MUNDO
Sanders se perfila para ganarle a Biden: El súper tazón político de Washington a Iowa
Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
“Difama, Difama, que algo quedará”, dice el refrán. Así las cosas, los demócratas y republicanos se han enfrascado en una guerra que lleva casi 4 años y en 275 días se sabrá quién fue más exitoso en su estrategia de comunicación.
Por ahora parece que la ofensiva de ataque que los demócratas han realizado durante 3 años -Rusia Gate hasta el Ukrania Gate-, les ha permitido ganar espacios en la Cámara Baja y esperan cuando menos recuperar otros tantos en la Cámara Alta durante las elecciones del 3 de noviembre próximo, con lo que incluso si Trump ganase, lo podrían presionar para que renuncie o hacerlo un presidente de decoración; no obstante, como dijo Obama, cuando perdió el control de las dos cámaras en el 2014, el presidente tiene “el poder de la pluma para firmar decretos ejecutivos y del teléfono, para movilizar líderes en los estados” y presionar a sus opositores.
Los ataques excesivos pueden terminar favoreciendo al atacado, quien eventualmente es identificado por la sociedad como “victima” de una oposición intransigente y radical, como le sucedió favorablemente a Boris Johnson en UK quien después de 4 años de pleitos y resistencia logró ganar una mayoría en el parlamento y culminar el viernes pasado el divorcio de su país con la Unión Europea -Brexit-. Este día fue llamado por algunos como “El día de la independencia” en un país que nunca ha sido conquistado por lo que no tenia dicha celebración.
El mismo fenómeno parece estar pasando en las elecciones del Partido Demócrata que inician este día en el estado de Iowa en donde el senador Independiente Bernie Sanders parece que le ganará a Joe Biden, el candidato del status quo. Recordemos que Sanders padeció la operación del aparato del Partido Demócrata que hace 4 años se empeñó en dar dicha candidatura a Clinton con una cargada que parecían haber copiado al PRI, misma que alcanzó incluso para “importar ¿vía TLC?”, el apoyo de muchos políticos mexicanos de varios partidos quienes abiertamente apoyaron a Hillary, como nuestro canciller Marcelo Ebrard ahora aliado de Trump.
Como en el 2016, el entusiasmo de los jóvenes liberales y de muchos políticos de la “nueva ola” sigue con Bernie, esto a pesar de la nueva cargada de ataques por parte de la propia Hillary Clinton –sí, ella salió del baúl para atacar en televisión al socialista-, asociada con sus aliados en algunos medios del status quo demócrata en la cadena de noticias CNN, quienes no lo han dejado de atacar al candidato marxista-leninista, quien con sus más de 80 años y un infarto a cuestas ha infundido energía y se mantiene con amplias posibilidades de ganar la candidatura interna que se definiría en la Convención Demócrata el próximo 13 de julio. ¿Será que la cargada negativa le ayudó a Bernie a mantenerse vigente, así como les ayudó a Trump en USA en el 2016, a Johnson en Inglaterra y a AMLO en MX?
¿QUÉ SIGUE EN ESTA SEMANA DE SÚPER EVENTOS?
El linchamiento es algo que debe hacerse rápido, de lo contrario casi siempre tiene un efecto contrario en el ánimo de la sociedad. Durante la semana que acaba de concluir se realizó el Juicio Político Vs. Trump, en el mismo pudimos ver que muchos de los actuales legisladores demócratas y republicanos eran también legisladores y por ende involucrados en el Juicio Político Vs Clinton en 1999. Esos mismos legisladores tuvieron una opinión casi exactamente contraria a la que ahora están sosteniendo, sus opiniones se invirtieron al 100% en un juicio vs un presidente demócrata, ambos lados tomaron sus posturas acorde a su partido, lo que es lamentable. Fue tan obvio el partidismo que hasta un legislador demócrata se cambió de partido al lado Republicano.
Mientras el Juicio Político avanzó, el presidente firmó el nuevo tratado comercial de América del Norte llamado TMEC, firmó también una nueva orden ejecutiva para combatir el Trafico de Personas y prepara un nuevo acuerdo comercial con Inglaterra – ahora que se salió de la Unión Europea-, esto además de los resultados económicos, será lo que usará para decir que mientras los políticos se dedican a “grillar”, él se dedica a trabajar. El efecto de victimización podría hacerlo inmune a las críticas y por ende le ayude a ganar la reelección.
Así, el juicio político terminará con la exoneración del presidente y lo dejará listo para dar su cuarto informe anual del “Estado de la Unión” en presencia de los mismos legisladores que hace unas semanas votaron por removerlo del cargo y de los otros que están por exonerarlo.
Al no haber votado el viernes en caliente, los republicanos dejaron abierta la “ventana”, si algo pasa en estos días, entonces se abrirá “la caja de pandora” para traer al ex vicepresidente Biden acusado de corrupción-nepotismo por presuntos actos para ayudar a su hijo en negocios con Ukrania y a John Bolton, ex consejero de seguridad nacional del presidente quien supuestamente tendría la información necesaria para dañar a Trump lo suficiente como para hacerlo perder la elección o cuando menos decir que ganó haciendo trampa.
Las encuestas más recientes muestran que la popularidad de Trump se mantiene igual –de mal o de bien- desde hace meses, pero la confianza de los ciudadanos en la economía de enero del 2017 a enero del 2020 incrementó 22%, pasando de 46% a 68%, en el estado y futuro del país ha mejorado 4% estando en 84% a enero del 2020 con respecto a enero de 2017, incluso la encuesta de relaciones entre razas –encuesta que aquí no hacemos, ni creo necesitemos- , muestra una mejoría del 14% comparando enero del 2017 con enero del 2020, lo que podría indicar que la gente está harta del pleito pero contenta con el rumbo del país, lo que podría motivar a su base electoral y desincentivar a los electores independientes quienes aunque no estén de acuerdo con sus formas, estén contentos con los números de sus cuentas de banco.
Los demócratas deben atacar temas de fondo como lo hace Bernie –aunque sea extremo-, no es un tema de personalidades sino de políticas y de hígado, la gente vota con las fibras más sensibles de dicho órgano que van al estomago y al corazón, es decir a la cartera y a la seguridad.
¿Y LAS ELECCIONES INTERNAS?
Hoy por la noche sabremos quién es el ganador del primer “round” de las elecciones internas demócratas en EUA; la historia muestra que quien gana Iowa y New Hampshire –en una semana- , gana la candidatura de su partido, aunque nunca había habido una elección interna tan nutrida de millonarios y súper millonarios que como Bloomberg pueden pagar anuncios hasta en el “súper tazón”, a un ejercito de personas con salaros de $12 mil dólares mensuales e incluso con poder para lograr que cambien las reglas internas de la elección y les den espacio en los debates sin haber cumplido con los mismos requisitos que otros candidatos en el mismo proceso, lo que hace pensar que le están preparando el terreno para ser contrapeso de Sanders. Mientras tanto el candidato republicano Donald Trump realizó una gira por Iowa reuniendo a decenas de miles de seguidores, mostrando que su poder de convocatoria y movilización está más fuerte que nunca inclusive ante Bloombegr quien tiene como objetivo gastar hasta mil millones de dólares para evitar que Trump gane la reelección.
¿LOS ESTADOS DESUNIDOS DE AMERICA?
Las relaciones raciales se perciben como aceptables para un 36 % de los residentes en dicho país vecino del norte, lo que significa un avance de 22% con relación al cierre del gobierno del presidente Obama que cerró en un peligroso 14%, pero aún están 8% por debajo del 2001 en donde el 50% de los americanos las creían correctas y buenas y el otro 50% las creían incorrectas o inaceptables.
Si nos atenemos a lo que dicen los noticieros y políticos de ese país, estamos ante la implosión del gigante del siglo XX –todos los imperios caen-, pero si nos basamos a los números de las encuestas de satisfacción y de relaciones raciales, EUA ha mejorado del 2005. Para nosotros como país ligado a esa potencia es importante que su economía y su estabilidad política se mantengan porque “cuando a EUA le da gripe a MX le da pulmonía”, en especial porque parte importante de nuestros ingresos familiares y del gasto popular se originan en los miles de millones de dólares que nuestros muy respetables paisanos envían día a día para el “chivo” de millones de familias en todo México.
Al final, la postura de los demócratas es que debe removerse al presidente e incluso evitarse que participe en la elección del 3 de noviembre del 2020 y los republicanos argumentan que el presidente pudo haber cometido conductas inapropiadas pero que no son suficientes como para removerlo y mucho menos evitar que los ciudadanos puedan votar por él en la próxima elección.
UNA GRIPE PRESIDENCIAL
Debemos estar atentos al desenvolvimiento del Virus “Corona”, porque así como en el 2009, hoy una crisis de “gripe” económica, sí podría ser mortal para Trump que ya está teniendo presiones laborales por los problemas de la empresa de aviones Boeing y por la huelga de GM, temas que ya están afectando la bolsa de valores en el 2020.
Comparto mi opinión. Agradezco a usted que hace el favor de leerme y a este medio que me da la oportunidad de llegar hasta su persona.
Para cualquier comentario sobre la presente agradezco me contacte a columnadeopionionjlpb@gmail.com
Dios nos bendiga, que es lo mejor que uno puede desear.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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