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JALISCO

Se agitan las aguas en Guadalajara: Roberto Delgadillo, la sombra que aspira a palacio municipal

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

En los laberintos del poder en Guadalajara, la política se muestra en toda su cruda y fascinante complejidad. El actual drama se teje alrededor de la suplencia de la presidencia municipal de Guadalajara, donde Pablo Lemus, el presidente municipal con licencia, ha dejado un vacío lleno de tensiones y ambiciones políticas.

Roberto Delgadillo, hermano de la candidata perdedora de Morena a la gubernatura, Claudia Delgadillo, ha irrumpido en el escenario político con una exigencia contundente. Ha remitido una carta al ayuntamiento, demandando que se le respete su derecho a ser alcalde suplente, en reemplazo de Pablo Lemus. Este movimiento ha desatado una tormenta política, pues Delgadillo fue colaborador de Lemus y aparecía como regidor suplente en la planilla ganadora de 2021. Sin embargo, cuando Lemus se fue a campaña, no se le designó a Delgadillo para ocupar el interinato, sino a Francisco Ramírez Salcido.

La petición de Roberto Delgadillo no solo se limita a una exigencia burocrática; trasciende en implicaciones políticas profundas. Delgadillo ha decidido unirse a las filas de Morena, lo que significaría un cambio de color en la presidencia municipal si su demanda es atendida. El documento entregado a la Secretaría General no solo subraya su derecho, sino que también advierte sobre posibles consecuencias legales si no se atiende su petición.

Pero, ¿quién es Roberto Delgadillo? Pues resulta que este personaje, que ahora exige su lugar en el Palacio Municipal, es el hermano de Claudia Delgadillo, quien ha sido una figura clave los últimos años en la arena política de Jalisco, sin triunfos destacados, pero, siempre presente. Este detalle añade una capa adicional de intriga al asunto, ya que Claudia ha sido una adversaria política de Lemus en la contienda por la gubernatura.

La historia se complica aún más cuando recordamos el contexto de 2021. En ese año, la postulación de Roberto Delgadillo como suplente de Lemus se interpretó como una maniobra política para enviar un mensaje a Carlos Lomelí, quien competía con Lemus por la alcaldía. “Estará dentro de mi planilla como mi suplente a la presidencia municipal. Ustedes lo conocen muy bien. Es una persona que tiene trabajo político de décadas en el municipio de Guadalajara y es una persona con un amplio reconocimiento social con el trabajo en las estructuras de Guadalajara”, decía Pablo Lemus en mayo de 2021.

La narrativa de Roberto Delgadillo ha sido una de ambición y cálculo político. En su momento, se presentó como un político independiente, comprometido con el bienestar de Guadalajara y desvinculado de los intereses partidistas. “Roberto Delgadillo no es Claudia Delgadillo, Roberto Delgadillo tiene una clara visión de la política, una política donde todos estamos integrados y lo hacemos para servir a los demás”, declaraba el propio Roberto frente a una taza de café al periodista Raúl Cantú, en entrevista para Conciencia Pública a finales de mayo de 2021. Sin embargo, su reciente alineación con Morena plantea interrogantes sobre su verdadera lealtad y motivaciones.

Yo no fui candidato, ni precandidato de Morena para ningún distrito. Soy un hombre muy disciplinado a las formas y a los fondos”, precisaba Roberto Delgadillo en 2021 a este Semanario.

El historial de Delgadillo en el ayuntamiento de Guadalajara es largo y polémico. En junio de 2018, como regidor independiente, analizó la posibilidad de denunciar al entonces alcalde con licencia, Enrique Alfaro, por presuntos contubernios con constructores en la venta de predios del ayuntamiento. Estas acusaciones añadieron tensión a su ya complicada relación con las autoridades municipales y su imagen de vigilante de los intereses públicos.

La reciente demanda de Roberto Delgadillo parece ser la culminación de años de tensión y maniobras políticas. Su insistencia en ocupar la suplencia de Lemus no es solo una cuestión de derechos legales, sino una estrategia para reposicionarse en el juego político de Guadalajara. Sin embargo, la realidad es que la petición de Delgadillo carece de sustancia legal más allá de su propia afirmación, pues desde el 26 de octubre se convocó a quien entró como suplente en el Cabildo y se aprobó por unanimidad el nombramiento de Francisco Ramírez Salcido como alcalde interino, a quien se señala como gente del grupo político de Salvador Caro, el diputado federal que abandonó a Movimiento Ciudadano para irse a Morena, peleando la candidatura a la presidencia municipal de Guadalajara y terminando de coordinador metropolitano de la campaña de Claudia Delgadillo… donde su trabajo al final fue muy cuestionado.

Hoy es una excelente oportunidad la que se me brinda con esta invitación de servir a los demás y sumarme para trabajar por la ciudad de Guadalajara desde el lugar donde me encuentre y que va mucho más allá de la conexión que tenga con mi hermana Claudia”, decía Roberto Delgadillo en mayo de 2021.

El melodrama electoral que envuelve esta situación promete extenderse. Los movimientos de Delgadillo y las respuestas del ayuntamiento serán observados con atención por aquellos interesados en el devenir político de Guadalajara. Esta disputa no solo refleja las luchas internas de poder, sino también las complejas dinámicas de alianzas y rivalidades que caracterizan a la política mexicana.

En medio de este conflicto, Pablo Lemus, ahora como gobernador electo de Jalisco, se enfrenta a un nuevo frente de batalla político, pues sus decisiones pasadas y presentes influirán en la manera en que este drama se desenvuelva. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Guadalajara sigue siendo un escenario donde las ambiciones políticas y los intereses personales se entrelazan, dejando a los ciudadanos como espectadores de un juego de poder que parece no tener fin.

La historia de Roberto Delgadillo en el Ayuntamiento de Guadalajara es un recordatorio de que, en la política, las alianzas y las lealtades pueden cambiar rápidamente. Su exigencia de ocupar la suplencia de Lemus, ocho meses después que Lemus pidió licencia, no es solo un acto de reivindicación personal, sino una jugada estratégica en un tablero político en constante movimiento.

Los próximos días serán cruciales para determinar el desenlace de esta disputa, pero una cosa es segura: la política en Guadalajara nunca deja de sorprendernos.

En X @DEPACHECOS

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