OPINIÓN
¿Se atreverán a llevar a juicio a Peña y Videgaray?
Los Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La caja de pandora se ha abierto y sálvese quien pueda. En la región de América Latina los sobornos y corruptelas denunciadas de la empresa Odebrecht empezaron a causar estragos, primero en Brasil llevó a su popular ex presidente Luis Inacio Lula da Silva tras las rejas durante 19 meses, después que el juez Sergio Moro condenó al otrora poderoso líder de los trabajadores a nueve años y medio de cárcel por recibir sobornos de la constructora OAS a cambio de contratos millonarios.
En Perú el escándalo de corrupción que involucra a Odebrecht cimbró a su clase política. La primera cabeza que rodó fue la del Presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien entregó su renuncia antes de que lo destituyera el Congreso.
El ex presidente peruano Alejandro Toledo se convirtió en prófugo de la justicia, cuando decidió esconderse en vez de enfrentar a la justicia. La Fiscalía ordenó su detención. Hoy Toledo es un fugitivo.
Odebrecht también manchó al ex presidente Ollanta Humalla (2011-2016) y a su esposa Nadine Heredia, quienes cumplieron una prisión preventiva de 18 meses acusados de los delitos de lavado de activos en perjuicio del Estado.
Otro ex presidente fue involucrado, Alan García, quien en dos ocasiones estuvo al frente del gobierno peruano. La pena de poderse ver privado de la libertad no la resistió García, quien se fue por la puerta falsa.
En Ecuador el ex presidente Rafael Correa también es acusado de recibir sobornos de la constructora brasileña, cuya campaña se habría financiado con esos sobornos.
LEGÓ A MÉXICO
Hay una frase que en México se acuñaba en los tiempos de los gobiernos del PRI y se la adjudican al maestro de periodismo José Pagés, quien fuera fundador y director de la revista Siempre: “En México no pasa nada y cuando pasa, no pasa nada”.
Pues resulta que en México también Odebrecht está sacudiendo a la privilegiada y tradicionalmente intocable clase política. En un ambiente de polarización, en estos últimos dos meses México vive el llamado culebrón cuyos actores son grandes personajes del poder, ante las acusaciones que está realizando el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien aceptó colaborar con la justicia mexicana, revelando información sobre cómo fue financiada la campaña del Presidente Enrique Peña Nieto con sobornos de la empresa de Odebrecht, señalando como responsables al entonces coordinador de la campaña presidencial Luis Videgaray, así como al propio ex gobernador del Estado de México.
De igual forma Lozoya ha asegurado que posteriormente por órdenes de Luis Videgaray se hizo entrega de dinero a senadores y diputados de diversos partidos, en especial a gente de Acción Nacional, donde se apunta a Ricardo Anaya, ex candidato presidencial posteriormente, y a los hoy gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca. Hay un video que circuló durante la semana en el que participaron gente cercana a estos legisladores recibiendo maletas con grandes fajos de billetes.
El papel que ha asumido el Presidente López Obrador en estas acusaciones ha sido centro de encendidos debates. Sus detractores le echan en cara lo que llaman su hipocresía, ya que más que buscar la justicia -le espetan-, tiene sed de venganza y se trata de una justicia selectiva. En ese escenario a través del periodista de Latinus, Carlos Loret de Mola, circuló un video en el que se exhibe al hermano del Presidente, Pio López Obrador recibiendo un sobre de millón y medio de pesos en 2014, que le entregó David León, entonces funcionario del gobierno de Chiapas, como apoyo a la campaña de Morena.
El Presidente ha pretendido minimizar el suceso al decir que esos recursos son las aportaciones del pueblo y que no tienen comparación con la Macro-corrupción de Odebrecht y Agro-nitrogenados, entre otras que era algo sistemático y tiene quebrada a Pemex.
DISPUESTOS A DECLARAR
Tanto el ex presidente Peña Nieto como Videgaray han acusado de mentiroso a Lozoya y están dispuestos a acudir a declarar, sí así lo deciden las autoridades judiciales.
En medio de esta polémica, la pregunta que nos hacemos buena parte de la comentocracia es el alcance que tendrán las acusaciones de Lozoya contra Peña Nieto Videgaray. ¿Serán llamados a declarar por el juez que lleva el caso? ¿Más allá de los dichos de Lozoya, la Fiscalía General de la República qué pruebas tiene para que algunos de estos dos personajes sean imputados y se les compruebe responsabilidad en estos señalamientos de haber aceptado sobornos y/o ordenado sobornar a legisladores?
Es innegable que algo está pasando en México. Estamos en el parteaguas de que se podría haber acabado el Pacto de complicidad entre los gobiernos, porque si se lleva a juicio a un ex presidente, se podría ver la luz al final del túnel y empezar a cambiar la historia en este país.
Por supuesto que para que este cambio de que se acabaron los intocables, parte de una voluntad política que es la del Presidente y en el que es fundamental el trabajo que realice la Fiscalía con una actuación del Poder Judicial de sancionar a quien se demuestre que cometieron graves ilícitos.
La pregunta que dejo en el aire: ¿Se trata sólo de una estrategia mediática que impacte el aspecto electoral al margen de si hay o no responsabilidad penal en detrimento del patrimonio de México? ¿Existe voluntad de llegar al fondo, tope en lo que tope?
Si queda sólo en el show mediático y no hay sanciones, todo seguirá igual, más de lo mismo con la 4T de López Obrador.
Entonces, la frase del Maestro Pagés seguirá teniendo vigencia: “En México no pasa nada y cuando pasa, no pasa nada…”
