OPINIÓN
No hay Mi Macro Periférico a Tonalá: La pirámide de la desigualdad
Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //
El actual gobierno estatal prometió y promovió grandes proyectos que con titánicos esfuerzos serían realizados pero que acaban por estar incompletos, en la más honda de las mediocridades o se quedan en puro discurso, como la revocación de mandato que nada más no llega.
Mi Macroperiférico es el ejemplo más reciente porque no está completo aunque en el discurso oficial, que ya es una forma de pensamiento mágico, lo está porque ellos dicen, porque hay rutas alimentadoras ósea camiones. Pero una “u” no es una “o” por más que se afirme lo contrario.
Lo que se prometió fue un BRT con arbolado, ciclovías y estaciones. Esto será realidad en Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque; pero en Tonalá, el municipio de la ZMG con la población más pobre y vulnerable no hay obra. Para los que menos tienen, habrá menos inversión pública. Nombre, unos genios.
Ante la andanada de críticas en redes sociales por esta situación que agrava el problema de la desigualdad social en lugar de atenderlo, entró en funcionamiento el discurso oficial, y de un twittazo Mi Macro Pefriférico llegó a Tonalá sin necesidad de invertir un peso en obra.
El tres de diciembre el gobernador decidió que sí, que el proyecto estaba completo y pasaba por todas partes porque, en sus palabras, “Para la tranquilidad de quienes usan el transporte público en Periférico, sobre todo la 380, y especialmente quienes viven en Tonalá: el proyecto de Mi Macro Periférico sí da la vuelta completa gracias a las rutas complementarias que son gratis al transbordar”.
Pero las cosas son lo que son y no pueden ser lo que no son, aunque se diga lo contrario y los camiones, así nada más solitos por la calle, no son parte del modelo BRT aunque lo repitan mil veces. Decir eso equivale a afirmar que Mi Macro Periférico es todo y está en todas partes porque por toda la ciudad pasan unidades del transporte colectivo. Es más, hasta llega a Colima, Comala, Michoacán, Nayarit, Vallarta, Quintana Roo, Yucatán, Ciudad de México y Monterey porque es posible tomar un autobús a la Central Camionera y de ahí pagar otro camión, de super lujo, que te lleve a distintas partes del país. Afirmar que agregar rutas de camiones da por concluido un proyecto de BRT es un disparate de esta naturaleza y magnitud, es confundir con dolo, peras y manzanas.
El investigador y experto en materia de desigualdad social, Máximo Ernesto Jaramillo lo señaló en sus redes de una manera bastante clara. Me permito aquí compartir fragmentos del hilo que desarrolló: (https://twitter.com/rojo_neon/status/1478756433260912642)
«El gobierno exacerba la desigualdad en la Zona Metropolitana de Guadalajara, y Alfaro lo confirma. Para el periférico de Zapopan Mi Macro (BRT), para el periférico de Tonalá camiones. Es lo de siempre: para los más pobres, menor inversión en desarrollo social».
«Sí, hay zonas con pobreza en ambos lados de la ciudad. Pero la mayor parte de las colonias marginadas se encuentra en el Oriente de la ciudad. El proyecto Mi Macro pasa por todo periférico, excepto el Oriente».
“Los camiones (rutas alimentadoras) que conecten a Tonalá con el Macro sin pagar más no son lo mismo a que el sistema BRT (Macro) haya llegado a Tonalá, pues quienes somos del oriente tendremos que bajar de los camiones y subir al Macro. Algunos dicen que «el periférico acaba ahí (en Belisario Domínguez). Otros dicen que el Macro no cabía después de donde termina el Macro. Falso. Los 16km entre Belisario y centro de Tonalá tienen entre 8 y 6 carriles.
“No sorprende que se ignore a Tonalá en proyectos de desarrollo social. Históricamente, el oriente ha sido relegado y visto como una zona de «gente peligrosa», que en cierta forma, «merece lo que tiene». Le llamamos «estigma territorial». Es una forma más de narrativa meritocrática, de hablar de que «el oriente en Guadalajara es pobre porque quiere».
“Curiosamente, el ejemplo del Macro ilustra más nítidamente que nunca lo contrario. El oriente de Guadalajara es pobre porque el gobierno no invierte ahí como invierte en el poniente”.
Hasta aquí la cita.
Lo que se tiene que hacer es terminar el proyecto sin pretextos, no hacer parches. Pero eso no va a pasar, porque este gobierno nunca se equivoca y los camiones alimentadores andarán por las calles como cualquier auto, a vuelta de rueda, no tendrán su propio carril. Esto desmerece, humilla y relega a Tonala como municipio de segunda.
Subidos en el BRT que sigue la ruta de negar la realidad, algunos actores salieron a defender al proyecto y culpar a la sociedad por andar renegando. Resalta entre ellos Jonadab Martínez, Director General de Seguridad Vial de la Secretaría de Transporte, quién twitteó:
“Hoy dicen: «no cubre la demanda porque no recorre todo periferico». Mañana dirán: «no cubre la demanda porque no hay paradas en cada esquina». Luego dirán: «no cubre la demanda porque no hace la parada donde el usuario la requiere». Ya llegaron a lo absurdo, neta”.
¿Pero no es absurdo, más bien, lo que afirma Jonadab? ¿De verdad la gente de Tonalá merece menos y hace mal en pedir un trato justo y equiparable al del resto de la Zona Metropolitana? ¿De verdad es absurdo señalar que debería cerrarse el circuito?
Pues sí. Al menos en el discurso oficial, lo absurdo somos quienes señalamos y lo sensato son los proyectos incompletos.
