OPINIÓN
¿Por qué tanta prisa del gobernador Alfaro?
Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
Desde hace casi un año, el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, se ha viso indeciso e inseguro en sus estrategias para apoyar a la población ante el entonces inicio de la terrible pandemia que ha provocado la muerte de más de un cuarto de millón de personas en el país.
El titular del ejecutivo estatal ha dado palos de siego en sus “brillantes” medidas que la mayoría han quedado en el fracaso y se han visto como “palos de ciego”, lo que puede calificarse como el abandono de personal que lo asesora y lo han dejado sólo contra la pandemia.
Ahora bien, desde el inicio de la terrible enfermedad ha ordenado acciones erróneas y hasta costosas económicamente hablando; así hemos visto y sufrido cuando anunció un “botón de alerta”, que ni fue botón y mucho menos puso la alerta sanitaria y en cambio declaró tres días de reducción en la actividad, principalmente en la zona metropolitana de Guadalajara (ZMG), que parece no haber servido para nada, más que para que se viera afectados muchos comerciantes en pequeño.
Luego firmó un acuerdo con directivos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, para poder adecuar y equipar su Hospital Ángel Leaño, para el tratamiento de enfermos con el Covi-19, lo cual costó varios cientos millones de pesos y en unos meses declaró que ya no se ocuparía por instrucciones del gobierno, aunque luego volvió a utilizar esas instalaciones en forma muy selectiva y con pocos pacientes.
Quien también se ha visto muy desdibujado ha sido el verdadero responsable del sector salud en Jalisco y quien debiera ser principal consejero de Alfaro Ramírez, sin embargo poco se ha visto y parece que no le gusta dar la cara al tremendo problema que se sufre con la pandemia.
Me refiero al médico Fernando Petersen Aranguren, quien se ha visto muy opacado por su primo Alfonso Petersen Farah, quien se desempeñó brillantemente en el mismo cargo en pasadas administraciones de gobierno de Jalisco.
Tal parece que el cargo que ocupa Petersen Aranguren, es por compromiso directo del gobernador a la familia del médico y no por conocimientos o desempeño de su profesión en el cuidado de la salud pública.
Mientras Enrique Alfaro Ramírez, continúa buscando cómo obtener o conseguir más dinero para las arcas estatales, parece que existen fuertes poderes económicos que lo asedian y hacen que permita facilidades de trabajo para algunos y deja abandonados a muchos otros que claman que el “piso sea parejo para todos”.
Así hemos visto que desde hace algunas semanas se declaró Alfaro Ramírez como fiel defensor para que se regrese a clases presenciales, sin importarle y contradecir lo que tanto ha prohibido la Secretaría de Educación Pública Federal (SEP).
Tal parece que algunos dueños de escuelas particulares han convencido al mandatario de Jalisco, sin tomar en cuenta que la mayoría de los maestros afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), parece que temen mayor contagio de ellos y de alumnos, lo que se ve más coherente que lo buscado por el gobierno local.
También vale la pena los traspiés que ha dado el Gobernador, al haber autorizado hace algunas semanas que se permitiera el público en estadios y otros centros de diversión, como ocurrió en el de la familia Vergara.
Desde diciembre pasado el gobierno federal con mucha algarabía anunció la compra y llegada de cientos de miles de vacunas para combatir el Covid-19, sin embargo como se ha caracterizado el mandato de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la distribución y aplicación de las mismas se han llevado a cabo a donde lo ha querido.
Lo grave del problema es que por el conocido y férreo enfrentamiento entre AMLO y Alfaro, para Jalisco, han sido destinadas hasta el momento unas cuantas vacunas, o sea una limosna de ellas y el mandatario estatal ha tenido que disciplinarse y “doblar las manitas” hasta que le quieran dar más “limosna” de vacunas.
Por cierto algunas de las aplicaciones medicinales se han destinado a municipios del interior del estado, como en Puerto Vallarta, donde abrieron la aplicación de químico a quien quisiera y así personas de Guadalajara acudieron a que les vacunaran, sin requisito alguno de residencia, entonces quién entiende a los responsables de las brigadas de vacunación, algunas de ellas muy intransigentes y otras muy “blandas” para exigir el requisito de lugar de residencia.
Hay que esperar hasta cuándo llegarán las vacunas necesarias para toda la población y que se ordenen la aplicación de las mismas.
¡SIGUEN DANDO PALOS DE CIEGO EN SEGURIDAD PÚBLICA?
Una vez más se ha visto la mano criminal en el Estado de Jalisco, y el pasado sábado fueron arteramente asesinadas once personas y otras dos, por lo menos resultaron lesionadas por proyectil de arma de fuego.
Apenas este sábado en Zacatecas, inauguró AMLO unas instalaciones de la GN, pero casi al anochecer en la colonia Jauja del Municipio de Tonalá, Jalisco, se perpetró el crimen de por lo menos 11 personas y sin que las autoridades en sus distintos niveles de gobierno (federal, estatal o municipal), hubieran logrado la captura de por lo menos uno de los responsables, o sea otro múltiple homicidio que sumará a tantos impunes.
Otro “prieto en el arroz” del gobernador Alfaro Ramírez, quien presuntamente más le importa lo “económico” que la salud y cuidados de a población que gobierna, sin importar si votaron por él hace casi tres años.
