OPINIÓN
Los no lugares
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
Vivimos en un época compleja. Diversos autores han utilizado términos para enmarcar la realidad en la que vivimos, así como el sociólogo polaco Bauman acuñó el concepto de liquidez para definir a la sociedad actual, Marc Augé, antropólogo francés ha utilizado el concepto del “no lugar” para referirse a los espacios de transitoriedad, aquellos que solo tienen como finalidad la movilidad de las personas, la estadía temporal o la compraventa de artículos, considera que estos no tienen suficiente importancia para ser considerados como “lugares”.
Esta definición se da porque son espacios donde no se da la convivencia personal, considera que lugares como los supermercados o las avenidas son sitios donde los ciudadanos pasamos a segundo término. La mayor prueba de esto son los cobros automatizados en cadenas de servicio, autopistas o incluso restaurantes de comida rápida, en ellos la interacción entre humanos es nula porque pasa a ser innecesaria.
El fenómeno se veía venir desde hace años, al respecto José Saramago, Nobel de literatura decía: “La ausencia de comunicación es total en un centro comercial, donde el comprador no necesita intercambiar ninguna frase con el dependiente, a diferencia del diálogo inevitable que se establece en una tienda pequeña. Pero, junto a esa circunstancia, el único espacio público del mundo de hoy es un centro comercial. Antes las gentes se reunían en las plazas o en los jardines, pero ahora ya no son lugares seguros. Los grandes almacenes son, a la vez, las nuevas catedrales y universidades.”
Las plazas comerciales o supermercados no son malos por si mismos, cumplen con el objetivo de proveer a la personas de insumos necesarios para la vida diaria y generan cientos de empleos que son vitales para el desarrollo de la ciudad, sin embargo, no se debe pensar en la construcción de estos como el centro de la plusvalía o de la convivencia de ciertas zonas de la ciudad, evidentemente la creación de “lugares” debe imperar sobre la construcción de “no lugares”.
Si nos basamos a la definición de Augé hoy nuestra ciudad está llena de “no lugares”. El boom inmobiliario ha llevado a las constructoras a olvidarse del espacio público en busca únicamente de la utilidad económica, en la mayoría de los nuevos desarrollos no existen las plazas públicas, parques ni unidades deportivas y las que existen en barrios antiguos hoy son un lugar inseguro, un espacio del que se apropiaron personas o grupos que agreden a la sociedad.
En el área metropolitana de Guadalajara existe un déficit muy preocupante de espacios públicos, las áreas verdes de acceso general suman un promedio de 1.4 metros por habitante, cuando la recomendación de la Organización Mundial de Salud es de al menos 9 metros por persona, este, aunque parece un problema menor representa un problemática grave para nuestra ciudad.
Los espacios verdes y áreas comunes representan -o deberían hacerlo- tranquilidad, esparcimiento y sobre todo convivencia para una sociedad que cada vez se conecta más en redes pero que interactúa menos en la vida real. La convivencia vecinal genera comunidades más seguras y vuelve la colonia o el barrio en el espacio ideal para el desenvolvimiento de las familias, esos espacios deben ser recuperados.
Estamos en diciembre, comienzan las posadas, caen los aguinaldos, las compras navideñas están a la orden del día, todo esto es importante, pero también genera un grado de tensión; no olvidemos privilegiar la convivencia, el buen trato y sobre todo el buscar que los espacios donde nos ubiquemos se conviertan el lugares donde todos podamos comunicarnos y sentirnos seguros.
Aprovechemos esta época para recordar la importancia de construir buenos recuerdos con los nuestros, las interacciones humanas quedarán para formar parte del colectivo conformando puntos de encuentro con las futuras generaciones, si bien es cierto que somos pasajeros en esta vida, las vivencias con los seres queridos le dan sentido crean momentos, recuerdos y lugares que dan sentido a la existencia. Cerremos el año lo mejor posible.
