Connect with us

OPINIÓN

Los delincuentes imponen su ley: La seguridad, el otro gran fracaso de la 4T

Publicado

el

Serendipity, por Benjamín Mora Gómez //

A la memoria de Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, misioneros jesuitas. México se encuentra subyugado ante el poder de los delincuentes en razón de que su presidente, Andrés Manuel López Obrador, se niega a mirar lo evidente: Desde las armas de los delincuentes, los balazos nos siguen hiriendo y matando, adueñándose de nuestras vidas y destinos, de nuestros patrimonios y esperanza; mientras, los abrazos se quedan entre quienes se consuelan, víctimas de la delincuencia organizada.

Ante la negativa presidencial de cumplir con su mandato constitucional de proteger vidas y patrimonios de la gente de bien, nos sentimos humillados e insultados, delegados de nuestros derechos, menospreciados. Por omisiones del presidente López Obrador, en gran parte del territorio nacional se sufre de un estrés emocional generalizado.

Nuestro espacio personal ha sido invadido por los delincuentes con el permiso presidencial. Nuestro territorio íntimo nos ha sido arrebatado. Todos los días nuestra paz personal y colectiva, nuestro derecho constitucional a la paz, sufre de interrupciones, de gravísimas interrupciones. El presidente López Obrador se niega a reconocer lo más elemental de la convivencia humana: La necesidad de un espacio personal seguro para sentirnos protegidos. En cambio, el presidente protege al delincuente y se duele de sus castigos merecidos; al presidente le es inadmisible poner fronteras a los delincuentes. Detenerlos es violar sus derechos humanos y a ello, el presidente no está dispuesto.

Que quede claro, no se trata de invenciones de los oponentes a la Cuarta Transformación, sino de realidades que la ciencia ha demostrado. Ralph Adolph y Daniel P. Kennedy, neurólogos de la Universidad de Caltech (Estados Unidos), descubrieron que la amígdala es esa estructura en nuestro cerebro que nos dice dónde están los límites de nuestro espacio personal y en qué momento nos ha sido invadido hasta resultarnos amenazante.

Quizá es tiempo de recurrir a la proxémica, como ciencia que estudia los efectos de nuestras interrelaciones en el uso del espacio social, para entender lo que nos sucede ante realidad de invasión de nuestro espacio personal -casa, escuela, empresa, calle, plazas, etc.- y el ensangrentamiento de las barreras que resguardaban nuestra intimidad.

El presidente, los gobernadores y los presidentes municipales están obligados asegurarnos respeto a nuestra intimidad más personal que es nuestra propia vida. Nos la arrebatan con toda violencia y nada pasa. Hemos llegado al límite, o López Obrador expulsa a los delincuentes de la vida en sociedad y los pone a buen resguardo tras las rejas, o López Obrador y su Cuarta Transformación deberán ser separados del poder, perdiéndolo en 2024.

López Obrador ha sugerido que la violencia es producto de las desigualdades sociales y económicas, pero tal afirmación no tiene sustento alguno. México es un país de grandes desigualdades, cierto; sin embargo, la inmensa mayoría de quienes sufren de tal condición son gente ejemplar, trabajadora, honesta y de paz. No los insultemos afirmando que fácilmente delinquirían.

Con el asesinato de los dos misioneros jesuitas en Chihuahua, López Obrador debió comprender que su estrategia de seguridad ha fracasado, que nació fracasada, enmendando la ruta por él trazada, pero no lo hace; en cambio, buscó culpables en el pasado lejano y nos cuestionó a quienes le miramos como el principal responsable de la inseguridad nacional del porqué es a él a quien se reclama y no a la gobernadora -panista- de aquel estado.

El presidente López Obrador siempre declina su obligada racionalidad ante los impulsos de su irreflexión y el rechazo a su mandato constitucional de dar resultados tangibles. Su inmadurez lo sobrepasa. Culpar a Felipe Calderón de la violencia actual es tan descabellado e insensato como hacerlo con Caín por haber matado a su hermano Adán en el inicio de ser humano.

Es claro y evidente, con Morena la violencia crece y se pierden territorios. Dentro de las 10 ciudades más violentas del mundo, 8 están en México, y de ellas, 6 son gobernadas por presidentes municipales emanados de Morena: Zamora, Cajeme, Zacatecas, Tijuana, Juárez y Ensenada. Con el gobierno de López Obrador, los feminicidios han aumentado en un 13 por ciento, los homicidios dolosos en un 41 por ciento, las desapariciones forzadas en un 58 por ciento, y los asesinatos con arma de fuego en un 60 por ciento, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Colima y Sonora, morenistas, han sido tomados por la delincuencia; en Tamaulipas, la delincuencia ayudó al triunfo electoral del candidato de Morena. Sin duda, los abrazos no han sido efectivos para detener la violencia, o quizá solo han formalizado alianzas entre el gobierno de la 4T y los delincuentes

López Obrador debió acompañar a la Compañía de Jesús en su duelo y a la feligresía que los dos misioneros jesuitas atendían en Cerocahui en Urique, Chihuahua. Pero no; sus prioridades siempre son otras.

José Noriel Portillo, alias “El Chueco”, es el asesino de los misioneros jesuitas y es también el líder de “Los Salazares” en Urique, dueños y señores de la vida y acciones en esa región de la Sierra Tarahumara. José Noriel es ejemplo del porqué el Estado mexicano es ahora un Estado fallido y del porqué, López Obrador es un presidente fallido.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.