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OPINIÓN

Medicina tradicional de la India: Ayurveda, la ciencia ancestral de la vida

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Salud y bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //

Ayurveda, una de las ciencias más antiguas y completas del bienestar, ha sido parte de la cultura y medicina india durante más de 5 mil años. Su nombre proviene de dos palabras en sánscrito: ayur, que significa «vida» y veda, que significa «ciencia» o «conocimiento».

En conjunto, Ayurveda es la «ciencia de la vida», una filosofía que busca el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu para promover la salud, la longevidad y la felicidad.

El Ayurveda se originó en los antiguos textos védicos de la India, específicamente en los cuatro Vedas: el Rig Veda, el Yajur Veda, el Sama Veda y el Atharva Veda. Estos textos contenían no solo conocimientos sobre medicina y curación, sino también sobre rituales, espiritualidad y cómo llevar una vida equilibrada. La ciencia ayurvédica evolucionó a partir del Atharva Veda, y más tarde fue sistematizada en obras como el Charaka Samhita y el Sushruta Samhita, donde se recopilan las bases de la medicina ayurvédica.

La filosofía ayurvédica se basa en el principio de que el cuerpo está compuesto por cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter. Estos elementos se combinan en el cuerpo para formar tres doshas o tipos de energía biológica: Vata (aire y éter), Pitta (fuego y agua) y Kapha (agua y tierra). Cada persona tiene una combinación única de estos doshas, y su equilibrio o desequilibrio afecta directamente su salud física y emocional.

LOS TRES DOSHAS: VATA, PITTA Y KAPHA

Vata Dosha (Aire y Éter): Representa el movimiento y la actividad dentro del cuerpo y la mente. Controla funciones como la respiración, la circulación y el sistema nervioso. Las personas con predominancia de Vata tienden a ser activas, creativas y llenas de energía, pero también pueden sufrir ansiedad, insomnio y problemas digestivos si el dosha está desequilibrado.

Pitta Dosha (Fuego y Agua): Regula la digestión, el metabolismo y la temperatura corporal. Las personas con un predominio de Pitta suelen ser fuertes, valientes y de mente aguda, pero un exceso de Pitta puede llevar a problemas como inflamación, ira y úlceras.

Kapha Dosha (Tierra y Agua): Proporciona estructura y estabilidad al cuerpo, y controla el crecimiento, la hidratación y la inmunidad. Las personas con predominio de Kapha son calmadas, afectuosas y estables, pero un desequilibrio puede resultar en letargo, aumento de peso y congestión.

El equilibrio entre estos doshas es esencial para la salud. El Ayurveda enseña que la enfermedad ocurre cuando uno o más de los doshas están desequilibrados, lo que afecta el funcionamiento adecuado del cuerpo y la mente. El propósito de la medicina ayurvédica es restaurar ese equilibrio a través de tratamientos personalizados que incluyen dieta, hierbas, masajes, yoga y meditación.

TRATAMIENTOS AYURVÉDICOS: UN ENFOQUE HISTÓRICO

El Ayurveda no solo se enfoca en tratar los síntomas de una enfermedad, sino que busca identificar y abordar sus causas subyacentes. Este enfoque preventivo y curativo ha sido clave en la práctica ayurvédica durante milenios, y sigue siendo relevante en la medicina alternativa y complementaria hoy en día.

Dieta Ayurvédica: La alimentación es uno de los pilares fundamentales del Ayurveda. Cada dosha tiene diferentes requerimientos dietéticos, y la comida se clasifica según su sabor, energía y efecto postdigestivo. El Ayurveda enseña que una dieta adecuada puede prevenir enfermedades, mejorar la digestión y equilibrar los doshas.

Por ejemplo, las personas con predominancia de Vata deben consumir alimentos tibios, pesados y con aceites, mientras que los individuos de Pitta deben evitar las comidas picantes y grasosas para no aumentar el fuego interno. Los Kapha, por otro lado, deben reducir el consumo de alimentos fríos y pesados, y optar por comidas ligeras y cálidas.

Hierbas y Remedios Naturales: Las hierbas han sido una parte central del tratamiento ayurvédico. Estas plantas se utilizan para equilibrar los doshas y tratar una amplia variedad de enfermedades. Algunas de las hierbas más comunes incluyen la cúrcuma, el jengibre, la ashwagandha y el tulsi. Cada una de estas hierbas tiene propiedades específicas que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, reducir la inflamación, mejorar la digestión y calmar la mente.

Panchakarma: Uno de los procedimientos más conocidos del Ayurveda es el Panchakarma, una serie de tratamientos de desintoxicación profunda diseñados para eliminar toxinas del cuerpo. Este proceso incluye varias terapias, como masajes con aceites medicinales, sudación, enemas, y vómitos terapéuticos. El propósito del Panchakarma es purificar el cuerpo y restaurar el equilibrio natural de los doshas, rejuveneciendo así al individuo tanto física como mentalmente.

Masajes Ayurvédicos: Los masajes con aceites herbales, conocidos como abhyanga, son una parte esencial del Ayurveda. Estos masajes no solo relajan los músculos, sino que también nutren la piel, mejoran la circulación y calman el sistema nervioso. El aceite utilizado en el masaje se elige según el dosha predominante de la persona y se cree que ayuda a equilibrar la energía del cuerpo.

Yoga y Meditación: La práctica de yoga y meditación es un complemento esencial del Ayurveda. El yoga se centra en fortalecer el cuerpo y aumentar la flexibilidad, mientras que la meditación calma la mente y reduce el estrés. Juntas, estas prácticas ayudan a equilibrar los doshas y promueven un estado de bienestar holístico.

SU PAPEL EN LA MEDICINA MODERNA

Aunque el Ayurveda tiene raíces antiguas, sigue siendo relevante hoy en día, y su enfoque integral ha atraído el interés de personas de todo el mundo. A medida que la medicina moderna se ha vuelto más especializada y tecnológica, muchos han buscado alternativas más naturales y holísticas para el tratamiento de enfermedades crónicas y el bienestar general.

El Ayurveda, al igual que otras medicinas tradicionales como la medicina china, ofrece una perspectiva diferente sobre la salud y la curación. En lugar de centrarse únicamente en los síntomas, se enfoca en la prevención y el mantenimiento del equilibrio general del cuerpo y la mente. Además, su uso de hierbas naturales y tratamientos personalizados lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan minimizar el uso de medicamentos sintéticos.

Sin embargo, es importante reconocer que, aunque el Ayurveda ha mostrado beneficios para muchos, no debe reemplazar la medicina moderna en casos de enfermedades graves. En cambio, puede ser una excelente herramienta complementaria para apoyar la salud y el bienestar general.

AYURVEDA EN OCCIDENTE

En los últimos años, el Ayurveda ha ganado popularidad en los países occidentales, especialmente en el contexto del bienestar, la medicina alternativa y la nutrición. Muchas personas han adoptado prácticas ayurvédicas, como el uso de hierbas medicinales, el seguimiento de dietas personalizadas y la incorporación de rutinas de autocuidado inspiradas en el Ayurveda.

Los centros de bienestar ayurvédico han surgido en todo el mundo, ofreciendo tratamientos como el Panchakarma, los masajes con aceites y consultas nutricionales basadas en los doshas. Además, figuras prominentes en la salud y el bienestar, como Deepak Chopra, han sido fundamentales en la difusión de los principios ayurvédicos a una audiencia global.

CRÍTICAS Y DESAFÍOS

Aunque el Ayurveda tiene una historia rica y una gran cantidad de seguidores, también ha enfrentado críticas. Algunos expertos argumentan que ciertos aspectos del Ayurveda no están respaldados por suficiente evidencia científica moderna. La falta de regulación en la industria ayurvédica también ha sido motivo de preocupación, especialmente en relación con la calidad y seguridad de algunos productos herbales.

No obstante, en India, el Ayurveda es una forma reconocida de medicina y está regulada por el gobierno. Además, la investigación sobre el Ayurveda sigue creciendo, y se están realizando estudios para investigar los efectos de las hierbas ayurvédicas y los tratamientos tradicionales en condiciones de salud modernas.

El Ayurveda es más que una simple medicina tradicional; es una forma de vida. A través de su enfoque holístico, busca lograr un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, promoviendo así una salud integral. Aunque ha existido durante milenios, su relevancia no ha disminuido, y sigue siendo una fuente invaluable de sabiduría para quienes buscan una vida equilibrada y saludable.

Ya sea a través de su enfoque en la dieta, el uso de hierbas medicinales, las técnicas de purificación como el Panchakarma o la incorporación de prácticas espirituales como el yoga y la meditación, el Ayurveda sigue siendo una opción poderosa para aquellos que desean explorar caminos alternativos hacia el bienestar. En un mundo cada vez más acelerado, el Ayurveda ofrece un recordatorio de la importancia de vivir en armonía con nuestra naturaleza interior y exterior.

Me despido de ustedes y les recuerdo que juntos podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud, gracias por su atención y su compromiso con este artículo. Siempre quedo atenta a sus comentarios.

E-mail: siqueiros.arte@gmail.com

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NACIONALES

Luchamos y perdimos…

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De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //

López Obrador fue como el médico que al detectar la enfermedad en el paciente, en vez de aplicarle un tratamiento para aliviarle, buscó matarlo.

Como opositor al régimen desde el año 2000 mil a su campaña presidencial en el 2018, repitió miles de veces que el gran problema de México era la corrupción.

Y al llegar a palacio nacional, juró cumplir no solo con la Constitución y las leyes que de ella emanan, sino hacer realidad su máxima de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.

Nadie puede poner en tela de duda el gran avance democrático de nuestro país en los recientes 30 años.

A partir de 1988 y su gran fraude electoral operado por el gobierno federal y, directamente por el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, el presidente Carlos Salinas (1988-1994) inició realmente la transformación del Estado mexicano con tres grandes decisiones: Admitir la primera derrota del PRI en una gubernatura con el triunfo del panista Ernesto Ruffo Appel en Baja California, expedir la credencial de elector con fotografía y crear el Instituto Federal Electoral para sacar las manos del gobierno en la organización de los comicios electorales e iniciar la creación de organismos autónomos para eliminar los poderes plenipotenciarios del Presidente de la República, con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

En los siguientes sexenios se daría la consolidación de la pluralidad política para acceder al poder con Vicente Fox en la Presidencia en el año 2000, amén de varias gubernaturas ya en manos del Partido Acción Nacional y con el Partido de la Revolución Democrática apoderándose del dominio total de la ciudad de México.

Fox “desclasificaría” los documentos reveladores de la actuación del gobierno en los acontecimientos trágicos del 2 de octubre de 1968 y de ahí sobrevino la creación del Instituto Nacional de Transparencia Informativa (INAI), como un conducto eficaz para que la ciudadanía tuviera acceso a conocer sobre el manejo de los recursos públicos, de su dinero, con todos los procedimientos para documentar adquisiciones y ejecuciones de las obras públicas.

En el año 2014, el IFE pasó a convertirse en el Instituto Nacional Electoral (INE), consolidándose como un organismo autónomo, enteramente ciudadano y confiable, lo que incluyó la convicción de no regresar jamás al pasado caracterizado por el fraude electoral.

Al mismo tiempo, se crearon diversos organismos autónomos, todos ellos buscando una mayor libertad e independencia del Poder Ejecutivo.

Así nació el INEGI, la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Nacional de Telecomunicaciones y (entre otros) la Comisión Nacional de Evaluación (CONEVAL) importantísimo para medir la pobreza en el país y con la necesaria credibilidad sin mayor influencia del gobierno.

Sin duda, México había alcanzado un avance extraordinario para consolidar su Democracia. El problema contra el que habría de luchar, era contra la corrupción y la impunidad, multi-denunciados ambos gracias a un periodismo libre e independiente.

Y de las denuncias por corrupción que leímos en “El Universal”, en “Reforma”, en la revista “Proceso”, que escuchamos con Carmen Aristegui, es que un personaje como Andrés Manuel López Obrador pudo tener acceso a un extraordinario apoyo popular, sobre todo por su repetición en el mensaje de combate a la corrupción y la impunidad. Y así llegó el año 2018, en que triunfó de manera avasalladora para llegar a la Presidencia.

Este lunes, es el último día en el calendario de este sexenio llamado propagandísticamente de la “cuarta transformación”.

Aquel enfermo al que se le detectó en su organismo corrupción e impunidad, sufrió varios atentados para terminar con su existencia.

Ahora, la omnipresencia ha regresado en la figura presidencial, el avance democrático de los últimos 30 años ha desaparecido, las libertades están en riesgo, empezando por la libertad de expresión, la propiedad privada y el derecho a la vida.

Hoy, como hace cincuenta años, el poder se ha reconcentrado en la Ciudad de México y, por vez primera, se ha militarizado el país y se han sentado las bases para que el Poder Judicial Federal pierda su naturaleza, para pasar de la defensa y cumplimiento del texto constitucional, el equilibrio de poderes, al sometimiento de intereses políticos.

Este día 30 de septiembre, México ha visto aumentada su deuda pública de manera desproporcionada, mientras Acapulco se cae por causas naturales y Sinaloa ha caído por el dominio de las bandas delincuenciales.

Pero López Obrador festeja. Nunca le importó el dolor ajeno. No cumplió con su máxima de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”.

Se ha luchado por el avance democrático y de libertades, sobre todo en los últimos 30 años, pero en el sexenio 2018-2024 se detuvo ese avance y se buscó desaparecerlo.

Luchamos y perdimos.

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JALISCO

Morena volvería a perder en Jalisco

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De Frente al Poder, por Óscar Ábrego //

Una de las más prestigiadas casas encuestadoras del país, Polymetrix, dará a conocer esta semana un estudio de opinión verdaderamente revelador.

Se trata de un muestreo estatal de 640 casos que arrojan datos que además de confirmar el triunfo de Pablo Lemus, también indican que de repetirse la elección en Jalisco, Morena volvería fracasar frente al partido Movimiento Ciudadano.

Y aunque cada vez está más lejos la posibilidad de que se anule el proceso electoral del 2 de junio, lo cierto es que la precitada encuesta no tiene desperdicio alguno.

Por ejemplo, de acuerdo a la información a la que tuve acceso, más del 55 por ciento de los entrevistados considera que no debió impugnarse la elección y el 57 por ciento cree que no debe repetirse.

Pero hay algo más, y es que a la pregunta sobre la imagen del gobernador electo, más del 53 por ciento declaró que es positiva, mientras que de Claudia Delgadillo, la refirieron con apenas un 42 por ciento, manifestando una percepción negativa el 58 por ciento.

El asunto que llama poderosamente la atención es que un 50 por ciento de las personas consultadas aseguró que en caso de que se repita el proceso, votaría por MC, en tanto que por el morenismo un 42 por ciento, y casi el 8 por ciento por el resto de los partidos.

Así las cosas, y en virtud de que la impugnación morenista continúa viva en un reducido sector de la opinión pública, la realidad es que el Movimiento guinda no tendría oportunidad de arrebatarle la victoria al Movimiento naranja.

Lo dicho, aquí hubo voto diferenciado.

@DeFrentealPoder

*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, escritor y analista político.

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NACIONALES

Complicada realidad económica: El legado de la deuda

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Más allá de las promesas políticas que han cautivado a una nación dividida, nos encontramos ante una realidad que nadie puede negar: la situación económica de México es un desastre en cámara lenta. El gobierno de López Obrador, en su esfuerzo por construir una «Cuarta Transformación», nos ha llevado a niveles de deuda no vistos en más de tres décadas.

Y mientras algunos celebran los programas sociales y los aumentos salariales, hay una verdad que no podemos ignorar: gastamos más de lo que generamos y, como cualquier hogar mal administrado, las consecuencias tarde o temprano nos alcanzarán.

Comencemos por lo elemental: la deuda. Al mes de junio de 2024, la Deuda Bruta del Sector Público asciende a la escalofriante suma de 16 billones 760 mil 737.4 millones de pesos. Esta deuda es la más alta que hemos tenido en los últimos 30 años, y lo más preocupante es que no hay un plan claro para reducirla. La promesa de López Obrador de mantener a México libre de endeudamiento quedó enterrada bajo una montaña de 6.6 billones de pesos adicionales, que su administración ha acumulado en tan solo seis años.

Pero no solo es la deuda lo que debe preocuparnos. Lo que agrava esta situación es cómo se han gestionado los recursos. En su sexenio, la inversión física, la que debería haber sido destinada a infraestructura pública para estimular la economía y atraer inversiones privadas, fue inferior a lo que se destinó al pago de intereses de la deuda. Esto es, en términos simples, suicidio financiero. En lugar de crear condiciones para el crecimiento, gran parte de los recursos se ha utilizado para tapar los agujeros que la propia deuda ha generado.

El resultado de esta mala administración está a la vista: el crecimiento económico de México durante los seis años de López Obrador ha sido de un 0.8%, el peor desde la administración de José López Portillo. Mientras otros países han encontrado la manera de repuntar, México parece estancado, inmovilizado por decisiones erráticas y políticas que, si bien han mantenido un discurso de austeridad, en la práctica no han hecho más que exacerbar el problema.

Y si hablamos de crecimiento, no podemos dejar de mencionar la inversión extranjera, otro talón de Aquiles de esta administración. Las cifras oficiales indican que la llegada de capitales foráneos ha sido 3 mil 274 millones de dólares menor en comparación con el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Las nuevas inversiones, que son las que generan empleos y dinamizan la economía, apenas alcanzaron los 59 mil 738 millones de dólares en este sexenio, una cifra muy por debajo de los 75 mil 496 millones alcanzados por Peña Nieto. ¿Y qué pasó con el tan anunciado nearshoring? Aquella gran promesa de que México se convertiría en el destino predilecto para las empresas que buscan acercarse a Estados Unidos ha quedado en el aire. La inseguridad, la corrupción y la falta de certidumbre jurídica han espantado a los inversionistas, quienes optan por destinos más estables.

Este panorama se complica aún más cuando observamos el déficit fiscal. Al cierre de julio de 2024, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), que miden la diferencia entre los ingresos y los gastos del gobierno, registraron un déficit de 1.043 billones de pesos, el más alto en los primeros siete meses del año desde que se tiene registro. ¿Qué significa esto? Que estamos gastando mucho más de lo que generamos, y los ingresos provenientes de la exportación petrolera y del cobro de impuestos no son suficientes para cubrir las necesidades del gobierno. Este déficit es una señal clara de que nuestra economía está desequilibrada y no puede sostener el ritmo de gasto actual.

Muchos defensores de la administración actual han señalado que, a pesar de todo, López Obrador mantuvo una disciplina fiscal encomiable, sobre todo durante la pandemia del COVID-19. Y es cierto, en comparación con otros países, México mantuvo una estabilidad macroeconómica sorprendente. Sin embargo, esto fue a costa de un crecimiento raquítico y una inversión extranjera diezmada por la incertidumbre jurídica que algunas reformas generaron.

Uno de los grandes ejes del discurso del presidente fue la creación de una sociedad del bienestar, un ideal que prometía corregir décadas de desigualdad. Sin embargo, ese gran cambio estructural nunca se dio. Los ricos son más ricos, y los pobres, aunque han recibido becas, pensiones y apoyos, siguen sin acceso a las oportunidades que realmente les permitirían salir de la pobreza. La distribución de recursos nunca fue revisada a fondo, y los programas sociales, aunque bienintencionados, no han atacado las raíces del problema.

Un ejemplo claro es el presupuesto destinado a los programas sociales para jóvenes que, dicho con todo respeto, ni estudian ni trabajan. 600 mil jóvenes reciben apoyo económico sin que se les exija nada a cambio. Lo mismo ocurrirá con las mujeres entre 60 y 64 años. Entre ambos programas, los expertos estiman que se gastarán en 2025 alrededor de 90 mil millones de pesos. ¿Es esto sostenible a largo plazo? Difícilmente. Aunque estos apoyos han mejorado la calidad de vida de algunos sectores, no se están generando las condiciones necesarias para un crecimiento económico real.

Y mientras tanto, las calificadoras internacionales como Morgan Stanley, Moody’s, Bank of América y Fitch miran con preocupación el rumbo que está tomando la economía mexicana. El gran proyecto energético de la administración, Pemex, sigue siendo un barril sin fondo, y la ineficiencia de la refinería Dos Bocas ha costado miles de millones de pesos sin resultados tangibles.

Además, el papel del Ejército en la asignación de contratos y en la administración de recursos públicos es un tema que no podemos pasar por alto. Se ha recurrido a las Fuerzas Armadas como el gran contratista del gobierno, con adjudicaciones directas y sin licitación. Esta falta de transparencia no solo genera desconfianza, sino que también abre la puerta a posibles desvíos de recursos que, hasta ahora, no han sido esclarecidos.

Con todo, sería injusto no reconocer un logro significativo de este sexenio: el incremento al salario mínimo. La reciente reforma constitucional que garantiza que el salario mínimo nunca esté por debajo de la inflación es, sin duda, un avance. En un país donde el salario mínimo perdió más del 70% de su poder adquisitivo en los últimos 40 años, esta reforma es un paso importante hacia la recuperación del bienestar de los trabajadores.

Así pues, el legado de López Obrador es un espejo roto: mientras algunos ven en sus fragmentos la justicia social prometida, otros ven solo el reflejo de una economía descompuesta.

La historia se encargará de juzgar si el legado de esta administración fue un paso hacia adelante o simplemente una ilusión más en el largo y sinuoso camino de la política mexicana. Pero, como siempre, la realidad económica será el juez más implacable de todos.

En X @DEPACHECOS

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