OPINIÓN
Misma génesis, caminos diferentes, de Monreal hasta «Alito»: La crudeza de nuestros políticos

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
La política es materia tan importante socialmente, que no es sano que solo los políticos se ocupen de ella, y todavía peor, que ellos exclusivamente sean quienes resuelvan su áspera problemática. Por ello llama poderosamente la atención la conducta que han observado recientemente dos mexicanos, que de la política han hecho su modus vivendi, y que nos dan lecciones de lo que debe ser y lo que no debería hacerse en cuestiones políticas. Ellos son Ricardo Monreal Ávila y Alejandro Moreno Cárdenas, «Alito».
Estos dos personajes han sido gobernadores de sus Entidades federativas de donde son oriundos: Zacatecas y Campeche, respectivamente. En su inicio político, ambos eran priistas, pero con el paso del tiempo y las peculiares circunstancias de cada uno, Monreal renunció al partido tricolor, en tanto que Alito persevera en el vetusto priismo. Los resultados en cada caso como ejecutivos de sus Estados, han sido distintos: Rircado Monreal es más o menos recordado entre la mayoría de sus coterráneos, en tanto que Alito es motivo de todo tipo de críticas, desde narcisista y patán, hasta rapaz.
En la actualidad, Ricardo Monreal es senador morenista y líder de la Cámara Alta, mientras que el campechano es guía del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, y diputado federal. Ambos habían expuesto que anhelaban, y se estaban preparando a fin de ser candidatos presidenciales para el año 2024.
Tras los comicios del 6 de junio de 2021, a los dos se les señaló como causantes de las derrotas sufridas por sus respectivos partidos: a Monreal, sin mas pruebas que algunas conjeturas, se le endilgó la pérdida de varias alcaldías en la Ciudad de México, sobresaliendo Cuauhtémoc, donde había sido Alcalde, y la opositora que triunfó (Sandra Cuevas) considerada su discípula.
Al malmirado Alito, ni cómo defenderlo de la debacle electoral que registró, pues de las gubernaturas jugadas (8), todas las perdió, restándole en ese entonces a su Instituto, cuatro. A la fecha ya malogró otras dos (Oaxaca e Hidalgo) y se tiene la creencia de que al paso que va, el año próximo caerán las restantes: Estado de México y Coahuila.
Ante ese panorama, la semana anterior cada uno de estos políticos, fueron centro de la atención del país entero. El senador Monreal, porque su declarada pretensión de ser abanderado presidencial de su partido (MORENA) se vio muy desmejorada, luego de una especie de mitin guinda en la ciudad de Toluca, que, bajo la convocatoria de información y unidad, realmente fue una especie de arranque de precampaña para los aspirantes a la soñada dicha candidatura.
Por su parte, Alito, el mediocre diputado pero muy cuestionado dirigente priista, con motivo del sonado fracaso que sufrió su partido en los comicios recientes del 5 de junio, y la actitud absurda de sumarse a una “moratoria constitucional”, consistente en no aprobar “cualquier iniciativa de reforma, adición o modificación a la Constitución”, en unión a sus coaligados (PAN y PRD) de la vapuleada y antinatural alianza “Va por México”, fue conminado por sus antecesores y correligionarios, a dimitir como presidente del CEN priista, con el objetivo de reestructurar y fortalecer a su organismo. Los medios de comunicación se encargaron de difundir ambos hechos (las declaraciones de RM y el reclamo de los exjefes tricolores a Alito), con encabezados y frases que ilustran elocuentemente la posición y modo de ser de cada uno de estos dos servidores públicos.
El jefe de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Senado, en tan solo el martes 14, dio mas de diez conferencias (según él mismo testimonió) aclarando el porque no asistió el domingo doce a Toluca, tanto al desayuno de los jerarcas morenistas, como al mitin a las once de la mañana, donde se placeó a los tres principales aspirantes presidenciales (Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto López). Sobre el tentempié (que fue de 7 a 9 a.m.) manifestó que no fue invitado, y asegura que eso de debió a que en tal convite se comentó el camino a seguir para elegir candidatos, tanto a la gubernatura del Estado de México (a disputarse en 2023) como a la presidencia de la república, que estará en juego en 2024.
Un punto trascendente de esa reunión, es que se acordó realizar las postulaciones correspondientes, mediante el método de las encuestas. Ricardo Monreal al respecto fue tajante: en eso yo no estoy de acuerdo, porque he sido víctima de ellas y, según su óptica, las que instrumenta MORENA no son claras ni convincentes.
A los cargos que se le imputan de haber traicionado durante la elección de 2021 al partido guinda, responde que él no fue encargado ni de seleccionar candidatos ni de implementar campañas; que a él ni siquiera se le invitó a ningún acto político-electoral. En consecuencia, los responsables son el partido y los mandamases morenistas de la ciudad de México. Así pues, como Pilato, RM se lava las manos, pero ahonda cada día las diferencias con su partido.
Por lo que hace a su papel ante el presidente del país, asegura que jamás se confrontará con él; que ambos fundaron MORENA, que este organismo surgió para combatir las atávicas formas de hacer política del priismo, y que él solo es congruente con su modo de pensar. Por lo que, si no es uniforme a lo que piense el primer mandatario o los dirigentes partidistas, eso es lo más normal en todo partido. Ante tal idea, reitera que seguirá su lucha por ser candidato presidencial dentro de su partido, en donde ha estado desde su nacimiento y en la lid que por democratizar a la nación sostiene desde hace mas de 25 años.
Monral enfatiza que él es feliz en su trabajo, que es muy creyente y a diario agradece a Dios todo lo que ha recibido, por lo que no respira rencores ni odios, y respeta a sus correligionarios tanto como a sus pares de otros institutos. En pocas palabras, aun cuando sea discordante con los meros, meros, de su partido, él no se pelea ni se sale, perseverando en su idea de ser candidato, por lo que prefiere “llevar la fiesta en paz.” Maliciosamente, Monreal sembró semilla de discordia, al indicar que el domingo en Toluca, MORENA violó la ley, señalamiento al que se asirán muchos oposicionistas, siempre prestos a ver “moros con tranchete”.
El asunto de Alito es peripatético. Sus compañeros de partido, los periodistas y medios de comunicación nos dan cabal cuenta de su grotesco modo de ser. Hace un año, al integrar las candidaturas para diputados federales, al flamante presidente del CEN priista, Lorena Beaurregard, quien encabeza la Fundación Colosio, filial tabasqueña, dijo que los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional “actuaron como pandilleros, como vándalos”.(Cuestione, Verónica Martínez, 14-II-021).
Y debido a los estrepitosos fiascos electorales del año pasado y del presente, dice el Reforma del día 15 de junio, que, para evitar un quebranto mayor, “Exigen expresidentes renuncia de Alito”, eso en la junta que sostuvieron un día antes, con dicho presidente del CEN. Sin embargo, después de ese reclamo, informa El Universal del mismo día: “Pese a reproches, Alito se queda”, pues como afirma el diario Milenio de igual fecha: “Alito bateó a los once exlíderes del PRI que le exigieron renunciar.”
Con ese “No me voy”, se dice que el sentir de los ex jefazos tricolores fue de que Alito “se queda solo” (La Jornada, 15-VI-022). Así pues, acudiendo a los estatutos del partido, alegando que “fuimos electos para un periodo de cuatro años”, Alito se aferró a la presidencia (El Sol de México, íd., íd.). En tal tesitura, a pesar de la situación “compleja y crítica” del partido, el trivial Moreno Cárdenas “Mantiene la dirigencia” hasta agosto del año que entra. (Dulce Ma. Riancho en diario 24 Horas, 15 junio/022, La Razón y El Heraldo de México). Los exlíderes nacionales, empero, aclararon que “ellos cierran filas con el PRI, no con Alito” (Excelsior, 15-06-022).
¿Qué fue lo que lograron tras ese cónclave los caudillos priístas? Nos lo dice la prensa: que Alito abandone su ensueño de ser candidato presidencial, y asuma el compromiso de reorganizar el CEN y los comités estatales en general. El inefable todavía faro del priismo, listillo que es, había concentrado en espacio contiguo a donde fue la deliberación, a sus incondicionales; allí no quisieron comparecer sus predecesores exigentes, que según Ricardo Raphael “lo ven como apestado”; en su defecto los seguidores de Alito, luego que este se autoalabó, como es de esperarse, lo aplaudieron y ensalzaron, olvidando el principio de que “alabanza en labio propio es vituperio”. Y como escribe Carlos Puig: “Por eso, todo indica, ahí seguirá, si es que alguna fiscalía no lo entamba” (Milenio, 16-VI-022).
Sin embargo, una cosa si es cierta: “El PRI hoy está en ruinas, aunque Alito Moreno diga lo contrario” (Guadalupe Loaeza en Reforma, 16-VI-022). Así pues, nos comenta Jorge Zepeda Paterson (Milenio, 16- VI-22) que, en vez de nueva sangre para el PRI, este liderazgo, “resultó ser una involución y a la postre un clavo en su ataúd.” Hasta el paladín morenista, Mario Delgado, echó su cuarto a espadas y cuajado de sarcasmo twitteó: “Alito Moreno debe seguir. Ha ayudado mucho al crecimiento de nuestro movimiento, en ese gran dúo dinámico que ha formado con Marko Cortés…”
Viendo como han actuado Monreal y Alito, en representación de los políticos mexicanos, entendemos el acierto expresado por el humorista neoyorkino Groucho Marx, sobre que los ladinos “polacos” aztecas manejan con gran astucia “el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
JALISCO
¿Quién responde por el SIAPA?

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) está en el ojo del huracán. La Comisión de Hacienda del Congreso de Jalisco, presidida por la diputada Gabriela Cárdenas, aprobó un aumento del 9.65% a la tarifa del agua, una decisión que ha encendido las alarmas en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
¿Cómo justificar un incremento cuando se desconoce la realidad de las finanzas del SIAPA? ¿De qué tamaño es la cartera vencida? Hay versiones de que esta llega a los 11 mil millones de pesos. Ha trascendido que 7 mil millones de ese monto han prescrito o están por prescribir. ¿Cómo se pretende cubrir su pasivo?
La ciudadanía merece respuestas claras. El SIAPA, creado hace más de cuatro décadas para servir a los ayuntamientos metropolitanos, atraviesa su peor crisis: un servicio deficiente, agua de pésima calidad y una gestión administrativa desastrosa.
Reportes periodísticos revelan que el organismo apenas recauda el 66.91% de lo facturado, lo que evidencia una ineficiencia estructural en la cobranza y sugiere privilegios indebidos en cuentas de empresas o instituciones, como ha denunciado el Observatorio Ciudadano de la Gestión Integral del Agua.
Ante este panorama, llama la atención la postura de los alcaldes metropolitanos. Juan José Frangie, presidente municipal de Zapopan, ha sido el único en alzar la voz contra este aumento, calificándolo de injustificado.
Pero, ¿dónde está Verónica Delgadillo, alcaldesa de Guadalajara? Su silencio es ensordecedor. ¿Por qué un tema que afecta a millones de tapatíos no figura en su agenda? ¿Y qué hay del compromiso de rendición de cuentas prometido por el gobernador Pablo Lemus? La opacidad del SIAPA, ¿es un preludio de lo que vendrá con la desaparición del Instituto de Transparencia (ITEI)?
Un aumento sin fundamento
El incremento tarifario del 9.65% carece de sustento, sin un diagnóstico claro de la situación financiera y administrativa del SIAPA. La ciudadanía desconoce cómo se manejan los recursos de un organismo que, según trascendidos, está al borde de la bancarrota técnica.
Antes de avalar cualquier aumento, los alcaldes metropolitanos y los legisladores deberían exigir una auditoría exhaustiva que revele el grado de ineficiencia, identifique posibles irregularidades y proponga soluciones de fondo.
El servicio del SIAPA es un agravio cotidiano para miles de familias. En colonias del sur y oriente de Guadalajara, el suministro es intermitente o inexistente, y las quejas por agua turbia, de mal olor o color “tamarindo” son constantes, como han señalado regidores de oposición y ciudadanos indignados. ¿Es aceptable cargar a los usuarios con un aumento cuando el organismo no garantiza un servicio digno?
Exigencia de transparencia y un plan de rescate
El director del SIAPA, Antonio Juárez, debe comparecer ante el Congreso del Estado y presentar un diagnóstico integral que detalle el estado real del organismo, incluyendo los números reales que reflejen la situación financiera y administrativa en que se encuentra.
No basta con promesas vagas: se necesita un plan de rescate y reingeniería con metas claras, indicadores de desempeño y estrategias de corto, mediano y largo plazo. Este plan debe priorizar la optimización administrativa, la mejora del servicio en zonas marginadas y una cobranza eficiente que no castigue a los usuarios cumplidos.
El dictamen de la Comisión de Hacienda propone medidas como brigadas territoriales, programas de captación de agua pluvial y campañas de concientización. Son pasos en la dirección correcta, pero insuficientes si no se acompañan de una reestructuración profunda. La ciudadanía debe ser parte de la solución, pero también debe exigir que los recursos se inviertan en infraestructura y calidad del servicio, no en paliativos que encubran la ineficiencia.
Juegos políticos y traición a la confianza ciudadana
La aprobación del aumento, respaldada por la bancada mayoritaria (Movimiento Ciudadano, Hagamos, Partido Verde y PAN), contrasta con la oposición de Morena, PRI, Futuro y un diputado sin partido. Esta decisión huele más a intereses políticos que a un compromiso con los 5 millones de habitantes de la ZMG que dependen del SIAPA.
Recordemos que propuestas previas, como la de Morena en el Ayuntamiento de Guadalajara para frenar incrementos tarifarios, han sido ignoradas, evidenciando una falta de voluntad para enfrentar la crisis hídrica de manera integral.
La ciudadanía organizada tiene un papel crucial. Debe exigir rendición de cuentas y presionar a los legisladores para que no aprueben incrementos hasta que el SIAPA demuestre mejoras concretas. Antes de cargar el costo a los usuarios, es imperativo abatir la cartera vencida, sancionar la corrupción y garantizar que cada peso se traduzca en agua limpia y accesible para todos.
Aprobar un aumento en estas condiciones es fallarle a los ciudadanos que confiaron su voto a quienes prometieron proteger sus intereses. El SIAPA no puede seguir siendo un símbolo de opacidad e ineficiencia. Es hora de que los responsables, desde los alcaldes hasta los legisladores, asuman su deber y rescaten a este organismo vital para Jalisco.
El agua no es un lujo: es un derecho.
MUNDO
Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?
La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.
La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?
Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.
La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.
En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.
Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.
La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.
El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.
Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.
Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como
@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.
La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.
Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.
NACIONALES
Alfonso Romo y las acusaciones del Departamento del Tesoro

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
En medio de la polarización política que atraviesa México y la creciente tensión en las relaciones con Estados Unidos, las acusaciones del Departamento del Tesoro de ese país contra tres instituciones financieras mexicanas —Vector Casa de Bolsa, CIBanco e Intercam— por presunto lavado de dinero vinculado a cárteles del narcotráfico deben tomarse con cautela.
Estas acusaciones, que han generado un fuerte impacto en la opinión pública, señalan particularmente a Vector Casa de Bolsa, asociada al empresario regiomontano Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de la Presidencia durante la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Las acusaciones y su trasfondo político
El Departamento del Tesoro, a través de su Unidad de Inteligencia Financiera (FinCEN), acusa a Vector de facilitar operaciones de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo entre 2013 y 2021. Según las autoridades estadounidenses, una «mula financiera» habría lavado 2 millones de dólares para el Cártel de Sinaloa, y se habrían realizado pagos por más de 1 millón de dólares a empresas chinas proveedoras de precursores químicos para la producción de fentanilo entre 2018 y 2023.
Por su parte, CIBanco e Intercam son señalados por supuestos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), incluyendo reuniones entre ejecutivos de Intercam y presuntos miembros de esta organización criminal.
Sin embargo, las acusaciones carecen de claridad y evidencia pública contundente, lo que sugiere un trasfondo político. Alfonso Romo, quien fungió como enlace entre el gobierno de AMLO y el sector empresarial, abandonó la administración en 2020 debido a diferencias ideológicas.
Este contexto alimenta la percepción de que las acusaciones podrían estar motivadas por intereses políticos, especialmente en el marco de la política antidrogas de la administración de Donald Trump, que ha clasificado a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
La respuesta del gobierno mexicano
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), reaccionó con prontitud, exigiendo al Departamento del Tesoro pruebas concretas de las acusaciones. Hasta el momento de redacción de este artículo, no se ha hecho pública ninguna evidencia sólida.
La SHCP argumenta que las transacciones señaladas forman parte del comercio bilateral con China, que asciende a 139 mil millones de dólares anuales, y que las irregularidades detectadas son de carácter administrativo, no delictivo.
Por su parte, Vector Casa de Bolsa ha negado categóricamente las acusaciones, destacando sus 50 años de trayectoria y su cumplimiento con los estándares normativos. La institución asegura que las operaciones cuestionadas son legítimas y están respaldadas por el Instituto para el Depósito de Valores (Indeval). Cabe destacar que Alfonso Romo no ha sido imputado directamente, pero su cercanía con AMLO amplifica el impacto político de estas acusaciones.
Politización y presión internacional
No es la primera vez que el gobierno mexicano enfrenta señalamientos de este tipo. En el pasado, la DEA ha insinuado vínculos entre narcotraficantes y la campaña presidencial de AMLO en 2006, acusaciones que nunca prosperaron por falta de pruebas. En el contexto actual, la narrativa de la administración Trump parece buscar presionar al sistema financiero mexicano para que asuma mayores responsabilidades en la lucha contra el lavado de dinero.
Esta estrategia se ve reforzada por la percepción en algunos sectores de México de que Trump representa una alternativa frente a la hegemonía de Morena, en un escenario donde la oposición carece de peso político significativo.
Implicaciones y desafíos
El caso pone de manifiesto los desafíos del sistema financiero mexicano para blindarse contra el lavado de dinero. La sociedad civil demanda mayor transparencia y colaboración internacional para investigar posibles nexos entre políticos, empresarios y el crimen organizado, siguiendo la pista del dinero.
Sin embargo, para desentrañar esta compleja red, es indispensable que tanto el gobierno estadounidense como el mexicano actúen con claridad. La FinCEN debe presentar pruebas sólidas, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) deben realizar investigaciones exhaustivas para esclarecer los señalamientos.
Conclusión
Las acusaciones contra Vector, CIBanco e Intercam, y la mención de Alfonso Romo, han avivado el debate público en un entorno de polarización y tensiones diplomáticas. Sin pruebas concretas, estas acusaciones corren el riesgo de percibirse como un instrumento político más que como un esfuerzo genuino por combatir el crimen organizado.
México y Estados Unidos enfrentan el reto conjunto de fortalecer la cooperación en materia de inteligencia financiera, pero esta debe basarse en hechos verificables y no en especulaciones que alimenten la desconfianza. Mientras no se presenten pruebas contundentes, el caso seguirá siendo un capítulo más en los complejos juegos del poder.
-
Uncategorized6 años atrás
Precisa Arturo Zamora que no buscará dirigencia nacional del PRI
-
Beisbol5 años atrás
Taiwán marca camino al beisbol en tiempos del COVID-19: Reinicia partidos sin público
-
REPORTAJES6 años atrás
Pensiones VIP del Ipejal: Arnoldo Rubio Contreras, ejemplo del turbio, sucio e ilegal proceso de tabulación de pensiones
-
VIDEOS6 años atrás
Programas Integrales de Bienestar, desde Guadalajara, Jalisco
-
VIDEOS6 años atrás
Gira del presidente López Obrador por Jalisco: Apoyo a productores de leche en Encarnación de Díaz
-
OPINIÓN5 años atrás
¡Ciudado con los extremistas! De las necedades de FRENA y otros males peligrosos
-
VIDEOS6 años atrás
Video Columna «Metástasis»: Los escándalos del Ipejal
-
OPINIÓN4 años atrás
Amparo, la esperanza de las Escuelas de Tiempo Completo