OPINIÓN
Se debe gobernar para todos: Una vez pasada la tormenta
Educación, por Isabel Venegas //
Vuelve la calma tras haber vivido la jornada electoral con su respectivo proceso de campañas, de propuestas, de encuentros y desencuentros, en casi todos los niveles. Discusiones en los grupos de Whatsapp, en los muros de Facebook, y ni se diga quien atiende su red de Twitter. Intelectuales, políticos, comerciantes, amas de casa, jóvenes aprendices y mayores experimentados,… todos opinando sin considerar el estilo o el contenido, pero en la mayoría de las ocasiones, llegando al punto de la agresión.
Esa es la emoción de las cosas que nos importan, -por mucho que se diga que la política es cosa ajena a los ciudadanos-, la realidad es que genera pasiones y sentimientos que no solo se encuentran en el proceso de las campañas electorales. Miedo a un futuro que puede entenderse incierto, enojo ante la crítica de unas corrientes frente a otras, interpretaciones de los modos de actuar de quienes ejercen el poder, entre otros muchos factores.
Resulta natural que la ciudadanía tenga reacciones de pasión y emoción cuando las campañas electorales tratan de activar -a través de mecanismos de difusión masiva-, dispositivos que abren los canales con los cuales pueden posicionar su mensaje, de otra manera no sería posible que ningún candidato pudiera, en los tiempos previstos por la ley, acercarse casa por casa, local por local para escuchar peticiones y presentar sus propuestas.
El reto entonces está en elevar el nivel de la emoción, a la razón. Reflexionar sobre los procesos que hemos vivido para aprender lecciones y mejorar en las próximas elecciones, porque cada vez serán más grandes, más caras, peligrosas y complicadas, independientemente de las reformas que se hagan a la ley tratando de “amarrar” comportamientos.
Los mexicanos seguimos pensando que la política y la democracia son vinculantes solo del proceso electoral, es por eso que para muchos la jornada es el día cero, el factor que determina si vamos a tener buenos o malos gobernantes, cuando en realidad ese día es más bien, la presentación de la evaluación del examen, es cuando se muestra el resultado de un camino recorrido en muchos años, cuya evidencia principal está en el porcentaje de participación ciudadana que acude a las casillas y dispone unos minutos de su domingo para marcar una elección.
Parte del proceso electoral que se vivió desde mucho antes de la campaña se basó en la división entre ciudadanos, en el estigma de quienes creen que una opción es mejor que otra simplemente porque es la suya, y alimentado el discurso con las palabras del presidente de la República. Quienes se subieron a uno de esos trenes se dieron cuenta que iban en dirección contraria, con todas las ganas de chocar.
Estrellar a los fifís frente a los chairos o al pueblo bueno contra los neoliberales, es solo avivar una llamarada que tiene dos cosas: genera energía por la cantidad de combustión, pero se consume rápido por la misma razón.
La democracia debe dar un paso más en nuestro país, es urgente que las escuelas y las casas formadoras de estudiantes reconsideren los procesos con los que se pretende egresar a los ciudadanos. Revisar las concepciones que tienen los docentes acerca de la participación social, de la representatividad, de la estructura institucional y las posibilidades que tenemos de explorar nuevos mecanismos como la gobernanza y la autonomía local.
Nuestros jóvenes estudiantes deberán saber que la ciudadanía implica responsabilidad, orden y compromiso, que en los grandes beneficios de vivir en comunidad también se encuentran obligaciones que han sido propuestas precisamente por la elección de un poder legislativo que trata de asegurar la normatividad suficiente, pero que requiere de una constante comunicación con el sector al que representa para que esas leyes no terminen actuando como un hoyo negro cuya concentración de masa resulta tan elevada que nada puede escapar de ella, siendo que al mismo tiempo al no tener un cuerpo robusto y eficiente de vigilancia policial, hace que se pierde entre la nada.
Quienes obtuvieron el triunfo electoral deben saber que su compromiso es el de reconciliar las emociones vividas, reconectar con quienes los acompañaron en el proceso, pero más aún con quienes no estuvieron a favor de su propuesta porque se gobierna para todos, para los rojos, los verdes y los de dulce, decía Cantinflas.
Esto no es un partido de futbol como para cantar la victoria tras el campeonato del Cruz Azul, esto se trata de comenzar a trabajar en favor de una sociedad más justa y solidaria; siguiendo con la analogía del futbol, quien gana o pierde ahí solo son los jugadores, la afición es asistente a un espectáculo de diversión y esparcimiento, en cambio la política nos involucra a todos, lo queramos o no, lo sepamos o no.
La ciudadanía deberá exigir más diálogos abiertos, más pluralidad en las voces y en los medios para comunicar las peticiones o la rendición de cuentas a quienes fueron electos. La política vivida desde todos y para todos es la que construye verdaderas opciones de gobierno, partidos eficientes y políticos maduros. ¡Mucho éxito a todos los mexicanos y en particular, a los jaliscienses que hoy inician una nueva era de gobierno!, esperemos que sea de crecimiento, de concordia y de mucha participación ciudadana.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa_venegas@hotmail.com

