OPINIÓN
Responsabilidad individual y colectiva: La vacunación, mitos y realidades
Salud y Bienestar, por Gabriela Arce Siqueiros //
¿Cómo están queridos lectores? Espero que hayan tenido una excelente semana. ¿Ya están listos para que les comparta un nuevo artículo sobre bienestar? Es muy importante todo lo que puede aportar a la salud, porque pienso que, si algo nos da la fuerza necesaria para trabajar, disfrutar y motivar nuestra vida cada día, es precisamente la salud.
La vacunación ha transformado la historia de la humanidad, siendo responsable de la erradicación de enfermedades mortales y la mejora significativa de la calidad de vida. A pesar de sus beneficios, enfrenta resistencias debido a mitos y malentendidos que pueden poner en peligro la salud pública. En este artículo, exploramos la ciencia detrás de las vacunas, desmentimos creencias infundadas y destacamos su importancia como una de las herramientas más efectivas de la medicina moderna.
¿QUÉ SON LAS VACUNAS Y CÓMO FUNCIONAN?
Las vacunas son preparaciones biológicas diseñadas para enseñar al sistema inmunológico a reconocer y combatir patógenos específicos, como virus o bacterias. Funcionan introduciendo un componente inofensivo del microorganismo, ya sea un fragmento del mismo, una versión debilitada o inactiva, o incluso instrucciones genéticas para que el cuerpo produzca una proteína clave. Esto permite que el sistema inmune desarrolle defensas (anticuerpos) sin causar la enfermedad. Hay diversos tipos de vacunas:
Vacunas de virus vivos atenuados: Usan una versión debilitada del virus. Ejemplo: vacuna contra la varicela.
Vacunas inactivadas: Contienen microorganismos muertos. Ejemplo: vacuna contra la hepatitis A.
Vacunas subunitarias o recombinantes: Incluyen solo partes específicas del patógeno. Ejemplo: vacuna contra el papilomavirus humano (VPH).
Vacunas de ARNm: Introducen instrucciones genéticas para que el cuerpo produzca una proteína del patógeno. Ejemplo: vacunas contra COVID-19.
SEPARANDO MITOS Y REALIDADES
“Las vacunas no son necesarias porque las enfermedades ya están erradicadas”
Aunque enfermedades como la viruela han sido erradicadas gracias a las vacunas, otras como el sarampión y la poliomielitis pueden resurgir si las tasas de vacunación disminuyen. En 2019, se registraron brotes de sarampión en países desarrollados debido a la caída en las inmunizaciones
“Las vacunas contienen ingredientes tóxicos”
Los ingredientes utilizados en las vacunas están estrictamente regulados y en cantidades seguras. Por ejemplo, el timerosal, un conservante que contiene etilmercurio, se ha eliminado de casi todas las vacunas infantiles, aunque nunca se demostró que fuera dañino
“Demasiadas vacunas pueden sobrecargar el sistema inmune”
El sistema inmune enfrenta diariamente miles de microorganismos, mucho más que los antígenos presentes en las vacunas. Estudios muestran que combinar varias vacunas no afecta la capacidad del sistema inmune para responder adecuadamente
“Las vacunas causan autismo”
Este mito proviene de un estudio desacreditado y retirado de 1998. Desde entonces, numerosos estudios científicos han confirmado que no existe relación entre las vacunas y el autismo.
BENEFICIOS COMPROBADOS
Protección individual y colectiva. La vacunación no solo protege al individuo vacunado, sino que también contribuye a la inmunidad de grupo. Esto es crucial para proteger a personas que no pueden vacunarse, como aquellas con enfermedades autoinmunes o alergias graves a ciertos componentes de las vacunas.
Reducción de mortalidad y morbilidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas previenen entre 4 y 5 millones de muertes al año a nivel global, protegiendo contra enfermedades como la difteria, el tétanos, la gripe y el sarampión.
Impacto económico y social. Las vacunas no solo ahorran costos médicos al prevenir enfermedades, sino que también reducen el ausentismo escolar y laboral. Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) destacó que cada dólar invertido en vacunación genera un retorno significativo en ahorros médicos y económicos.
La vacunación no termina en la infancia. Los adultos también necesitan refuerzos y vacunas específicas según su edad, estilo de vida, trabajo o condiciones de salud.
Vacuna contra la gripe: Anual, especialmente para personas mayores, embarazadas y quienes tienen enfermedades crónicas.
Vacuna contra el COVID-19: Refuerzos periódicos según recomendaciones actuales.
Vacuna contra el herpes zóster: Recomendado para mayores de 50 años para prevenir la culebrilla.
DESAFÍOS EN LA ACEPTACIÓN DE LAS VACUNAS
A pesar de sus beneficios, el rechazo a la vacunación (movimientos antivacunas) representa un desafío creciente. Este fenómeno se atribuye a:
Difusión de desinformación en redes sociales.
Desconfianza hacia las instituciones médicas y farmacéuticas.
Experiencias anecdóticas negativas o malinterpretación de los efectos secundarios.
Combatir estos desafíos requiere esfuerzos educativos y un enfoque transparente por parte de las autoridades sanitarias.
AVANCES Y RETOS EN MÉXICO
México ha sido líder en la implementación de programas de vacunación, logrando altos niveles de cobertura en enfermedades prevenibles. Sin embargo, enfrenta retos como:
Desigualdad en el acceso a vacunas en comunidades rurales.
Resistencia a nuevas vacunas, como las desarrolladas contra el COVID-19.
El Programa de Vacunación Universal sigue siendo un modelo a seguir, pero es necesario reforzar la educación pública y la disponibilidad de vacunas para mantener los avances logrados.
EL FUTURO DE LA MEDICINA PREVENTIVA
La investigación en vacunas está evolucionando rápidamente. Algunas áreas prometedoras incluyen:
Vacunas personalizadas contra el cáncer: Basadas en el perfil genético del paciente.
Vacunas de ARNm: Con potencial para tratar enfermedades como el VIH o incluso algunas alergias.
Vacunas universales contra la gripe: Diseñadas para proporcionar inmunidad contra múltiples cepas con una sola dosis.
La vacunación es un acto de responsabilidad personal y colectiva que ha demostrado ser una de las estrategias más efectivas para prevenir enfermedades. Los mitos y la desinformación solo pueden combatirse con educación basada en evidencia científica.
Al optar por vacunarte, no solo proteges tu salud, sino que contribuyes a construir comunidades más fuertes y resilientes. En un mundo donde las enfermedades no conocen fronteras, las vacunas son nuestra mejor defensa.
Me despido de ustedes y les recuerdo que juntos podemos trabajar hacia soluciones que promuevan la salud, gracias por su atención y compromiso con este artículo, siempre quedo atenta a sus comentarios.
E-mail: siqueiros.arte@gmail.com
