OPINIÓN
Periodistas asesinados en México
Opinión, por Susana Ochoa //
La conclusión de la carta de AMLO al Parlamento Europeo es que los periodistas en este país seguirán en la indefensión de un territorio en guerra.
Toda la discusión sobre la respuesta al llamado del Parlamento Europeo me hace concluir que la razón por la que no podemos entender los matices de la discusión pública es precisamente porque hay una obsesión por lo que se dice en cada una de las mañaneras. Y en ese sentido, veo algunas cosas:
El presidente no se equivoca cuando dice que hay periodistas en este país que son financiados por empresarios, partidos, etcétera. Pero ahora si que como dice la icónica Lolita Cortez en La Academia: “eso ya se sabe, eso ya se ha dicho. Algo nuevo por favor”. Y es que desde el movimiento yo soy 132 que permitió politizar a mi generación, teníamos muy claro que TV Azteca y Televisa no funcionaban como medios de comunicación al servicio de la verdad, pero para intereses fácticos que fueran afines a sus intereses. Además, este fenómeno se produce en prácticamente todos los países democráticos en el mundo, preocupante sí, pero algo que no es una novedad para quienes crecimos en estados donde los principales medios de comunicación eran agencias de comunicación de los gobiernos estatales.
Dicho esto, y si el presidente dice algo que desde lejos se antoja como cierto, ¿cuál es el problema? El problema, desde mi perspectiva tiene que ver con que cada quien jala agua para su molino, porque cuando periodistas de medios alternativos van y preguntan en La Mañanera sobre la situación crítica de los periodistas asesinados, AMLO revira mencionando a los conservadores y a los periodistas que atacan su gobierno.
Pero ahí está el problema, cuando hablamos de periodistas asesinados por supuesto que sabemos que son los que cubren lejos de las Metrópolis, los que ganan 9 mil pesos, sin seguro social y que muchas veces tienen que cubrir el narcotráfico por un compromiso con su profesión. Entonces, ¿qué le cuesta al presidente reconocer esta problemática? Qué alguien me explique.
Porque al final, lo que más necesita un país roto es liderazgos que puedan convocar y movilizar hacia una ruta de paz, pero sobre todo, de solidaridad con los periodistas perseguidos, con las madres que buscan a sus desaparecidos y con las mujeres que, con “formas” que no le gustan al presidente, salen a exigir que dejen de violentarlas.
