LOS PELOTEROS
Ligaminoristas y ligamayoristas se anotan para jugar en México

Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //
Ya habíamos advertido que como consecuencia de la cancelación de Ligas Menores y el predecible recorte en el calendario ordinario de la campaña 2020 de Major League Baseball (MLB), peloteros mexicanos que son ligamayoristas y otras grandes promesas nacionales se estarían involucrando en los circuitos mexicanos, tanto la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) el máximo circuito beisbolero profesional estival, como la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), el máximo circuito beisbolero profesional que se juega en otoño-invierno.
Y así ha comenzado a ocurrir; ya tres jugadores ligaminoristas se han dado de alta ante la oficina de la LMB y otros peloteros estelares de Grandes Ligas como Roberto Osuna y Sergio Romo, han ratificado su interés de venir a reforzar a Charros de Jalisco en la campaña invernal, situación que sin duda aportará mayor calidad en los cotejos y atractivo al juego de pelota.
Los ligamayoristas que se incorporarán al béisbol estival estarán en los rosters de los Tigres de Quintana Roo y Diablos Rojos del México.
La Liga Mexicana informó de la alta de los catchers Alexis Wilson y José Lizárraga con los Tigres, quienes hasta hace unos días pertenecían a Cardenales y Orioles, respectivamente.
Wilson fue invitado al Spring Training de los Cardinals este 2020 luego de seis años trabajando en las ligas menores. Por su parte Lizárraga se mantenía en las filiales de Baltimore desde 2015.
José Olague fue dado de alta por los Diablos Rojos, el lanzador derecho originario de Monterrey, que hasta el pasado 28 de mayo pertenecía a los Bravos de Atlanta. Durante sus primeras dos temporadas, Olague lanzó en la Liga dominicana de verano, y en 2019, fue ascendido a la Clase-A donde lanzó 132 entradas con efectividad de 4.02.
Evidentemente la suspensión de Ligas Menores no es una buena noticia para las jóvenes promesas que esperaban mostrarse en busca de tener su oportunidad para debutar en la Gran Carpa, y con seguridad hay mucha decepción en este asunto que, no está por demás recordar, ha sido una decisión obligada a consecuencia de la pandemia por Covid-19. De tal manera que ante la imposibilidad de mostrarse, los peloteros han comenzado a activar un plan B, que es buscar equipos en la Liga Mexicana de forma que puedan mantenerse activos y quizá tener un buen desempeño que los catapulte de nueva cuenta a regresar el próximo año a buscar su chance en Ligas del vecino país del norte.
Ahora bien, el hecho de que en la MLB continúe el “estira y afloje” en la disputa económica que mantiene el Sindicato de peloteros con los dueños de los equipos, y la constante negativa de ambos lados a ceder en sus posturas, no deja mucho margen al optimismo en el sentido de que se pueda arrancar la temporada a principios de julio como se ha manejado.
Por ello, también es de esperar que peloteros ligamayoristas mexicanos estén enrolándose en el béisbol azteca en los torneos que se tienen en puerta.
Entre quienes han manifestado su interés en jugar en el beisbol de invierno en México podemos anotar al pitcher de Astros de Houston, Roberto Osuna Quintero, y el lanzador de Minnesota Twins, Sergio Francisco Romo, que militan en Charros de Jalisco.
Pero así como ellos, muchos otros peloteros en rosters de escuadrones nacionales como Mayos de Navojoa, Tomateros de Culiacán y Naranjeros de Hermosillo, por citar algunos conjuntos con estas características, seguramente vendrán a enrolarse en la campaña invernal.
Además, ya es sabido que desde Japón vendrá con los jaliscienses el infielder tapatío ex ligamayorista Christian Villanueva, y proveniente de Corea estará con Naranjeros el poderoso toletero Roberto Ramos, que continúa imparable con los LG Twins, luego de haber conectado dos vuelacercas más para poner su cuenta en 12, y mantenerse en el liderato con dos más que Na Sung Bum, de los NC Dinos. En tanto que llegó a 25 carreras remolcadas y se ubica en la sexta posición de ese departamento.
SIN AVANCES EN GRANDES LIGAS
Y como ya mencionaba, en la negociación que sostienen peloteros y dueños en Grandes Ligas, contrario a observar un acercamiento en las posturas, cada vez se hace mayor la zanja y no se ve por dónde puedan conciliar para llegar a un acuerdo en lo económico, siendo en este momento el principal motivo de confrontación.
En los últimos días, los peloteros acusaron a los equipos de “privar a Estados Unidos de los juegos de beisbol”.
Bruce Meyer, jefe negociador de la Asociación de Jugadores de las Grandes Ligas, envió una carta al subcomisionado Dan Halem, y le advirtió que cualquier intento de jugar sin un acuerdo podría llevar a que los peloteros bloqueen las iniciativas que ampliarían los playoffs o que realizarían encuentros de postemporada en sedes neutrales.
“La táctica cínica de la liga, de privar a Estados Unidos de los juegos de beisbol, al perseguir su exigencia de concesiones salariales injustificadas, resulta miope y conflictiva”, escribió Meyer.
Cabe recordar que Las Grandes Ligas presentaron su oferta económica inicial el 26 de mayo, ofreciendo un calendario de 82 juegos de temporada regular y una escala descendente de recortes en los salarios. Dichas reducciones eran mayores que las contempladas en los salarios prorrateados, a los que ambas partes habían accedido el 26 de marzo.
El domingo 31 de mayo, los peloteros respondieron con un calendario de 114 encuentros de la temporada regular, que se extendería hasta octubre y que no haría necesarios recortes adicionales en los sueldos. Cada jugador recibiría alrededor del 70% de su salario original bajo el plan sindical y de 22 a 47% con la propuesta de las Grandes Ligas, incluyendo 200 millones de dólares en bonos si se alcanzan a completar los playoffs.
Las Grandes Ligas han propuesto expandir los playoffs de 10 a 14 equipos, lo que derivaría al menos en seis juegos adicionales, con su respectiva venta de derechos de transmisiones. El sindicato ofreció un acuerdo para extender los playoffs hasta 2021.
Antes de la pandemia, los peloteros tenían previsto devengar aproximadamente 4,000 millones de dólares en salarios, sin incluir los bonos por firma de contratos ni las cuotas por rescisiones o cancelaciones de convenios. Según los términos del acuerdo del 26 de marzo, esa cifra se iba a reducir a unos 2,000 millones por una temporada de 82 juegos en vez de los 162 habituales.
La oferta de las Grandes Ligas abatiría los sueldos a 1.200 millones de dólares, más los 200 millones en bonos por la postemporada. La propuesta del sindicato dejaría los salarios en 2.800 millones.
Y es que la inactividad obligada por la pandemia ha vapuleado las finanzas del béisbol. Las Grandes Ligas indican que, al jugar en parques vacíos, los equipos perderán en forma combinada 640 mil dólares por cada duelo adicional de la campaña regular.
Así pues las diferencias que mantienen a los estadounidenses sin béisbol, a pesar de que fuera de lo económico se estaba avanzando para que se diera la reapertura de la campaña 2020 teniendo entre los principales impulsores para que así ocurriera al mismo presidente Donald Trump, que abiertamente manifestó su interés a fin de reactivar la economía y aportar un distractor que logre amainar los ánimos de confrontación, violencia y caos que se viven en la unión americana.
Y en tanto en Grandes Ligas priva la incertidumbre, la Liga Profesional de Béisbol de China (CPBL), se puso en marcha este fin de semana sin límite en el número de aficionados presentes en los estadios, luego de que ese país alcanzó 50 días sin un solo caso de contagio por Coronavirus.
China se suma a Taiwan que fue el primer circuito en arrancar la campaña 2020 y que si bien inició jugando con estadios vacíos hoy ya se juega al tope de aforos. La liga coreana aún abierta todavía se desahoga con peluches en las tribunas en lugar de público presente y la Liga Japonesa se dispone para arrancar el 19 de junio, empezando con estadios vacíos, para paulatinamente ir permitiendo e incrementando la presencia de aficionados en sus tribunas.
E-mail: opinion.salcosga@hotmail.com
Twitter: @salvadorcosio1
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: ¿Habrá de nuevo jarabe tapatío como en Monterrey?

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
En una final de la Serie del Rey, cualquiera puede ganar. Cuando los Charros de Jalisco enfrenten a los Diablos Rojos del México a partir de este miércoles, el diamante será un campo de batalla donde el corazón, la estrategia y la pasión decidirán al campeón de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Este duelo es inédito en la historia de las finales de la LMB, un choque de titanes que promete emociones al límite. Los Diablos Rojos llegan como favoritos. Campeones en 2024 y bicampeones de la Zona Sur, buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años.
Con un récord arrollador de 63-25 en la temporada regular, liderados por figuras como Robinson Canó, Río Ruiz, José Marmolejos y el tapatío Julián Ornelas, los escarlatas, bajo la dirección del experimentado Lorenzo Bundy, son una máquina ofensiva.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, 19:00 horas), los respalda. Pero, como diría un viejo aficionado, “en el béisbol, la grandeza no basta si el corazón no late”.
Los Charros de Jalisco, en cambio, son la sorpresa de 2025. Con un récord modesto de 46-46, se colaron al playoff con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo. Nadie apostaba por ellos.
“Charros no tiene nada que hacer ante Monterrey”, decían.
Pero, liderados por Benjamín Gil, considerado el mejor timonel del béisbol mexicano, dieron la campanada. Con cinco banderines en la Liga Mexicana del Pacífico (cuatro con Tomateros y uno con Charros en 2024-2025), Gil transformó un equipo inconsistente en una fuerza imparable.
En los playoffs, con 19 juegos (12 victorias, 7 derrotas), vencieron a Unión Laguna en un séptimo juego épico y humillaron a los Sultanes de Monterrey, líderes de la temporada con 55-37, en dos rondas (4-3 y 4-1). “El béisbol no miente: premia al que lucha”, diría Gil.
La hazaña de los Charros trasciende los números. Rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey (desde 1971), su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025).
Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro histórico que los consagra como élite.
“Jalisco no juega solo por un trofeo; juega por su gente, por los que llenan el Panamericano con cánticos y banderas”, escribiría un cronista tapatío.
La serie, que continuará en el Estadio Panamericano de Zapopan (13 y 14 de septiembre, 18:00 y 17:00 horas, con un posible juego 5 el 15) y podría regresar a la capital (17 y 18 de septiembre), será una batalla épica.
Esta final es una fiesta nacional. El duelo enfrenta dos estilos: la solidez de Bundy, con su experiencia, contra el ímpetu de Gil, un motivador que levanta la autoestima de sus jugadores. En el diamante, como en la vida, gana quien entiende el alma de su equipo.
Este choque es más que deportivo; es una metáfora de México. Los Diablos representan la tradición y el poderío de la capital, un equipo que no admite derrotas. Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un conjunto que desafía pronósticos con garra.
La afición será clave. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, respondiendo al llamado de Gil para hacer del estadio un volcán.
En la CDMX, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. El béisbol es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento. Los Charros necesitan consistencia en pitcheo y bateo oportuno para superar la historia de los Diablos. Los escarlatas deben evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
Cada juego será un capítulo de esta narrativa, donde el orgullo regional de Jalisco choca con la hegemonía capitalina. En esta Serie del Rey, el centenario de la LMB se celebra con un duelo que trasciende el marcador. Charros y Diablos nos regalan un espectáculo donde la estrategia, la pasión y el coraje decidirán al rey.
Diablos llega como favorito, como lo fue Monterrey ante Charros en los playoffs. “Sultanes no tiene rival”, decían, pero Jalisco bailó el jarabe tapatío en el Palacio Sultán. Con Gil al frente, Charros juega inspirado.
¿Lograrán los Diablos su corona 18 o veremos nacer a un nuevo titán de la LMB, como ya lo es Charros en el Pacífico?
El béisbol no tiene guion escrito; es un juego de valientes donde cada batazo escribe la historia.
Este miércoles es el primer juego, comienza esta leyenda. Que el diamante hable y que el corazón tapatío, con su afición rugiendo, deje una huella imborrable en esta batalla por la eternidad.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: Viviremos la Serie del Rey soñada

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
¡Qué manera de pelear la de los Charros de Jalisco en los playoffs de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) 2025!
Su campeonato en la Zona Norte, bajo la dirección de Benjamín Gil, marca un hito histórico que enciende el orgullo tapatío.
Nadie daba un peso por ellos. Entraron al playoff de panzazo, con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo, y un récord regular de 46-46 frente al imponente 55-37 de los Sultanes de Monterrey.
“Charros no tiene nada que hacer”, sentenciaban los escépticos. Pero Guadalajara, como su mariachi, no se rinde: canta hasta el amanecer.
Con 19 juegos en tres series (12 victorias, 7 derrotas), los Charros desafiaron todos los pronósticos. Remontaron contra Unión Laguna en un séptimo juego cardiaco y vencieron a los Sultanes en dos rondas, mostrando temple y estrategia.
Incluso tras desperdiciar una ventaja de 3-0 en la Serie de Campeonato, cerraron con fuerza en el Juego 5 (6-4, con un out polémico en la décima entrada).
La dirección de Gil forjada en la Liga Mexicana del Pacífico con cinco campeonatos, fue clave. Su enfoque táctico y motivacional transformó un equipo con altibajos en una máquina aceitada. “El béisbol es corazón y cabeza; Charros tiene ambos”, escribiría un cronista apasionado.
Este 2025, los Charros rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey, su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025). Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro sin precedentes que los consagra como élite del béisbol mexicano.
Guadalajara no juega solo por un título; juega por su gente, por los que llenan el Estadio Panamericano con banderas y cánticos, respondiendo al llamado de “El Matador” Gil, quien pidió a la afición convertir el estadio en un volcán de apoyo.
Enfrentan a los Diablos Rojos del México, bicampeones de la Zona Sur y campeones vigentes, que buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años. Con una ofensiva explosiva liderada por Robinson Canó, Río Ruiz (autor de un jonrón clave contra Campeche), José Marmolejos y el tijuanense Julián Ornelas, los Diablos salen como favoritos.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, de ser necesario), los respalda. La serie continuará en Zapopan (13 y 14 de septiembre de 2025, el 5 el 15) y, si es necesario, regresará a la capital (17 y 18 de septiembre).
Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un equipo que desafía las probabilidades con garra y corazón. Los Diablos, dirigidos por Lorenzo Bundy, representan la solidez de un equipo que no admite derrotas. “El béisbol, como la vida, no perdona a quien confía solo en su grandeza”, reflexionaría un observador.
El Matador, con su ímpetu, choca contra la experiencia de Bundy. La clave para los Charros será la consistencia en el pitcheo y el bateo oportuno; para los Diablos, evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
La afición es el alma de esta serie. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, con una afición que ha respondido al llamado de Gil, convirtiendo cada juego en una celebración de la identidad jalisciense.
En la capital, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. “El béisbol no es solo un juego; es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento”, diría un cronista.
Esta Serie del Rey es una metáfora de México: la lucha entre lo regional y lo centralista, entre la ilusión de un equipo que resurge y la tradición de un gigante.
Los Charros, con su hazaña, han reavivado la pasión beisbolera en Jalisco. Su camino, lleno de remontadas y momentos épicos, los convierte en un símbolo de resiliencia. Los Diablos, con su historial, cargan el peso de la expectativa.
Los Charros vienen a hacer historia, ya lo dijo José Luis González Iñigo, el objetivo es convertir a Guadalajara en la capital del beisbol nacional.
La Serie del Rey 2025 no es solo béisbol; es el latir de un país que vibra con cada jugada. Charros y Diablos nos ofrecen un espectáculo donde el orgullo, la estrategia y la pasión decidirán al rey.
La afición de Charros de Jalisco, con su enjundia y espíritu indomable, impulsa al equipo en la LMB, creando una base leal que llena el Estadio Panamericano, según Íñigo González Covarrubias. A diferencia de la LMP, donde muchos apoyan a Naranjeros, Tomateros o Venados, los Charros han forjado una afición firme que vibra con el equipo local, llevando a Jalisco hacia adelante en la Serie del Rey 2025.
A disfrutar de una serie de platillos exquisitos de beisbol y nuestro deseo es que ganen los Charros y hagan historia, con dos campeonatos en un mismo año en las dos ligas mexicanas de beisbol.
Prepárense, porque esta batalla será leyenda.
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