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CULTURA

México, semillero de futbolistas desaprovechados por los clubes

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Futbol, por Esteban Trelles Meza

El proceso formativo del jugador en el futbol mexicano es de calidad con la metodología adecuada físico-atlética, así como la técnica táctica que marcan los tiempos actuales de una actividad más que competitiva de máximas exigencias, donde se desperdician infinidad de jóvenes con tamaños y condiciones.

Los logros internacionales de categorías menores son una muestra clara del potencial y cualidades de los jóvenes que aseveran nuestra apreciación en trabajo de fuerzas básicas con los entrenadores adecuados que tienen la facultad de dotar al joven de las herramientas necesarias no solamente para concursar en diversos campeonatos sino sobresalir en los mismos.

Tampoco son producto de la casualidad los dos títulos mundiales en la categoría sub-17 y un subcampeonato, todo esto indica que se está en el rumbo como país formador de jugadores, a ello agregamos las olimpiadas de oro y bronce con menores de 23 años de edad con cuatro refuerzos de edad libre por equipo en dicha competencia.

Todo este trabajo con los llamados “canteranos”, se viene abajo puesto que en el profesionalismo la inmensa mayoría de técnicos no dan oportunidades al ser timoratos e indiferentes, prefirieren no arriesgar su puesto, al debutar a noveles que mejor deciden cómodamente a sus directivas comprar jugadores hechos de refuerzos, incluyendo algunos veteranos prácticamente en el retiro de entre 35 y 40 años de edad que como se diría coloquialmente, “son cartuchos quemados”.

El mejor equipo de la historia de todos los tiempos en este país lo fue sin discusión las “Chivas” de Guadalajara con 8 campeonatos de liga anuales, donde conjuntaron un equipo que no propiamente sus jugadores surgieron de sus fuerzas básicas, sino de equipos de sindicatos y clubes amateur:

El SUTAJ del Sindicato adherido a la CTM de la empresa de la Alianza de Camioneros con Clodomiro Martínez, hombre visionario, líder empresarial quien llegó a ser también presidente del Club Deportivo Guadalajara, que con los camioneros fue líder de ellos prácticamente hasta su fallecimiento, que entre paréntesis su hijo Aurelio, futbolista de Guadalajara y de la UdG, no le interesó su legado patrimonial de autobuses urbanos, ya que al ser ingeniero decidió crear su constructora y negocios diversos, donde al parecer se decía tener cientos de autobuses con toda la infraestructura de mantenimiento en talleres propios de la organización mencionada.

Jugadores referentes surgidos del SUTAJ fueron : Salvador “Chava” Reyes, Crescencio “Mellone” Gutiérrez, Guillermo “Tigre” Sepúlveda, Jesús del Muro (Atlas) y Esteban Trelles (Puebla), este último de paso muy breve en el futbol profesional quien fue seleccionado centroamericano y del caribe en 1950, retirándose muy joven (21 años); del Club Imperio de la Fábrica Textil surgieron : Pedro “Chato” Nuño, Ángel “Chato” Vázquez, Miguel “Chilaquil” López (guardamenta), Raúl “Pina” Arellano y el 8 veces campeón José “Jamaicón” Villegas, (lamentablemente la mayoría fallecidos); del barrio de Mexicaltzingo del GAF: Jesús “Chuco” Ponce, Sabas Ponce Labastida, ambos hermanos, Tomás Balcázar González y Javier Valle, Arturo “Cura” Chaires (D.O.S.), Jaime “Tubo” Gómez (Colima), Isidoro “Chololo” Díaz (Acatlán, Jalisco), como dato fue alcalde de ese municipio, entre otros.

Las potencias sudamericanas Brasil, Argentina y Uruguay y otros países en el mundo hacen debutar a sus jugadores menores de 20 años de edad en primera división, donde en este país se truncan las carreras juveniles que los tienen vegetando en sus filiales caso concreto “El Tapatío”, en la Liga de Expansión lo que antes fue División de Ascenso y Segunda División, que los tienen estancados y varios de ellos sobrepasan los 23 años de edad y prácticamente todos los equipos tienen filiales.

Haciendo un comparativo muy claro en lo académico con los jóvenes estudiosos con calificaciones de excelencia en secundaria y bachillerato donde no hacen Licenciatura por tanto no se gradúan, lo mismo sucede en el futbol que en fuerzas básica “La rompen” al ser campeones regionales, nacionales e internacionales, que no todos llegan al profesionalismo, es por ello que los procesos formativos van de la mano de sus entrenadores que no debutan en primera división , que cuando lo hacen después de los 20 años de edad no se consolidan puesto que las oportunidades son pocas y peor aún si no se muestran hasta los despiden, no tienen paciencia como si la tienen con los bultos extranjeros que vienen a este país.

Recordamos al guardameta Jaime Julio Aguilar que debutó a los 16 años de edad con el Atlético Español al convertirse en la sensación en la temporada 73 – 74, pero así como apareció, desapareció.

Alberto Ordaz, mediocampista 16 años de edad debutó con América y jugó seis temporadas con José Antonio Roca.

Juan Ignacio Basaguren en contrapartida debutó a los 24 años de edad con el Atlante, fue mundialista (70), después fue entrenador con la misma mentalidad, que lo manejaron que sus propias palabras con los noveles “yo debuté a los 24 años a ustedes les falta experiencia”, refiriéndose a los jóvenes en reservas, para terminar de comentarista en Televisa.

Recordamos el torneo Nuevos Valores que se efectuó en 1978, para ser campeones los “Leones Negros” de la UdG con varios novatos, alterno al campeonato de Liga con Gustavo “El Halcón” Peña como entrenador.

Lo inaudito sucedió para Ripley la FEMEXFUT establece la Regla 20/11 (20 años de edad con 11 meses) en el año 2005 que obligaban a los equipos a debutar a jugadores de la edad referida sancionándolos a quienes la incumplieran, que fueron tres: Jaguares de Chiapas, Club San Luis y Querétaro FC. el colmo de la negación de equipos mediocres.

Antiguamente el campeonato nacional de Reservas competían previo al encuentro de primera división el mismo día, surgiendo jugadores de buen nivel, incluso algunos viajaban juntos en autobús por carretera y llegaban al mismo hotel de concentración, en esa categoría jugaban indistintamente titulares en las dos categorías, poco después las reservas jugaban posterior a la primera división que prácticamente nadie los veía, convirtiéndose en una decisión desacertada.

En los tiempos actuales desaparecen las categorías de infantiles, juveniles, reservas, por las edades (siempre fue así), sub16, sub17, sun18, sub19 etc., que compiten nacionalmente, donde destacan los cuatro llamados grandes (Chivas, América, Cruz Azul, UNAM), acompañados por el Atlas y Pachuca que entre ellos definen los campeonatos con los llamados “canteranos” de sus clubes respectivos.

En síntesis el jugador mexicano tiene la habilidad, picardía, destreza y talento para competir, lo único que le falta es la mentalidad ganadora y la ambición desmedida de ser los mejores siempre.

Email: etrememodelos@hotmail.com

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CULTURA

Obra de Ernesto Ríos: «Códigos», lo que hay detrás de lo que vemos

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-Por Gabriela Andrade

Desde el 3 de julio de 2025, el Centro de las Artes de San Luis Potosí alberga una muestra que no solo reúne obra visual, sino también pensamiento crítico, investigación y sensibilidad poética. Se trata de “CÓDIGOS”, exposición individual del artista, investigador y académico Ernesto Ríos, que se presenta en la Galería Central del CEART con entrada libre y una duración extendida durante el verano.

La exhibición ha sido curada por Gabriela Gorab, quien propone una lectura del trabajo de Ríos como un acto de desciframiento de los lenguajes invisibles que componen el mundo: desde algoritmos hasta estructuras celulares, pasando por patrones ancestrales y símbolos tecnológicos. En palabras de Gorab, esta obra se entreteje con el latido profundo de lo que no vemos, un lenguaje encriptado en la biología, el arte y la conciencia.

UN ARTE QUE PIENSA, RESPIRA Y CALCULA

La exposición toma como punto de partida el cruce entre arte, ciencia y espiritualidad. Cada obra puede entenderse como una suerte de “interface” visual entre lo humano y lo inmaterial. Ernesto Ríos investiga desde hace años la naturaleza del patrón, tanto en lo visual como en lo conceptual. En “CÓDIGOS”, esto se manifiesta en una serie de pinturas monocromáticas que integran formas geométricas, estructuras fractales, matrices numéricas y efectos ópticos.

Estas imágenes no están hechas solo para ser contempladas, sino para ser interpretadas. Sus secuencias recuerdan lo que podríamos encontrar en un microscopio o en un telescopio: células en mutación, tejidos en movimiento, constelaciones, redes neuronales. Sin embargo, nada es literal. Ríos sugiere más que describe. Como él mismo ha expresado en otras ocasiones, su obra busca que el espectador complete el sentido, como si el arte fuera una suerte de código que necesita ser traducido desde la intuición.

CERÁMICA COMO ALQUIMIA

Además de su producción pictórica, “CÓDIGOS” incorpora una serie de esculturas cerámicas realizadas con la técnica del raku, una práctica japonesa que implica la cocción a alta temperatura, la quema con fuego abierto y el enfriamiento abrupto. Este proceso, controlado solo parcialmente por el artista, permite resultados inesperados: craquelados, texturas quemadas, tonalidades metálicas, superficies carbonizadas.

El resultado es un conjunto de piezas que, aunque nacen del fuego, parecen emerger de tiempos arcaicos, como si fueran vestigios de una civilización futura o mensajes enviados desde una dimensión paralela. Según Ríos, esta técnica le permite introducir el azar en su proceso creativo, estableciendo una conversación directa con los elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Trabajar con raku es aceptar que no todo está en mis manos”, comentó el artista en una entrevista previa. “Es un diálogo con la materia”.

RESONANCIAS DE PANDEMIA Y TRANSFORMACIÓN

Una de las obras más significativas de la exposición es “Skull SARS‑CoV‑2”, una pieza que retoma la forma de un cráneo humano para integrarle el código genético del virus del COVID-19. No se trata de una representación mórbida, sino de una reflexión sobre cómo la biología, la ciencia y la historia se entrelazan. Para Ríos, la pandemia fue un momento que nos obligó a mirar los sistemas que sostienen la vida y también a repensar el lenguaje del miedo, de la resistencia y de la adaptación.

“La obra no busca retratar una amenaza, sino señalar un proceso de reconfiguración”, explicó. “El virus fue también un catalizador para reentender la vulnerabilidad humana y la interconexión del planeta. Lo que parece desorden puede ser parte de un nuevo equilibrio”.

UNA CURADURÍA DE ESCUCHA PROFUNDA

Gabriela Gorab, curadora de la exposición, ha enfatizado que “CÓDIGOS” no se limita a una exhibición estética. “Es una experiencia sensorial, filosófica y espiritual. Las obras de Ernesto están hechas con los ojos abiertos, pero también con los poros, con la memoria, con el cuerpo”, ha declarado. La muestra, en ese sentido, propone que cada visitante realice su propia lectura, encontrando en las formas abstractas una resonancia íntima, un eco de algo que quizás aún no sabe nombrar.

Para Gorab, el trabajo de Ríos crea una coreografía visual en la que todo está relacionado: la geometría con la biología, el sonido con la vibración, el pasado con el porvenir. “Este arte no nos dice qué pensar, pero sí nos invita a pensar distinto”, expresó.

TRAYECTORIA SÓLIDA, MIRADA INQUIETA

Ernesto Ríos nació en Cuernavaca, Morelos, y es doctor en Artes Visuales por el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia. Su obra ha sido expuesta en México, Argentina, Australia, Alemania, Chile y otros países, en más de 70 exposiciones colectivas y 29 individuales. Fue el primer artista latinoamericano en ganar el Premio Siemens-RMIT de Artes Visuales en 2010.

Actualmente, combina su práctica artística con la docencia y la investigación como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde impulsa proyectos de arte contemporáneo con un enfoque transdisciplinario.

EL ARTE COMO CÓDIGO VIVO

“CÓDIGOS” es, al mismo tiempo, una exposición sobre el presente, una mirada hacia el futuro y una evocación de los saberes antiguos. Nos recuerda que todo lo que vemos —y lo que no— responde a estructuras, algoritmos, vibraciones. Nos propone que el arte puede ser también una herramienta de investigación, una vía para abrir portales y formular nuevas preguntas.

Disponible durante varias semanas en el CEART de San Luis Potosí, esta muestra no solo merece ser visitada: merece ser leída, descifrada y sentida.

 

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CULTURA

Entre libros y lectores: ¿Negocio o fomento a la lectura?

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-Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias

Finalizó el magno remate de libros en Guadalajara en su cuarta edición. En ella participaron editoriales independientes, nacionales, librerías de viejo e iniciativas como cita a ciegas con un libro.

El espíritu el evento es fomentar la lectura y la cultura en los tapatíos, para otros sectores, la verdadera finalidad es ayudar a las editoriales a deshacerse de su inventario viejo, también conocido como inventario envejecido, inventario muerto o inventario obsoleto, es decir, libros que han permanecido sin venderse durante un periodo prolongado, ocupando espacio en los almacenes y sin retribuir los costos de producción utilizados.

El evento es organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales participantes, con el fin de ofrecer a los asistentes libros con descuentos desde el 40% hasta el 70%, se podían encontrar libros desde 20 pesos. Estos descuentos pueden ser percibidos como una forma de animar al público a acercarse a la lectura y la cultura.

Pero para un sector más crítico de escritores, editoriales locales y público asiduo a comprar libros en físico, el evento tiene un fin comercial con un pretexto cultural, ya que las librerías grandes o establecidas, en esta cuarta edición Penguin y Gonvill, no ponen en descuento lo más nuevo o vendido de su catálogo, simplemente asisten con su stock regular buscando generar ventas o poniendo en descuento aquellos títulos que no han logrado vender y necesitan desalojar de sus almacenes para hacer espacio a nuevos embarque.

En sus redes sociales, algunos asistentes criticaron la falta de títulos actuales, señalaron que, en su mayoría, se trataba de libros de autoayuda, manuales de cocina, segundas o terceras partes de sagas no reconocidas o títulos de literatura clásica. Por lo que su experiencia no fue muy satisfactoria, aun así, los que se dedicaron a buscar y rebuscar en los montones de libros encontraron algún libro de su agrado.

Vendedores y consumidores tienen razón, sus posturas son válidas y no son incompatibles. La industria editorial es un negocio, cuya finalidad es producir ganancias, como cualquier otra industria. Por ello busca estrategias que acerquen al público a sus productos. El debate se da por el tipo de producto que manejan, libros. La asociación entre libros y cultura es natural, y al ser un bien intangible, de dominio público y un derecho de cualquier ser humano, el relacionarlo con el ámbito comercial genera escozor en los sectores más puristas, tradicionales o idealistas.

No es una crítica a estos grupos, la cultura es fundamental en el desarrollo del individuo y aspirar al desarrollo de ella debe ser un objetivo de cualquier sociedad y son estos mismos grupos los que suelen mantener viva escena cultural del estado. Pero cultura e industria no deberían percibirse como antagónicos, sino complementarios. Ambos tienen un fin en común, acercar a las personas a los libros.

Se puede objetar que a las editoriales no les interesa el tipo de libro, el uso que se le dé o si son leídos o no; simplemente quieren vender la mayor cantidad de ejemplares posible. Las editoriales o librerías no tienen la función de fomentar el gusto por la lectura, su función es ofrecer los productos que el público demanda; leerlos o no es decisión del comprador.

Entonces, ¿para qué sirve un libro que no es leído? Es ahí donde los sectores culturales, ajenos a los intereses comerciales, pueden colaborar, despertando el interés en la lectura, en el saber. Si alguien compra un auto, una máquina para ejercicio o cualquier otro producto y no lo utiliza, no se culpa al vendedor, sino al consumidor, incluso se podría argumentar que es su inversión y está en todo su derecho de hacer o no hacer con ella lo que quiera.

Según el módulo de análisis sobre la lectura en 2024, realizado por el INEGI, en México la población alfabetizada que practica la lectura es del 69.6%. Los libros siguen siendo lo más leído, con un 41.8% del material leído, que incluye también a periódicos, páginas de internet, revistas e historietas. No se aclara si se trata solo de libros físicos o si se incluyen las versiones digitales, pero sí se menciona que el acceso gratuito a materiales de lectura aumentó de 55.6 % en 2015 a 66.7 % en 2024.

Es decir, los lectores están recurriendo al material gratuito, una de las razones es el costo de adquirir un libro nuevo, en 2024 el salario mínimo en México fue de $248.93 por día, por lo que comprar un libro nuevo, en promedio, implica mínimo un día de trabajo para los trabajadores con salario mínimo.

Eventos como este, buscan promover la compra de libros en grupos que no tienen los recursos suficientes para adquirir un ejemplar de forma regular. El público al que busca llegar no es el que asiste de forma regular a las librerías o al FIL, donde los costos de los libros se incrementan tanto por la renta de espacios y la logista que implica armar un evento así, sino a aquellos que no cuentan con los recursos para adquirir de forma regular o en la cantidad que ellos quisieran.

Y es verdad que, al tratarse de un remate, los libros que se ofrecen no son los más demandados sino aquellos que no han logrado entrar en el gusto de los consumidores, pero eso no significa que carezcan de valor cultural o que no puedan ofrecer algo de interés.

Porque los libros son algo especial, en palabras de Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Es necesario promover y fomentar no solo su compra, labor de las editoriales y librerías, sino su lectura, ya sea de forma virtual o digital, es labor del gobierno, instituciones públicas y privadas, así como de las familias, no el formar un hábito sino un gusto, por lo que la escena cultural del estado y las editoriales y librerías deberían realizar esfuerzos conjuntos y no de forma asilada o incluso antagónica.

 

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CULTURA

Tlaquepaque celebra la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica

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-Por Raúl Cantú

En una vibrante ceremonia que reunió a artesanos de todo México, el Centro Cultural “El Refugio” fue el escenario de la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica, un evento que celebró la tradición, el talento y el arte popular.

Con un récord de 912 participantes, esta premiación destacó la importancia de la cerámica como patrimonio cultural y económico de México, consolidando a Tlaquepaque como la Villa Alfarera y un referente nacional.

La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez Segura, resaltó el valor ancestral de la cerámica, un arte de más de 4,000 años que fusiona tradición prehispánica y técnicas modernas. “En Tlaquepaque, como Pueblo Mágico y centro de la mexicanidad, asumimos la misión de preservar este oficio milenario”, afirmó.

Este año, la bolsa de premios creció un 50% hasta los 2.79 millones de pesos, entregando 36 galardones en categorías como cerámica tradicional, contemporánea, infantil y juvenil, además de reconocimientos por trayectoria.

En esta edición participaron artesanas, artesanos y ceramistas de diferentes estados de la República, como: Estado de México, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México, entre otros. 

Los premiados fueron los siguientes de acuerdo con cada una de las categorías que a continuación se mencionan:

GALARDÓN NACIONAL DE LA CERÁMICA TRADICIONAL

Martín Hernández Sánchez, originario del Estado de México, con la obra «Una Pequeña Gran Obra». 

 TALENTO INFANTIL

Primer lugar, Fabiana Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Muertito y Coleando”; segundo lugar, Abdiel Abdiel Valenzuela Ramos, originario de Coahuila, con la obra “Norteña” y tercer lugar a Erika Guadalupe Zacarías Pascual, originaria de Michoacán, con la obra “Mis Emociones.”

Mención Honorífica Fabrizio Torres Meneses, originario de Tlaxcala, con la obra “Mi Pulquero Tlaxiquero”.

TALENTO JUVENIL

 Primer lugar, Florencia Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Recipiente de los Sueños Imperecederos”; segundo lugar, Mane Aranza Delgado Fraire, originaria de Coahuila, con la obra “Juguemos” y tercer lugar, Darío Soteno Esquivel, originario del Estado de México, con la obra “Niños con las Máscaras”.

PREMIOS POR TRAYECTORIA

Premio Ángel Carranza: Gerónimo Ramos Flores, de Tonalá, Jalisco.

Premio Pantaleón Panduro: Saúl Camacho Rodríguez, del Estado de México. 

 CATEGORÍA: ALFARERÍA VIDRIADA SIN PLOMO 

Premio San Pedro Tlaquepaque: Cristian Rodrigo Sebastián Contreras, originario de Michoacán, con la obra «Juego de Té Purépecha».

Premio Jalisco: Antonio Martínez Reyes, originario de Michoacán, con la obra «Olla Punteada Primaveral». Premio Nacional: Marcelo Montoya Vázquez, originario del Estado de México, con la obra «Cazo Decorado». 

 CATEGORÍA: BRUÑIDO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Carolina Medina Santana, originaria de Michoacán, con la obra «Cántaro Matizado Bruñido». 

CATEGORÍA: VIDRIADO TRADICIONAL

Premio San Pedro Tlaquepaque: Antonia Cerano Gutiérrez, originaria de Michoacán, con la obra “Piña Flor Naciente”.

CATEGORÍA: POLICROMADO TRADICIONAL AL FRÍO

Premio San Pedro Tlaquepaque: Tomasa González Sánchez, originaria de Michoacán, con la obra “California en Llamas (Hollywood)”.

CATEGORÍA: TRADICIONAL ALISADO Y DECORADO EN ENGOBES*

Premio San Pedro Tlaquepaque: Yesenia Lorenzo Camilo, originaria de Guerrero, con la obra “Danza de Chinelos”. 

CATEGORÍA: FIGURA EN ARCILLA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Luis Timoteo Vicente Jacobo, originario de Michoacán, con la obra «Cantina el Diablito Feliz». Premio Jalisco: Guadalupe de la Cruz Torres, originaria de Michoacán, con la obra «Velatorio de Monjas Coronadas». Premio Nacional: Gerardo Tena Sandoval, originario de Chihuahua, con la obra «Cuidemos la Fauna».

 

CATEGORÍA: CERÁMICA EN MINIATURA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Rolando David Rodríguez Herrera, originario de Aguascalientes, con la obra «Días de Fiesta». Premio Jalisco. Carlos Ignacio Ávalos Ruiz, originario de Michoacán, con la obra «Los Trastecitos de mi Abuela». Premio Nacional. José Adolfo Soto Díaz, originario el Estado de México, con la obra «La Tlanchanita de Metepec».

CERÁMICA NAVIDEÑA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Elizabeth Castañeda Escobar, originaria de Veracruz, con la obra «Burrito Sabanero». Premio Jalisco: Miguel Ángel González Mesillas, originario del Estado de México, con la obra «Nacimiento». Premio Nacional. Blanca Jiménez Flores, originaria del Estado de México, con la obra «Buenos Días Jesús». 

CATEGORÍA: ESCULTURA EN CERÁMICA

Mención Honorífica: Carlos Vázquez Macías, originario de Jalisco, con la obra «Hijos de Maíz» y Manuel Alejandro Romo Razón, originario de Jalisco, con la obra «Gallito de Verano». Premio San Pedro Tlaquepaque: Marina Santana González, originaria de Jalisco, con la obra «Santanaceramica@gmail.com«. Premio Jalisco: Ángel Martín Álvarez Rivera, originario de la Ciudad de México, con la obra «Ello, Yo y Super Yo». Premio Nacional: José Miguel Quisberth León, originario de la Ciudad, con la obra «Imaginari». 

CATEGORÍA: CERÁMICA CONTEMPORÁNEA

Premio San Pedro Tlaquepaque: Emmanuel Abelardo Zavala Flores, originario de Veracruz, con la obra “Modernidad Efímera”. Premio Jalisco, Brian Gregorio Corres Hernández, originario de Oaxaca, con la obra “Polilla”. Premio Nacional. Constanza López Caparros Íñiguez, originaria de Veracruz, con la obra “Manglar”.  

CATEGORÍA: CERÁMICA TRADICIONAL

Premio Jalisco: Esperanza Felipe Mulato, originaria de Michoacán, con la obra «Fiesta de San Pedro y San Pablo». Premio Nacional. Alfredo Felipe Rivera, originario de Michoacán, con la obra “Alfarería”. 

En el evento estuvieron presentes el secretario de Cultura del Estado de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio en representación del gobernador Pablo Lemus Navarro y David Gallegos Soto, director general del Patronato Nacional de la Cerámica.

Para todos los interesados en adquirir alguna de las piezas concursantes, el Centro Cultural “El Refugio” cuenta con un espacio para la exposición y venta de las artesanías participantes, mismo que estará abierto al público hasta el 03 de agosto de 9:00 a 18:00 horas.

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