OPINIÓN
México al rojo vivo: Asesinato de sacerdotes jesuitas indigna y sacude conciencias

Opinión, por Pedro Vargas Avalos //
Por más esfuerzos que se hagan, no podemos soslayar la situación difícil, lamentable, por la que atraviesa el país entero, en varios aspectos. Uno mejor quisiera, invariablemente, comentar los avances en las grandes y pequeñas obras que las actuales administraciones de la república y de nuestro Estado, se han echado a cuestas para bienestar general; o glosar triunfos resonantes, como el del social demócrata Gustavo Petro en Colombia, nuestra querida y fraterna nación sudamericana. Sin embargo, la cruda realidad se impone.
En efecto, cuando aun la temible pandemia del Corona virus sigue dando de qué hablar, (aunque a decir verdad ya se tiene bajo control), la situación económica se desmejora, el renglón de la salud no atina en ser eficaz, la corrupción (cual corcel del apocalipsis) prosigue su cabalgata en todos los ámbitos, los políticos se empeñan en su anodino, cuando no, contradictorio actuar, en mucho solapados e imitados por los medios tradicionales de información y ciertos intelectuales orgánicos. Empero, el tema de la violencia que implica inseguridad y rebela crecimiento de la criminalidad, se enseñorea a los cuatro vientos del país, y lastimosamente, Jalisco corre al parejo.
Hasta alarma provoca leer o escuchar las noticias que por distintos medios nos bombardean a diario los sentidos. Por lo general, la nota roja es predominante, o al menos la información que más impacta el ánimo. Asesinatos, balaceras, desaparecidos, extorsiones, feminicidios, ilegalidades y, como cerezas de tóxico pastel, corruptelas a Dios dar.
Claro que hay muchos indicios y no pocas acciones, que especialmente del gobierno federal, y en mucho menor medida en la administración estatal o la municipal, se apuntan con el objetivo de aliviar carencias y subsanar omisiones, pero de plano han sido insuficientes o mal ejecutadas, por lo que sus resultados han dejado mucho que desear.
En cuestión económica, el solo anuncio del Banco de México de que la inflación este año de 2022 rebasará el ocho por ciento, causa cierto escalofrío, porque ya sabemos que cuando el gobierno anuncia topes, estos ordinariamente son rebasados. Y ese fenómeno, que entraña posibles carencias y segura carestía, conspira contra la población, particularmente la más desvalida.
Por lo que ve a la salud, la celebérrima pandemia que nos flageló mas de dos años, atrasó todos los planes para, como aseguraba al inicio del sexenio el presidente López Obrador, pronto tendríamos los mexicanos un sistema de salud universal semejante al de Dinamarca, es decir, eficiente, integral y calificado. El 3 de mayo pasado, declaró el primer mandatario en la consabida mañanera: “Nos hemos propuesto tener el sistema de salud funcionando de manera óptima para el primer trimestre del año próximo, … hasta que entre todos podamos lograr levantar el sistema de salud público, gratuito, no sólo el cuadro básico de medicamentos, todas las medicinas, todos los análisis clínicos, todas las intervenciones.”
Es de hacer notar que el ejecutivo de Jalisco, “porque la salud es prioridad y la pandemia lo ha demostrado”, Enrique Alfaro, presentó el plan “de infraestructura hospitalaria hasta el 2024, para llevar los servicios a zonas rezagadas y cumplir con 100 por ciento de acreditación de las unidades, con una reprogramación presupuestal que llegará a seis mil 160 millones de pesos en inversión total”. De ambos gobernantes, solo podremos decir que una cosa es prometer y otra cumplir, por lo que concediéndoles el beneficio de la duda, como el apóstol Santo Tomás, (que dijo: ver y creer) en su momento, ya veremos y si es cierto, les creeremos.
Sobre el fenómeno de la corrupción, cuyo propósito de abatirla ha sido el lema del régimen lopezobradorista, la mera verdad que avanza muy poco, y esa levedad solo en algunos renglones del gobierno de la Cuatro T. En las demás ramas, y en las esferas de los Estados y las municipalidades, no se advierten adelantos y más bien, al decir de mucha gente, es aplicable el refrán de “en vez de andar, gateamos”. Y conste, decimos de la gente, no de las oposiciones, porque si nos atuviéramos a estas (que siempre hablan de refilón y con miras sectarias), el estado es fallido y nuestra ubicación el abismo en todos los órdenes.
Y es que nuestros políticos, casi como regla imperativa, cual escribiera el humorista Alfredo Lamont, son “individuos que nos escuchan con la mayor atención, sin oír una palabra de lo que les decimos”. (Definiciones, ed. Océano, Esp., 1983). Por ello, su interés se cifra en lo que quiere su grupo y lo que personalmente les beneficia, olvidando que representan al pueblo y que deben cuidar del bien nacional. Como afirmaba Rius, la política a la mexicana, “es el arte de robar a la gente, y que esta siga aplaudiendo”. (Pequeño Rius Ilustrado, Grijalbo, 1978). Y por lo que ve a la prensa, es bueno saber que así como se le considera el cuarto poder por su influencia en los asuntos públicos esenciales, no debemos olvidar lo que aseveraba Malcolm X, (1925-1965) el defensor de los derechos afroamericanos: “Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido”.
Y así, remontando esta gradería de calamidades, arribamos al peldaño de la violencia, que como apuntamos, implica crímenes e inseguridad. No hay día en que no seamos sacudidos por notas estremecedoras por lo indignantes. Ante ataques en Teocaltiche, tiroteos en las cercanías de Lagos de Moreno o El Salto, por Tepatitlán y Mazamitla; fosas clandestinas en Tlajomulco, en el norte estatal, o el feraz sur y la bulliciosa costa, sin omitir el populoso centro jalisciense, el gobernador Alfaro atinó en decir que esos hechos eran por la vigilancia que se despliega: “Lo que hay es un trabajo de patrullaje…cuando tu no vigilas, cuando dejas que los delincuentes caminen libremente por las calles, pues no hay enfrentamiento.” (Mural, 19 junio 2022).
Y así se vinieron acaeciendo trágicos sucesos, en Jalisco, en Michoacán, en Guanajuato, Tamaulipas, Sinaloa y Colima; en el sureste, el norte, el centro, etc., de nuestra república. El Universal del martes 21, publicó en primera plana: “La extorsión, delito imparable. Alcanza niveles récord”. El mismo día leemos en El Sol de México: “Aumentan en mayo los homicidios dolosos”.
A la postre, se difundió el terrible asesinato de dos jesuitas y un civil en la población de Cerocahui, municipio de Urique (Chihuahua). El aciago hecho ocurrió al mediodía del lunes 20 de junio, dentro del templo en que ejercía los religiosos. Las victimas fueron un guía de turistas de esa comunidad, (Pedro E. Palma) y dos sacerdotes de la compañía de Jesús, (Joaquín Mora y Javier Campos) de edad avanzada ambos (alrededor de 80 años) y con plausible reconocimiento comunitario, pues su vida y obra por décadas, siempre fue a favor de esa población, cuyo común denominador es la pobreza. El presunto responsable de esa atrocidad, es apodado El Chueco, reputado como cabecilla de una cuadrilla de criminales de la sierra tarahumara, (Los Salazar) que a la vez tiene conexiones con carteles de la mafia con sede en Sinaloa.
El provincial de los jesuitas en el país, Luis Gerardo Moro Madrid, con motivo de esa barbarie, expresó: “México vive una violencia criminal lacerante” (El Universal, 22 junio 2022). Y claro, demandaron justicia, junto al esclarecimiento del feroz acontecimiento. La gobernadora chihuahuense (Maru Campos) opinó que los sacerdotes fueron víctimas circunstanciales. Lo cierto es que inmediatamente el ejecutivo federal ordenó una indagatoria a fondo, apoyando a la autoridad de Chihuahua, (pues el homicidio es competencia del fuero común, o sea, del Estado) con elementos del ejército y la guardia nacional, que se sumaron a los de seguridad pública estatal. Los cuerpos, que habían sido sustraídos por los homicidas, fueron encontrados rápidamente y al fiero “Chueco” se le persigue denodadamente.
Con cuánta razón, al ver que México está al rojo vivo, exclamó el destacado analista Jorge Zepeda Patterson: “El infame asesinato de dos jesuitas misioneros en la sierra Tarahumara, de manera gratuita y salvaje, ha indignado a la opinión pública con sobrada razón. Una cuenta más de un largo rosario de incidentes que muestra que la población en amplios territorios se encuentra indefensa…”. (Milenio, 23-06-2022).
El Sumo Pontífice Francisco, jerarca del catolicismo mundial, es jesuita, por lo que muy particularmente se sintió lastimado, y emitió una reflexión: “Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México anteayer de dos religiosos jesuitas y de un laico. ¡Cuántos asesinatos en México! La violencia no resuelve los problemas, sino que sólo aumenta los sufrimientos innecesarios.”
Ante tal enunciado, López Obrador contestó: “Estamos totalmente de acuerdo, porque hay todavía quienes piensan que la violencia hay que enfrentarla con violencia, el mal con el mal.” En consecuencia, en primer lugar, se deben abatir las causas de la violencia; ¿Cómo?, logrando que haya trabajo para todos, que tengan oportunidades los jóvenes para el estudio, que se combata la pobreza. Y lo segundo, que es importantísimo, lograr cero corrupciones y cero impunidades, lo cual incluye, agregamos nosotros, una lucha sin cuartel, pero ajustada a la ley y con el soporte de la sociedad, contra la delincuencia organizada. Solo así, estamos seguros, se le podrá someter.
JALISCO
¿Quién responde por el SIAPA?

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) está en el ojo del huracán. La Comisión de Hacienda del Congreso de Jalisco, presidida por la diputada Gabriela Cárdenas, aprobó un aumento del 9.65% a la tarifa del agua, una decisión que ha encendido las alarmas en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
¿Cómo justificar un incremento cuando se desconoce la realidad de las finanzas del SIAPA? ¿De qué tamaño es la cartera vencida? Hay versiones de que esta llega a los 11 mil millones de pesos. Ha trascendido que 7 mil millones de ese monto han prescrito o están por prescribir. ¿Cómo se pretende cubrir su pasivo?
La ciudadanía merece respuestas claras. El SIAPA, creado hace más de cuatro décadas para servir a los ayuntamientos metropolitanos, atraviesa su peor crisis: un servicio deficiente, agua de pésima calidad y una gestión administrativa desastrosa.
Reportes periodísticos revelan que el organismo apenas recauda el 66.91% de lo facturado, lo que evidencia una ineficiencia estructural en la cobranza y sugiere privilegios indebidos en cuentas de empresas o instituciones, como ha denunciado el Observatorio Ciudadano de la Gestión Integral del Agua.
Ante este panorama, llama la atención la postura de los alcaldes metropolitanos. Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan, ha sido el único en alzar la voz contra este aumento, calificándolo de injustificado.
Pero, ¿dónde está Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara? Su silencio es ensordecedor. ¿Por qué un tema que afecta a millones de tapatíos no figura en su agenda? ¿Y qué hay del compromiso de rendición de cuentas prometido por el gobernador Pablo Lemus? La opacidad del SIAPA, ¿es un preludio de lo que vendrá con la desaparición del Instituto de Transparencia (ITEI)?
Un aumento sin fundamento
El incremento tarifario del 9.65% carece de sustento, sin un diagnóstico claro de la situación financiera y administrativa del SIAPA. La ciudadanía desconoce cómo se manejan los recursos de un organismo que, según trascendidos, está al borde de la bancarrota técnica.
Antes de avalar cualquier aumento, los alcaldes metropolitanos y los legisladores deberían exigir una auditoría exhaustiva que revele el grado de ineficiencia, identifique posibles irregularidades y proponga soluciones de fondo.
El servicio del SIAPA es un agravio cotidiano para miles de familias. En colonias del sur y oriente de Guadalajara, el suministro es intermitente o inexistente, y las quejas por agua turbia, de mal olor o color “tamarindo” son constantes, como han señalado regidores de oposición y ciudadanos indignados. ¿Es aceptable cargar a los usuarios con un aumento cuando el organismo no garantiza un servicio digno?
Exigencia de transparencia y un plan de rescate
El director del SIAPA, Antonio Juárez, debe comparecer ante el Congreso del Estado y presentar un diagnóstico integral que detalle el estado real del organismo, incluyendo los números reales que reflejen la situación financiera y administrativa en que se encuentra.
No basta con promesas vagas: se necesita un plan de rescate y reingeniería con metas claras, indicadores de desempeño y estrategias de corto, mediano y largo plazo. Este plan debe priorizar la optimización administrativa, la mejora del servicio en zonas marginadas y una cobranza eficiente que no castigue a los usuarios cumplidos.
El dictamen de la Comisión de Hacienda propone medidas como brigadas territoriales, programas de captación de agua pluvial y campañas de concientización. Son pasos en la dirección correcta, pero insuficientes si no se acompañan de una reestructuración profunda. La ciudadanía debe ser parte de la solución, pero también debe exigir que los recursos se inviertan en infraestructura y calidad del servicio, no en paliativos que encubran la ineficiencia.
Juegos políticos y traición a la confianza ciudadana
La aprobación del aumento, respaldada por la bancada mayoritaria (Movimiento Ciudadano, Hagamos, Partido Verde y PAN), contrasta con la oposición de Morena, PRI, Futuro y un diputado sin partido. Esta decisión huele más a intereses políticos que a un compromiso con los 5 millones de habitantes de la ZMG que dependen del SIAPA.
Recordemos que propuestas previas, como la de Morena en el Ayuntamiento de Guadalajara para frenar incrementos tarifarios, han sido ignoradas, evidenciando una falta de voluntad para enfrentar la crisis hídrica de manera integral.
La ciudadanía organizada tiene un papel crucial. Debe exigir rendición de cuentas y presionar a los legisladores para que no aprueben incrementos hasta que el SIAPA demuestre mejoras concretas. Antes de cargar el costo a los usuarios, es imperativo abatir la cartera vencida, sancionar la corrupción y garantizar que cada peso se traduzca en agua limpia y accesible para todos.
Aprobar un aumento en estas condiciones es fallarle a los ciudadanos que confiaron su voto a quienes prometieron proteger sus intereses. El SIAPA no puede seguir siendo un símbolo de opacidad e ineficiencia. Es hora de que los responsables, desde los alcaldes hasta los legisladores, asuman su deber y rescaten a este organismo vital para Jalisco.
El agua no es un lujo: es un derecho.
MUNDO
Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?
La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.
La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?
Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.
La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.
En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.
Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.
La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.
El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.
Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.
Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como
@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.
La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.
Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.
NACIONALES
Alfonso Romo y las acusaciones del Departamento del Tesoro

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
En medio de la polarización política que atraviesa México y la creciente tensión en las relaciones con Estados Unidos, las acusaciones del Departamento del Tesoro de ese país contra tres instituciones financieras mexicanas —Vector Casa de Bolsa, CIBanco e Intercam— por presunto lavado de dinero vinculado a cárteles del narcotráfico deben tomarse con cautela.
Estas acusaciones, que han generado un fuerte impacto en la opinión pública, señalan particularmente a Vector Casa de Bolsa, asociada al empresario regiomontano Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de la Presidencia durante la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Las acusaciones y su trasfondo político
El Departamento del Tesoro, a través de su Unidad de Inteligencia Financiera (FinCEN), acusa a Vector de facilitar operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo entre 2013 y 2021. Según las autoridades estadounidenses, una «mula financiera» habría lavado 2 millones de dólares para el Cártel de Sinaloa, y se habrían realizado pagos por más de 1 millón de dólares a empresas chinas proveedoras de precursores químicos para la producción de fentanilo entre 2018 y 2023.
Por su parte, CIBanco e Intercam son señalados por supuestos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), incluyendo reuniones entre ejecutivos de Intercam y presuntos miembros de esta organización criminal.
Sin embargo, las acusaciones carecen de claridad y evidencia pública contundente, lo que sugiere un trasfondo político. Alfonso Romo, quien fungió como enlace entre el gobierno de AMLO y el sector empresarial, abandonó la administración en 2020 debido a diferencias ideológicas.
Este contexto alimenta la percepción de que las acusaciones podrían estar motivadas por intereses políticos, especialmente en el marco de la política antidrogas de la administración de Donald Trump, que ha clasificado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
La respuesta del gobierno mexicano
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reaccionó con prontitud, exigiendo al Departamento del Tesoro pruebas concretas de las acusaciones. Hasta el momento de redacción de este artículo, no se ha hecho pública ninguna evidencia sólida.
La SHCP argumenta que las transacciones señaladas forman parte del comercio bilateral con China, que asciende a 139 mil millones de dólares anuales, y que las irregularidades detectadas son de carácter administrativo, no delictivo.
Por su parte, Vector Casa de Bolsa ha negado categóricamente las acusaciones, destacando sus 50 años de trayectoria y su cumplimiento con los estándares normativos. La institución asegura que las operaciones cuestionadas son legítimas y están respaldadas por el Instituto para el Depósito de Valores (Indeval). Cabe destacar que Alfonso Romo no ha sido imputado directamente, pero su cercanía con AMLO amplifica el impacto político de estas acusaciones.
Politización y presión internacional
No es la primera vez que el gobierno mexicano enfrenta señalamientos de este tipo. En el pasado, la DEA ha insinuado vínculos entre narcotraficantes y la campaña presidencial de AMLO en 2006, acusaciones que nunca prosperaron por falta de pruebas. En el contexto actual, la narrativa de la administración Trump parece buscar presionar al sistema financiero mexicano para que asuma mayores responsabilidades en la lucha contra el lavado de dinero.
Esta estrategia se ve reforzada por la percepción en algunos sectores de México de que Trump representa una alternativa frente a la hegemonía de Morena, en un escenario donde la oposición carece de peso político significativo.
Implicaciones y desafíos
El caso pone de manifiesto los desafíos del sistema financiero mexicano para blindarse contra el lavado de dinero. La sociedad civil demanda mayor transparencia y colaboración internacional para investigar posibles nexos entre políticos, empresarios y el crimen organizado, siguiendo la pista del dinero.
Sin embargo, para desentrañar esta compleja red, es indispensable que tanto el gobierno estadounidense como el mexicano actúen con claridad. La FinCEN debe presentar pruebas sólidas, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) deben realizar investigaciones exhaustivas para esclarecer los señalamientos.
Conclusión
Las acusaciones contra Vector, CIBanco e Intercam, y la mención de Alfonso Romo, han avivado el debate público en un entorno de polarización y tensiones diplomáticas. Sin pruebas concretas, estas acusaciones corren el riesgo de percibirse como un instrumento político más que como un esfuerzo genuino por combatir el crimen organizado.
México y Estados Unidos enfrentan el reto conjunto de fortalecer la cooperación en materia de inteligencia financiera, pero esta debe basarse en hechos verificables y no en especulaciones que alimenten la desconfianza. Mientras no se presenten pruebas contundentes, el caso seguirá siendo un capítulo más en los complejos juegos del poder.
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