MUNDO
Riqueza estelar: La nueva carrera espacial incluye a la iniciativa privada

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
Estamos por vivir una de las eras más interesantes de la historia registrada o conocida de la humanidad. En el 2021 fuimos testigos de los primeros vuelos particulares suborbitales para pasajeros.
Los multimillonarios Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson han logrado fabricar y operar equipos que demostraron ser reutilizables para los viajes comerciales al espacio lo que es un logro increíble sobre todo si consideramos que hace 118 años apenas estábamos logrando vuelos de en aviones de madera como el Kitty Hawk de los Hermanos Wright en diciembre de 1903 o del primer vuelo en dirigible del brasileño Santos Dumont alrededor de París en 1901 o del mismo hombre con el primer vuelo por 250 metros de largo en 1906.
La rivalidad de los hermanos Wright y de Dumont fue tan sabida como lo es ahora la de Musk y Bezos. Los dos multimillonarios han intercambiado ataques públicos recientemente. Las declaraciones del dueño de Tesla nos pueden dar idea de la rivalidad que lleva cuando menos 15 años. Jeff Bezos dejó de ser el presidente de Amazon “…para trabajar de tiempo completo sometiendo demandas en contra de Space X…” acusó Musk en fecha reciente quien ha dicho que Blue Origin de Besos es una copia de Space X. La rivalidad tiene razones personales y económicas. Durante los últimos años Amazon ha iniciado la instalación de su propia red satelital, lo que también ha hecho Musk.
Mientras que Bezos dejó la dirección de Amazon para enfocarse en Blue Origin, Musk se ha mantenido exitosamente al frente de Tesla y de Space X.
“GANAR EL MUNDO, PERDER EL CIELO”
La razón parece ser simple, el Covid19 dejó miles de millones de dólares extras en ganancias a Bezos pero el tiempo no tiene precio y el muy sencillo pero genial, Musk le lleva la delantera en los asuntos del espacio. La empresa de satélites de Bezos llamada Kuiper tiene proyectada una flota de 3,200 satélites de los cuales al menos la mitad deberían estar en servicio para el mes de julio del 2026 de lo contrario podría perder la licencia de comunicaciones que recibió de la autoridad norteamericana. El problema es que el fabricante de satélites que se asoció con Bezos únicamente tiene 500 empleados y su capacidad de producción no parece estar creciendo al ritmo que se necesita. Además, desde la era de Trump hasta la del propio Biden, la NASA ha confiado más en Space X que en Blue Origin al grado de que en abril de este 2021 dicha agencia del gobierno de EUA asignó el contrato para que el próximo viaje de astronautas a la luna sea manejado por la empresa de Musk lo que fue la gota que derramó el vaso de bilis del hombre más rico del mundo Jeff Bezos quien podría “ganar la tierra pero perder las esterras”.
La flota de satélites de Starlink propiedad de Elon Musk ya es de 1,200 y está autorizada para 12 mil equipos que además sean más ligeros que los de Kuiper lo que permite que sean lanzados a un costo menor. Los críticos de Starlink dicen que fallan mucho.
La genialidad de Bezos ha radicado en tomar cosas y mejorarlas como el muy exitoso sistema de ventas a domicilio que es Amazon, pero no necesariamente ha creado algo inexistente, mientras que Musk y el británico Richard Branson, dueño de Virgyn Galactic, han arriesgado todo para crear artefactos que no existían.
¿POR QUÉ IR MÁS ALLÁ DE LA ESTRATÓSFERA?
Debe ser uno de los sueños más apreciados de la humanidad el poder saber y constatar lo que nos ofrece o lo que esconde el espacio exterior. La fascinación que ha impulsado a la especie humana para descubrir y cruzar nuevas fronteras con el uso de la imaginación, de la razón y el avance tecnologico es tal vez el signo más distintivo de la especie humana. Son la base de nuestra civilización y de cualquier otra. La curiosidad y la determinación han llevado a unos cuantos a ser los motores o las alas en las que los demás nos hemos montado para dar paso a nuestras comodidades y conocimientos.
Cuando el dinero no es problema ¿por qué pelear para que te paguen el “juguete”? El pleito entre Musk y Bezos no es por los cientos de millones de dólares que pagará la NASA para que lleven a unos nuevos astronautas a la luna en 2024. No señor, el pleito además de ser por los primeros pasajeros, es por la fama de ser el primer particular en transportar pasajeros a la Luna, es también porque ese dinero es la semilla de capital que justificará la primera base particular en un cuerpo espacial, en este caso la luna, que a su vez será la estación de conexión para ir a Marte y para iniciar la minería fuera del planeta tierra.
Como lo escucha, el primer contrato para minería espacial también ya fue ofertado por la NASA quien ha puesto una oferta abierta para adquirir desde 50 hasta 500 gramos de Rogolita lunar que es la tierra o suelo de características físicas mixtas. La etimología de la palabra griega significa manto o cobija de piedra, digamos que es la arena ya sea fina o gruesa. La adquisición se hará en el 2024 año en el que se tiene planeada la próxima gira lunar, por eso quien lleve a los astronautas tiene el costo del viaje pagado y así como en cualquier negocio de transporte logístico el acumular clientes y mercancías diversas ayuda para hacer la operación más rentable.
Con ese contrato Musk será el primer particular con servicio de entrega de paquetes de la luna a la tierra, lo que a Bezos le debe doler por que Amazon será el segundo o el tercero porque China y sus pequeños empresarios tambien han entrado en la carrera.
Musk cobrará a la NASA $2,900 millones de dólares por los boletos de los astronautas y ni es clase premier, más otros $25 mil dólares por las muestras.
En la luna se ha confirmado la existencia de cuando menos dos materiales indispensables para su industrialización. El primero y más increíble es el agua en forma de hielo en algunos cráteres o lagunas en el lado oscuro que nunca da hacia la tierra.
MINERÍA ESPACIAL Y LA ESCUELA PARA IR A MARTE
Según científicos, la línea ecuatorial de la luna tiene importantes cantidades de Helio -3 (He), que es un elemento para la generación de energía en reactores de fusión nuclear avanzados. Con esos dos elementos se puede garantizar la capacidad de reabastecer vehículos. Lo que hasta hace unas décadas se pensaba una fantasía sólo alentada por mentes ilusas o de teorías de la conspiración.
La luna también tiene minerales llamados “tierras raras” que se necesitan para la mayoría de los equipos electrónicos modernos. El proceso de estos minerales es muy contaminante por lo que el generarlos en la luna puede ser una opción para reducir los efectos en contra de la biósfera terrestre. Hoy en día China es por mucho el productor número uno de los codiciadas tierras raras.
La luna está relativamente cerca de menos de una semana de viaje y las comunicaciones con unos segundos de demora. Con la tecnología de hoy en día, viajar a la luna es más rápido que viajar idea y regreso de Moscú a Madrid por tierra o ir de Manzanillo a Hong Kong en barco.
Pero no es lo único que se traerá de la luna y sus alrededores. Se han identificado meteoritos que en el futuro muy próximo se estarán “explotando” como minas ambulantes. Por ejemplo el asteroide “16 Psyche” tiene tanto oro que sería suficiente para darnos a cada ser humano $93 mil millones de dólares, eso sería como que todos de un día a otro tuviésemos fortunas como la de Jeff Bezos, pero esto crearía una inflación tan grande o una deflación del valor de dicho mineral que seríamos igual de pobres o de ricos de lo que somos sin esa fortuna. Eso nos lleva a otro tema, que es el de la riqueza y los efectos de la explotación de dichos minerales, pero dicho tema será para otra ocasión u otra vida.
Algunos imaginan un futuro en el que la tierra sea una gran zona habitacional y la industria pesada se desarrolle en el espacio con humanos al estilo la película llamada “Total Recall” de 1990 en la que Schwarzenegger era un minero en Marte, peleando por los derechos de los habitantes y trabajadores explotados.
Robots controlados desde bases lunares o desde la tierra con envíos de carga en gravedad cero lo que implica un bajo consumo de energía para el movimiento. En comparación las cosas en la luna pesan sólo el 16% de lo que aquí en nuestro planeta. Estas son algunas de las ideas y factores que ya se discuten en los círculos de empresarios y países más poderosos del mundo.
China, Rusia, Japón, Emiratos Árabes, India y la Agencia Europea además de EUA, están trabajando distintos proyectos para asegurar sus derechos en la minería espacial, esta carrera se ve como la próxima batalla por la supremacía universal o la subsistencia en el concierto de las naciones desarrolladas. La nueva colonización.
Hace más de 500 años la Corona española le dio recursos al genovés Cristóbal Colón para ir a la India y en el trayecto encontró un nuevo mundo, hoy se le estará dando dinero a los nuevos navegantes para explotar lo que creemos que está allá en el espacio pero en el trayecto no sabemos con lo que nos podríamos topar.
Por lo pronto la NASA lanzó en agosto una convocatoria abierta para que quien esté interesado se registre como candidato en el programa de entrenamiento para la misión a Marte, la convocatoria estará abierta hasta el día 17 de Septiembre para seleccionar a cuatro personas que estarán en un simulador durante un año. Si le late apuntese, de 30 a 55 años de edad.
CHINA Y SUS EMPRESAS PRIVADAS
El valor de Blue Origin con su futura red de satélites se estima en $10 mil millones de dólares, el valor de Space X con su red satelital se estima en $73 mil millones de dólares, pero hay empresas pequeñas de capital privado chino que a dos años de haber sido fundadas ya están lanzando satélites al espacio en su lucha por alcanzar y superar a Musk.
Para ello China ha iniciado el diseño de una base para el uso comercial de vuelos y servicios espaciales que darán servicio a empresas como iSpace, OneSpace, Galactic Energy y otras más que por el momento necesitan del apoyo gubernamental que ve esta industria como estratégica en su carrera por superar a los EUA. El valor de la industria espacial comercial se espera supere un millón de millones de dólares anuales en la presente década.
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…
MUNDO
Inteligencia artificial: La arquitectura del nuevo orden mundial

– Análisis, por Victor Hugo Celaya Celaya
El mapa del poder mundial se ha reorganizado. Hoy, la influencia no se mide únicamente en arsenales o acuerdos comerciales, sino en algoritmos y capacidad de procesamiento.
Nos enfrentamos a un nuevo tablero geopolítico y geoeconómico definido por tres grandes polos de poder: Estados Unidos, con su enfoque en el desarrollo tecnológico, las finanzas y la seguridad; China, que ha apostado por la manufactura avanzada, la innovación y la inversión masiva en infraestructura; y Rusia, que basa su estrategia en el control de energía, minerales estratégicos y su poder militar.
Esta reconfiguración global plantea preguntas cruciales para el resto del mundo. ¿Cómo coexistir con estos bloques? ¿Cómo aprovechar las corrientes de innovación que emanan de ellos sin sacrificar nuestra soberanía? Y, sobre todo, ¿cómo podemos acompasar nuestras políticas públicas y nuestros esfuerzos nacionales para no quedarnos atrás en esta nueva era de equilibrios de poder?
La visión de una «aldea global» que definimos en los años noventa, unida por la apertura del comercio, ha dado paso a una realidad más compleja. La interconexión actual se teje con redes de inteligencia artificial (IA), investigación científica y ecosistemas digitales.
Aunque las tensiones militares persisten, el verdadero campo de batalla se ha trasladado a la biotecnología, la robótica y, de manera central, a la inteligencia artificial. Esta revolución ya impacta nuestra vida diaria, transformando la educación, la salud, el trabajo y la seguridad. Ninguna sociedad puede sustraerse a ella.
LA CARRERA POR EL FUTURO: ESTRATEGIAS EN COMPETICIÓN
Cada una de las grandes potencias ha trazado una ruta clara para liderar esta era tecnológica, obligando al resto de los países a replantear la cooperación y la competencia.
Estados Unidos ha optado por un modelo que prioriza la innovación impulsada por su dinámico sector privado. En 2023, la inversión privada en IA en este país alcanzó los $67.2 mil millones, una cifra superior a la suma de los siguientes 14 países.
El gobierno actúa como un catalizador estratégico, como lo demuestra la Orden Ejecutiva 14110 para el desarrollo seguro y confiable de la IA, o la Ley CHIPS y de Ciencia, que destina más de $52 mil millones a revitalizar la fabricación de semiconductores, el hardware fundamental sobre el que corre toda la inteligencia artificial.
Esta estrategia se materializa en proyectos monumentales como ‘Stargate’, el centro de datos de $100 mil millones de Microsoft y OpenAI, o la Alpha School en Virginia, que ya personaliza el aprendizaje con IA.
China avanza con un enfoque centralizado y dirigido por el Estado, con la meta clara de alcanzar el liderazgo mundial en IA para 2030. A través de iniciativas como «AI+», integra soluciones de IA en sectores clave. El resultado es un ecosistema robusto: se estima que el valor de la industria de IA en China superará los $220 mil millones para 2026.
Este esfuerzo se refleja en su dominio de la propiedad intelectual, acumulando casi la mitad de todas las solicitudes de patentes de IA en el mundo. Gigantes tecnológicos como Baidu, Alibaba y Tencent no son solo empresas, sino instrumentos de la estrategia nacional para establecer estándares globales.
Rusia, por su parte, enfoca su estrategia de IA en la soberanía digital y la seguridad nacional. A través del proyecto nacional “Economía de Datos”, que se extenderá hasta 2030, busca reducir su dependencia de la tecnología extranjera e integrar la IA en sectores gubernamentales clave.
Más que competir en el mercado de consumo global, su prioridad es aplicar la IA para la optimización de sus industrias estratégicas (energía, defensa) y la administración pública. Su marco regulatorio es estricto y busca asegurar un uso responsable de la tecnología, priorizando el control estatal y el desarrollo de talento local a través de iniciativas educativas supervisadas.
La Unión Europea ha decidido jugar un papel distinto, posicionándose como el gran regulador global. Su enfoque no es competir en una carrera de velocidad, sino establecer las reglas del juego. Con su Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), aprobada en 2024, introduce el primer marco legal integral para la IA, basado en niveles de riesgo. Este prohíbe aplicaciones consideradas inaceptables (como el «social scoring» estatal) y regula estrictamente los sistemas de alto riesgo.
Este poder normativo se complementa con fuertes inversiones a través de programas como Horizonte Europa y Europa Digital, que movilizan miles de millones de euros para construir una infraestructura de datos soberana bajo iniciativas como GAIA-X y apoyar a un ecosistema de IA «confiable y centrado en el ser humano».
EL DESPERTAR DE AMÉRICA LATINA: PRIMEROS PASOS
Frente a estas estrategias consolidadas, América Latina no es un simple espectador; la región ha comenzado a mover sus propias piezas. Aunque de manera desigual y con retos importantes, están surgiendo iniciativas notables.
En México, la coalición multisectorial IA2030MX ha impulsado una agenda para el desarrollo de una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Polos de innovación como Monterrey y Guadalajara concentran talento y startups, mientras que universidades como la UNAM y el Tec de Monterrey lideran la investigación.
Otros países también marcan el paso. Chile fue pionero en la región al lanzar su Política Nacional de Inteligencia Artificial en 2021, centrada en el desarrollo de talento, la ética y la adopción de IA en la industria. Brasil cuenta con una robusta red de centros de investigación en IA y debate activamente un marco legal propio. Por su parte, Colombia ha establecido un marco ético para la IA en el sector público y promueve proyectos de datos abiertos para fomentar la innovación. Estos esfuerzos, aunque incipientes, demuestran una conciencia creciente sobre la urgencia de participar activamente en esta revolución.
DE ESPECTADORES A PROTAGONISTAS
Ante este escenario, la pregunta para nuestros países es ineludible: ¿nos conformaremos con estos primeros pasos o aceleraremos el ritmo para jugar un rol protagónico? Si queremos dejar de ser simples compradores de tecnología para convertirnos en creadores, necesitamos una hoja de ruta clara y acciones inmediatas.
La interconexión de hoy, definida por algoritmos, nos obliga a innovar. Para ello, es fundamental avanzar en tres áreas estratégicas:
- Formar talento e invertir en educación digital. Esto debe empezar desde la educación primaria y extenderse hasta los posgrados.
- Crear alianzas estratégicas entre universidades, gobierno y empresas. Los esfuerzos aislados son insuficientes.
- Diseñar políticas públicas con visión de futuro. Debemos impulsar el uso integral de la IA y desarrollar un marco ético sólido que garantice la equidad y la protección de datos.
Esto implica fomentar centros de inteligencia artificial que apoyen a startups y consoliden proyectos de investigación propios, aprendiendo de las experiencias globales. La tecnología no debe ser vista como algo «importado» o lejano, sino como un campo fértil donde podemos liderar.
Nos encontramos en un punto de inflexión histórico. La inteligencia artificial está redefiniendo las reglas del desarrollo económico y social a una velocidad sin precedentes. No podemos permitirnos el lujo de la duda o la postergación. La tarea es clara: debemos alinear nuestros recursos, talentos y voluntades para integrarnos de manera soberana y estratégica a esta nueva era. Lo que hagamos, o dejemos de hacer, durante esta década determinará las oportunidades de las próximas generaciones.
MUNDO
El dilema de Putin: ¿Paz con Trump o alianza con China?

– Política Global, por Jorge López Portillo Basave
El miércoles habrá un gran evento en China para conmemorar el día de la victoria aliada vs Hitler hace 80 años. Como sabemos en la guerra contra los Nazis, Rusia y China fueron compañeros de lucha con EUA y casi todo Europa. Por eso es por lo que el propio Putin antes de ir a Alaska a ver a Trump pasó por el cementerio de soldados rusos y americanos caídos en la Segunda Guerra Mundial.
El 1 de septiembre era la fecha que Trump había puesto como referencia para saber si Rusia hablaba en serio. De hecho, tanto Francia como Alemania han dicho que parece ser que Estados Unidos tendrá que aplicar sanciones más severas contra Rusia, ya que no ha cumplido sus promesas para ver a Zelenski antes de este día.
Alemania ha ido más allá y ha dicho que Rusia ya está en guerra con Europa porque en fechas recientes ha habido ataques terroristas en contra de intereses alemanes en varios países de la región.
Dichos ataques habrían sido financiados por Rusia, según el nuevo canciller alemán, quien además ha asegurado que el modelo económico de regalar dinero a los ciudadanos por no trabajar era insostenible. Es decir, que Europa no está en su mejor momento económico. Esto lo digo porque una guerra es cara.
La OTAN celebra cada año en Francia la llegada de los aliados y el Día de la Victoria, pero pocas veces invitan a sus aliados de otros países (como Rusia y China), quienes también lucharon contra Hitler, Japón e Italia.
La fiesta en China será presenciada no solo por Xi Jinping quien la organiza, sino por varios líderes aliados o vecinos del momento, incluido Vladimir Putin, quien debe decidir si acuerda la paz con Trump para Ucrania o se sigue entregando en los brazos de China.
Irán, India, Corea del Norte, Rusia, China y otros 23, de un modo o de otro, no han querido aplicar sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania o son aliados de China, por encima de EUA.
Sea lo que sea, parece que EEUU y Europa se preparan para la guerra esperando llegar a un acuerdo previo, pero incluso invirtiendo más en armas y hasta cambiando el nombre de sus secretarías de defensa por guerra, como lo anunció Estados Unidos para regresar al nombre de “Departamento de Guerra” en lugar de “Departamento de Defensa”, nombre que llevó desde 1947 a la fecha.
Una tristeza que no haya acuerdo en Europa por una u otra causa. Como lo hemos venido diciendo, China es el gran ganador de la guerra en Ucrania y en la paz sería el gran perdedor a menos de que logre reintegro con una Rusia arruinada.
EUA es claro, quiere hacer negocio con Rusia y con Ucrania, pero si no es por el comercio, será por las armas. Me hubiera gustado hablar de los temas de las drogas a menores para cambiar de sexo o el supercohete que con éxito despegó hace 4 días desde Texas en la carrera de las potencias para regresar a la Luna y llegar a Marte, pero creo que esta reunión y esta fecha serán determinantes para el futuro de Europa. Aunque las drogas para cambio de sexo pueden ser determinantes para el futuro de Occidente.
Por lo pronto, Rusia, el rebelde y agresivo, está viendo si da su amor a EUA o a China. Y en caso de hacerlo, habrá que ver si es duradero.
Por cierto, quiero felicitar al Papa León XIV por su cumpleaños. Espero ir a Roma a conocerle —al menos de lejos— y de ahí, si Dios quiere, a Tierra Santa. Los avances tecnológicos parece que no han ido de la mano con los avances, o mejor dicho, con el mantenimiento del sentido común. Hace mucho que no doy gracias a usted por su lectura y a este espacio por la oportunidad. De verdad, ¡muchas gracias! Feliz inicio del mes.