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OPINIÓN

Presuntos culpables

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Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //

Nintendo es una de las empresas de videojuegos más populares del mundo, tiene más de 130 años de existencia y millones de ventas, sus principales consumidores son Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Alemania. 

Esta marca comenzó produciendo cartas de baraja y posteriormente juegos de mesa, pero a finales de los 70´s dio un giro de 180 grados y sacó al mercado sus primeras consolas de videojuegos, en 1980 lanzó el juego de “Donkey Kong” y posteriormente dio vida al personaje más icónico de esta marca: “Mario Bros”, el cual es probablemente  la figura virtual más popular de todo el mundo. La última consola de esta marca, el Nintendo Switch, ha vendido casi 90 millones de unidades alrededor del mundo.

Hace unos días, durante la acostumbrada conferencia mañanera, el Presidente López Obrador, señaló a los videojuegos como uno de los principales causantes de la violencia en nuestro país, además compartió su preocupación (con razón) sobre como las plataformas digitales y redes sociales algunas veces se utilizan por delincuentes para captar a menores de edad. El señalamiento fue largo y tendido pero inexacto, pues hay que recordar que los temas de violencia e inseguridad en nuestro país son multifactoriales, remitirlos solamente a una causa es invisibilizar a  las demás. 

Más que señalar a una empresa o un sector productivo, deberíamos voltear a ver las causas sociales. México es un lugar donde la desigualdad ha ido creciendo, en nuestro país el 1% de la población concentra el 40% de la riqueza, no solo eso, el poder adquisitivo de la clase media se ha reducido en los últimos años. 

La desigualdad no solo es económica, tenemos altos índices de desigualdad en el acceso a educación de calidad, a servicios legales e incluso el reparto de ofertas laborales se ve afectado por género, raza o color de piel. Este es un problema de fondo, la desigualdad genera resentimientos, falta de cohesión social, etc. y ante la presencia de estos factores se disparan los índices de violencia. 

Evidentemente la desigualdad se ve reflejada en los índices de pobreza, 55.7 millones de mexicanos viven en esta situación. Las personas que la sufren son las más vulnerables a ser captadas por el crimen organizado, es obvio que una persona en estas condiciones difícilmente tendrá la oportunidad de comprar un Nintendo o un Xbox que cuestan miles de pesos. No es Free Fire o Call Of Duty los que llevan a las personas a formar parte del crimen organizado, es el golpe de la realidad, la necesidad y una dinámica social lo que muchas veces orilla a delinquir a las personas.

Una muestra aparte de que los videojuegos no son los mayores impulsores de diversas conductas o delitos es un caso que se dio recientemente en nuestra ciudad. Un accidente automovilístico en el que desgraciadamente perdieron la vida 3 jóvenes después de que conductores imprudentes a exceso de velocidad provocaran una colisión que les arrebató la vida. No fueron las películas de Rápidos y Furiosos, las marcas de autos deportivos o los videojuegos de carreras lo que incitó a los conductores a actuar imprudentemente, fue una decisión individual, falta de concientización, egoísmo, ausencia de estado de derecho, etc.

Finalmente, hay que recordar que los videojuegos y las plataformas digitales son parte de esta nueva realidad, incluso, hay algunos que tienen efectos positivos, que elevan la proactividad, la concentración y hasta desarrollan habilidades relacionadas a la inteligencia en las personas que los juegan. Señalarlos como únicos o principales responsables de los altos índices de violencia de nuestro país, es taparnos los ojos ante realidades evidentes.

No desviemos la atención de las responsabilidades que nos corresponden, a las autoridades les toca combatir francamente a los delincuentes con proyectos claros, metas e indicadores y junto con los ciudadanos trabajar en programas de prevención al delito, a las familias, que son el núcleo de la sociedad les toca formar mejores ciudadanos, y de manera lógica cada uno debe trabajar en su responsabilidad individual. Combatamos las verdaderas razones de fondo de la violencia, no busquemos culpables donde no los hay.

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1 Comment

1 Comments

  1. Georgina Guadalupe Partida González

    25 de octubre de 2021 at 11:22

    Verdaderamente cierto todo los puntos de opinión.

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