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MUNDO

Pandemia provoca mayor pobreza extrema: Incremento de endeudamiento soberano, paliativo de la crisis actual

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Economía Global, por Alberto Gómez R. //

Las asimetrías económico-sociales que se manifiestan más visiblemente por los efectos de la pandemia, también siguen poniendo al descubierto cuál es el trasfondo de mucho de lo que sucede en torno a esta crisis mundial sanitaria en la que, sin alguna explicación científica convincente, están surgiendo nuevas cepas del virus en algunos países cuya situación previa a la pandemia los colocaba aún como potencias emergentes, o al menos que podrían recuperar tal posición luego de haberse desacelerado su crecimiento como potencias emergentes; tal es el caso del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) del que China, Rusia y en menor medida la India, se desmarcaron para continuar sus caminos en solitario, ya no como una alianza, que en su momento hizo de contrapeso real contra el poderío de los Estados Unidos.

Brasil había logrado avances bastante significativos no sólo en el terreno económico, sino también en el desarrollo humano durante la gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que aún continuó por algún tiempo Dilma Rousseff, su protegida y sucesora al mando del país. Sin embargo, la presidenta cayó en algunas trampas para las que no estuvo preparada, y cuyos artífices utilizaron a personas cercanas a la presidenta, mordiendo el anzuelo por ambición o avaricia, lo que ocasionó que algunos de sus funcionarios de alto nivel cometieran graves actos de corrupción en la trama de delitos de cuello blanco conocido como Lava Jato, que fue destapado y se convirtió en un escándalo mundial. Estos actos ilícitos, cuyo origen fueron los pagos de sobornos hechos por la poderosa empresa constructora Odebrecht para la asignación de contratos de obra pública de grandes dimensiones –que rebasaron las fronteras brasileñas- cuyas evidencias encontradas señalaron a altos funcionarios de gobiernos latinoamericanos, que en algunos casos llegaban hasta la presidencia.

En diciembre de 2016 la constructora brasileña Odebrecht aceptó que realizó el pago de 788 millones de dólares en sobornos en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela. Además, hay otras cinco empresas brasileñas del mismo rubro involucradas. Por eso se estima que la cifra total de sobornos es mucho mayor.

En algunos países, estos actos de corrupción alcanzaron a los presidentes, como Fujimori, Toledo, García y Humala en Perú, y Felipe Calderón y Peña Nieto, en México.

El caso Lava Jato abrió la ventana para que Dilma Rousseff fuera defenestrada de la presidencia brasileña, lo que minó en mucho el desarrollo alcanzado por los gobiernos progresistas de Lula da Silva y Rousseff.

La pandemia del Covid-19 que asola a Brasil, ha provocado un grave retroceso en los avances de desarrollo que ya se habían logrado, alcanzando un nuevo récord de desempleo con 14.7% en el primer trimestre del 2021. Este país sudamericano se ha convertido en el epicentro mundial de la crisis de salud, por lo que tomará mucho tiempo que retomen el camino del desarrollo, ralentizado también por los préstamos internacionales de los que tuvo que echar mano su presidente, Jair Bolsonaro, para paliar la crisis económica como consecuencia de la sanitaria, aumentando en 18% el nivel de su deuda soberana durante el 2020, con 930,8 mil millones de dólares.

Con tal nivel de endeudamiento, y mucho por hacer una vez que la pandemia aminore, Brasil permanecerá aprisionado por sus acreedores, las organizaciones financieristas internacionales, por lo que será difícil que vuelva a representar una amenaza –como lo fue su momento como parte del grupo BRICS- para las élites mundiales del poder, familias de origen jázaro sionistas en su mayoría.

Las principales economías de América Latina se recuperan a una mayor velocidad de lo pronosticado tras la pandemia que ha dejado un costo de mayor desigualdad. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) llegó a esa conclusión al presentar sus proyecciones económicas 2021.

La pandemia ha empujado a 114,4 millones de personas a la pobreza extrema.

Con los riesgos de una pandemia prolongada y espacio fiscal insuficiente para estimular la demanda, los países más vulnerables del mundo afrontan la perspectiva de una década perdida. Para muchos países en desarrollo, se prevé que su producción económica no regrese a los niveles anteriores a la pandemia hasta finales de 2022 o 2023.

Asimismo, la situación en Europa ha conducido a los países miembros de la Unión Europea (UE) a implementar planes de emergencia para su recuperación post-pandémica, aun cuando en algunas naciones continúan las olas de contagios. El Next Generation EU es el Plan de Recuperación que contribuirá a reparar los daños económicos y sociales causados por la pandemia.

El presupuesto a largo plazo de la UE, junto con Next Generation EU, instrumento temporal concebido para impulsar la recuperación, será el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa. Un total de 1,8 billones de euros ayudará a reconstruir la Europa posterior a la COVID-19.

El nuevo presupuesto a largo plazo aumentará los mecanismos de flexibilidad para garantizar su capacidad de hacer frente a necesidades imprevistas. Se trata de un presupuesto preparado no solo para las realidades actuales, sino también para las incertidumbres del futuro.

Los planes de emergencia para la recuperación post-pandémica apalancados en préstamos internacionales, conllevan no nada más el incremento en sus niveles de endeudamiento soberano, sino las condicionantes para la adquisición de estos nuevos empréstitos, que seguramente conducirán a nuevas desregulaciones, privatizaciones, aumento de impuestos y reducción de los programas sociales, y obviamente a concesiones a corporaciones transnacionales y organismos supranacionales al servicio de la banca privada internacional.

Adicionalmente, un nuevo riesgo que está suscitando mucho debate es la posibilidad -prácticamente inevitable- de un ascenso de la inflación, y en algunos casos de hiperinflación. Los precios de las materias primas han subido rápidamente. Los cuellos de botella en algunos sectores y las perturbaciones del comercio están generando tensiones en los precios. Estas perturbaciones deberían de empezar a desaparecer a finales de año, a medida que la capacidad de producción se normalice y el consumo recupere el equilibrio, con un aumento del consumo de servicios en detrimento del de bienes. En los mercados de trabajo continúa habiendo mucha holgura, lo que limita el crecimiento de los salarios. Mientras las expectativas de inflación sigan bien ancladas y el crecimiento de los salarios permanezca moderado, los bancos centrales continuarán vigilantes pero no reaccionarán a estas subidas de precios temporales -al menos por el momento- pero no puede ser una situación indefinidamente sostenida. Lo que es más preocupante es el riesgo de que los mercados financieros comienzan a reaccionar ante las subidas temporales de los precios y los ajustes de los precios relativos, lo que provocará un ascenso de los tipos de interés de mercado y de la volatilidad. Hay que estar vigilantes, ya que luego de la crisis económica, ahora a todo galope, se suscitará la crisis financiera, que todo indica será de pronósticos reservados. (OECD Economic Outlook, 2021)

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MUNDO

Del amor al odio… Musk vs Trump, la novela del año

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Es seguro que usted sabe que Trump dejó de trabajar para el Gobierno de EUA hace unos días. Y también es seguro que sabe que el jueves pasado Musk escribió casi 60 mensajes en “X” contra Trump antes de que Trump respondiera.

Después de varios días de criticar el proyecto de presupuesto aprobado por el Congreso de Estados Unidos a semana antepasada, Musk parece haber caído en una trampa de los políticos y de los medios que desde el año pasado lo querían alejado de Trump. Por su lado, Trump emitió por la tarde del jueves un par de mensajes en contra de Musk.

Solo un amigo de ambos pidió públicamente a los dos relajarse y tratar de seguir trabajando por el bien de su país. A lo que Musk respondió estar de acuerdo y Trump respondió ya no estar pensando en Musk y desearle lo mejor.

Musk trabajó 4 meses para Trump como empleado especial, lo que da un límite de esos 120 días, al final de los cuales, y casi por coincidencia, se estaba aprobando el presupuesto de Estados Unidos. En dicho proyecto se cortaban subsidios a los vehículos eléctricos, mientras que se mantenían los subsidios a autos de combustión y se mantenían gastos que él y su equipo propusieron cortar pro ser gasto injustificado.

El pleito no había llegado a la Casa Blanca; de hecho, Elon llevaba semanas criticando al Congreso por ese presupuesto que aún no pasa el Senado. Por su parte, Trump había dicho que el proyecto traía cosas que no le gustaban, pero varias que eran muy buenas, como el bajar los impuestos a personas y empresas, así como eliminar impuestos a la pensión y a las propinas.

La constante crítica de medios, de la izquierda y de algunos conservadores sobre dicho proyecto le dio a Elon la idea de poder influir para que el proyecto se cambiase y, al no encontrar eco en Trump, decidió irse con todo en contra de su antiguo aliado y supuesto amigo.

Por su lado, los medios y, claro, muchos partidarios del Partido Demócrata, quienes realmente odiaban dicha alianza, han gozado dando horas de cobertura y echando leña al fuego. Al grado de que muchos de izquierda piden perdonar a Musk y tratar de sumarlo a sus filas para que done algunos millones a las campañas en distritos y estados competidos, en especial con rumbo a las elecciones intermedias del Congreso de EUA en 2026.

La verdad es que Musk y Trump nunca se han caracterizado por ser prudentes. Elon ha iniciado a borrar muchos de sus mensajes contra Trump a menos de 24 horas, interesante. Por su parte, Trump ha insultado a decenas de políticos y después los invita hasta a su gabinete, por lo que no creo que guarde rencores. De todos modos, Musk es un caso distinto porque no es político.

Veremos si todo regresa o si los insultos de Musk y las amenazas de Trump causaron daños irreparables. Lo curioso es que la semana pasada Trump dio las llaves de la Casa Blanca a Musk en una ceremonia de festejos y sonrisas. ¿Será que Musk regrese la llave? ¿O que la Casa Blanca deba cambiar las cerraduras?

Durante los últimos 8 meses, Musk era como un hijo adoptivo de Trump. Fue satanizado y atacado como pocos por los medios y por los políticos de izquierda llegando al grado de amenazarlo físicamente y de agredir a sus negocios, llamándolo nazi. Algunos creen que este pleito fue una estrategia por si Musk gana sin cuestionamientos el concurso para el domo satelital militar que EEUU construirá en los años venideros.

Otros creen que Musk se sintió traicionado por los republicanos a quienes ayudó y quienes ahora le quitarían los subsidios dándolos a los competidores de autos de gasolina. Sea como sea, Musk es el hombre más rico del mundo y aun así su empresa perdió 14% en menos de 12 horas a partir del pleito. Por otro lado, los estadounidenses no tienen otro grupo de empresas con la capacidad de Space X, Twitter o Neuralink, líderes indiscutibles en su sector.

La política es un negocio sucio. Musk perdió perspectiva de que es más importante bajar los impuestos que bajar el gasto o apoyar la venta de autos eléctricos. Musk influyó en muchas decisiones de Trump y seguro podrá seguir haciéndolo de una u otra forma, pero por lo pronto parece que su hermandad con Trump se rompió.

Trump debe obtener la victoria de un presupuesto que apoye el desarrollo y baje los impuestos; de lo contrario, no solo perderá la Cámara de Representantes en 1 año y 3 meses, sino que podría terminar en prisión o exiliado junto con Musk porque los opositores no les perdonarán a los dos haber descubierto los miles de millones de dólares en gastos cuestionables como los pagos de operaciones para el cambio de sexo a menores en EUA y en otros países.

La inflación en EUA ha bajado y el poder adquisitivo va al alza, los empleos no gubernamentales crecen por encima de las expectativas, pero de nada servirá si la gente no lo siente en sus bolsillos. Por primera vez en mi vida he escuchado a empresarios de Asia, de EUA y hasta de México plantearse la posibilidad de fabricar de nuevo en EUA. No solo por las amenazas sino por los incentivos fiscales que traerá el proyecto de presupuesto del 2026.

Ya veremos, pero como en México y en el mundo las elecciones son ganadas por votos y los votos son más fáciles si la gente está convencida. Si Trump no logra dar confianza a la gente, podrá acabar en la ruina y Musk con él.

Pero en EUA los medios están de fiesta y algunos demócratas piden a Trump correr a todos los empleados que Musk haya propuesto y cancelar todos sus contratos. Es decir, que sugieren una cacería de brujas que alimentará el fuego. Por su parte, Trump ha tomado decenas de llamadas de medios para decir que no quiere hablar de Musk y que está pensando vender el Tesla que compró hace 2 meses.

Pero lo interesante es que todos decían que Musk era el presidente y ahora todos dicen que es terrible ver el pleito. La verdad es que ver la diferencia de opiniones en público de dos personas tan poderosas es inédito y sano para la democracia, el poder económico y político. En especial porque casi siempre estas cosas son ocultas.

Musk durante seis meses del 2025, apostó su empresa y prestigio y ahora perdió 34 mil millones de dólares en un día en valor accionario, todo por su pleito con Trump, quien le había dado una casa junto a la suya en Mar a Lago, Florida, y lo había tratado como a un hijo. Ambos se sienten traicionados y menospreciados.

Digamos que es un tema de las opiniones, los sentimientos y claro, los egos del hombre más poderoso del mundo y del hombre más rico de la historia. Ambos tienen algo de razón y ambos algo de culpa.

Por lo pronto, la novela del momento es el pleito que no expuso corrupción ni sobornos, sino una pelea de las muchas que se dan en el poder y el dinero en privado, pero que ahora es tipo un “reality show” al estilo Trump, pero ahora organizado por Musk, su atento fiel aprendiz.

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MUNDO

Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.

Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.

Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.

La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.

El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.

En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.

Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.

Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.

Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.

El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.

México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.

P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.

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MUNDO

El rompimiento de Musk con Trump

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.

Críticas contundentes a la política fiscal

El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.

Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.

Tensiones económicas y políticas

Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.

Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.

Un rompimiento con repercusiones

La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.

Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.

Un futuro incierto en el tablero del poder

El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.

Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.

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