protección de la materia viva en su estado natural y sus hábitats (el medio ambiente y la biosfera), la intervención en la misma (las biotecnologías, o manipulación de microorganismos genéticamente modificados, clonación, producción de animales y plantas transgénicos con diversos propósitos, experimentación con animales, Bionanotecnología, la producción de materiales biológicos sintéticos, etc.) y, en particular, la seguridad de la investigación y de la producción biotecnológicas, así como de su distribución con fines comerciales u otros (bioseguridad).
Finalmente, constituyen también objeto del Bioderecho otras materias con repercusiones sociales y económicas diversas, como son la Biometría y los perfiles de ADN para su uso policial (identificación de cadáveres, localización de desaparecidos, etc.), judicial (en procesos de filiación y penales) o histórico-antropológico, la protección jurídica de los logros biotecnológicos (secreto de empresa, libre competencia y patentes), incluidos los obtenidos en el ámbito del ser humano (p. ej., a partir de material biológico de origen humano).
Bien en este orden de ideas, sabemos la vacuna contra el COVID 19 ha sido un problema nacional e internacional tanto por sus compras como su aplicación en la ciudadanía mundial.
En relación a las vacunas, las farmacéuticas tienen contratos previos con la Unión Europea, para que sean creadas vacunas específicamente para su población, por parte de dichas empresas.
Si observamos la lista de los países que más han estado vacunando a su población en este momento nos encontraremos en primer lugar a Estados Unidos, Arabia Saudita, Israel e Inglaterra, entonces, eso significa que no hay una distribución equitativa de las vacunas para el COVID 19, por parte de las farmacéuticas claro está que no es importante para estas empresas la salud, sino el negocio que genera la misma, por ello la molestia de la Unión Europea respecto a esto.
La Unión Europea busca a través de medios jurídicos, la no repartición de vacunas a otros países por parte de las farmacéuticas si no abastase los contratos ya establecidos por los mismos, que eso genera una problemática bioética jurídica muy interesante, ya que no se siguen los principios generales de la bioética en su repartición.
Entonces estaríamos hablando de la poca solidaridad con los países más pobres del mundo, y también con los de mayor potencialidad económica, careciendo de empatía bioética, por parte de la Unión Europea, y también la violación de diversos pactos internacionales en derechos humanos firmados por estos países.
Si bien el aporte económico lo puso, la Unión Europea para la investigación, nos damos cuenta que dicha unión de países están dejando mucho que desear en materia jurídica bioética, al someter un derecho humano como lo es el derecho a la salud a un sentido capitalista mercantilista.
La Unión Europea amenazó a las farmacéuticas, con dar a conocer el contrato por el cual ellos adquirieron 300 millones de vacunas contra el COVID 19, dicho contrato mercantil menciona que la farmacéutica no está obligada a entregar cierta cantidad fija de vacunas en contra del COVID 19 en un tiempo específico, sino que la farmacéutica pondrá todo su esfuerzo por entregar dicha cantidad lo antes posible.
A raíz de la Unión Europea hizo público el contrato y habla de que le tienen que dar prioridad a sus países, porque ellos están poniendo el dinero, el problema es que el contrato mercantil, estaba ilegible y taconeado. La Unión Europea, cumple su amenaza, pero oculta, los datos más sensibles como los plazos de entrega y las cantidades pagadas, 870 millones de euros fue lo que la Unión Europea pagó, en específico Bruselas, por la compra de los 300 millones de dosis.
La medida fue criticada tanto por la Organización Mundial de la Salud como por el gobierno británico, con la subdirectora de la OMS, Mariangela Simao, El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo definió como el nacionalismo de la vacunación.
Esto nos trae consigo la reflexión de que existe poco sentido humanista respecto a otros países por parte de la Unión Europea.
Si esto está pasando con los países más ricos ¿qué pasa en Mexico?
